Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No me
da mucha pena acabar el año hablando de Donald Trump. Trump no solo es un mal
pasado, sino un peor futuro, pues si fuera reelegido después de todo lo que
sabemos que ha hecho y ha dicho, el futuro de cualquier versión aceptable de la
democracia en Estados Unidos y, por imitación, en otros países sería algo peor
que incierto. Un pueblo que eligiera por segunda vez a Trump no tendría perdón
a los ojos de la Historia, sí, con mayúsculas. La influencia de los Estados
Unidos en el mundo, para bien y para mal, es grande. En este segundo caso,
sería deplorable.
Un
Trump llegado por segunda vez a la Casa Blanca sería la confirmación del error
persistente que fue su elección como presidente. Con un mandato de exhibición
narcisista, con todos los socios mundiales contando los días que le faltaban
para terminar su mandato, la perspectiva de una nueva elección es aterradora.
Si "segundas partes no fueron buenas", según reza el dicho, la
segunda parte de Trump sería aterradora.
The New York Times |
Para
evitar esa tentación posible, los poderes norteamericanos tratan de dejarlo en
evidencia ante el pueblo elector. Se trata de aclarar su participación en el
asalto, un verdadero intento de golpe de estado, al Capitolio del 6 de enero,
para evitar el nombramiento de Joe Biden. Pero a ello le siguen todos los
frentes, en especial el de los impuestos y los de los fondos oscuros de sus
negocios. Hay declaraciones de presiones sufridas diciendo que "solo"
necesitaba algunos miles de votos para ganar un estado y otras de corte
similar. Ahora sale a la luz un nuevo dato por el que se ha luchado en diversos
frentes desde que salió, sus declaraciones de impuestos, un secreto que Trump
pensaba bien guardado si seguía en la Casa Blanca. Ya hemos mencionado en
varias ocasiones aquellas palabras suyas en un documental previo a la llegada
al poder: "de qué sirve ser poderoso si no lo ejerces". Eso se llama "privilegio"
y la idea narcisista de que se perpetuaría en la Casa Blanca porque nadie
podría ganarle ayudó a que bajara la guardia.
En RTVE.es se nos da cuenta de los problemas de Trump con los impuestos:
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (2017-2021) pagó cero dólares en impuestos federales en 2020, año en el que perdió los comicios para su reelección.
Los datos salen después de que un comité del Congreso de Estados Unidos haya publicado este viernes las declaraciones de impuestos del expresidente Donald Trump de los últimos seis años, incluidos los cuatro de su mandato (2017 - 2021), cerrando así cerrando un largo litigio con el republicano, quien aspira a ser el candidato presidencial de su partido en 2024.
Trump había solicitado al Tribunal Supremo que sus declaraciones se mantuvieran en secreto, pero la máxima instancia judicial estadounidense rechazó el pasado 22 de noviembre su petición.
“Un presidente no es un contribuyente ordinario. Tiene poder e influencia a diferencia de cualquier otro estadounidense. Y un gran poder conlleva una responsabilidad aún mayor", ha dicho en un comunicado el presidente del comité, el congresista Richard Neal.
Según la revisión hecha por medios locales, la documentación publicada, con centenares de hojas, revelaría que el expresidente pagó muy poco en impuestos sobre la renta durante los años en los que estuvo en el Gobierno.*
La
aplicación de la "doctrina Spiderman" (un gran poder conlleva una
gran responsabilidad) es lo opuesto a la doctrina Trump: "un gran poder conlleva
una gran tranquilidad, por no decir impunidad". Los historiadores señalan
que la frase no fue una invención del "Tío Ben", sino que viene de la
época de Damocles, pero en este caso, Trump es más cerca de ser un súper
villano de Marvel, que del mundo griego.
¿Caerá
Trump, como algunos gánsteres, por los impuestos? ¡Cuidado con los impuestos!
En el Independent en español, Andrew Feinberg, con el titular "Trump se pronuncia tras la publicación de sus declaraciones de impuestos", nos explica las reacciones del ex presidente:
Dijo que la publicación de sus declaraciones
para los años 2015 a 2020 “acarreará cosas horribles para tanta gente” y
causará que las divisiones en los Estados Unidos “empeoren mucho”.
