Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Comentábamos
ayer la situación creada en Egipto con la nueva ley de mediosy a la espera
de los otros textos legales que la complementan. Las leyes se pueden hacer
cuando se tiene la capacidad de hacerlas. Eso no la convierte en "justas"
o acordes con los estándares universales de libertad. Simplemente disfraza lo "injusto"
de "legal", que es la forma de salvar la cara cuando los gobernantes
salen de sus países y son entrevistados por los periodistas que les hacen
preguntas a las que no están acostumbrados en sus países. La respuesta es
siempre la misma: es cosa de las leyes; en mi país, dice, se cumple el imperio
de la ley. Se callan las denuncias de los medios internacionales, profesionales
y jurídicos, de esas mismas leyes. Ellos, repiten, son respetuosos de la ley. Y
así deben serlo porque son ellos los que las inspiran.
Ayer la
prensa egipcia nos acercaba otro de esos casos que muestran que, al margen de
la ley, se trata de la intimidación a los periodistas cuyas informaciones y
opiniones no gustan demasiado a la imagen que el poder quiere transmitir. Nunca
han estado los gobernantes del mundo tan preocupados por su "imagen",
ni los democráticos ni los autocráticos. Todos desayunan con los informes que
sus analistas y asesores mediáticos les elaboran en un continuo chequeo de la
popularidad. La pluralidad es siempre un peligro y acaban atemorizando a los
medios con investigaciones, prohibiciones, etc.
El caso
en cuestión se trataba de la prohibición de viajar al extranjero del periodista
televisivo Amr Al-Leithy. Las prohibiciones de salida son un medio demasiado
frecuente con el que el gobierno egipcio trata de evitar que los profesores, escritores,
artistas o periodistas salgan a participar en conferencias a las que son
invitados. Cuando llegan al aeropuerto se encuentran con la desagradable sorpresa
de que no se les permite embarcar y deben iniciar la larga peregrinación
administrativa de intentar enterarse de la causa de la prohibición, por más que
la sepan: molestar al poder. La noticia era que esta vez había podido embarcar:
TV host Amr Al-Leithy was allowed to board an
aeroplane to the United Arab Emirates (UAE) on Wednesday, after general
prosecutor Nabil Sadek had ordered to lift his name from the travel ban list,
state-owned media reported.
In November, Al-Leithy was barred from boarding
an aeroplane to Dubai. Commenting on the ban, the TV host said that he was not
informed about the decision except upon his arrival with his family at Cairo
International airport. He also added in a statement that he did not know if any
accusations were levelled against him.
Following the ban, Al-Leithy said that he went
to Sadek’s office to understand the reasons behind the ban; however, he was not
provided with any information.
The travel ban decision came after a video of a
tuk-tuk driver who was harshly criticising the living conditions in Egypt was
broadcasted by Al-Leithy during his TV show on privately-owned channel
Al-Hayah.
The video stirred controversy after it
circulated on social media. The driver faced both backlash and support on his
comments.
Al-Leithy was not the first in the long chain
of travel bans; however, he was the first outside the community of human rights
defenders. In November, United Nations special rapporteur on the situation of
human rights defenders Michel Forst criticised the increasing use of travel
bans by Egyptian authorities against human rights defenders.*
Como se puede apreciar no hay ninguna sutileza ni en el
fondo ni en la forma. Que a las autoridades no les guste que en un programa de
televisión salga una persona quejándose de la vida en Egipto supone que al
presentador se le prohíba salir de Egipto. No hacen falta ni explicaciones. En
ese momento, el laberinto administrativo kafkiano hace que el periodista al que
no se le permita salir experimente el peso de la intimidación. Sabe lo que ha
hecho, pero no consta en ningún lado y solo dependen de un fiscal que ha dado
la orden. La única opción que tiene es ser "bueno", no repetir las
malas acciones que han llevado a que el afable gobierno se enfade con él.
En la visión del presidente y sus ministros, fiscales, etc.
Egipto es oficialmente feliz tras dos
revoluciones del pueblo. La felicidad oficial de Egipto es un dogma. Da igual
que el presidente salga a pedirles esfuerzos a los egipcios. Si la cosa se
tuerce, siempre podrá recordarles el tiempo que él vivió con solo agua en el
refrigerador, un ejemplo imborrable que hizo emocionarse a los egipcios. ¡Y no
se quejo!, le dijo. Esta segunda parte, la de la queja, es la realmente
importante. Si no son capaces de emular al presidente en su autocontrol para la
supervivencia, al menos que lo hagan con la boca cerrada.
