Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Primero
llegó el buque a Alejandría; después el ministro ruso desembarcó en El Cairo. Serguéi
Lavrov ha llegado y ha abierto nuevas vías de diálogo entre Egipto y Rusia, dos
países muy distintos a lo que eran en sus etapas anteriores, pero con un
elemento que se mantiene: las relaciones con Rusia siempre son un mensaje
escenificado para los Estados Unidos. Los medios recuerdan que fue Sadat el que
realizó el giro hacia los Estados Unidos, pero que antes el nasserismo estuvo
más cerca de la antigua Unión Soviética. No en vano, la revolución de Nasser y
los suyos era anticolonial y socialista. Después fue derivando, década tras
década, a lo que los egipcios de hoy consideran una sumisión al imperialismo y
una degradación corrupta de una dictadura que tuvo su apoyo jurídico en las
leyes de excepción que la muerte de
Anwar el Sadat puso en marcha y solo fue derogada tras la caída del régimen
presidido por Hosni Mubarak durante tres décadas.
La
visita de Lavrov es una muestra más de cómo funcionan las relaciones
internacionales y, en especial, del juego que se está desarrollando en la zona.
El mensaje ruso no ha sido muy distinto a lo que otros le han dicho, pero Rusia
no son los "otros". En una entrevista concedida al diario Al-Ahram días antes de su llegada a El
Cairo, el ministro ruso ha realizado su valoración, que el titular de la
entrevista sintetiza «Relations with Egypt are a 'priority for
Russia'»:
Lavrov pointed out that Egypt needs a
comprehensive national dialogue that encompasses all social sects, calling for
the avoidance of violence, in order to pave the way for the adoption of
effective programmes and policies at all levels.
"We are quite confident that Egypt will
overcome its current crises and put into consideration the interests of all
political, ethnic and religious blocs within society," he said.
A series of high-level military and diplomatic
meetings between Cairo and Moscow are planned to take place in Egypt this week,
in what some have described as a new phase in relations between the two states,
marked by closer cooperation.*
La diferencia entre estas palabras y lo que otros le han
dicho no está en las palabras —que son casi las mismas—, sino en cómo se han dicho. Mientras que en otros
han sonado —porque así lo han querido— como una condena, amenaza o un reproche,
según los casos, en boca rusa suena como un mensaje
de futuro, también porque así lo han querido unos decir y otros escuchar. Y
es así como funcionan las relaciones diplomáticas.
Estados Unidos y Europa han dicho a Egipto las cosas en el
tono que pensaban que tenían derecho
a hacer por su dependencia. Los rusos, en cambio, han dicho lo mismo pero, en
vez de amenazar con sanciones, han prometido aumentar la colaboración. No se
reacciona igual frente al que te amenaza con quitar, congelar, etc. que ante
quien te viene a ofrecer nuevos negocios y apoyo. Es palmario, pero los rusos
conseguirán algo que Estados Unidos especialmente no logrará. En realidad, a
Rusia se lo han puesto en bandeja. Cuando tu banco te trata mal, cruzas la
calle y entras en el de enfrente. Puede que los dos te estafen, pero te sientes
mejor.
La amenaza del terrorismo islamista es la misma para los
Estados Unidos y Europa que para la Rusia de Putin. Sin embargo la forma de
reacción de unos y otros ha sido históricamente distinta. Mientras que Estados
Unidos ha querido apoyar a los Hermanos Musulmanes, que tienen serias bases y
contactos en su territorio —como los tiene en Europa—, Rusia ha sido más
contundente:
Lavrov expected that the coming meetings with
Egyptian officials will tackle the issue of militant activities in Sinai.
"Most victims of these attacks are
civilians. The attacks are executed by terrorist movements in the Arab world
affiliated with Al-Qaeda; they attempt to benefit from problems such as public
chaos and the weakness of state institutions, to commit illegal acts such as
drug and human trafficking, and weapon smuggling," Lavrov said.
"In these cases we are ready to cooperate
with our Egyptian partners, and condemn terrorism in all its forms."
Egypt's Prime Minister Hazem El-Beblawi said
earlier that Cairo may look to Moscow for weapons after having some its
military aid suspended by Washington.*
Es interesante comprobar cómo Lavrov asume al cien por cien
las tesis egipcias sobre el terrorismo y traslada su propio discurso "antiterrorista"
al escenario egipcio. Es la forma de señalar que tienen un problema común y
que, como buenos futuros socios, deben abordarlo conjuntamente. La Rusia de
Putin ofrece ayuda para acabar con el problema
del Sinaí, pero especialmente ofrece una valoración positiva de las actuaciones
del gobierno egipcio hasta el momento, que ha hecho del "terrorismo"
el eje contextual de todas sus acciones. La primera de ellas, evidentemente,
declarar terroristas a los Hermanos Musulmanes y conectarlos, por acción,
omisión o simpatía, con los grupos que se mueven por el Sinaí, ya vengan de
Palestina, Siria o cualquier otro lugar.
