Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ahora
que Egipto tiene ya nuevo y flamante parlamento, tiene por delante tiempo para
demostrar que era el último escalón de una hoja de ruta que llevaría a la
democracia. Aquí tendrán que esmerarse mucho porque los escalones anteriores
están bastante deteriorados y el conjunto de la escalera es bastante inestable
y peligroso, por seguir con la metáfora de la escalera.
Los
debates sobre para qué debe servir una parlamento con una peculiar composición
que deja reducido casi a la nada a los partidos políticos, pobremente
representados, en el que hay fundamentadas acusaciones de que han entrado a
golpe de talonario los grandes empresarios que controlaban la vida económica en
la época de Mubarak, con el grupo apabulladoramente ganador organizado por el
antiguo Jefe de la Inteligencia —¡bonito y aleccionador salto en sus
vocaciones!— y con un llamado a apoyar al Estado no cesan. De hecho parece
haber más debate fuera que dentro.
Lo que
se propone, no se sabe muy bien por qué, es un parlamento que arrope al
Presidente El-Sisi. "Arropar" es un verbo políticamente peligroso,
porque parece que se fuera a resfriar alguien si no se hace. Pero eso es exactamente lo que se pretende. El sistema egipcio
está tan distorsionado que para movilizar a la gente necesita crear enemigos, incluido
el propio parlamento respecto a la presidencia. Parece absurdo, pero es que lo
es. ¿Se ha visto alguna vez una campaña electoral en la que los que piden ser
elegidos usen como argumento que el parlamento puede molestar al presidente y perjudicar al Estado?
Pues en Egipto sí.
"Molestar",
otro verbo de amplia tradición en los sistemas parlamentarios, supone pedirle
cuentas sobre todas las medidas tomadas por decreto, que pueden ser ratificadas
o no, durante el largo periodo en el que no ha habido parlamento.
"Molestar" es proponer medidas que van en desacuerdo con lo que
presidente diga. Como está muy fue este presidencialismo mesiánico y
personalista que Egipto se ha dado para seguir viviendo en el culto caudillista
a la personalidad, al presidente le llaman "El Estado", en la mejor
tradición de Luis XIV y el absolutismo.
Dadas estas
circunstancias anteriores, sorprende la breve noticia que Egypt Independent nos
trae:
An NGO is suing the presidency, the secretary general
of the House of Representatives and the Legal Affairs Ministry for the right to
broadcast parliamentary sessions live.
The Association for the Freedom of Thought and
Expression said its lawsuit comes after some press reports pointed that state
TV, which owns exclusive broadcasting rights, intends to air recorded excerpts
of the sessions rather than airing the sessions live.
The lawsuit also demands that a website be
created where archived session minutes would be available and periodically
updated to allow the public easy access.
It argued that the notion of airing recorded
sessions is at odds with the constitutional stipulation on the publicity of
parliamentary sessions. It added that this action would negatively impact the
citizens' confidence in legislators.*
El argumento de que la retransmisión de las sesiones
parlamentarias "podría causar un impacto negativo sobre la confianza de
los ciudadanos en los legisladores" es uno de los mejores chistes
políticos que Egipto ha producido en décadas, estando el listón muy alto. No es
la primera vez que lo escucho, pero siempre en Egipto. Se ha argumentando lo
mismo en ocasiones anteriores. Creo recordar que fue con las sesiones de la Constitución
tras las primeras elecciones. Cada vez que alguien pide transparencia, el pudor
de sociedad tan virtuosa hace retirar la mirada. Así son los políticos de
honestos.
Con el mismo argumento, por ejemplo, se podrían evitar las
campañas electorales o las elecciones mismas por temor a que causaran un
"impacto negativo" sobre la gente. De hecho, dada la abstención
producida, el 72% del electorado, algo así debe haber ocurrido: la gente
prefirió no mirar.
En este contexto, el parlamento egipcio está en las antípodas
del que los españoles nos hemos dado hace unos días como regalo de navidad. Si
el egipcio es un canto monolítico y reservado, el español son varias bandas
interpretando melodías diferentes a la búsqueda de un director de orquesta que
trate de dirigir este caos cacofónico.
Me ha llamado la atención la noticia aparecida en Egyptian Streets y que une los dos
escenarios: "Egyptian Woman Becomes Spain’s Youngest Member of Parliament".
Nos cuentan:
Egyptian-Spanish politician Nagua Alba, 25, was
voted into Spain’s parliament on Sunday, making her the country’s youngest
parliamentarian and the first member of parliament of Arab descent.
Alba – born Nagua Goweli – managed to secure a
seat by locking more than 97,000 votes in the general elections, which took
place more than four years after the last general elections were held.
Alba, who was born in Spain to an Egyptian
father and a Spanish mother, is a member of the recently formed political party
Podemos, which is Spanish for “We Can.” She was voted as the representative of
the Gipuzkoa province in Spain’s north.
