Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Quizá
algunos recuerden el episodio español. Tras el pase por la TVE de entonces de
la película de William A. Wellman, "Caravana de mujeres" (Westward the Women, 1951), un pueblo
español lleno de solteros sin compromiso ni perspectivas de tenerlo decidieron
poner un anuncio para promocionarse y atraer mujeres para conocer el lugar y a
sus habitantes con fines de establecerse allí. "SE NECESITAN Mujeres entre
20 y 40 años con fines matrimoniales para pueblo del Pirineo aragonés. Se
atiende de 20 a 22 horas. Teléfono...", explicaba el anuncio puesto en la
prensa hace 35 años. El caso fue conocido como la "caravana de mujeres de
Plan" y recibió la atención mediática que situó al pueblo, antes un
agujero en la nada rural española, en la cultura popular. Los "solteros de
Plan" fueron haciéndose populares y las imágenes de aquellos hombres
ávidos de relaciones esperando la llegada de los autobuses fletados para llevar
a las mujeres, sus encuentros con las recién llegadas y los resultados
matrimoniales y posteriores nacimientos ocuparon espacio en los medios ávidos
de estas cosas. Otros lugares les imitaron. El programa regional "Aragón
en abierto" recordaba en 2017 los 32 años de la "caravana de mujeres
de Plan". Una leyenda de la España, como se dice ahora, vaciada. La
historia sigue saltando a los medios periódicamente para sorpresa de las nuevas
generaciones, las de un mundo de noviazgos por internet o del programa de la
MTV "Catfish, mentiras en la red", dedicado a los engaños de las
relaciones virtuales. Eran otros tiempos, aunque los problemas sean similares.
Pero el
caso de Corea del Sur tiene un origen similar, el despoblamiento, pero unas
consecuencias muy diferentes, menos festivas, trágicas. El titular de la CNN señala: "South
Korean authorities encourage men to marry foreign women. But their brides often
become victims of abuse"* y nos sitúa en el centro del problema de estos
matrimonios: "Some couples have successful, happy marriages. But many
foreign brides who meet men this way, officially classified as migrants through
marriage, have become victims of discrimination, domestic violence and even murder
at the hands of their husbands."*
Las razones oficiales para crear un gigantesco negocio de matrimonios, con subvenciones estatales a las agencias mediadoras, que actúan como casamenteras, son las señaladas anteriormente. Los hombres quedan ligados a la tierra y a sus padres, de quienes deben cuidar por el concepto confuciano de la "piedad filial". A su vez, uno debe ser enterrado en la tierra en la que nació y, como señala el proverbio chino, "la hoja cae junto a las raíces", significando esa cultura que les liga a la tierra desde el nacimiento a la tumba, la vuelta a las raíces. Las mujeres, en cambio, aprovechan su invisibilidad social para distanciarse, ir a las ciudades y realizar allí otra vida.
El problema se plantea entonces con la "importación" que es percibida en realidad como una "compra" en una cultura profundamente machista que se incrementa con la conciencia de la superioridad sobre los países de procedencia. Los países pobres exportan mujeres, que son tentadas a la emigración hacia un país próspero como es Corea del Sur.
Nos explican en el artículo el "negocio" creado alrededor de estas "importaciones" de esposas:
In the 1980s, local governments started
subsidizing private marriage brokers who could introduce bachelor farmers to
ethnically Korean women in China, paying the brokers 4 to 6 million won (then
around $3,800 to $5,700) per marriage. It was an attempt to address the aging
population by encouraging men to find a wife, and hopefully have children.
In the decades after, brides were no longer
only ethnically Korean and began coming from more countries -- the Philippines,
Vietnam and Cambodia.
An industry of transnational marriage brokers
soon emerged. As of May, 380 matchmaking agencies were registered in South
Korea, according to government statistics.
These days, more foreign brides in South Korea
come from Vietnam than any other country. Most marry men in rural areas of
South Korea, where some provinces still offer subsidies -- South Jeolla
province, for instance, offers men older than 35 who have never been married
previously a 5 million won ($4,190) subsidy for marrying a foreign wife and
presenting a marriage registration.
In 2018, 16,608 Korean men and foreign women
married, with 6,338 coming from Vietnam, 3,671 from China, and 1,560 from
Thailand. In total, 28% of all marriages between a foreigner and a Korean
person involved a South Korean man and a Vietnamese bride.*
Inicialmente, se buscaban mujeres de "origen coreano" en otros países, especialmente en China, pero pronto el negocio se fue ampliando y con ello una serie de problemas añadidos, como por ejemplo, el idioma, lo que aísla bastante a estas mujeres que quedan muchas de ellas en una situación de desconexión respecto a sus países de origen e igualmente en su nuevo entorno coreano.
Los datos que se ofrecen sobre los resultados de estos matrimonios son muy preocupantes por lo que reflejan:
The statistics paint a grim picture. More than
42% of foreign wives reported having suffered domestic violence -- including
physical, verbal, sexual, and financial abuse -- in a 2017 poll by the National
Human Rights Commission. By comparison, about 29% of South Korean women
surveyed by the country's Ministry of Gender Equality and Family last year said
they were victims of domestic violence -- again including a range of forms of
abuse.
