Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En
estos días se ha planteado en algunos medios el debate clásico sobre la
libertad de información al cerrar diversos países canales de TV como Russia Today (RT) y Sputnik, que circulan por todo el mundo. Estos canales son medios
que sirven para esparcir en distintas lenguas los argumentos e intereses de
Putin, no los de Rusia. No voy a ser yo quien exprese los argumentos de Rusia,
pero creo que es bastante evidente que son diferentes a los de Putin y el poder
ruso. De ser lo contrario, Putin no estaría recrudeciendo su control informativo,
judicial y policial. Lo que más teme Putin es al pueblo ruso, que será
finalmente quien le haga caer. El debate sobre el cierre de estos medios es
necesario, pero no hay que confundir los términos ni la situación en la que nos
encontramos en estos momentos.
Es
necesario comprender que las fortalezas de la democracia no pueden ser
aprovechadas por sus enemigos. Y es lo que está haciendo Putin desde el
principio en todos los órdenes. Putin ha invadido Ucrania y la está masacrando
porque sabe (y se le ha dicho) que nadie va a pisar el suelo ucraniano ni a
sobrevolar su espacio aéreo. Occidente ha puesto límites, lo que es muy cómodo
para Putin, que sabe hasta dónde pueden llegar. Occidente, en cambio, desconoce
hasta dónde puede llegar Putin, es especial después del ataque a la central
nuclear ucrania, la más grande de Europa y que ya ha sido tratada como
"terrorismo nuclear". Cada vez que en Occidente se ha hablado de un
límite, Putin lo ha sobrepasado. Nadie le va a parar desde fuera.
La
"libertad de prensa", la "libertad de expresión", la
"libertad de información", todo el bloque de libertades que se
manejan en el mundo de la información están pensados con un carácter positivo,
se diseñaron para compensar el monólogo del poder, su voz única. Así nació la
idea de equilibrio de poderes, una forma de controlar el poder absoluto. El
"cuarto poder" existe para que el pueblo esté bien informado, se
pueda defender de las versiones perversas y manipuladas de la verdad. Usar las
libertades para acabar con los libres —soy menos libre al ser manipulado
informativamente— es una paradoja habitual y que los regímenes dictatoriales usan
como una debilidad democrática para acabar con ella.
Ninguno
de los dos canales citados son "informativos"; están diseñados para
la intoxicación y mantener al mundo y a los propios rusos alejados de la
realidad. No informan, desinforman. Pese a su apariencia mediática son
exactamente lo mismo que los batallones de hackers e intoxicadores de redes
sociales que el mismo Putin ha empleado estos años para crear confusión,
rechazo, para sembrar discordia entre grupos sociales. Esto es un hecho
comprobado y del que existen suficientes precedentes. Los lectores interesados
pueden buscar mediante las etiquetas los casos anteriores en los que hemos
realizado comentarios sobre el comportamiento de esta cadena.
Me
gustaría comentar un hecho, que considero relevante, y se ha reproducido ayer; son los ataques de Nicolás Maduro contra la prensa española en su conjunto a raíz
de la invasión rusa de Ucrania.
En ESdiario,
leemos:
Uno de los pocos apoyos internacionales con
los que cuenta Vladimir Putin en su proceso de invasión de Ucrania es
Venezuela. La dictadura de Nicolás Maduro ha defendido en numerosas ocasiones
la guerra iniciada por el Kremlin, llegando a asegurar que se trata de una
operación política para “desnazificar” el país.
Pero es evidente que Rusia está perdiendo la
batalla cultural, la del relato, que es fundamental en un conflicto de estas
características. Y es que la “inhumana acción” de Moscú, tal y como ha señalado
el máximo representante de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha hecho que
tanto Putin como sus aliados estallen.
Eso ha sido lo que ha ocurrido con Maduro en
las últimas horas. El líder chavista ha atacado con dureza a los medios de
comunicación españoles que están informando sobre la guerra y sus miserias, ya
que es un tratamiento informativo, dice, “al servicio de los intereses imperialistas
de Estados Unidos”.
