Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los
grandes desastres dejan al descubierto muchas debilidades y errores. Una tragedia de
la magnitud de la que estamos viviendo en España, con zonas devastadas debería
compensar lamentos y críticas, cada una en su momento, pero sin lugar al
olvido.
Del
torrente de imágenes que el desastre nos está dejando, una auténtica congoja,
me ha sobrecogido en especial las de esa residencia de mayores en la que han
fallecido, según se nos ha informado, cinco personas. Ver a las personas en sus
sillas de ruedas, impotentes, con el agua por la cintura y subiendo me ha
parecido muchas cosas terribles que van más allá de la DANA.
Todavía
están frescas las cifras de los efectos mortales, de los miles de personas
muertas, por el COVID-19 en las residencias. Aquellas decenas de miles de
personas muertas en residencias estaban en la misma trampa mortal en que se
encontraban bajo la lluvia y las inundaciones.
Hemos
visto a bomberos, militares, voluntarios cargando con personas con apenas
movilidad. Lo hacían contra la fuerza del agua, esquivando coches y muebles,
contendores que fluían llevados por las aguas brutales, contra el fango. Hemos
visto niñas descendiendo de helicópteros, gente en kayak, en balsas neumáticas.
Pero esos ancianos de la residencia solo podían contemplar cómo el agua subía
de nivel. Las cifras de muertos entre ellos varían entre cinco y seis, según
los datos.
El País |
Me he
acordado varias veces de las veinte horas en el suelo de Mayra Gómez Kemp, tras
una caída, en esa angustia consciente de la proximidad de tu muerte. Falleció
poco después de ser encontrada por una vecina. Los ancianos en silla de ruedas
no necesitaron pasar tantas horas de angustia, pero eran conscientes de lo que
estaban pasando. Hay grabaciones de lo ocurrido, de la situación de terror vivida.
Los
ancianos son el gran negocio del futuro español, un pueblo envejecido y con
familias dispersas. El COVID y ahora la DANA dejan en evidencia el tipo de
negocio que representan. Las situaciones de los ancianos, dejados a la suerte
del virus y de las inundaciones, son reveladoras. Familias buscando a miembros
de las mismas perdidos. Horas de rastreo y angustia. Los que estaban en la
residencia no estaban perdidos, pero
sirvió de poco.
Hay
otro elemento que debemos analizar, la cuestión laboral. En la España precaria,
el empleo pasa a ser un sistema de explotación, esclavista en muchos casos. En
RTVE.es nos hablan del problema:
La DANA ha dejado en varias zonas del país zonas totalmente anegadas, vehículos arrastrados por la corriente y muchas personas atrapadas en sus centros de trabajo, al negarse las empresas a que sus empleados abandonasen su puesto antes de la hora prevista. Es el caso de Bárbara Jiménez, trabajadora en un restaurante cercano al centro Centro Comercial Bonaire, en Valencia, donde ha tenido que pasar la noche junto a otras 200 personas.
"Nos hemos jugado el pellejo por vender cuatro menús", ha señalado en el Canal 24 Horas de TVE. Según ha explicado, su supervisor "no les dejó" irse a casa porque "no lo veían suficientemente grave". "Hasta que llegó la alerta al móvil, pero ya era tarde", ha lamentado.*
Los sindicatos piden que se revisen los casos producidos que puedan ser sancionables. Pero más allá de la sanción —que acabarán pagado, de una forma u otra, los trabajadores—, está lo que los hechos representan. Creo que es de enorme gravedad la situación que se refleja de esta "España feliz", de "grandes cifras", "motor de Europa" y toda esa retahíla de tópicos con los que el poder disfruta adornando la realidad.
Esos trabajadores sujetos a la voluntad de sus jefes, convertidos en auténticos decisores de sus vidas, me parecen anacrónicos. Hay que establecer un sistema de avisos con carácter algo más que informativo, algo por encima de su voluntad. Pero eso acarrearía un episodio más de esta lucha con un empresariado muchas veces retrógrado, vertical y absolutista, dueño y señor de sus empleados.
No, una situación de este tipo no es momento de discusiones, sino de sistemas ajustados, especialmente porque seguirán llegando. Nos dicen en RTVE.es respecto a las denuncias de los sindicatos:
"La Aemet emitió con antelación suficiente el aviso de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja y rojo en las zonas en las que finalmente se ha producido la catástrofe. Sin embargo, se mantuvo la actividad laboral en numerosas empresas, poniendo en riesgo a un gran número de personas, lo que supone un incumplimiento de la legislación preventiva vigente", señala el sindicato.
Por eso, exigen a las administraciones "una investigación a fondo de lo sucedido para que se adopten las medidas sancionadoras y correctoras necesarias, sin descartar las responsabilidades penales o del tipo que sean". De cara al futuro, la central sindical asegura que "los fenómenos meteorológicos adversos van a incrementar su frecuencia y su intensidad en los próximos años, producto del cambio climático y la sociedad española debe estar preparada para afrontarlos".*
Creo
que la situación de las residencias y los problemas de los trabajadores
"cautivos" simbolizan de forma oscura una realidad española por
debajo del barro, de las pilas de coches arrastrados. A lo mejor hay que
limpiar también muchas otras cosas que están ahí y que la DANA ha sacado a la
superficie.
Habrá,
nos dicen los expertos que se acumulan en las mesas mediáticas, que empezar a
movernos hacia el futuro teniendo en cuentas estos factores climáticos. Si
antaño los ríos eran la vida de los pueblos, ahora pueden ser su muerte. En
muchos lugares, nos dicen, no había llovido, pero fue el agua acumulada que
llegaba desde donde sí lo había hecho la que trajo la catástrofe. Quizá debemos
tratar de dejar de construir donde no debemos porque se acaban pagando las
consecuencias antes o después.
Una de
las imágenes que el ojo del cámara ha sabido captar nos muestra, sobresaliendo tras
una pila de coches arrastrados, un cartel publicitario en el que podemos leer
"Imagina lo que sería vivir en esta zona". Las ironías se fabrican
así, nosotros ponemos el texto y la realidad en contexto.
Un
apunte más: las falsas noticias, No se acaba de entender que tengan que
advertir de mensajes en las redes dando datos falsos, teléfonos erróneos, etc.
La maldad humana es superior a la estupidez y no tiene remedio, solo castigo.
Por lo visto, hay tres Españas: la que sufre, la que no le importa el
sufrimiento y la que disfruta haciendo sufrir.
Desde aquí mi solidaridad con todos los que están padeciendo este desastre, mi apoyo a los que dejan sus energías en ayudar a los demás. Vamos a necesitar mucho tiempo y esfuerzo... y ¡muchos cambios!.
* "Atrapados tras ser obligados a trabajar pese a la DANA: "Nos hemos jugado el pellejo por vender cuatro menús"" 30/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241030/cc-oo-denuncia-empresas-obligaran-a-ir-a-trabajar-con-aviso-dana/16309830.shtml
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