Experts say discriminatory rules, coupled with
sexism and racism in society, are to blame, and are pushing for institutional
changes to keep foreign brides safe.*
Me viene a la mente el final de la película francesa "Balzac y la joven costurera china", con la joven pueblerina transformada y partiendo hacia la ciudad, marchando de un pueblo en donde todo está dicho, en el que llevan 40 años sin ver a nadie de fuera hasta la llegada de los dos estudiantes enviados a reeducarse en la aldea de la montaña. La "joven costurera" logra salir gracias a los efectos "imprevistos" de su educación a escondidas.
Cuando se produce esa liberación que trae la mejora de la situación, la respuesta es traer mujeres de lugares en los que las condiciones son peores creando una situación desequilibrada que incluye un sentido de la propiedad respecto a las mujeres importadas. Los datos que hemos citado son bastante elocuentes.
Algunas películas y documentales asiáticos —especialmente en China— se han atrevido a mostrar casos de secuestros de mujeres en zonas rurales, a las que se engaña o directamente se retiene con la complicidad y conocimiento pleno de las familias. La falta de mujeres y la dependencia de la tierra hacen que se llegue a estos extremos de secuestros. Todo queda justificado porque el matrimonio se percibe como una forma de dominio en el que la mujer tiene como función atender y dar continuación a través de los hijos.
La novela china "Tres, Cinco y Seis", de la autora china Xinran, Xue (la autora de la magnífica "Nacer mujer en China", fruto de su recolecta de historias de mujeres para su programa radiofónico mientras estaba en su país) nos muestra la historia de esas mujeres llamadas simplemente por el número de su nacimiento que cambian su vida al alejarse del destino familiar y local. La diferencia entre la vida en los pueblos, llenos de tradiciones y condicionamientos que las atan, y la de las ciudades en las que la diferencia es notable a su favor.
La CNN recoge un dato bastante revelador: "According to a government survey in 2017, the average age of marriage broker users was 43.6, while the average age of foreign brides was 25.2."* Esta diferencia de edad ayuda a comprender el tipo de relaciones que se establecen y cómo acaban convirtiéndose en formas de explotación y abuso.
Las agencias en España que te consiguen esposas y novias rusas, bielorrusas y ucranianas, esposas del Este, es otro fenómeno que tiene que ver con los cambios sociales y la independencia cada vez mayor de las mujeres gracias a su acceso al trabajo y a los estudios, un gran avance social. Ya no es tanto la cuestión rural, sino otros factores como la mayor independencia de las mujeres. La web española está bien servida de agencias matrimoniales que ofrecen mujeres del este con o sin conocimiento del español ("encuentra a tu novia rusa o bielorrusa que lleve la felicidad a tu corazón", dice una de ellas, mientras que otras se enfrenta a la competencia pidiendo a sus clientes que "desconfíen de lo que le ofrecen").
Aquí hemos tratado otro fenómeno que se basa en la pobreza y en las situaciones límite, como es el caso de los "matrimonios de verano" en Egipto, en el que los ricos saudís se acercan a recolectar niñas para su disfrute con el consentimiento de las familias, para las que suponen unos ingresos. Saben que serán devueltas pasados unos meses. El fenómeno de los recolectores de mujeres en los campos de refugiados ha sido también denunciado. Los hombres "piadosos" se ofrecen para "casarse" con las menores haciendo un favor, dicen, a las familias, que saben los peligros del acoso y las violaciones en estos entornos caóticos.
El caso de Corea del Sur tiene unas cifras más que preocupantes y el gobierno coreano está tratando de establecer algún tipo de garantías para las mujeres importadas para los matrimonios. El machismo patriarcal pervive en algo que muchos consideran una transacción económica. Dice la CNN que el motivo de muchos de los matrimonios es porque las mujeres son una fuente de ingresos para las familias que quedan en su país. Los envíos de dinero son suculentos si tenemos en cuenta el enorme desfase en la renta entre Corea del Sur y Vietnam. Las mujeres, ya sea porque huyan o porque las exporten sus familias y gobiernos, se convierten en una fuente de ingresos más allá de la que supone la emigración tradicional.
El sistema acaba siendo una combinación, como nunca dejó de serlo, de machismo y poder, de economía y posesión de las mujeres, de sexualidad dominante y continuidad de los linajes. El sistema gira sobre el hombre, pero necesita de las mujeres. Y una necesidad crea una "oportunidad de mercado", según nos cuentan los economistas. No digo que no haya matrimonios felices entre estos, pero las cifras coreanas no dejan muchas dudas. La pobreza y la desigualdad creciente entre países próximos es lo que genera. Ya sea por imposición de las familias, que lo ven como una fuente de ingresos y una boca menos que alimentar, o porque huyen de una realidad penosa, el destino que les espera a muchas no es demasiado feliz, una palabra lejana que pocas veces se escucha más allá de los sueños.
El problema lleva años en los medios asiáticos y en agosto la CNN lo ha vuelto a sacar. Lo hace en una concentración de noticias sobre Asia cada vez mayor en los medios norteamericanos. Pero esto ya es otra historia.
* Julia
Hollingsworth, Yoonjung Seo y Gawon Bae "South Korean authorities
encourage men to marry foreign women. But their brides often become victims of
abuse" CNN 5/09/2020
https://edition.cnn.com/2020/08/02/asia/foreign-wives-south-korea-intl-hnk-dst/index.html
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