Como ocurre siempre con los diplomáticos, ambos ministros de
Exteriores —unidos por la gracia sintética
del texto periodístico, que acoge declaraciones de ambos— forman parte de una representación
teatral. Están subidos a un escenario en el que recitan sus parlamentos para
ser escuchados por públicos muy distintos que atienden a sus palabras y
movimientos. El ofrecimiento de ayuda para combatir el "terrorismo"
por parte de Rusia no son solo palabras, un brindis al sol. Esta Rusia de la eficacia contundente —que se han
empeñado en demostrar— funciona en el plano internacional con precisión.
Estados Unidos no ha asimilado los cambios mundiales de las
última dos décadas. Sigue pensando, con una mentalidad reaganiana que la caída del muro y el "hundimiento" de la
Unión Soviética fue algo parecido a la extinción del imperio maya, cuyos restos
cubrió la maleza. Sin embargo, las modificaciones de Europa, en menor medida, y
sobre todo de China y Rusia, hacen que el mapa de relaciones y posibilidades hoy
sean otras. El frenazo a sus intenciones y, sobre todo, a su forma de abordar
el problema sirio lo dejan en evidencia.
Estados Unidos padece una especie de "síndrome de
Washington" que incapacita para comprender el mundo más allá de la visión
propia y, lo que es peor, cree que todos la comparten. La visión del mundo como
un tablero de ajedrez en el que uno de los dos contrincantes se ha rendido,
propia de final de la Guerra Fría, no tiene sentido hoy. La globalización que iba a ser un arma de
conquista, también ha relativizado los papeles y ha hecho entrar nuevos agentes
en liza, como China.
El papel de "Guardián del Mundo Libre" era de otra
película y las amenazas vienen casi en su totalidad de un cáncer que se llama "islamismo",
cuyo peligro se combate con otro tipo de armas, muy variadas, que van de la
educación al desarrollo económico, que es la forma de evitar que se propague a
través de la ignorancia, en unos casos, o del odio antioccidental —un poderoso
banderín de enganche— en otros. Sin embargo, parece que hay algo en la esencia
del "islamismo" que los Estados Unidos —al menos una parte— no acaban
de entender, quizá porque existe también un "fundamentalismo religioso"
que se encuentra en las raíces de la propia idea de nación americana, la idea del "destino manifiesto", que
afecta más allá de la doctrina de la expansión territorial por el continente.
Cuando uno cree que es un "pueblo elegido", cree que lo es para todo.
Dylan lo entendió muy bien en la canción "With God in our side":
I've learned to hate Russians
All through my whole life
If another war comes
It's them we must fight
To hate them and fear them
To run and to hide
And accept it all bravely
With God on my side.
En el fondo, la idea de "guerra santa" no es tan
distinta de la de "santificar las guerras". El que cree que Dios está
de su lado, acaba justificándolo todo y menospreciando a todos. Dios no puede
estar en todas partes si está de mi lado.
Pero la Rusia de la que hablaba Dylan es distinta a la que
representa Lavrov, al menos en sus fines, que no son ya la invasión del mundo
—aunque haya algún congresista republicano que lo siga pensando— sino expandir
sus negocios e influencia por medios diversos. La conversión de Rusia al capitalismo y a la religión, tras su fase
comunista y atea, no es fruto de ninguna "profecía de Fátima", sino
un proceso histórico que tiene sus consecuencias y que no puede ser ignorado.
Lo primero que Rusia tiene claro es quiénes son sus enemigos; después los amigos se hacen en
el camino. Rusia ofrece negocios, seguridad y amparo, como ha ocurrido con
Siria. Cuando la situación se complica, Rusia toma las riendas y dirige el
proceso en la dirección favorable. A Egipto llega ahora con sus ofertas.
El texto de Al-Ahram tiene un apartado específico dedicado a
la cuestión de Siria. Aquí Lavrov, de nuevo, refuerza las posturas egipcias sobre
el conflicto y sus soluciones:
"We understand the Egyptian leadership's
point of view, which calls for holding the conference as soon as possible, and
Russia is ready to reach a political settlement to the crisis," Lavrov
said.
Under the Russian-American proposal, Syria
agreed in September to destroy its entire chemical weapons programme by
mid-2014. The deal averted missile strikes threatened by Washington following a
21 August sarin gas attack in the outskirts of Damascus that killed hundreds of
people.*
De nuevo, se busca el acuerdo con las posturas egipcias para
hacer ver que todos caminan en la misma dirección y en buena compañía. Así
salen beneficiados ambos: Rusia refuerza a Egipto y suma un aliado para sus
objetivos.
