Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Egyptian Streets publicó
el 11 de octubre un artículo con el título "Faring Poorly and Ways
Forward: Reforming Egypt’s Policies" firmado por Ahmed Tohamy en el que de
forma escueta se expresaba el problema económico del país y su origen.
No es
sencillo expresar esto porque la burbuja egipcia se combina cierto temor a
desafiar la versión oficial y las expectativas creadas con las medidas que se
toman. Desde la perspectiva de Tohamy, son ineficaces porque no combaten los
problemas reales de Egipto.
El autor comienza en el origen del problema: la idea de
Nasser de un Egipto "autosuficiente", repetida en sus discursos. Ese principio orientó la
construcción del país y:
[...] led to policies such as subsidizing
inefficient internal producers and tariffing imports to force them out of the
Egyptian markets. Although the decision to adopt the Import Substitution
Industrialization (ISI) doctrine instead of an Export-Oriented
Industrialization system is more than half a century old, the policy remains in
place today.*
Esta política no ha dejado de tener efecto en la
configuración y rendimiento de la economía. Tenía una serie de efectos sociales
y políticos de importancia. La primera de ella era la dependencia del Ejército,
cuya función además de las militares eran constituirse en el motor del país en
todos los órdenes.
Ayer mismo
el titular en Egypt Independent era "Army
distributes 8 million food packages at half price"**. Hace unos días
los titulares nos lo mostraban en las calles reparando los efectos de las
riadas. Con este uso del Ejército es comprensible que los egipcios sigan
ligados a él como quien debe manejar sus destinos. El pago, por supuesto, es el
desastre económico con un estado que no puede asumir todos estos gastos porque
no reduce la pobreza, que es la excusa para su intervención constante en la
economía egipcia. Cuando El-Sisi decía hace unos días que el peso del Ejército
en la economía egipcia oscilaba entre el 1 y el 1'5% lo calificamos de chiste, de la misma manera que sus
pretensiones de que tienen su fiscalidad. Esto es difícil de creer si se vende
a mitad de precio y, lo que es peor, los inversores no se lo creen. Todo este
sistema acaba degenerando en el tiempo en un sistema de corrupción en el que
unos se llevan las ganancias y las pérdidas quedan para el Estado que deja de
invertir en aquello que pueda mejorar la vida de los egipcios, muchos millones
de los cuales se han acostumbrado a comprar ciertos productos a mitad de
precio.
El estado ha aprendido que mientras sea el propietario de
ese grifo podrá controlar a las masas que pudieran cuestionar su papel. Cuando
algo se rompe llega el Ejército a repararlo. Lo malo es que se rompe por el
deterioro de la falta de recursos para mantenerlo. Si a este aspecto le sumamos
el crecimiento de una administraciones ineficaces, clientelares, que viven de
lo que pueden sacar de unos y otros, el cuadro egipcio se va completando.
En su artículo señala Tohamy:
Corruption and the lack of rule of law is
another policy – or perhaps the lack thereof – that has further exacerbated the
situation. Egypt’s recent history tells numerous tales of failed businesses
that couldn’t survive the inferno of corruption, which factors in as a hefty
cost of operation. This corruption drives many entrepreneurs to work around the
system, therefore limiting their own growth prospects and raising the country’s
tax evasion rates.
The picture becomes even grimmer when we
consider governmental policies that encourage the monopolization of markets,
particularly with the militarization of many industries. Why would any
entrepreneur decide to enter a market in which his competitor has free land and
free labor?