En este sentido, la historia del conductor del tuk-tuk pasa
a ser un contraejemplo que Arm Al-Leithy no debería haber sacado a la luz. El
15 de octubre, Daily News Egypt recogía la historia del conductor:
A video of a tuk tuk driver harshly criticising
the poor living conditions in Egypt, that was broadcast on privately owned
channel Al-Hayah on Thursday, has sparked controversy among Egyptians.
The driver’s statements triggered endless
discussions on social media channels, as the driver disappeared from his
residency directly after the video became widely recognised.
The driver, who is an ordinary citizen, faced
both backlash and support from Facebook users, most of whom considered him to
have criticised the poor living conditions of his own accord, while others thought
he was paid to “spread pessimism”.
Prominent TV presented Amr Al-Leithy had
conducted the interview with the driver for an episode of his programme Wahed Min El-Nas (One of the People).
Al-Leithy was also accused of conspiring and
hiring the driver to make these remarks.
Moreover, Al-Hayah issued a statement on
Saturday afternoon, denying the rumours that have circulated about the
programme being suspended due to the video. It instead asserted that the
programme’s suspension was due to the Al-Leithy’s annual vacation.**
En estas condiciones, con esta actitud, con esta forma de
percibir el papel de los medios, es con la que se ha sacado esa ley que ayer
comentábamos y que ha creado gran preocupación dentro y fuera de Egipto. Parte,
como señalaba algún partidario en el parlamento, de la idea de que cualquier
crítica involucra a dos personas y un fin: el que habla y el que lo recoge con
la intención de hundir a Egipto.
En una sociedad vigilante y entrometida, poco dada a
respetar los límites individuales, los medios sociales se convierten en un
gigantesco campo de batalla en el que todo se debate hasta niveles de auténtica
paranoia. Los ataques a las personas son frecuentes en el momento en el que hay
crítica
La sociedad está dividida y los defensores de las políticas
surgidas del "30 de junio" tratan de mantener una visión positiva de
una realidad cada vez más deteriorada y difícil de sostener. Esto lleva una
hipersensibilidad a la crítica y, como es el caso, a las acusaciones contra el
que se queja, al que se apunta como persona "pagada", parte de una
conspiración, para sembrar el descontento. ¡Como si hiciera falta pagar por
ello!
Los egipcios tienen muchos —demasiados— motivos para no
estar contentos. La crisis económica no responde a las poco imaginativas
recetas que se le ocurren al gobierno, que toca fondo en casi todas sus áreas. La
fórmula de sacar en los medios que el presidente ha dicho "que se
solucione" no incluye explicaciones sobre cómo hacerlo ni fondos con los
que asumirlo. Es la reducción de la política a los "actos de habla".
Egipto no busca soluciones; busca culpables, que es más
rentable de cara a la opinión pública. Sin haber corregido los problemas y
vicios heredados, teniendo que recurrir a la fuerza para acallar cualquier
manifestación, al descrédito contra los discrepantes o a la acusación de estar "comprado
por potencias extranjeras que buscan la destrucción de Egipto", etc. es difícil
que el país pueda salir adelante.
En la inauguración de una piscifactoría, el presidente
al-Sisi, además de celebrar la detención un alto funcionario corrupto con
millones de libras, euros y dólares en su casa, ha hecho una nueva promesa:
"I will not say that only to the
government but to Egyptian citizens, businessmen and investors. Stand by your
country, only for six months, and you will find things better," El-Sisi
said.
He added that the Egyptian people passed the
"test", referring to the current economic measures, which have put
extra pressure the poor.
"The current economic measures are quite
hard and their impact is quite difficult... Egyptian people are capable and
aware enough to differentiate between good measures and bad measures," he
said.
However, El-Sisi said that many measures are
being taken to limit their impact, and he called on the government to work
harder to control consumer inflation.***
Lo malo del sistema de promesas es que hay que cumplirlas. Puede
que, pasados los seis meses, se convierta en un acto subversivo recordárselas
al presidente. No se sabe muy bien qué puede cambiar en la economía egipcia en
seis meses, pero las esperanzas están puestas en reactivaciones que hoy por hoy
no parecen probables. La situación de la economía y del estado egipcio no se resuelve
en seis meses. Es en este contexto en el que se hace imprescindible el control
de los medios y la expansión de "buenas noticias".
