Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No sé
cuántos apoyos directos e indirectos le quedan a Israel. Conforme avanza la
masacre de poblaciones, se hace más difícil encontrar apoyos, gentes o países
que puedan estar de su lado en la brutalidad. Israel no está ganando esta
guerra; solo produce más víctimas sobre el terreno, la gran mayoría civiles, la
gran mayoría niños. De las 37.600 muertes calculadas, 15.500 son de menores. Las
cifras dicen mucho de su forma de "trabajo" y aclaran el hecho de que
Naciones Unidas acabe de incluir a Israel en la lista negra de países que
violan los derechos de los niños en los conflictos armados, una lista poco
vistosa. De ellos nos informan en RTVE.es.
La
reacción israelí no se ha hecho esperar:
"Nuestro ejército es el más moral del mundo, quien entra en la lista negra es el secretario general, que fomenta el terrorismo y el odio a Israel. ¡El secretario general debería avergonzarse de sí mismo!", ha escrito el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, en una publicación en la red social X.*
Al gobierno israelí parece gustarle este tipo de respuestas conspiratorias, respuestas que parecen decir "¡Veis, todos nos odian, son antisemitas!" justificando sus propias acciones, algo injustificable se mire por donde se mire.
Que Hamás es un grupo terrorista y que le importa poco la vida del pueblo palestino ya lo sabemos, lo que no quiere decir que este coste en vidas civiles, especialmente en vidas de niños pueda ser justificada de ningún modo. La misma respuesta de Benjamín Netanyahu cuando se producen estas masacres de vidas de civiles "¡Son cosas de la guerra!" es de una inmoralidad suprema y casa poco con eso del "ejército más moral del mundo" que dice su embajador en Naciones Unidas.
Las condenas a Israel por las muertes de civiles se suceden y las consideraciones de Netanyahu como "genocida", "criminal de guerra", etc. le siguen como consecuencias de esa "moralidad" violenta que practica el ejército a sus órdenes.
El quedarse solo es explicado con tópicos y acusaciones: todos son antisemitas, incluso los muchos judíos repartidos por el mundo que no ven con buenos ojos lo que hacen allí y que les afecta a todos. En este sentido, según esta forma de ver el mundo, Israel es incriticable por naturaleza. El mundo debe aceptar todas sus decisiones, sean cuales sean, sin críticas bajo pena de revelarse como antisemitas.
El apoyo de los Estados Unidos y el de otros países aliados se hace cada vez más complicado. No es fácil ignorar los abusos y crímenes y por todas partes surgen condenas a lo que se ve cada día, a las cifras de muertos, a los niños masacrados, a la destrucción sistemática que impida la vuelta, dejando terreno libre para una nueva colonización.
Cualquier crítica es respondida como "antisemita". De esta forma, Israel está creando una nueva forma de rechazo que ya no se basa en los estereotipos religiosos y culturales, sino en el presente de abusos y crueldades, en la desmesura, en las masacres infantiles. ¿Que Hamás le saca rendimiento? ¡Indudablemente! Pero, sabiéndolo, Israel no solo no lo limita, sino que persiste en ello.
Esto no es ya solo una guerra; es un juego cruel, siniestro, cobarde. La gran pregunta es cuándo se llegará al embargo total, a la condena absoluta. Las miradas van hacia la Casa Blanca, que es la que marcará el fin de esa época incondicional en la que ha crecido la idea de impunidad.
La respuesta de Israel —con casi 15.000 niños muertos— a la inclusión en la lista negra de las Naciones Unidas no debe extrañar a nadie. Tampoco que Israel vuelva a decir que es una maniobra anti semita. Estos son los hechos que las cifras representan, muerte tras muerte.
Pero la Historia se escribirá de forma clara. No como quiere Netanyahu. No habrá ejército más moral del mundo.
* "La ONU notifica a Israel su inclusión en la lista de países que violan los derechos de los niños en conflictos armados" RTVE.es 7/06/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240607/onu-notifica-israel-inclusion-lista-paises-violan-derechos-ninos-conflictos/16138811.shtml
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