However, many youths find themselves attracted
to entrepreneurship due to a lack of access to other job opportunities. This
issue of employment is exacerbated by the swelling of the government body due
to its absorbing hundreds of employees each year without a real need for them,
simply to reduce unemployment rates. The swelling of governmental institutions
is caused by the government’s inability to secure a health environment for
independents entrepreneurs to allow for the self-creation of jobs. In a
cyclical fashion, this then further stimulates corruption because no one can
audit the large number of employees and, in the long run, the government
becomes incapable of paying employees fairly and instead chooses to reduce
their real wages. This is precisely the point at which the seed of corruption
is planted and the fruit can be seen when you, as a citizen, enter a
governmental institution to issue a document and the employee demands his “cup
of tea” or bribe. More significant is when a potential entrepreneur decides to
give up his business idea after a series of failed negotiations to lower the
bribe a senior employee demands in return for necessary papers and licenses.*
Creo que el diagnóstico es bastante
cercano a la realidad. Hemos insistido en la imposibilidad de hacer un sistema eficaz
que permita a la economía desarrollarse si no se desprenden de los vicios y
patologías desarrolladas en un modelo que es absolutamente ineficaz en todos
los órdenes: sanidad, educación, orden, justicia, etc. La percepción de la economía egipcia es negativa. Las críticas llueven desde
todas partes por más que se consideren como maniobras para desestabilizar al
Estado.
Pero el Estado se desestabiliza solo por su propia
ineficacia en todos los órdenes. El monstruo creado extiende su ineficacia al
resto del sistema. En momentos de crisis como los actuales, además, devora los
recursos para su propia subsistencia. El problema, por ejemplo, no es el subsidio
para que los más pobres tengan pan. Los problemas son dos más: la parte de pan
que se pierde por el camino (es lo que se ha visto con la crisis del trigo
desaparecido) y el que se pierde en manos de la propia administración que lo
usa como cobro ante su baja paga
creando mercados negros para tener su propio negocio. Cuando faltan los
productos, muchos saben dónde están. No hay que ir muy lejos.
El problema final es que seguirá habiendo pobres. Algo que
se considera un mal menor si sirve para tener controlado al país. La
incapacidad para controlar el crecimiento de la población acaba creando una
bolsa cada vez mayor de descontento y de gasto, ya que hay que alimentarla.
Presumir de ser el país árabe más poblado es muestra de la inconsciencia con la
que se trata este problema sus efectos reales.
La crisis actual esta llevando a la desaparición de la clase
media al no haber más lugares de los que sacar dinero. La inflación se come los
sueldos y las compañías energéticas (como señalamos en su momento) sirven para
recaudar elevando las tarifas, pero hay un límite. Se sube el precio de la tasa
que les cobran cuando salen de Egipto; pronto se intentará cobrar a los
expatriados, cuyo recuento tiene ocupado a un ministerio. Se ha cerrado el
grifo de los créditos y cuando hace falta dinero para evitar el conflicto
social, se tira de lo obvio. Los grifos internacionales se han cerrado hartos
de dar dinero sin que haya reformas y los que lo dan ahora lo harán con muchas
condiciones. Los saudíes, antes del último enfado, ya lo advirtieron. La bajada
del petróleo, los gastos militares, etc. dejan menos dinero suelto.
La única solución, señala Tohamy, es cambiar la orientación
del modelo de subsidios y una imposible autosuficiencia hacia un modelo más
eficiente de economía que exporte lo que se sea capaz de producir
competitivamente e importe lo que no sea capaz de producir de la misma manera. El
modelo falla en esto y seguirá fallando.
La solución no es una cuestión técnica. Su calado es mucho más hondo y el fardo que se lleva a la
espalda durante décadas ha mermado la velocidad de crecimiento a través de la
incapacidad para mejorar el país. La conclusión de Tohamy es clara:
The correct path forward is therefore not a
batch of textbook-economic medications that address the policy instruments of
the government; rather, it is based more on how to reassemble the Egyptian
society and its welfare state such that it is able to make the right choices
when prompted.
Restructuring the state must involve a
sustainable consensus among Egyptians. The solution to this prolonged economic
problem is how to politically renovate the institutions that this country is
based upon. Henceforth, the economic efforts of the current government,
although already dubious, are ephemeral.*
La pregunta que surge entonces es "¿es posible ese
"consenso sostenible"?. La expresión tiene la medición del efecto que
causa. Las dos palabras están cuidadosamente seleccionadas para no confundirse
con otras vías o posibilidades que no han dado fruto hasta el momento para
conseguir reformar.
