Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Donald
Trump ya tiene cincuenta y nueve muertos directos sobre su conciencia. Como estaba
anunciado, el desplazamiento de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a
Jerusalén ha causado una masacre de palestinos por parte del ejército israelí,
cuyo gobierno se siente cada vez más respaldado en la brutalidad por Trump.
Lejos de traer paz, como estaba avisado también no hay movimiento del
presidente de los Estados Unidos que no traiga más conflictos.
Trump
sigue empeñado en que no necesita al mundo, en qué él puede tomar todas las
decisiones unilateralmente. Él es el empresario jefe de los Estados Unidos,
enfrentado al mundo desde una posición de predominio. Como ya ha hecho otras
veces, los desaguisados que crea le toca lidiarlos a otros. Por muy contento
que parezca Benjamín Netanyahu, sabe que ahora le toca lidiar con una situación
que puede desbordarse y obligarle a una escalada con dos consecuencias: a) que
pierda muchos otros apoyos mundiales ante la brutalidad empleada; y b) poner en
un serio compromiso a los que presenta como aliados.
La
primera cuestión parece no preocuparle, lo que no tiene nada de particular pues
es un irresponsable político. El reciente conflicto creado por sacar a Estados
Unidos del acuerdo internacional con Irán solo ha comenzado y sus primeras
causas han sido separar a los aliados de la política de Trump. Los aliados
tradicionales —la Unión Europea en especial— se han visto descolocados con el
desapego que Trump tiene hacia los compromisos de la política exterior norteamericana
anteriormente acordados. Eso afecta del cambio climático a los acuerdos
antinucleares con Irán. Trump mantiene un odio manifiesto hacia Barack Obama y
su programa es muy sencillo: destruir el legado a la vez que lo justifica
aumentando el rechazo público hacia las acciones. De esta forma todo lo hecho
por Obama es calificado como "desastroso", "horrible", etc.
Eso le basta a sus seguidores, que participan del mismo odio basado en distintas
formas de rechazo, del odio racista al odio republicano.
La
satisfacción de Israel (de Netanyahu, para ser más precisos) ante lo hecho por
Trump puede verse disminuida gravemente ante la espiral de violencia y rechazo
a la que se puede ver sometida.
El
límite de lo que los países árabes aliados de Estados Unidos pueden soportar
está claro que tiene que ver con el apoyo incondicionado a Israel. Los acuerdos
con los principales aliados de Washington tienen un límite en su forma de
liderazgo, que les obliga a mantener un equilibrio tanto más dificultoso
cuantos más conflictos se acumulen con Israel. La "cuestión israelí"
es común a todos los países de la zona por más que haya acuerdos para cubrir
las espaldas a Israel. Cuando Bachar al-Assad aparezca como "triunfador"
en la guerra de Siria y la foto para la Historia recoja a Rusia, Irán y
Turquía, dejando fuera a los Estados Unidos y demás que han pedido la salida de
al-Assad, la posición de Israel se volverá más complicada.
Los
gobiernos comprometidos con Trump (Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Emiratos...)
se verán en apuros pues la idea del brutal Trump es cobrarse las ayudas en
protección a Israel. Y entonces vendrán los problemas en las calles.
El diario
estatal egipcio Ahram Online recoge quiénes asistieron y quiénes no:
There were no Arab representatives among those
diplomats attending the lavish televised ceremony, and many European, Asian and
African countries also boycotted the event.
The only representative of Western Europe was
Austria; Eastern and Central European representatives in attendance included
diplomats from Albania, Serbia, the Czech Republic, Romania, Hungary, Ukraine
and Georgia.
The Czech Republic, Romania and Hungary also
attended; the countries had reportedly helped block an EU statement censuring
the US’ move to transfer its embassy to Jerusalem.*
Como puede apreciarse, las decisiones de Donald Trump
siempre buscan las rupturas. La ausencia
de los representantes de los países de la Unión Europea hace ver que se
reproducen las mismas divisiones que están generando los populistas y
nacionalistas en el Este y con la ultraderechista y xenófoba Austria, que han
pasado de perseguir judíos a perseguir musulmanes. Igualmente, ha dividido a África en dos, con
una línea sahariana.
Para los países árabes es especialmente sangrante después de
hacerse la foto de su gira anterior, con el rey Salman, de Arabia Saudí, y con
Abdel Fattah al-Sisi, presidente de Egipto, país que es el segundo beneficiario
después de Israel de ayudas militares, además de muchas otras ayudas (aunque
han sido recortadas después de los malos informes sobre derechos humanos antes
los comités de las cámaras de representantes). Especialmente para al-Sisi, se
le abre una importante línea de protestas que tendrá que controlar con más
represión.
Ayer mismo, Ahram Online recogía las declaraciones del presidente
de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, quien señalaba desde la sede de El Cairo:
"It is shameful to see countries
participating with the US and Israel in celebrating the former's embassy move
to occupied Jerusalem in a clear and grave violation of international law and
(UN) Security Council resolutions," said Abul Gheit.**
El diario
añadía:
Abul Gheit said the move "represents an
extremely dangerous step" and "I don't think the American
administration realises its real implications in the short and long
terms".
"The Palestinian side feels that the
United States has abandoned its historic role as a credible mediator in this
conflict, after Washington unfortunately revealed full bias towards the Israeli
positions which consistently contradict international legitimacy and law."
