lunes, 18 de septiembre de 2023

La atracción del teléfono

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Me ha sorprendido, pero a grandes males, grandes remedios, dice el refrán. A veces lo más costoso es darse cuenta de lo evidente, de que las cosas no van a cambiar por mucho que nos empeñemos.

Les cuento. Durante décadas se nos enseño que las personas debían mirar a derecha e izquierda antes de cruzar la calle, que había que cruzar por donde hubiera un semáforo o un paso de cebra y que el semáforo se cruza en verde. Sí..., pero de qué sirve todo esto si no miras el semáforo, es más, no te das cuenta ni de que existe porque ¡vas mirando el teléfono!

El teléfono móvil, el celular, como lo queramos llamar se ha convertido en un ¿problema? para muchas cosas porque concentra nuestra atención, nos absorbe y quizás hasta nos abduce.

Recuerdo las primeras noticias de gente que se caía en alcantarillas abiertas por ir mirando el tiempo. ¡Jajajaja!, nos reíamos entonces, "¡Cómo se puede ser tan despistado!", decíamos con la sonrisa burlona. Sí, eran otros tiempos. Ahora nos pasamos paradas por ir mirando él móvil, contamos nuestra vida a voces sin importarnos lo que contamos. ¿Recuerdan cuando hablar por teléfono en un vagón de tren recibía fulminantes miradas por parte de todos los viajeros y había que salirse del vagón a hablar?

¿Recuerdan cuando hablar por teléfono móvil era una anomalía y no está aplastante normalidad que se ha llevado por delante nuestra forma de vida? Los bebés chupan los teléfonos forrados de silicona cuando les duelen loa dientes que luchan por salir; la gente consume tiempo y pulgares pasando pantallitas con rítmico aburrimiento... Los perros pasean aburridos ante unos imperturbables amos que miran el móvil y les ignoran. El otro día vi cómo se le escapó el cochecito del bebé en una cuesta cuando soltó la mano para ver un chat; menos mal que reaccionó...

El otro día hice un recuento rápido en el tren y habría como un 75% de personas colgadas al teléfono, los demás dormitaban y solo dos íbamos con sendos y gruesos libros camino del trabajo.

Antena 3 nos trae una noticia con el siguiente titular "Instalan semáforos en el suelo de Sabadell para los despistados que miran el teléfono hasta para cruzar". Se nos dice que se han tomado las siguientes medidas: 

Cada vez son más las personas que no miran los semáforos al cruzar la calle por culpa del teléfono. Sabadell refuerza la seguridad de los viandantes con la instalación de los semáforos de tierra con el objetivo de captar la atención de los peatones.

Una medida que se ha empezado a aplicar en las principales arterías de la ciudad desde julio y que tiene el visto bueno de los vecinos. Para muchos, es una buena medida e incluso algunos nos han dicho que los despistados que van siempre con el teléfono "no se fijan si se pone en verde". Otra vecina de Sabadell nos decía: "Deberíamos no ir tanto con el móvil, ya que esto no lo vamos a cambiar y así evitamos los sustos"

La alcaldesa, Marta Farrés, asegura que estos semáforos sirven para "que la gente no cruce sin mirar y que tengamos un susto con algún peatón herido".*


El ayuntamiento se planteó multiplicar las multas y aceptar los accidentes o seguir la doctrina del Judo y aprovechar la fuerza del contrario. Si el peatón no mira donde debe, pongámosle el semáforo allí donde mira, es decir, hacia abajo. Por lo menos estará más cerca de su visual que hacia arriba, hacia donde no mira.

La decisión del ayuntamiento me parece acertada. Es eso o llenar los hospitales y juzgados.

Me imagino que no falta mucho para que se le ocurra a alguien la solución digital, que sería que los teléfonos se conectaran directamente a los semáforos mediante una "app", con lo que se podría tener el rojo y el verde en pantalla sin tener que levantar la mirada.

Todo llegará. Por ahora, Sabadell es puntera en salvar la vida no a los despistados, como dice el titular, sino a los que viven pendientes de sus pantallas. ¿Cómo vamos a dejar las trivialidades fascinantes que nos llegan a través de ese rectángulo? ¡Antes la muerte que dejar de mirar! Lo peor es que ese mirar absorbente no tiene ninguna finalidad más que el hecho mismo de mirar; es, literalmente, el secuestro de nuestra atención, el bien más productivo del que disponemos. El teléfono móvil se lo traga todo. En ese todo estamos nosotros incluidos.

Por más que queramos competir con el teléfono haciendo semáforos monísismos, la atracción del teléfono es absoluta.

Las víctimas del teléfono no son los atropellados, que a lo mejor escarmientan. Somos todos, que pasamos media vida (contando por lo bajo) mirando es pantallita, venga a cuento o no. Lo triste no es que la gente no pueda quitar la vista de los teléfono; lo triste es que muchos no sabrían qué hacer sin él.

Un sistema similar fue instalado en Holanda por el mismo motivo, los miradores de teléfonos. Fue en 2017 y el diario El Mundo informó de ello. Ahora toca en Sabadell y me temo que serán necesarios pronto por toda España.

  

* Albert Castilla "Instalan semáforos en el suelo de Sabadell para los despistados que miran el teléfono hasta para cruzar" Antena 3 17/09/2023 https://www.antena3.com/noticias/sociedad/instalan-semaforos-suelo-sabadell-despistados-que-miran-telefono-cruzar_2023091765069dd21fb4a6000138aa8d.html

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