Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Una de
las cuestiones que más se debaten en estos últimos días por parte de analistas
en los medios es si se ha producido un cambio de perspectiva, es decir, si el Israel
de Netanyahu ha dejado de ser "villano" para ser "víctima"
tras el ataque con misiles y drones por parte de Irán. La cuestión puede
parecer absurda y en gran parte lo es, pues es de una enorme simpleza.
Esta
especie de giro de guion en película del género del "falso culpable"
es muy del gusto mediático, pero no deja de ser una cuestión relativa en una
situación de enorme complejidad y con aspiración a convertirse en una guerra
abierta e imprevisibles que arrastre no solo a la zona, algo que ya es difícil
de parar, sino a Europa y Estados Unidos.
Las
decenas de miles de víctimas civiles, caídos directamente por los ataques
israelís no se arreglan de ninguna manera. La destrucción sistemática de
hospitales, escuelas, hogares, etc. dejan un territorio arrasado en el que,
aunque se firmara mañana mismo un acuerdo de paz, sería imposible vivir con
cierta "normalidad". Netanyahu y su gobierno no solo "se
defienden" sino que "arrasan" un territorio diezmando la
población y expulsándolos hacia el vacío. De esta forma, Israel está destruyen
sus propias posibilidades de un cierto futuro estable. Quizá sea esto lo que
quiere la radicalidad judía, crean un mundo lleno de amenazas en el que el
poder esté necesariamente en manos de los radicales más agresivos, los que
estén constantemente esgrimiendo "soluciones" drásticas hasta limpiar
ese espacio. Pero cualquier solución de este tipo es condenarse; es hacer que
los israelís partidarios de la paz y la convivencia se vayan de Israel y, por
el contrario, atraer sionistas radicales para convertirlos en nuevos y hambrientos
colonos.
Con
estas prácticas, Netanyahu es el mayor reclutador del terrorismo en la zona.
Los que sobreviven, los que se ven desplazados, amenazados, etc. se convertirán
en cuanto tengan ocasión en militantes de organizaciones terroristas que
tendrán a Israel y a Occidente en su conjunto como objetivo, pues los verán
como responsables de su destino. De poco servirán todas estas movilizaciones y
cantos en favor de Palestina y su pueblo. Los radicales violentos serán los
beneficiados.
La
creencia en que todo esto es una maniobra de Netanyahu para no abandonar el
poder, para evitar así ser juzgado por sus delitos previos, casos de corrupción,
está bastante extendida. De ser así, de ser un móvil político para tanta barbarie,
convertiría a Benjamín Netanyahu en un auténtico psicópata del poder.
No, el
ataque iraní no justifica nada; solo compromete a más en esta lucha irracional
en las tierras del "ojo por ojo", en las que Israel recibe ya un
apoyo del que se empieza a dudar si es contraproducente. Pero, sí, Israel ya está
planificando su "respuesta" ante Irán, que era respuesta al ataque al
consulado de Irán en Damasco, que era respuestas a los ataques de Hizbulá que
eran respuesta... ¿qué ocurrirá con la próxima respuesta?
Entre
tantas especulaciones sobre los posibles efectos, se ha escuchado otra voz, la
de Ucrania. Zelenski ha dicho que porqué ellos, que sufren los bombardeos
constantes de Rusia sobre su territorio, no pueden disponer de sus sistema de
defensa parecido para salvar vidas en una guerra que no han buscado, en una
guerra que se ciñe mayoritariamente a su territorio y en la que tienen que
medir al milímetro sus respuesta ante la potencia agresiva.
Es una buena pregunta. Netanyahu no se la hace, lo que le permite ignorar las consecuencias que sus actos tienen para el futuro de Israel, para la zona y para las potencias que se siente en la obligación de cubrirle militarmente las espaldas y de respaldar políticamente su reinado irresponsable y altanero.
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