Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No es
la primera vez que traemos el escándalo de los matrimonios infantiles en
Egipto. Es la propia prensa local la que se hace eco de ellos, del escándalo y
la burla que es para unas leyes que se dictan pero que incumplen sin problemas
quienes están dispuestos a hacerlo sin que quienes deben impedirlo lo hagan.
La
noticia la trae esta vez Egypt
Independent:
El-Maasara village, in the north west of
Dakahlia governorate, celebrated long into the night following the wedding
ceremony of a 12-year-old boy and his ten-year-old bride this weekend.
The marriage of Fares al-Saaed, a preparatory
school student, to Nancy, still at primary school, was held in the middle of a
village street. Dubbed by villagers the "youngest bride and groom in the
world,” the couple were fêted lavishly with performances from a music band and
three belly dancers on a large stage.
During the ceremony, the father of the groom
said, "I decided to make my son marry at an early age as I've always
longed to see him marry and have the joy of seeing grandchildren from him.”
The families of the two minors signed
unofficial papers as a record of the marriage, which will remain unrecognized
by the law, Rabea Ahmed, a villager, told Al-Masry Al-Youm.
Guests at the mock wedding said the bride wore
pink instead of the traditional white dress to avoid complaints to authorities
about the ceremony.
According to local Adel al-Saaed, weddings of
this kind are common in the village, but it is unprecedented at quite so young
an age.
Mahmoud Shabana, a lawyer from the governorate,
told Al-Masry Al-Youm that this wedding is illegal, and any infants born of the
marriage cannot be recognized officially.
Despite the fact that the phenomenon is so
common in the region, authorities have so far not made efforts to stop it, said
Shabana. Nobody is held accountable, so people continue the illegal practice.
Families dodge accusations by claiming ceremonies are for engagements rather
than marriage, he said.
The minimum age for marriage by Egyptian law is
18, but based on UNICEF figures for 2016, 17 percent of Egyptian girls are
married before then.*
Un 17% de matrimonios por debajo de la edad permitida, los
18 años, es un exceso que muestra algo más que negligencia. Muchas de las leyes
que Egipto promulga —como ocurre con la mutilación genital femenina— son una
burla destinada a la galería internacional, a hacer ver que existen leyes.
Lo que extraña a los informadores no es que ocurra, algo que
es muy frecuente en la zona, nos dice. Lo que les llama la atención es que sean
tan jóvenes. La edad de los niños casados de los que hemos dado cuenta alguna vez
era la misma, sin diferencias. No es un caso único, pues, sino un nuevo caso en
esa franja de edad.
Hace unos días tratábamos aquí el aumento de los divorcios
en Egipto y la estigmatización que sufrían las mujeres divorciadas frente a la
tranquilidad de los hombres. La estigmatización
de la mujer divorciada, los matrimonios infantiles y la mutilación genital
femenina dan un cuadro general del patriarcado en la sociedad egipcia, país considerado
en los últimos lugares entre "los peores para las mujeres". Junto a
esos tres elementos básicos, estructurales, se encuentra el de superficie, la
lógica consecuencia de todos ellos: el acoso sexual, cuyas cifras en Egipto
sobrepasan el 95%.
El carácter
patriarcal se puede apreciar en las palabras del padre recogidas por el medio:
"I decided to make my son marry at an early age as I've always longed to
see him marry and have the joy of seeing grandchildren from him." Ese
"he decidido" es revelador de la figura del patriarca, amo del
destino de la familia, que es vista como una prolongación de su ser, como él lo
es de los seres anteriores desde los orígenes, preocupación constante. Como
"patriarca" es un "momento" de un continuo que es la
familia en el tiempo, cuya función es extenderse y ganar influencia y poder una
de cuyas vías es precisamente el matrimonio, el emparentamiento con otras
familias que les permitan una mejor posición social. En esta primera instancia,
tanto el hijo de uno como la hija de otro representan el pacto familiar cuyo
destino está claro: la descendencia, esos nietos que quiere ver y que le harán
morir tranquilo.
En los agrios comentarios con los que se enzarzan dos
comentaristas, uno de ellos —que dice vivir en la zona— señala que disminuyen y
que los niños no viven juntos hasta pasados unos años. También señala la causa real de este tipo de matrimonios:
"This is only a social tradition to confirm family ties and rule out
stranger from entering their circles." Evidentemente no puede haber otra a
esa edad. Es la confirmación de lo dicho, pero lo importante es porqué se
practica de esta manera.
Con estos acuerdos se trata de evitar que la decisión
matrimonial sea de los contrayentes y queda como una decisión familiar que se
les impone. Es la familia quien decide con quién se emparenta. De ahí que el acuerdo se celebre antes de que haya
posibilidad de tomar una decisión propia o de que cualquiera de los jóvenes
tuviera la capacidad de negarse o de escaparse (recordamos el caso de la muerte
durante la "noche de bodas" de una niña de ocho años en Yemen, de
otra que escapó de la familia, tratados aquí ver entrada).
