Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La manipulación
de las noticias no se produce solo en el campo de la política. Cualquier ámbito
es susceptible de es objeto de manipulaciones. La manipulación busca un efecto
determinado, que alguna cuestión sea percibida de una forma determinada para
conseguir un efecto o respuesta buscada. En ocasiones, el efecto buscado es
claro; en otras ocasiones, se trata de crear una reacción más compleja, un
estado de confusión. La política y la economía son campos en los que tienden a aparecer frecuentemente noticias manipuladas.
La CNN
nos trae un nuevo caso en otro terreno, el de la lucha contra la eutanasia. El
titular nos lo sitúa como un problema informativo: "Misinformation swirling
around Dutch teenager's death ignites debate over euthanasia". El caso es profundamente triste:
At just 17-years-old, Dutch teenager Noa
Pothoven had already written an award-winning memoir detailing her struggle
with post-traumatic stress disorder, depression and anorexia in the wake of
sexual assault and rape.
In her autobiography, Pothoven wrote that she
had nothing left to live for.
At 16, she approached the Levenseinde, or
"end-of-life," clinic in The Hague to inquire about euthanasia, but,
according to an interview last year with local newspaper the Gelderlander, her
request was rejected.
Last week, after years of battling mental
illness, Pothoven announced on Instagram that she had begun refusing all food
and liquids.
"After years of fighting, the fighting has
finished. I have now stopped eating and drinking for a while, and after many
conversations and reviews it has been decided that I will be released because
my suffering is unbearable," Pothoven wrote in a post, which has since
been removed.
"I have not really been alive for so long,
I am surviving, and not even that. I am still breathing but I am no longer
alive."
On Sunday, Dutch media reported that Pothoven
had died in a hospital bed in her family's home in Arnhem after she stopped
eating and drinking.*
Es difícil imaginarse un dolor de tal magnitud. Estamos
siempre recibiendo historias de superación, pero esta es una historia de la
imposibilidad de superar el daño recibido. La enfermedad se llama maldad humana
y es la más difícil de sobrellevar. Hace dos días veíamos cómo se puede
resistir al cáncer —perder una pierna, un pulmón y parte del hígado, vivir diez
años en un hospital— con una sonrisa y salir adelante transmitiendo que el
dolor se puede superar, que las enfermedades se pueden vencer. Pero el cáncer no es la maldad humana. Esta tiene cara, nombre y apellidos, un antes y un después que
no se borra. Noa Pothoven no ha podido superar la maldad que padeció y el deseo
de vivir le desapareció, se le fue escapando. Ha luchado, nos dice, y ha
perdido. La vida se le había reducido a respirar. Dolor y respiración no es
mucho.
Pero la cuestión dolorosa de por sí, trágica, se vuelve
conflictiva cuando los medios empieza a informar sobre ella como de un caso de "eutanasia":
But, in the hours and days that followed, a
barrage of international media reports falsely suggested that Pothoven had been
"legally euthanized."
It was a sensationalist version of an already
tragic story that swiftly spread across the globe, triggering an emotive debate
over the ethics of euthanasia and raising questions over how someone so young
could be allowed to die that way.
Pothoven had not been euthanized, according to
her family, who issued this statement in the Gelderlander: "Noa had chosen
not to eat and drink anymore. We would like to emphasize that this was the
cause of her death. She died in our presence last Sunday. We kindly ask
everyone to respect our privacy so we as a family can mourn."
The Levenseinde clinic, the Royal Dutch Medical
Association and the Dutch health minister also denied that Pothoven died by
euthanasia.
"Despite international media reports to
the contrary, there is no question of euthanasia in this case," Dutch
Minister of Health Hugo de Jonge said in a statement. "Questions about her
death and the care she has received are understandable, but can only be
answered once the facts have been established."
La cuestión de una "eutanasia legal" pasa a convertirse
en el centro de la información. La joven no había enfermado, había perdido las ganas de vivir, no encontraba en su
cuerpo la vitalidad, el sentido de porqué seguir viviendo. Sencillamente. Un
poeta habló del "dolor de existir", que en este caso no es ni poético
ni filosófico, sino profundamente físico. En ocasiones, la mente se abisma,
pero el cuerpo resiste. En este caso, el cuerpo no quería seguir viviendo, lo
que nos da cuenta de la profundidad del dolor, del abandono de sí misma de la
joven, la profundidad e intensidad de su herida. La vida la mataba.
Hay, nos dicen los expertos bioéticos consultados por la
CNN, una "confusión genuina" entre la eutanasia y otras fórmulas. «There is
genuine confusion about what constitutes euthanasia and it's quite tempting to
conflate it with the withdrawal of treatment»*, contesta Brassington, un bioético.
Pese a la manipulación de la información, dicen que el debate es
necesario.
La ola de tradicionalismo y de presencia religiosa en el
populismo ataca también la eutanasia allí donde se plantea la legalización.
Pero el caso de Noa Pothoven —como se ha señalado— no se trata de una
eutanasia. Pese a la tendencia a reducir a química lo que ocurre en nuestro
cerebro y a ponerle nombre, lo cierto es que la explicación es mucho más
compleja. No encontrar forma racional ni orgánica de seguir viviendo, que ni
pensamiento ni cuerpo que seguir adelante es sobre todo una gran decepción. No
es la vida la que pierde, es nuestra falta de humanidad, la maldad, lo que la
ha provocado.
Habrá quien lo supere, pero Noa Pothoven no lo ha hecho. Estamos
acostumbrados a otras formas más violentas de suicidio. Esto ha sido un lento
dejarse ir, una lenta espera en un insoportable vivir. Podemos juzgarlo, si
queremos, desde fuera, pero no podemos vivirlo por dentro, ni tan siquiera
imaginarlo.
El diario El país describe quién era Noa Pothoven, «[...] una adolescente
que sufrió abusos sexuales a los 11 y 12 años, y fue luego violada a los 14»**, y señala que muchos
se preguntan "por qué fallaron
todas las instancias que debían tratar el estrés post traumático, la anorexia y
la depresión que padecía la joven».**
Somos buenos poniendo nombre a los problemas, pero bastante malos
solucionándolos. Nos resistimos a ver nuestra incapacidad de resolver nuestras
propias enfermedades sociales. Técnicamente ha muerto de "muerte
natural", casi un sarcasmo si se tiene en cuenta lo que padeció. La naturaleza ha tenido poco que ver con su
deseo de morir. De muerte natural no nos dice nada y encubre muchas faltas.
La manipulación de la información para llevar el tema hacia
la eutanasia es bastante irritante en este caso porque precisamente es lo que
se le negó. Aquellos a los que les interesa presentarlo de esta forma quiere
aprovecharse del sufrimiento para levantar una causa que debería ir en otra dirección.
Las pocas fuerzas que le quedaban a la joven las usó para que tomaran
conciencia de que hay un dolor del alma, a falta de otra expresión mejor, que
las instituciones que hemos creado no encuentran, que se van pasando unos a
otros.
Ella no estaba enferma, pero el mundo en que fue agredida y
violada sí. Por eso discutimos tecnicismos, pero no entramos en las causas del dolor y la falta de consuelo.
* "Misinformation swirling around Dutch teenager's death ignites debate over
euthanasia" CNN 8/06/2019
https://edition.cnn.com/2019/06/08/europe/noa-pothoven-euthanasia-debate-intl/index.html
** "Holanda: ni eutanasia ni terapia para la joven
Noa" El País 6/06/2019
https://elpais.com/sociedad/2019/06/05/actualidad/1559761486_599888.html
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