Las declaraciones de Serguéi Lavrov se entremezclan en el texto
del diario —convenientemente— con las posturas del gobierno egipcio, interesado
en que se lean conjuntamente. El resultado del encuentro tiene que estar
entreverado con los intereses rusos y egipcios mostrando su confluencia:
Egyptian foreign minister Nabil Fahmy told AFP
on Saturday that Egypt will expand cooperation with Russia in the wake of a
diplomatic spat with long-time ally the United States following president
Mohamed Morsi's overthrow.
Fahmy's statements came ahead of a visit by
Russia's defence and foreign ministers to discuss arms sales and political
relations.
"Independence is having choices. So the
objective of this foreign policy is to provide Egypt with choices, more
choices. So I'm not going to substitute. I'm going to add," Fahmy said.
El mensaje hacia los Estados Unidos es claro y doble: no presiones demasiado porque ya hay un
nuevo proveedor en la puerta dejando la tarjeta. En clave interna, el
gobierno egipcio muestra un respaldo internacional que no es desdeñable, si
obviamos un mundo maniqueo, y ofrece a los egipcios una palabra clave: independencia. Y esto es algo que Estados Unidos no ha sabido vender ni gestionar. Ahora, con un Obama hundido por los fracasos exteriores —pérdida de influencia— e interiores —el fracaso de la puesta en marcha del Obamacare y sus efectos "imprevistos"—, Rusia tiene un camino con menor resistencia de lo que esperaba.
Rusia quiere dar a entender que frente a la divagaciones,
vaguedades y errores de los Estados Unidos en la zona, cuyos resultados son
obvios, ellos pueden poner orden y
ayudar en caso necesario. A diferencia de lo que ocurre entre Estados Unidos e
Israel, Rusia ha demostrado que puede controlar a Siria en el proceso de
desarme. Frente a los recelos de muchos pensando que la destrucción del arsenal
químico sirio era una maniobra, nunca se ha hecho un proceso más rápido de
desarme. Se trataba de demostrar que Rusia cumple y hace cumplir a sus socios,
para bien y para mal. Son muchos los factores que todavía pueden desestabilizar
más la zona, pero lo cierto es que la intervención militar inmediata que
Estados Unidos preparaba se paralizó para alivio de todos, incluida Europa.
La política rusa es deleznable en muchos aspectos,
especialmente en su creciente vulneración de los derechos humanos, su tácticas
con los que le llevan la contraria, la creciente radicalización nacionalista,
la homofobia, etc. Pero en esta ocasión no es de eso de lo que se discute, sino
de su forma de hacer diplomacia cuando le interesa. En la zona —y no solo allí—
se está convirtiendo en un aliado que recoge las frustraciones que la política
norteamericana produce. Estados Unidos no tiene prácticamente nadie que
defienda la gestión de su larga "amistad" con Egipto. Se oscila entre
la animadversión manifiesta y el silencio, que es lo mejor que obtienen en
estos momentos. Y es difícil que se mejore porque a lo más que puede aspirar por
ahora es a una influencia silenciosa, que seguro mantiene en muchos rincones,
en contraste con la muy publicitada llegada rusa.
Pero se trataba de eso, de hacer una llegada ruidosa, muy
celebrada para mostrar los apoyos, por un lado, y relativizar las pérdidas por
otro. No es casual que el texto de Al-Ahram insista en la necesidad de la
llegada del turismo ruso a Egipto, en que se levanten los avisos de peligro para
que llegue los turistas. Es un mensaje a una parte muy importante de la población,
desesperada, que depende para su subsistencia de la llegada de turistas al país.
Hay cosas que se pueden compensar, pero vivir del turismo no es fácil si no
llegan los turistas. Y eso solo ocurrirá con una pacificación del país, algo que no interesa a algunos y que otros
se empeñan en realizar por la fuerza. A los islamistas no les interesa que el
país se estabilice dejándolo fuera, por lo que continuarán con sus protestas
para mantener abierto el conflicto, mientras que el gobierno tendrá que
recurrir a la represión para acabar con las revueltas y evitar el caos violento,
en un círculo vicioso del que Rusia se brinda ahora para ayudar a salir. No
será fácil.
Serguéi Lavrov no es un turista
privilegiado sino un vendedor que llega con muchas ofertas. Probablemente se llevará a Rusia
algo más que recuerdos fotográficos. Ha llegado hablando el lenguaje que querían oír, que es el principio básico del buen vendedor, y ofreciendo lo que más necesitan. Y la "competencia" está en horas bajas.
*
"Relations with Egypt are a 'priority for Russia': Russian FM" Ahram
Online 13/11/2013
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/86382/Egypt/Politics-/Relations-with-Egypt-are-a-priority-for-Russia-Rus.aspx
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