La base es siempre la misma: el individuo no existe, solo el
grupo, la familia, la comunidad. Si no existe el individuo, no existe la
libertad de elegir; es la familia por boca del patriarca quien lo hace.
En un primer paso, estos matrimonios son una instrumentalización
de hijos e hijas para conseguir los fines de continuidad biológica e influencia
social. Lo que surge en el tiempo es la ampliación de la distancia existente
entre hombres y mujeres. Mientras el hombre puede tomar segundas, terceras o
cuartas esposas para ir satisfaciendo sus gustos, la mujer que ha sido
destinada a ese "matrimonio" temprano le ha dado los hijos que
esperaban abuelos y padres. De no hacerlo, puede ser sustituida por la propia
presión de la familia, que desea que el matrimonio se concrete en sucesores. El
padre del "novio" dejaba claro cuáles eran sus deseos: nietos.
Evidentemente no es por su deseo de verlos jugar a su alrededor, algo que
podría hacer son su hijo de 11 años recién casado.
Estos "matrimonios" por debajo de la edad, ese
17%, que nos dicen, es un lastre casi insuperable para la mujer, que ver
cortada su vida como persona con capacidad de decidir en muchas de las
circunstancias de la vida que podría haber disfrutado: estudios, profesión,
etc. En cambio ve su vida comprometida primero y detenida después en una etapa
que le es impuesta sin tener conciencia de ella. El resultado es la frustración
y la callada depresión de muchas.
La hipocresía social es grande y se puede decir que todo
esto se hace "por su bien", como se hace "por su bien" la
mutilación genital o el impedir que trabaje fuera de casa, de forma que no
estará expuesta al acoso de otros santos varones.
Estos días los medios egipcios tratan el aumento de
divorcios y el aumento de los que las mujeres solicitan, cada vez más jóvenes.
Es lo lógico con un 17% de matrimonios por debajo de la edad legal, que es
socialmente ignorada y en la que la ley mira para otro lado.
El divorcio unilateral es una forma de salir de ese agujero
en el que van descubriendo lo que han perdido en su vida, lo que se les ha
sustraído. Ya vimos la estigmatización de la mujer que se divorcia para
intentar rehacer su vida.
Ahram Online
publicó estos días otro artículo —es un tema candente— sobre los problemas de
las mujeres divorciadas en Egipto. El caso que abre el artículo nos ofrece la
perspectiva de la "segunda esposa":
Safaa Ahmed decided to brush off her polygamist
husband two years into their marriage.
Her husband -- who was already a father when
they got married in 2013 -- planned to bring his children to live with them.
But after three or four months as a newlywed
husband, he decided to remarry his ex-wife. His marriage to Safaa did not come
to an end here, though.
"I still tried to work things out,"
recalled Safaa. "Many problems occurred after he returned to his ex-wife,
which made me his second."
Polygamy is legal pursuant to Egyptian law,
which allows Muslim men to have up to four wives as Islamic Sharia stipulates.
It is often met with public refusal, however.
"His family's frequent interference in our
marriage, broken promises to straighten things up, I had to deal with many
things," Safaa continued.
"He eventually got married to a third
woman and that was the straw that broke the camel's back."**
La complejidad de los casos puede ser enorme, como en el de
Safaa, convertida de esposa en segunda esposa y posteriormente en tercera. La
madre de los hijos, la primera esposa vuelve a la casa recasada (es posible desde la Sharia casarse dos veces con la misma
mujer tras los consiguientes divorcios; para hacerlo una tercera vez, la mujer
se debe haber casado con otro hombre y divorciado posteriormente, algo poco
probable, desde luego). La llegada de una tercera nueva esposa es, como se señala,
la gota que colma el vaso.
Ya sea por matrimonios infantiles acordados, ya sea por
exceso de esposas y matrimonios, como en el caso de Safaa, la vida de las
mujeres no parece sencilla, sometida a la voluntad familiar primero y del
marido después, que se desprende de ella o la vuelve a aceptar, que se casa renovando
el parque femenino a su gusto.
Por más que se nos diga que la poligamia está mal vista o que los matrimonios
infantiles son acuerdos que solo se
consuman más tarde, lo cierto es que las prácticas existen y son formas que
condicionan la vida de las mujeres egipcias.
No son las únicas leyes que son tinta mojada, ya que como se
nos dice, se burlan con cosas tan absurdas como celebrar el compromiso con un
vestido de otro color. Todo lo que tiene que ver con la situación de las
mujeres se vuelve conflictivo y es desatendido. Los grupos de mujeres egipcias
que son capaces de plantar cara y denunciar estas situaciones tienen un enorme
valor: supone enfrentarse a la costumbre y a las propias familias. Las
generaciones anteriores fueron más decididamente feministas al velar por los
derechos de las mujeres, pero las corrientes de reislamización desde los años 80 fueron volviendo a valorar estas
prácticas, de ahí que las reducciones de casos en las mutilaciones, el acoso o el matrimonio no sean formas casuales, sino
que forman parte de una estrategia. El acoso sexual, más allá del hábito, forma
parte de una estrategia de mantener a las mujeres fuera de los espacios
públicos, incluido el trabajo. La breve estancia de los islamistas en el poder
significativamente tuvo dos puntos claros: lo que afectaba a las edades de los
matrimonios y la modificación de las edades de los hijos bajo la custodia de la
madres, que se redujeron, y las ayudas económicas mediante créditos blando para
los segundos matrimonios, en un intento de fomentar la poligamia en la
sociedad. La presentación de ambas prácticas —matrimonios de menores y
poligamia— como piadosas forma parte de esa hipocresía permanente.
