Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Los
malos augurios sobre los medios egipcios se van cumpliendo. El régimen solo
quiere propaganda para sus comunicados en los que se anuncian prodigios para
dentro de dos, cinco o veinte años. La realidad de los egipcios se alimenta con
sueños y para poder dormir a gusto lo mejor es mostrar a través de los medios
la eficacia del régimen y el papel central de Egipto en el mundo. La realidad,
desde luego, es otra aunque vaya desapareciendo en esas películas, llena de
color y alegres canciones, con las que el régimen egipcio se muestra a los
sufridos ciudadanos.
El
papel de los medios es esencial para esta construcción y así se han diseñado
las formas de control administrativo para deshacerse de los que tienden a
tintes más sombríos de la realidad, a los que se acusa inmediatamente de
difamar a Egipto, de estar a sueldo de los Hermanos o de recibir financiación
exterior. Cualquiera de esas acusaciones hace que desaparezcas del panorama.
Hay dos
casos en estos días con los medios o los profesionales en el punto de mira. El
primero de ellos nos los brinda el titular de Mada Masr: "Anchor Lamis
al-Hadidy’s absence from CBC show due to refusal to move to intelligence-owned
channel". A la conocida presentadora la tuvieron esperando con su equipo
preparado para ser finalmente sustituida por otros compañeros.
Prominent TV anchor Lamis al-Hadidy has
remained away from CBC’s flagship daily show, Hona al-Asema (Here’s the
Capital), despite announcing a few days ago that she would return after a
“vacation” that lasted from July to August.
“I’m done with my vacation, going back to work.
Hona al-Asema at 9 pm next Saturday, September 1, God willing,” Hadidy tweeted
a few days ago.
However, the Saturday and Sunday editions of
Hadidy’s show were hosted by Reham Ibrahim, another CBC host.
Sources familiar with the details of Hadidy’s
absence tell Mada Masr that the television host has been held off screen in
light of CBC management and Hadidy’s refusal to move her to ONtv, which is
owned by the Egyptian Media Group, a media conglomerate in turn owned by
Egypt’s General Intelligence Service (GIS).
A CBC employee, who spoke to Mada Masr on
condition of anonymity, says that Hadidy was present at the studio on Saturday
with her team to prepare for the show when they received a phone call from
CBC’s administration informing them that Hadidy would not be hosting the
episode and would be replaced by Ibrahim.
Hadidy left the studio without comment,
according to the source, who said on Sunday that the team continued working on
last night’s episode without being informed who would be presenting.*
De nuevo, las maniobras para hacerse con el control de los
medios, ya sea mediante la adquisición o las fusiones para imponer una visión
unilateral en Egipto. El empeño del régimen en controlar los medios, como ya
hemos tenido ocasión de comprobar, parte de la ingenua creencia en que se puede
cerrar exteriormente Egipto y después someterlo a la presión mediática de la
propaganda. Todo ello es la preparación de lo que vaya a ocurrir con el régimen
más adelante, cuando sea necesario afrontar la decisión de ampliar el segundo mandato
presidencial de cuatro a seis años o, la otra solución, ampliar el número de
mandatos. Ambas medidas requieren modificar la constitución, algo que con el
parlamento actual podría hacerse, ya que están diseñados para esto. Para que se
acepte esto es necesaria una campaña constante en la que desde los medios se
haga comprender la necesidad de ello al pueblo egipcio. Pero el pueblo egipcio
se sigue absteniendo en las elecciones presidenciales, que es el recurso que le
queda ante la farsa electoral que el sistema organiza. Para esto se necesita un
aparato mediático capaz de actuar de forma coordinada introduciendo los dos
tiempos de este movimiento: 1) la creación de miedo y la preocupación por la
"seguridad" y 2) la necesidad de que haya militares en el gobierno
como forma de frenar el miedo interno y dar garantías exteriores de estabilidad.
Ambos movimientos combinados servirían —esa es al menos la idea— para que se
volviera a considerar la forma natural del mando, la militar, convenciendo al
pueblo de que son ellos quienes lo piden, como contestó el presidente al-Sisi a
la pregunta de un joven en el VI Foro Nacional de la Juventud, recientemente
celebrado en la Universidad de El Cairo.
