Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Está
claro que la inmigración es un problema con muchas capas y dimensiones. En la
medida en que la gente lo percibe como tal tiende a ser manejado por los políticos
que, enfrentados, lo presenta como algo creado por la incapacidad o el error de
terceros.
La
imagen de la inmigración es manipulada no tanto para darle una solución eficaz
como para mostrarse capaz de resolverlo.
En
Estados Unidos, por ejemplo, se ha convertido en el eje de la campaña electoral
de Donald Trump y los republicanos al presentar la inmigración como un peligro
para el presente y el futuro, como un flujo de criminalidad que llega desde el
sur. Todo lleva a las percepciones negativas, a producir miedo ante los que
llegan.
El
modelo trumpista norteamericano ha tenido éxito en Europa, tratando de imitarlo
por parte de los partidos de ultraderecha que los grupos y estrategas a la
sombra del expresidente han apoyado. Hay, sin duda, una coordinada
"internacional" ultraderechista y la inmigración es uno de los puntos
de contacto, algo que utilizan para construir los discursos políticos basándose
en esa inquietud provocada, en esos puestos de trabajo en juego, ese aumento de
la criminalidad, etc. El avance coordinado en Europa es claro.
Sin
embargo, la realidad puede ser muy distinta, como nos muestra ese inhumano
lugar de explotación donde se trataba a los trabajadores de forma infame,
pagándoles 0cho euros la hora y viviendo entre basura. Los entramados de
intermediarios "lavan" las conciencias de algunos pero no logran
borrar las imágenes que este abuso criminal deja en nosotros.
Está en todos los medios el centro de internamiento creado por Italia en Albania para deshacerse de los solicitantes de asilo y la respuesta dada por la Justicia italiana. En RTVE.es nos informan con detalle de lo sucedido con esos inmigrantes internados, diez de Bangladés y seis de Egipto:
[...] Según los jueces, los 12 inmigrantes llevados a Albania por el barco Libra de la Marina italiana deben regresar a Italia puesto que no pueden permanecer en las instalaciones, pero tampoco pueden ser dejados en libertad en territorio albanés. Se espera que sean trasladados este mismo sábado a Italia a través del puerto de la ciudad de Bari, en el sur del país. Desde ahí serán transferidos a varias instalaciones para migrantes, aunque su situación es incierta, pues Italia les denegó sus solicitudes de asilo en un proceso acelerado desde los centros de recepción y retención bajo su jurisdicción en Albania.
Por su parte, el Gobierno italiano asegura que seguirá con su plan migratorio en Albania pese al fallo judicial, y Meloni ha indicado que reunirá a su gabinete el próximo lunes para tratar la sentencia.
"Les he convocado para aprobar
reglas para superar este obstáculo", ha declarado la
primera ministra ante los periodistas en Beirut después de su reunión con su
homólogo libanés Najib Mikati. También ha descrito la decisión del tribunal
como "prejuiciada". "Me sabe mal que, cuando toda Europa mira
con interés algo que hace Italia, estemos tratando de ponernos palos en las
ruedas", ha alegado.
Los magistrados se basan en la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) dictada el 4 de octubre, que indica que para ser considerado seguro, un país debe serlo "en todas sus partes y para cada persona", es decir, "no puede haber persecución, discriminación o tortura hacia nadie en ninguna zona del territorio". Así, el documento alega que "los dos Estados de los que proceden los migrantes, Bangladés y Egipto, no son seguros".
Según los criterios de esta sentencia, la imposibilidad de reconocer los países de origen de los detenidos como "seguros" significa también que no se les pueden aplicar los procedimientos fronterizos acelerados para la evaluación de sus solicitudes de asilo, es decir, los únicos previstos por el protocolo Italia-Albania. Por lo tanto, los 12 inmigrantes tendrán que someterse a procedimientos ordinarios más largos y que deberán realizarse en otro lugar, no en Gjader.
La presidenta italiana ha criticado la posición de la Justicia italiana y ha argumentado que la Corte de Roma se ha excedido en sus atribuciones: "No creo que sea competencia del poder judicial establecer qué países son seguros y cuáles no, es del Gobierno".*
Las reflexiones de Meloni sobre las "miradas europeas", interesadas en su modelo, no dejan de tener algo de irónicas. Pero es un astuto giro hacia las otras ultraderechas europeas, algo que crea líneas de trabajo para otros países y ganar votos si se confirma como "solución". Todo eso ha quedado fuera por la acción de los jueces italianos.