La revolución de 2011 fue un intento de cambiar el régimen,
pero el régimen no cambió, solo cambió de cabeza para evitar males mayores.
El intento de establecer una democracia se vino abajo por las pretensiones del
Ejército de tener un candidato en la lucha presidencia y de los islamistas de
pedir el voto en nombre de todos engañando después con sus jugadas para
convertir Egipto en un feudo de los Hermanos Musulmanes. Cuando Morsi ganó con
muchos votos que habían confiado en él, se produjo el desenmascaramiento a
través de la Constitución, realizada a la par con los salafistas, y laminando
todas las aspiraciones de avance en derechos, especialmente para las minorías
religiosas y las mujeres, principales afectados.
Un "consenso sostenible" puede sonar demasiado
optimista pero es políticamente la única salida a un futuro cada día más
oscuro. La renovación del estado implica modernizarlo para poder avanzar hacia el
futuro, salir del impase de la corrupción, el gigantismo y la subvención como
modelo degradado de la idea socialista de Nasser en los años 50. Un consenso no
para compartir el poder entre las fuerzas siempre, sino para transformar el
estado, hacerlo eficaz y eficiente, alejar los vicios económicos que hacen que
cualquier intento de prosperidad se diluya.
El deterioro será imparable sin esas reformas que solo
pueden venir de la generación que se encuentra aislada a la que se encarcela y
maltrata cuando manifiesta su insatisfacción por un futuro que no ve y a la que
se acusa de traidora si intenta emigrar. En un momento de su artículo Tohamy
señala:
Economic theory suggests we only have two
options when faced with such a crisis: Reducing investment, which will affect
our growth and future generations; or reducing consumption, which will affect
our current economic conditions. Any sensible government would choose to reduce
consumption, which, thankfully, is the choice our government opted for,
signalling its sanity. However, there is another choice to be made, namely which
social category (poor or rich) will be chosen to foot the bill. Although many
governments point to the poor when this choice arises, Egypt’s attempt at
levying indirect taxes and cutting back on essential consumption subsidies led
to multiple uprisings in Cairo.*
La elección sobre a quién pasarle factura es una decisión ya
tomada pero que tiene un límite, el agotamiento, el que las clases medias
desaparezcan por completo y vayan, como están haciendo, a engrosar las filas de
los pobres o emigren para alejarse de la doble tara, la voracidad y el mal uso
de lo recaudado. Por eso el régimen, en lo político, se está haciendo más
reaccionario y autoritario. Necesita controlar lo que se está fraguando a la
sombra de su propia inoperancia.
Con el tamaño actual de la crisis, el gobierno compensa con
propaganda los gastos que tiene que realizar para mantener el país tranquilo
ante la llamada a las calles para el 11 de noviembre, la llamada "protesta
de los pobres", que cada día son más. El Ejército se multiplica tapando
parches por el país y repartiendo a mitad de precio lo que la gente come. Pero
la gente tiene la costumbre de comer todos los días y no se puede seguir así
mucho tiempo.
Sin acuerdo social ni reforma política real, no habrá cambio y se
seguirán agotando los pocos recursos disponibles. Si no cambia el modelo,
seguirá produciendo lo mismo: frustración y autoritarismo capaz de controlarlo.
Pero hay un límite.
Un titular
de ciencia-ficción nos llama desde Daily
News Egypt y reproducido en Nooz: "Impeachment of current cabinet to be settled next
week". ¿Es una fantasía? El diario explica:
In the shadow of deteriorating economic
conditions and a lack of clear reform plans, the cabinet headed by Prime
Minister Sherif Ismail has recently been facing harsh backlash from several
members of parliament.
Starting Monday, the government has received
numerous petitions and demands from MPs calling for the resignation and
impeachment of the current cabinet. These demands cite the ongoing price hikes
of basic commodities and the rapid appreciation of the US dollar against the
Egyptian pound.
However, the majority of MPs did not approve of
the calls for impeachment.
