Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Al
detenido por los sobornos en el parlamento europeo, la pareja de la también
detenida vicepresidenta Eva Kaili, le ha surgido de repente una duda: ¿quién
cuidará de su hijita si ambos están detenidos? Es una cuestión que no se
plantearon cuando empezaron con esto (me refiero a los delitos y no a la paternidad). La cuestión se agrava si el abuelo está
también detenido, pillado con una maleta
llena de cientos de miles de euros. Desde luego, no iba a comprar el pan, como
quizá acabe argumentando la defensa. Tendrán que ir pensando todos en cómo
explicarle a la pobre niña porqué una parte importante de la familia
probablemente no asista a los próximos cumpleaños, fiesta navideñas ni fiestas
en el cole.
Es
curioso cómo cambian las prioridades cuando te detienen y te enfrentas a lo cotidiano que se modifica, como parece
previsible que ocurra, más allá de todas las presunciones de inocencia posibles.
La
crónica de Pablo Suanzes para El Mundo se mete en este contraste entre personas
que pasan de tenerlo todo a ver cómo todo se esfuma y problema para a ser la
"canguro":
"Lo he hecho todo por un dinero que no me hacía falta". Esa es la confesión del italiano Francesco Giorgi, de 35 años, uno de los cuatro detenidos por la presunta trama de corrupción y lavado de dinero que afecta de lleno al Parlamento Europeo. En su declaración del miércoles ante la Cámara del Consejo de Bruselas, Giorgi habría confesado su responsabilidad en la red, como encargado de mover el dinero, habría inculpado a dos diputados hasta ahora no acusados formalmente, el belga Marc Tarabella y el también italiano Andrea Cozzolino (para el que trabaja ahora), y habría exculpado a su pareja, la hasta hace unos días vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili.
Así se desprende de la documentación a la que han tenido acceso Le Soir y La Repubblica. En su declaración, Giorgi explica cómo llegó a Bruselas hace 13 años y Panzeri le cogió como asistente y lo convirtió en su protegido. Cuando su jefe no fue reelegido, en 2019, pasó a ayudarle en la ONG Combatir la Impunidad y a trabajar para Cozzolino, pero también a gestionar mucho dinero, presuntamente de sobornos por parte de Qatar o Marruecos.*
Creo que estos dos párrafos dan para una serie de varias temporadas. Solo la frase que da comienzo al texto, da para un tratado sobre el comportamiento humano. ¿Por qué roba el que no necesita? Parece que se inicia un largo periodo filosófico, reflexivo, que se podría concretar en algún tratado sobre la trivialidad de la codicia en un mundo vacío.
La historia del becario reclutado, en cambio, daría para un culebrón balzaquiano. Francesco Giorgi deberá, a lo Proust, si elegir el camino filosófico de reflexión sobre la codicia o si, por el contrario, elige el camino balzaquiano ("metonímico", nos diría Roland Barthes en uno de sus análisis proustianos) de la historia, de los hechos que se suceden unos a otros. Ideas o hechos, reflexión o acción.
Puede que a todos nos interese más ese camino del recién llegado a Bruselas (los héroes balzaquianos llegan desafiantes a París, el monstruo al que han de doblegar), donde le fichan de asistente de parlamentario, de ahí salta a miembro de una ONG de su jefe para "combatir la impunidad" (¡Dios mío, no lo acabo de asimilar!) donde le seduce y desborda el dinero fluyente para buenas causas que acaba destinado a malos fines. Finalmente, como vicepresidente consorte del Parlamento Europeo, apropiador aburrido y sin ganas, cleptómano mecánico, apenas sin voluntad de delinquir apropiándose de lo ajeno difuso, acaba preguntándose quién cuidará de la hija, fruto de ese matrimonio sólido y basado en el amor a las instituciones y a lo que estas representan. La familia que roba unida permanece unida.
La rapidez con la que Francesco Giorgi se ha arrepentido —no sabemos si ha tenido tiempo de confesar— invierte la posición del epílogo, que pasa a ser prólogo de todo esto. Los ciudadanos europeos nos sentimos realmente sorprendidos por la lógica del lazo metonímico del asunto, la lógica que encadena el relato de esos 13 años de ascenso desde ser el protegido de un diputado hasta estos momentos filosóficos ejemplares que ahora nos muestra. Él, tanto tiempo en la sombra, nos sorprende ahora por esa confesión reflexiva y arrepentida, todo en uno.
Dice Giorgi que la madre es inocente. Pablo Suanzes comenta en su artículo, con mucho sentido común, que el hecho de que hayan pillado al abuelo a la fuga con la maleta llena de euros no favorece el argumento. Pero siempre hay en las ficciones algunas cosas que no casan bien, ciertas licencias.
Todos nos preguntamos ahora quién se quedará con la niña. Todas las familias que emprenden el camino oscuro deberían dejar claro estas cosas antes de lanzarse al vacío.
* Pablo R. Suanzes "La pareja de Eva Kaili confiesa pero asegura que ella es inocente: "Lo he hecho todo por un dinero que no me hacía falta" El Mundo 15/12/2022 https://www.elmundo.es/internacional/2022/12/15/639af9aefdddff7f7c8b45b2.html
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