Toda la estrategia del poder en Egipto parte siempre de la
necesidad del mando militar para salvaguardar la integridad y la seguridad
nacional. Sin ellos, los militares, el país caería en la situación de Libia o
de Siria, como constantemente se repite desde los medios afines (ya hemos
tratado estos casos cuando se han hecho manifiestos). Es la forma de meter
miedo a los egipcios y hacerlos depender psicológicamente del ente dominado por
la misma clase social, las mismas familias, desde hace decenas de años.
El diario estatal Ahram Online publicó ayer el artículo de
Dina Shehata (del centro de Estuidos Al-Arham) con el expresivo título "Is violent crime the new
normal?" en el que se traen los más recientes crímenes que estos días
salpican la prensa egipcia. El argumento, de nuevo, es el miedo:
Not surprisingly, the latest international
crime index indicates that Egypt now ranks number 29 in the world in terms of
crime levels, compared to number 37 in 2015, and number 44 in 2013.
According to the 2018 index, Egypt had the
third-highest level of crime in the Arab world, coming third in line after
war-torn Syria and Libya.
Thus, while Egypt may have been lucky enough to
escape the turbulent fate of many Arab countries in the wake of the 2011 Arab
Spring due to the robustness of its security apparatus, it may not escape the
fate of many countries in Latin America such as Mexico, Argentina, and Brazil
that have been suffering from very high levels of violent crime.**
El argumento no requiere muchas explicaciones. Es la
"robustez" del aparato de seguridad —contra el que se levantaron los
egipcios del Día Nacional de la Policía, el 25 de enero, por su brutalidad e impunidad—
lo que evitó el destino de Egipto, ser Siria o Libia. Se necesita mucha presión
mediática para convencer a un país que los que le reprimen son los que le
salvan, que es mejor el autoritarismo que la libertad y que solo podrán ser salvados
por militares, policías y servicios de inteligencia, construyendo cárceles una
detrás de otra y llenándolas. Las muertes y detenciones arbitrarias incluyen a
personas que no son un peligro para el país, sino especialmente para el
gobierno.
La política de control de los medios ha sido denunciada por
los propios profesionales que ven cómo se les maneja y vigila desde el poder. Mada
Masr amplía la información sobre la presentadora apartada señalando sobre los
medios:
The move comes against the backdrop of the
state’s attempts to restructure private media, with various security
apparatuses having acquired most television and radio stations over the past
year from businessmen.
The new vision, which the sources say is still
under construction, is to have two main networks owned by security: ONtv for
sports and talk shows, and DMC for news.*
Que sean los servicios de Inteligencia los que controlen
directamente los medios dice ya bastante sobre el papel del estado en Egipto y
las perspectivas de futuro que se abren. Los egipcios se levantaron en 2011
contra un presidente militar que llevaba 30 años en el poder y que iba a ser
sucedido por uno de sus hijos, y pidiendo acceso libre a los medios y redes sociales.
Querían pluralidad en un mundo informativo controlado desde el poder. Lo que
tienen ahora es peor que lo que tenían antes. Todo el mundo se burlaba de
Mubarak y hacían chistes sobre él y la situación, que es la forma egipcia de
responder. Hoy, por un chiste o la reproducción de un simple meme (como ya
ocurrió) puedes acabar en la cárcel o desaparecer.
Las pretensiones de solemnidad del nuevo régimen son realmente grandes. Mubarak nunca pretendió ser un enviado, al-Sisi lo ha dicho y lo repite. Conforme los egipcios van comprendiendo que se libraron de los islamistas para volver a caer en manos de los militares y del entramado empresarial, financiero y mediático que controla el país, las esperanzas van decreciendo y el pesimismo aumenta. Pero ser pesimista también está penalizado. Hay que suscribir los delirios de grandeza y saludar, por ejemplo, las 200 escuelas japonesas con las que se pretende enderezar el indisciplinado carácter del pueblo, al que hay que meter en vereda, ya sea reduciéndole el número de hijos o pidiéndole que se suicide en otro lado para no manchar el nuevo metro, como veíamos hace un par de días. Hoy no sonreír esperanzados es alta traición.
Las pretensiones de solemnidad del nuevo régimen son realmente grandes. Mubarak nunca pretendió ser un enviado, al-Sisi lo ha dicho y lo repite. Conforme los egipcios van comprendiendo que se libraron de los islamistas para volver a caer en manos de los militares y del entramado empresarial, financiero y mediático que controla el país, las esperanzas van decreciendo y el pesimismo aumenta. Pero ser pesimista también está penalizado. Hay que suscribir los delirios de grandeza y saludar, por ejemplo, las 200 escuelas japonesas con las que se pretende enderezar el indisciplinado carácter del pueblo, al que hay que meter en vereda, ya sea reduciéndole el número de hijos o pidiéndole que se suicide en otro lado para no manchar el nuevo metro, como veíamos hace un par de días. Hoy no sonreír esperanzados es alta traición.