Es evidente que la "civilizada" Europa no puede dedicarse a construir cárceles en países extracomunitarios, cárceles para inmigrantes. Esto no es solo una inmoralidad, sino que generará un peculiar sistema económico entre la UE y terceros países. Es evidente que esos terceros países no lo harán gratis, que les interesa recibir una serie de beneficios por hacer "el favor" a Italia, en este caso.
No hemos acabado de entender (o no queremos) que las cantidades dadas a los países fronterizos para que "contengan" el paso a través de sus zonas no solo no lo ha impedido, sino que se ha convertido en un floreciente negocio mafioso y una forma de chantaje sobre lo que permites o no pasar por la frontera.
La idea de países "seguros" para devolver a los escapados de lugares muy distintos, reivindicada por Meloni como "algo propio de los gobiernos", algo que deben decidir ellos y "no de los jueces", es un aviso más de cómo se está politizando el caso. Los gobiernos Bangladés y Egipto, en este caso, dirán que sí son seguros, que la gente se va porque quiere. Se abrirá así una peculiar forma de diplomacia.
La reciente sentencia europea estableciendo que las mujeres afganas no tienen que demostrar su condición de "perseguidas" porque está claro que lo son por el sistema, simplemente porque son mujeres, que a alguien a quien no se le deja hablar, estudiar, trabajar o ir por la calle, todo prohibido por ley, debe ser considerada perseguida sin más y concederle refugio.
Las barreras que la Europa restrictiva quiere levantar son manifestaciones de un deseo, más que de una realidad. Ese deseo es el de un aislamiento con que se traducen diversos miedos. El miedo laboral tiene sentido en la ocupación de puestos de trabajo. Debería tenerlo en los planes de automatización en marcha y que nos van a crear enormes problemas porque lo que se ahorra en "sueldos" es lo que hace a la gente más pobre y, por tanto, menor el consumo, con lo que se producen fenómenos como el de los "pisos turísticos", es decir, que ya no se produce para los españoles pobres (que no se lo pueden permitir), sino para los extranjeros ricos, la inmigración deseada, la que puede gastar.
La creación de cárceles —no son otra cosa— no es una "solución". Por el contrario es una muestra de la Europa que ha perdido sus propios valores, su definición como espacio en el que fuera posible una Europa distinta a la que empezó dos guerras mundiales.
Crear cárceles fuera de nuestro espacio es una forma de notable hipocresía política. No por ello dejamos de ser los "carceleros". El enfado de Meloni es porque no puede eliminar la responsabilidad italiana del asunto.
El otro problema es empezar a considerar heroicidades planteamientos como estos y que empiecen a conseguir respaldo popular y político. La inmigración, clasificada como "problema" se percibe como problema, sea justo o no.
Gran parte de esta situación de países de los que la gente huye, enfrentándose a situaciones terribles de todo tipo, se debe a las políticas de vista gorda de países occidentales, no solo europeos. Pero Europa tiene mucho que ver, como podemos hablar de España y el acercamiento a Marruecos por la cuestión del Sahara, que ya produce conflictos con los refugiados.
La inmigración es un drama humano, un huir de la miseria y del terror. Se complica con la insolidaridad del mundo de los países ricos que se niegan a los pobres. Cuando llegan son explotados, como el caso citado, tratados de muy mala forma. Afortunadamente hay mucha gente solidaria que aboga por otras medidas y forma de trato. Mientras no hay un mayor equilibrio entre países, las fronteras serán rejas y los refugiados y emigrantes intrusos, criminales, etc. en la mentalidad de algunos. Se disfrazan las cuestiones reales como cuestiones "patrióticas" para envolver las feas ideas con bonitos colores.
La cuestión migratoria no es dónde meterlos o cómo evitar que salgan, sino cómo convertir esos países "no seguros" en "seguros", en habitables, donde la gente pueda subsistir y tener una vida digna. Es lo que pedimos a los nuestros.
* "Un tribunal italiano cuestiona el plan Meloni al rechazar que los migrantes trasladados a Albania puedan ser retenidos" RTVE.es 18/10/2024 https://www.rtve.es/noticias/20241018/italia-albania-migracion-inmigrantes-refugiados-asilo-meloni/16293865.shtml
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