According to independent Egyptian media El Watan, Alba’s father, Ahmed Goweli,
said the political events unfolding in Egypt since the January 2011 revolution
profoundly impacted his daughter and impressed upon her the importance of
political activism.
Inspired by activists who took to the streets
in the region during the Arab Spring, Alba also participated in protests
against unemployment and austerity measures in Spain, her father said.
It was from these demonstrations that Podemos
was formed and Alba was among the founding members. The party quickly expanded
in size and managed to secure five seats in the European parliament, following
the elections that took place in 2014.
Alba is currently tasked with managing the
party’s online presence and its relations with other political parties, in
addition to her new role as a parliamentarian.**
Dejando de lado que el titular hable de "mujer egipcia" para presentarla después como "egipcio-española" (ya se sabe que la madre no cuenta), no deja de ser una ironía de la vida que esta joven se inspire en la revolución egipcia, hoy denostada, y que acabe en el
parlamento discutidor español, mientras que el lugar inspirador termine con un
parlamento monocorde y al servicio del poder, de nuevo ocupado por un militar y
en un régimen represivo, tal como era antes de la revolución.
La Primavera árabe sirvió de ejemplo a los movimientos "indignados",
del "15-M" al cambio global y el "Occupy Wall Street". Por
paradojas de la vida, lo que comenzó allí ha tenido efectos muy distintos,
apenas salvándose Túnez del desastre. El caso más triste (todos los son) es el de Egipto porque
las esperanzas eran muchas y no se llegó a los extremos bélicos de Libia o de
Siria, por ejemplo. Había esperanza y sirvió de ejemplo. Pero entre militares e islamistas han frustrado las esperanzas de
paz y democracia por mucho tiempo. Pueden echarle la culpa a quien quieran,
pero no hay muchas excusas. Los
revolucionarios han sido arrinconados por las fuerzas de siempre y por el
extremo conservadurismo e hipocresía de la parte de la sociedad a la que le fue bien con
las fórmulas autoritarias. Les han hecho creer que viven en un mundo nuevo
mientras nada ha cambiado. Muchos se han dado cuenta y lo dicen con riesgo.
Otros siguen viviendo sus fantasías adorando y adulando a los mismos que
siempre les han reprimido.
Le deseamos a Nagua Alba, la joven parlamentaria, que siga
disfrutando de sus ilusiones con una libertad de vida y expresión que quienes
ahora se alegran en la tierra de su padre no tienen. Sería una gran
satisfacción que ella trajera la voz de todos los que están frustrados o sufriendo por ello,
ya sea por hablar, por llevar una camiseta contra la tortura o por atender
heridos a los que había que dejar morir... Sería bueno que de vez en cuando
hablara de aquello que despertó su vocación política y que hoy necesita, por
contra, el apoyo de su voz y la de otros para que no se olvide lo que un día
quisieron y los muchos que cayeron por conseguirlo. Seguro que en Egipto hay muchos jóvenes como Nagua Alba. Pero no les va tan bien.
Ella tiene ya un escaño de diputada para poder trabajar en
lo que cree. Tendrá que discutir todos los días, llegar a acuerdos, negociar
con personas que piensan de forma diferente. No le pasará nada si no está de
acuerdo con otros. Y deberá hacer todo esto bajo la mirada atenta de sus
conciudadanos, que observarán con todo detalle si cumple lo que prometió y si
defiende bien las ideas que la llevaron hasta allí. Para ello, los medios de
comunicación escrutarán su trabajo y sus palabras, será sometida a crítica y
deberá dar cuenta de todo. Nadie pensará que por seguir en directo sus palabras
y las de sus colegas de Parlamento, de cualquier ideología, se está causando
una mala percepción política y dañando las instituciones del Estado.
Y si lo hace mal, bienvenida sea la transparencia
informativa y el directo sin cortes, porque servirá para que no la voten en la
próxima legislatura y se elija a otros que lo hagan mejor que ella. En Egipto, el parlamento está lleno de viejas glorias de la dictadura, como ya han contando los medios, de empresarios oscuros que nunca trabajaron por el bien de su país. No querían transparencia entonces y no la quieren ahora.
Al
contrario del dicho —ojos que no ven,
corazón que no siente—, en las democracias o en las que quieren aparentar serlo,
hay que tener los ojos bien abiertos para saber a quién se vota y lo que hacen con nuestros votos. Solo las dictaduras rechazan el "luz y taquígrafos".
* "NGO
sues for right to broadcast parliamentary sessions" Egypt Independent
20/12/2015
http://www.egyptindependent.com//news/ngo-sues-right-broadcast-parliamentary-sessions
**
"Egyptian Woman Becomes Spain’s Youngest Member of Parliament"
Egyptian Streets 22/12/2015
http://egyptianstreets.com/2015/12/22/egyptian-woman-becomes-spains-youngest-member-of-parliament/
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