El otro caso mediático es el cierre de la cadena LTC-TV. Las
excusas es que habían realizado un programa de proselitismo sobre la comunidad
LGTB, algo realmente pintoresco en un país que ha aumentado el control sobre
los eventos culturales con la excusa de, como ocurrió ya, que haya gente que
saque banderas arco iris en los
conciertos reivindicado derechos.
Vídeo de LTC rechanzando las acusaciones, Facebook |
La cadena se lamenta de lo que ha ocurrido y se defiende
diciendo que un "error" no debe suponer el cierre definitivo,
manteniendo a todos los trabajadores en la sede como muestra de resistencia.
Pero aquí nadie desaprovecha una ocasión. El conocido y retrógrado abogado Samir
Sabri (un viejo conocido aquí) se ha personado como denunciante añadiendo más presión. Egypt Independent explica el nuevo caso:
The Egyptian lawyer Samir Sabry filed a lawsuit
against the LTC TV channel owner over charges of ‘funding terrorist groups.’
Sabry claims in his report to the Supreme State
Security Prosecution “that the TV channel owner has a connection with the
outlawed Muslim Brotherhood group,” and accused it of “funding group members.”
“The channel’s owner used (one of its hosts) to
promote some medications and fake products to collect smuggled money belonging
to the outlawed Brotherhood to reach its members and militant units inside the
country,” Sabry’s report continued.
On Monday, the Supreme Media Council’s Head
Makram Mohamed Ahmed ordered the suspension of the broadcast of LTC for two
weeks and issued what the order described as a final warning for Al Hadath
channel.
In a statement, the council said that it held
two meetings in a row to look into complaints against LTC TV, as well as a
number of professional violations. Therefore, the council decreed to suspend some
TV shows of the channel, as well as halting its entire broadcasting.
The council said that despite “issuing over 10
decisions of suspending some of the channel’s TV shows and imposing fines, the
LTC administration did not commit to media ethics and violated the council’s
previous decision of banning the LGBT community from being hosted on media
channels.”***
La combinación de promocionar a la comunidad LGTB y vender
productos para financiar a la Hermandad Musulmana es una extraña combinación,
que lo único que deja claro es la política del miedo llevada contra los propios
medios y a través ellos. Sabri es un especialista en actuar desde la calle como francotirador a través de las denuncias. Es una voz retrógrada que presume de rechazar las políticas de derechos humanos y su concepto mismo.
La prohibición del Consejo de Medios sobre la aparición o
promoción de miembros de la comunidad LGTB en pantalla es otra muestra más del
sueño visionario de al-Sisi, acorde con un ideal
moral en el que el bien y el mal están predeterminados y las libertades son
molestias que tiende a perjudicar al país y al mundo.
En realidad, todo forma parte de la construcción mediática
de la figura del dirigente piadoso, el equilibrio entre el militar y el santo,
tan al gusto del tradicionalismo. El régimen camina por esa línea, que le sirve
para reprimir y censurar bajo la coartada de la religiosidad y del cumplimiento
de las leyes islámicas como garantía para el liderazgo. La maldad viene de
fuera, de Occidente, o de los desviados de Qatar, a sueldo de Irán o Turquía.
De allí llegan los destructores de la moral familiar (feministas y
homosexuales) y del orden social (Hermanos Musulmanes); todos son terroristas.
Egipto, como se les dice, es religioso por naturaleza y el presidente es su
guía.
Y los medios deben reafirmarlo.
*
"Anchor Lamis al-Hadidy’s absence from CBC show due to refusal to move to
intelligence-owned channel" Mada Masr 3/09/2018
https://www.madamasr.com/en/2018/09/03/feature/politics/anchor-lamis-al-hadidys-absence-from-cbc-show-due-to-refusal-to-move-to-intelligence-owned-channel/
** "Is
violent crime the new normal?" Ahram Online 7/09/2018
http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/310970/Opinion/Is-violent-crime-the-new-normal.aspx
***
"Lawyer accuses LTC channel owner of ‘funding terrorist groups’"
Daily News Egypt 6/09/2018
https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/09/06/lawyer-accuses-ltc-channel-owner-of-funding-terrorist-groups/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.