Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Le ha
dicho el presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi a la que fuera Secretaria de
Estado USA, Madeleine Albright que lo que Egipto busca es el equilibrio entre
"seguridad" y "libertades". Albright, que es una persona
educada, cuya familia judía se pasó al catolicismo para escapar al
antisemitismo, que huyo de su país para escapar del régimen nazi, que fue embajadora
en Naciones Unidas y después la primera mujer en ocupar la Secretaría de
Estado, es decir, que ha visto casi de todo, debió sentirse diplomáticamente
complacida por esa búsqueda del estado de equilibrio recomendado casi por todas
las religiones, filosofías y libros de autoayuda. "¿Dónde habré oído yo
esto antes?", de debió preguntar mientras el general de paisano —otra
forma de equilibrio entre lo interior y lo exterior— le daba explicaciones
sobre lo que los Estados Unidos debían hacer en la zona y lo que la zona podría
hacer por los Estados Unidos y el mundo entero.
El
diario estatal Ahram Online, tras hacer un repaso de los intereses de unos y
otros, cierra su información así:
The president also called for adopting an
international strategy to fight terrorism, which does not rely solely on
security and military measures, but also promotes education and "the
values of accepting the other."*
Es probable que Madeleine Albright mirara su reloj en ese
momento y que fuera rescatada de la reunión antes de que el exceso de buena
voluntad pifiara aquel momento histórico en el que la montaña se encontró con
el profeta. Hace falta mucho entrenamiento diplomático para escuchar frases
como esas sin botar en el asiento o sufrir un ataque de tos —o de otra cosa
peor— que eche por tierra las buenas relaciones y las ayudas militares.
No sé si el presidente El-Sisi es consciente de la imagen
que en estos momentos Egipto ha logrado alcanzar en el mundo gracias a sus acciones
constantes en sentido contrario. La diplomacia, en estos casos, es el arte de
parecer poco o mal informado. Pero el mundo no tiene el entrenamiento en la
contención de Albright. Hablar de "valores de aceptación del otro"
cuando se hace lo que se hace en Egipto cada día no deja de ser un sarcasmo.
Egyptian Streets recogía informaciones en octubre pasado sobre la guerra abierta del gobierno egipcio con Facebook. Recordarán
los lectores de este blog que informamos en enero de la decisión del gobierno de cancelar
una aplicación de Facebook que permitía el acceso gratuito de millones de
egipcios a una configuración básica que permitía la navegación por Internet.
El
gobierno sencillamente dijo que solo la había autorizado por unos meses y que pasados no la renovaba. Como chasquear los
dedos; ni una explicación, que para esos
somos soberanos. Sin internet.
La lucha del gobierno contra la red social había comenzado unos meses antes:
Facebook has rolled out a new feature that will
let you know if the social media company suspects your account is being hacked
into by the government.
Users will receive a notification stating the
suspicion that their account ‘may be the target of attacks from state-sponsored
actors’ urging the user to secure their account by using Facebook’s security
measures.
“We do this because these types of attacks tend
to be more advanced and dangerous than others,” a statement released by
Facebook reads. “We strongly encourage affected people to take the actions
necessary to secure all of their online accounts.”
The social media website is not willing to
disclose how it knows a Facebook account is under attack on orders of a
government, and not by a ‘regular’ hacker, claiming it has to “protect the
integrity of our methods and processes”.*
Hace algunos años algunos amigos egipcios me pidieron que
abriera cuenta en Google+, que les parecía más segura que Facebook, ya que una
de las novedades que ofrecía aquella red era precisamente la posibilidad de los
"círculos", algo que posteriormente Facebook incorporó. Tenían mis
amigos lo que a mí me parecía una obsesión por ser espiados por el gobierno,
daba igual cuál fuera, porque todos los gobiernos egipcios acaban haciendo lo
mismo: reprimiendo y espiando.
Luego la cosa ha ido a más. La vigilancia de las redes
sociales se ha convertido en casi una rutina y más de uno ha acabado en la
cárcel por la acusación de que en sus páginas de Facebook tiene fotos, expresa opiniones, pone "me gusta" indebidos o tiene amigos "poco deseables".
En Egipto no existe la privacidad para el gobierno: eres carne de
espionaje. La suspensión de la aplicación gratuita de Facebook fue un intento
de boicotear las conexiones de millones de egipcios antes de las celebraciones
del aniversario de la Revolución en enero. Fue un paso más para evitar la
coordinación a sabiendas que teléfonos y ordenadores estaban vigilados.
Una red social que te avisa de que tu gobierno te está
vigilando no deja de ser una novedad que deja en evidencia el deseo de
equilibrio del presidente. Lo dicho por Abdel Fattah El-Sisi es una especie de
cuento de hadas en versión militar. Eso del equilibrio,
el otro, la educación, etc. no son más que pamplinas frente a los hechos
diarios. La realidad, que nos reflejan en Egyptian
Streets, es esta:
Social media in Egypt has long been believed to
be under strict security surveillance by the government. Only last week, an
Egyptian Facebook user was sentenced to three years in prison by a military
court for sharing a Photoshopped picture of president Abdelfattah el-Sisi with
Mickey Mouse ears. He was charged with “attempt to overthrow the
regime”.**
La sisimanía forma parte de la estrategia
del régimen y una foto trucada se considera un atentado. Al menos Mubarak
entendía que hicieran chistes sobre él. El-Sisi, en cambio, no. Y es que el
presidente Mubarak no tuvo sueños reveladores sobre su misión histórica, salvar a Egipto, a la zona y de paso al mundo, que nunca se lo agradecerá bastante.
Dudo que la diplomática Albright haya preguntado por la cuestión
de los memes de El-Sisi y de lo que les ocurre a los que tienen la osadía de
reproducirlos. No sé si esto entra en eso que el presidente ha llamado
"los valores del otro", su aceptación y demás.
La cuestión del equilibrio entre "libertad" y
"seguridad" es uno de los mejores chistes que el presidente, como
buen egipcio, ha contado desde hace mucho tiempo. Los más de cuarenta mil encarcelamientos,
los miles de desaparecidos sin rastro, las torturas, las presiones sobre médicos
y periodistas (se reunirán para ver qué ocurre con la nueva y restrictiva ley
de medios que se quiere presentar), la liberación de los que se hicieron ricos
en el antiguo régimen, la impunidad policial y política... No sé si todo esto
es posible equilibrarlo. Tampoco creo que, desde su tumba, el joven Giulio
Regeni, haya entendido qué significa para el presidente el equilibrio entre seguridad y libertad. Quizá sea que meten a los
opositores en la cárcel por seguridad
y sacan libres, a la calle, a los condenados por la corrupción y la represión
del régimen anterior.
Será eso, equilibrio.
*
"Egypt seeks balance between security and freedoms, Sisi tells
Albright" Ahram Online 15/02/2016
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/187598/Egypt/Politics-/Egypt-seeks-balance-between-security-and-freedoms,.aspx
**
"Facebook Defies Government Crackdown on Egypt’s Online Activity"
Egyptian Streets 19/10/2015 http://egyptianstreets.com/2015/10/19/facebook-defies-government-crackdown-on-egypts-online-activity/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.