“The current cabinet includes a number of
ministers who undertake their tasks properly; however, the economic group has
failed to put an end to the ongoing crises, which has pushed more than 100 MPs
to demand the impeachment of the cabinet,” MP John Talaat told Daily News Egypt on Tuesday.
The government is expected to provide the
parliament with a report next week, concluding its performance during the past
six months and how it has overcome specific problems and crises, Talaat said.
The parliament will then determine whether or not to move forward with the
impeachment measures.
A number of MPs asked the prime minister and a
few ministers for urgent responses to a series of economic questions on
Tuesday. MP Mohamed Fouad demanded that Investment Minister Dalia Khorshid and
Industry and Trade Minister Tarek Kabil be questioned.
The questions focused on the recent measures
carried out by the government against a number of food production factories and
companies, such as confiscation of sugar stocks without presenting justified
reasons.
This series of confiscations caused massive
losses due to the necessary full suspension of production lines in these
factories, despite these companies officially and legally working in Egypt,
Fouad said in a press statement on Tuesday.
The statement read: “The stock of sugar
confiscated from factories is an agreed-upon quantity that the government
authorised these factories to use.”***
Las requisas de azúcar en las fábricas de alimentos para
conseguir satisfacer las demandas de azúcar ante la desaparición en el aire por
motivos especulativos, efectivamente, hizo parar empresas que se quedaron sin
la materia para su trabajo. Es una decisión de un militar, no de un economista.
Ahora tienen azúcar algunos, pero la conclusión a la que han llegado los que
pensaran invertir en Egipto hará que sigan lejos. es un parche, un mal parche
que no va al origen del problema sino que cae sobre el más visible, es decir,
el que trabaja legalmente. Esos días de paro se han resuelto con mermas en los
sueldos de los trabajadores y pérdidas en cadena. Pero el Ejército tenía que
mostrarse ejecutivo en la falta de azúcar. Saca de un sitio y lo pone en otro entre aplausos. El ejército y el pueblo, una sola mano. batalla del azúcar. Al
menos una parte de los parlamentarios piden explicaciones y la cabeza del
gobierno, que ya es algo.
No se ve en el horizonte una solución pues ese consenso social es cada día más improbable. Los egipcios miran al cielo. Lo hacen esta vez intentando divisar en el horizonte algún avión turístico. La noticia de que después de un año ha aterrizado un avión alemán se convierte en una especie de esperanza de lluvia tras las primeras gotas. Pero el cielo manda también otras señales que indican que hace falta mucho turismo para solucionar lo que es un problema interior que condiciona todos los demás. Una sociedad con una enorme fractura en lo político y en lo generacional es difícil que llegue a ese consenso sostenible. Los que tienen la fuerza prefieren emplearla antes que afrontar los cambios reales con los que superar un fracaso de régimen cuya caída se celebró tanto como su recomposición camuflada. Es también el fracaso de la oposición, incapaz de superar sus propios dogmas en beneficio de un pueblo que se ha acostumbrado, tras décadas, a que le hablen de hermosos sueños a lo que siguen siempre duros despertares.
Las hermosas maquetas de las imposibles ciudades son bastante para poner en marcha los sueños colectivos y las pesadillas individuales. Cuanto menores son los recursos, los sueños deben ser más hermosos. Al sueño nasserista de una Egipto autosuficiente, le sigue la realidad actual de un Egipto hipotecado.
*
"Faring Poorly and Ways Forward: Reforming Egypt’s Policies" Egyptian
Streets 11/10/2016
http://egyptianstreets.com/2016/10/11/faring-poorly-and-ways-forward-reforming-egypts-policies/
**
"Army distributes 8 million food packages at half price" Egypt
Independent 2/11/2016 http://www.egyptindependent.com//news/army-distributes-8-million-food-packages-half-price
*** "Impeachment of current cabinet to be settled next week" Noozz 2/11/2016 http://noozz.com/impeachment-of-current-cabinet-to-be-settled-next-week/
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