“De verdad es vomitivo y asqueante la forma en la que la TV y la prensa en España trata el conflicto de Rusia y Ucrania. Plegados, arrodillados, arrastrados”, ha espetado el dictador venezolano desde la cadena de televisión del país que cuenta con servicios informativos controlados por su propio gobierno.*
Es cierto que Maduro está obsesionado con la
prensa española y no es de ahora, viene de antiguo. No es casualidad, ya que es una prensa
accesible a toda la comunidad de habla hispana. Entra en conflicto directo con
las versiones que sus medios controlados ofrecen de la realidad. RT tiene sus
emisiones en español y su aspiración es convertirse en la alternativa rusa para
todo el mundo de habla hispana. Para ello es fundamental hacer creer a la gente
que la prensa española está al servicio de los "odiosos Estados
Unidos" y hacer que recurran a RT como fuente principal y que construyan
su visión de los conflictos con sus informaciones y perspectivas. La prensa
oficial solo les funciona a ambos si se silencian otras versiones diferentes a
las que ellos ofrecen.
2018 |
RT y
Sputnik no son medios con libertad de información, con información libre; son justo lo contrario, una
forma de penetración mientras que se recorta la crítica en sus propios
escenarios. Son una maquinaria estatal que actúa contra su propio pueblo
dentro, silenciándolo y desinformándolo, y en el exterior tratan de sembrar la
confusión. Nada que ver con la democracia ni con las libertades, más bien lo
contrario.
Si no
somos capaces de establecer las diferencias entre unos y otros es que
entendemos muy poco lo que ocurre. Los que dicen que nosotros debemos respetar
aquello que los otro no respetan en sus espacios estamos convirtiendo en inútil
el sacrificio, muerte, destierro, etc. de muchos miles de periodistas por todo
el mundo, muchos de ellos en la Rusia de Putin. Es un insulto a sus esfuerzos,
que pagan con su vida o la cárcel.
Putin acaba de modificar las leyes para elevar las penas para todos aquellos que usen términos como "guerra" o discrepen de lo que los medios oficiales elaboran y distribuyen.
En
elDiario.es se publicó el día 3 un artículo aparecido en Meduza, un medio ruso ahora
censurado:
“Publicamos este texto mientras estemos a tiempo: Rusia ha introducido oficialmente la censura por parte del estado”. Así comienza el artículo publicado por el medio independiente ruso Meduza, en el que denuncia la política de censura del Kremlin con la invasión a Ucrania. “Dentro de unos días, puede incluso que hoy, no queden medios independientes en Rusia. Muy pronto, es posible que cualquier persona en Rusia que busque información de las "voces enemigas" de fuentes independientes deba hacer los mismos esfuerzos que los que vivían detrás de la Cortina de Hierro”.
Meduza denuncia que el censor federal exige que se refieran a la invasión como “operación militar especial”, solicita a los medios que eliminen los informes de guerra y han bloqueado otras webs como Taiga.info, Doxa, The Village, TV Rain o la radio Echo Moskvy. “Estas acciones constituyen censura, simple y llanamente”. **
El
mejor homenaje a esos periodistas que caen o desparecen es no aceptar que se exporten
versiones falsas e insultantes sobre sus destinos. Maduro ha insultado a los
medios españoles por decir lo que ven y piensan. Los medios venezolanos han
quedado reducidos a lo mismo que en la Rusia de Putin, a la mentira mediática oficialista.
Nada que tenga que ver con las libertades mencionadas anteriormente. Son, más
bien, su negación, una manipuladora arma de guerra que explota en nuestras
mentes.
Solidaridad
con Ucrania y con los rusos que sienten vergüenza por lo que su gobierno hace y
dice; solidaridad con los periodistas rusos y ucranianos que mantienen la dignidad de una
profesión y el respeto por su pueblo.
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