The Arab League will hold emergency talks
Wednesday to discuss Washington's "illegal" decision to move the US
embassy in Israel to Jerusalem, a senior official said earlier.
The meeting would focus on "ways of
countering the illegal decision by the United States to move the embassy to
Jerusalem", said Saeed Abu Ali, the organisation's deputy secretary
general for Palestinian affairs.
He told reporters the permanent representatives
of members of the Arab League would meet "at the request of the state of
Palestine".
Jordan denounced the embassy move as a
"clear violation" of the UN charter.**
Efectivamente, la administración Trump no es consciente o no
quiere serlo de las consecuencias. Trump confía en la dependencia y servidumbre
camuflada de los países que viven de las ayudas norteamericanas. De hecho, con
su bravuconería habitual, ha dicho que si USA paga, se le debe obediencia; en
caso contrario, retirará o restringirá las ayudas. Sus fieles seguidores
entienden muy bien el mensaje: quien paga manda, por un lado, y quien pega
manda, por otro. Estados Unidos, nos viene a decir tiene dos argumentos: te
compra o te elimina.
Trump es la negación de la diplomacia. Es una persona
formada en la negociación amenazante del mundo de los empresas donde tratas de
quedarte con todo. El mundo no funciona así, pero a Trump no le importa. Por
eso es esencial hacerle comprender cuanto antes el mensaje, porque seguirá así,
destruyendo las alianzas y convirtiéndolas en contratos de arrendamiento. El
mundo es suyo porque posee la fuerza (las armas) y tú debes pagar un precio, ya
sea en apoyo o en especie. Ya ha hecho varios chantajes de este tipo a Europa
(la cuestión de la OTAN) y ahora le toca al mundo árabe con la cuestión de la
capitalidad de Jerusalén, a la que seguirán otras. Con ello aumenta la
credibilidad de Rusia en la zona. Si algo ha sabido hacer Putin ha sido la
firmeza de sus apoyos, como ha podido saber Al-Assad. Los periódicos norteamericanos traen hoy una preocupación: quien ha ganado las elecciones en el ocupado Iraq es un clérigo anti norteamericano. Los proiraníes ganaron el otro día en Líbano. Gracias a Trump, los adversarios lo tienen mucho más fácil con los gobiernos y con los pueblos. El mundo es prácticamente unánime. El que queda cada vez más aislado es Estados Unidos.
El acto narciso-simbólico de trasladar la embajada norteamericana
a Jerusalén ya sembró controversia y protestas en su momento. Europa, como otros, se
manifestó en contra. Puede que lo que se siga sea un debilitamiento
internacional de los apoyos de Israel y en especial de aquellos países que han
apostado por un acuerdo de paz en la zona. Está claro que este no es posible y,
sobre todo, que nunca ha sido querido por los más radicales de Israel, que
siempre han visto que lo importante era que funcionara el control de los
Estados Unidos en la zona. Pero eso es lo que puede estar empezando a fallar en
la medida en que los gobiernos árabes se vean en peligro de tener que sostener
lo insostenible, algo por lo que pueden ser atacados por su enemigos interiores,
en especial los islamistas, pero también por todas las fuerzas de oposición.
Nadie puede defender en estos momentos, con 59 muertos, la moderación israelí o
la mediación justa de los Estados Unidos en esta cuestión. Y bloqueando el
Consejo de Seguridad no se consigue mucho más que dañar a una institución hecha
para debatir y combatir los peligros del mundo.
La alegría de Netanyahu se puede convertir en preocupación cuando las muertes empiecen a ser israelíes y no palestina, algo que acabará ocurriendo tras esta matanza de 59 personas. Hay muchos interesados, según parece, en que Oriente Medio se convierta en un infierno. Estas 59 muertes son ya algo más que un traslado de sede. Es un desafío que ya tiene la sangre desde el día mismo de la inauguración. Jerusalén tiene embajada norteamericana, pero también se ha hecho mucho más insegura. No será como ganar Eurovisión, todo celebraciones. El año que viene habrá que ir allí.
La imagen situada en el inicio ( proviene del vídeo elaborado por The New York Times) muestra el contraste entre las sonrisas de Netanyahu, de la familia de Trump y de los invitados a la inauguración y lo que está ocurriendo fuera del recinto, un infierno. La felicidad de la celebración es una fantasía que obliga a los ciudadanos de Israel a vivir dentro de una prisión, que es en lo que han convertido su propio espacio controlado. Gracias a Trump y Netanyahu el mundo es hoy más inseguro, hay mayor violencia y la promesa de que no cesará por las consecuencias en cadena. Ahora se añaden esas 59 vida (por ahora) caídas por la brutalidad. Si es así como va a ser defendida la embajada...
"Our
greatest hope is for peace", ha dicho Donald Trump por vídeo conferencia.
Habrá que regalarle un diccionario. No hay garantías de que lo lea.
* "No Arab, few European countries represented at opening of US embassy in Jerusalem" Ahram Online 14/05/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/299496/World/Region/No-Arab,-few-European-countries-represented-at-ope.aspx
** "Arab League blasts 'shameful' countries celebrating US embassy move" Ahram Online 14/05/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/299497/World/Region/Arab-League-blasts-shameful-countries-celebrating-.aspx
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