La ley de medios aprobada decidirá, con los organismos
previstos, qué es informar al servicio del "país", convirtiendo en "acto
de traición" aquello que no guste.
Nos dice Daily News
Egypt que el conductor del tuk-tuk ha tenido que desaparecer para no tener
que afrontar las iras de los que consideran que ha sido "comprado"
para difamar al paraíso egipcio. A quien lo emitió, igualmente, se le ha
sancionado sin decirle por qué, solo que no podía volar fuera del país. No es
el único que no puede hacerlo. Es una larga lista de discrepantes a los que se
deja en tierra para que comprendan mejor la realidad que no saben apreciar. ¡Menos
mal que en seis meses todo estará arreglado y no habrá nada que criticar!
Pero informar sobre las informaciones tiene también sus
riesgos. Si al periodista que incluyó en su programa el vídeo del conductor del
tuk-tuk le ha costado una prohibición de
varios meses de no poder salir al extranjero, a Daily News Egypt también le
costó un disgusto dar cuenta de esa y otras noticias. Egypt Independent recogía
la acusación lanzada contra el CEO de la empresa:
The Egyptian committee tasked with managing
Muslims Brotherhood funds notified the Egyptian stock and the financial
supervisory authority on Wednesday to freeze the assets of Moustafa Mokhtar
Sakr, the CEO of Business News Company for Press and Publication, for belonging
to the Muslim Brotherhood. Business news is the owner of Daily news Egypt and
Al-Borsa Economic Newspaper.
Business news released a press statement
denying the accusations and saying that neither the company nor its employees
belong to any political, religious or partisian factions and that the company
has been working in the field of media since 2008 with a liberal editorial
policy.
Moreover, the company said that it filed a
grievance complain against the decision. "The company is confident in its
legal status and has nothing to be afraid of," the statement said.****
La arbitrariedad es manifiesta. Va más allá de la que ya ha
aceptado todo el mundo y se sigue practicando contra Al-Jazeera. Daily New
Egypt tiene una línea editorial que nada tiene que ver con los islamistas, pero las
acusaciones pueden ser lanzadas como forma de intimidación en un estado que
insiste en el que el país vive feliz aunque el presidente pida (más) sacrificios.
Desde el periódico, recoge Egypt Independent, se han
defendido rechazando las acusaciones:
The company said that the budget and all its
activities reports are available and approved by the General Authority for
Investment and Free Zones (GAFI) pointing out that it covers the activities
through its capital and advertisement revenues, and has never received any fund
from local or foreign parties.
Sakr, the CEO of Business News, said that the
company will defend its reputation and the interests of more than 230 employees
working there; and will follow all the ways to prove the validity of its legal
position which is compatible with all the Egypt laws.
"This is the company that President Abdel
Fattah al-Sisi chose (in one of its publications), to publish an article in
2014 and 2015 about the economic policies of the country, as a message to be
addressed to foreign investors participating in the Euromoney conference,"
the statement said.****
Cualquiera que denuncie las situaciones pude ser acusado de
pertenencia, simpatía, etc. a banda terroristas y desaparecer del panorama,
congelados todos sus bienes. La prohibición de salida se queda corta en este
caso.
El régimen egipcio no puede seguir sosteniendo su
"liberalidad" y "espíritu democrático" con todas estas
viejas prácticas con las que deshacerse de las críticas, acallando la libertad
de expresión y considerando a los medios como un ejército enemigo.
El señor del tuk-tuk tenía motivos más que suficientes para
estar enfadado. Tras las acusaciones de estar comprado, tiene más motivos para
seguir enfadado.
* "TV
host Amr Al-Leithy no longer on travel ban list" Daily News Egypt
28/12/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/12/28/tv-host-amr-al-leithy-no-longer-travel-ban-list/
**
"Video of tuk tuk driver stirs controversy among Egyptians" Daily
News Egypt 15/10/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/15/559340/
***
"Egypt's Sisi hails anti-corruption measures, calls for more" Ahram
Online 28/12/2016
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/254015/Egypt/Politics-/Egypts-Sisi-hails-anticorruption-measures,-calls-f.aspx
****
"Business News chairman complains against authorities' decision to freeze
its assets" Egypt Independent 14/12/2016
http://www.egyptindependent.com//news/business-news-chairman-complains-against-authorities-decision-freeze-its-assets
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