“Los demócratas radicales de izquierda han convertido todo en un arma, pero recuerden, esa es una peligrosa calle de doble sentido”, dijo el expresidente. También afirmó que las declaraciones muestran que ha sido “orgullosamente exitoso” e ilustran la forma en que ha sido “capaz de utilizar la depreciación y otras deducciones fiscales como incentivo para crear miles de puestos de trabajo y magníficas estructuras y empresas”.**
Las
declaraciones tienen dos claves. La primera es la amenaza, claramente. Trump
amenaza con "sufrimientos" y "división". Eso se traduce en
más movimientos a través de los medios afines y las redes sociales incitando al
desorden, señalando que es una "víctima". Pero la segunda clave es
más interesante, la del "éxito". Trump se ha presentado siempre como
el paradigma del éxito, la cumbre de la idea del hombre que se ha hecho a sí
mismo a través de los negocios. La riqueza es la demostración, en clave de
éxito, de esa autoconstrucción que le lleva hasta la cima del mundo, la
presidencia de los Estados Unidos. Trump no es un demócrata ni puede serlo; desde
su narcisismo patológico, ha sido su fuerza y esfuerzo lo que le ha llevado, de
éxito en éxito, hasta alcanzar ese trono que se merece él solo y nadie más. Hay
algo en su forma de pensar que le impide aceptar que su destino pueda estar en
manos de los otros... pero a eso se le llama "democracia". Es
entonces cuando Trump usa su "éxito" para convencer a las masas de
votantes: su éxito les llevará a ellos al suyo. Por eso esa alusión final a que
su riqueza ha servido "como incentivo para crear miles de puestos de
trabajo". Es la doctrina de la concentración de la riqueza y del descenso
en cadena de la riqueza, desde las cumbres hasta el pueblo llano. Hacen falta ricos porque ellos crean puestos de
trabajo. ¿Les suena?
Sin
embargo, las sombras sobre el éxito de Donald Trump han sido muchas y el hecho
de que ocultara sus datos de impuestos va más allá del fraude fiscal. Es el
temor a que se vean su "cuentas", las de sus empresas y no haya
dinero que ocultar, sino dinero no ganado. A Trump no le preocupa defraudar, le
preocupa que se vea que sus empresas no han sido todo lo exitosas que ha dicho
que eran. Le preocupa mostrarse o ser percibido por los demás como un
fracasado. Desde esa perspectiva del fracaso, toda su retórica del éxito y del
dinero en cascada se desmorona. Trump no solo vive lujosamente, sino que
necesita mostrar su lujo, necesita que los demás vean en él ese efecto en
cascada.
La
publicación de sus declaraciones de impuestos es un fuerte golpe. Ahora quiere
transformarlas en algo "positivo" (ingenio e ingeniería declarativa),
pero de ser así ya lo habría hecho él antes. Si no lo hizo y luchó en cambio porque no se
publicaran es porque sabía que iban a revelar más de lo que quería dar a conocer.
La
responsabilidad de un presidente es clara: debe ser ejemplar, usar bien sus
posibilidades y ser honestamente transparente. En la visión de Trump sucede al
contrario. No hay privilegio que no deba ser usado, si no ¿de qué sirve ser
presidente? Frente a la responsabilidad, la impunidad y el privilegio.
Hace mal el ABC al titular como si esto fuera una guerra de unos contra otros. La guerra es contra una forma de interpretar la democracia como si fuera una monarquía absolutista y despectiva. Lo que se juegan los Estados Unidos (y gran parte del mundo) es algo más que una declaración de impuestos. El hecho de que siga habiendo millones de electores que siguen pensando que Trump es el futuro solo habla de distorsiones de lo que debe ser una democracia. No es la primera vez que se da esta paradoja del autoritario elegido democráticamente. Las memorias de los que sirvieron a su lado son una declaración clara del comportamiento y de la desesperación por hacerle entender qué se podía y no podía hacer, incluidos los asesores militares o de inteligencia.
Las instituciones están por encima y son garantía de la supervivencia del sistema. Si no entendemos esto, el futuro será siempre un peligro acechante. Trump no ha sido ningún regalo a los Estados Unidos, como él pretende; ha sido más bien el ejemplo de cómo se pervierte un sistema democrático con la mentira sistemática y con los privilegios por delante.
* "La publicación de las declaraciones
de la renta de Trump desvela que no pagó ningún impuesto federal en 2020"
RTVE.es Agencias 30/12/2022
https://www.rtve.es/noticias/20221230/congreso-estados-unidos-impuestos-donald-trump/2413275.shtml
** Andrew Feinberg "Trump se pronuncia
tras la publicación de sus declaraciones de impuestos" Independent español
30/12/2022 https://www.independentespanol.com/noticias/eeuu/trump-declaraciones-impuestos-publicadas-congreso-b2253680.html
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