El cesado
por bocazas ministro de Justicia, El-Zind, ya en la etapa de El-Sisi, se fue de
su cargo dejando una ley infame que obligaba a depositar una fianza de 50.000
libras egipcias para los denominados "matrimonios de verano",
mediante los cuales los ricos y piadosos hombres del Golfo acuden a hacerse con
niñas a Egipto, devolviéndolas poco tiempo después a la familia. No se hizo
nada por evitarlos, pero sí para asegurar una cantidad de dinero a la familia
que había estado feliz de desprenderse de una hija por un precio ajustado. La
tasa se aplicaba en el caso de haber una separación de más de 25 años entre los
"esposos", es decir, entre el hombre y la niña. La parte escandalosa
de la propia ley es que esa fianza se exigía a los hombres extranjeros, dejando
el campo libre a los nacionales. El escándalo era sobre todo "patriótico":
los hombres del Golfo se llevaban a las
niñas egipcias. Los nacionales no causaban tanto escándalo, estando protegidos
por la inoperancia de la ley. En diciembre pasado, algunas de las quejas
respecto a esos "matrimonios de verano" o "turísticos" iban
directamente contra el piadoso El-Zind:
Lawyer Rabab Abdu, vice president of the
Egyptian Society to Support Juveniles and Human Rights, said that the
minister’s decision to “put a price tag on touristic marriages” flies in the
face of efforts to combat human trafficking.
“The decision proves that the ministry of
justice is completely unaware of the state’s efforts to fight these touristic
marriages that have become one of the most dangerous phenomena threatening the
safety of Egypt’s women,” she told Aswat Masriya.
She also warned against the continuation of
these "summer marriages" that exploit younger women. "Now these
women can marry these men, who are decades older, only on condition that the
men can afford the price. This takes place in a legal setting, with the
blessing of the ministry of justice."
She described the decision as a “misguided
attempt” by the minister to solve the problem of wealthy Gulf Arabs marrying
Egyptian women while they are in Egypt.***
No fue el gobierno islamista, pero sí uno que tampoco se
oponía al matrimonio con niñas, que lo regulaba blindando a las familias para
que corrieran menos riesgos al vender a sus hijas a los ricos del Golfo. Ahora
que las relaciones con Arabia Saudí han mejorado hasta el límite de regalarles
dos islas de soberanía egipcia, veremos si el negocio vuelve a prosperar.
Curiosamente, lo único que parece preocupar —forma parte de
la hipocresía social— es el divorcio, es decir, solo el aumento de mujeres divorciadas
en la sociedad. Algunos temerán que tantas divorciadas desestabilicen a la bien
pensante sociedad egipcia, que son un peligro para los hombres tantas "mujeres
promiscuas" y sin hombre "responsable" que las vigile.
Un 17% de matrimonios por debajo de la edad legal es una
lacra para Egipto y sobre todo para sus mujeres, quienes siguen sufriendo todo
lo que la actividad de las tradiciones permite y todo lo que la inutilidad de
las instituciones no consigue evitar. No debería extrañarse nadie de su
posición entre los peores países para las mujeres. Y sin embargo lo hacen. ¿De qué se quejan?
Nuestro apoyo y ánimo a todos aquellos —personas y grupos— que trabajan allí por intentar erradicar ese mal que se percibe como parte de la normalidad, despreocupados del sufrimiento que causan e incluso orgullosos. Ese vestido rosa no logra camuflar la realidad.
Los matrimonios infantiles, ya sean entre niños o con un adulto —nacional o extranjero— son la destrucción de la vida de esas mujeres que son usadas como fuente de ingresos o para crear lazos sociales.
Hoy todo es celebración, fiesta. Mañana serán señaladas con el dedo porque han decidido poner fin a esa situación en la que nadie les preguntó.
*
""Youngest couple in the world" celebrate illegal child wedding
in Dakahlia" Egypt Independent 23/07/2016
http://www.egyptindependent.com//news/youngest-couple-world-celebrate-illegal-child-wedding-dakahlia
**
"Egyptian female divorcees, less of a taboo, still face same old
challenges" Ahram Online 21/07/2016
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/151/233756/Egypt/Features/Egyptian-female-divorcees,-less-of-a-taboo,-still-.aspx
***
"Did Egypt's justice minister just violate the constitution?" Aswat
Masriya 11/12/2015 http://en.aswatmasriya.com/news/details/2719
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