Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las noticias sobre las conexiones de la mafia rusa con el ex
alcalde de la localidad malagueña de Casares, junto con otros ediles, ponen de
manifiesto una parte de la triste realidad del desarrollo urbanístico español. La
web de RTVE sintetizaba así el panorama:
La mafia rusa, con importantes
ramificaciones en la Costa del Sol, era el principal "cliente" de la
red de blanqueo de capitales y corrupción urbanística liderada supuestamente
por el exalcalde de la localidad malagueña de Casares Juan Sánchez (IU), en prisión
desde el pasado martes, y en la que ya hay nueve imputados, entre ellos el
concejal de Urbanismo.
Así lo han confirmado a Efe fuentes
de la investigación, que han explicado que la trama había creado un complejo
entramado de más de 20 empresas que se superponían unas a otras y que eran las
encargadas de blanquear el dinero procedente del crimen organizado.
A través de inversiones
inmobiliarias y aprovechando el "boom" de la construcción vivido en
la costa malagueña en años anteriores, el clan "Kremliovskaya" de la
mafia rusa habría conseguido blanquear "millones de euros" obtenidos
del narcotráfico a gran escala.*
Hay veces en que los descubrimientos son secretos a voces.
La inversión mafiosa para blanqueo de capitales ha sido una de las prácticas
habituales cuando no se atiende demasiado a quién invierte y se prefiere solo
atender al cuánto. Y eso nos ha perdido. La práctica de mirar más la cifra que
la firma en los cheques, a la larga, suele ser problemática. El dinero llega a
espuertas y se reparte generosamente inflando todo lo que le rodea. Finalmente,
la burbuja del ladrillo es la burbuja de los enladrillados, ya que el sector se
hace tan rentable que se abandonan otros que lo son menos. ¡Hay tantas cosas
que hacer con las casas! Todo parece crecer y los números de la economía se disparan.
Viñeta de 2006. Esto no es nuevo |
Pero la economía no son los números, que solo es el
lenguaje en que se expresa. La economía es humanidad pura, relaciones entre
personas, traducción de una realidad de la que es peligroso separarse o abstraerse. Y la realidad es que ese dinero mafioso
corrompe a instituciones y personas y lleva al conjunto de la sociedad por una peligrosa deriva. ¡Que no nos salga nadie con el patriótico “ha
sido bueno para el pueblo”! ¡Ese dinero mafioso ha sido veneno por su misma naturaleza, destrucción
de otras opciones diversificadoras de las actividades y una ilusión de riqueza
que no era más que endeudamiento! Corrompió, encareció y arruinó, como vemos
cada día. Casares es solo un ejemplo, pero otro más de una situación multiplicada por el país. El descubrimiento del blanqueo de dinero mafioso solo lo hace especial en una de sus facetas. En otras cosas, no es excepción sino confirmación del daño hecho a la economía española y a los españoles mismos, que son las personas tras las cifras.
Por eso sorprenden —aunque no tanto— las declaraciones de
Esteban González Pons, el fabulista
oficial del Partido Popular, el hombre que, con verbo fácil y metáforas
sencillas, nos traduce ideas complejas. González Pons, profesor de Derecho
constitucional, fue Consejero de Territorio y Vivienda en la Comunidad
Valenciana en 2007, aunque por poco tiempo. Sabe de lo que habla. Por eso son
llamativas sus declaraciones —que han sido resaltadas por la prensa— sobre la
burbuja inmobiliaria en la revista Jot Down:
[P]La mejor frase que recuerdo de Zapatero fue ésa de que se
“arrepentía de no haber explotado la burbuja inmobiliaria”. La culpa de lo
ocurrido en España la comparten todos los partidos, pero ¿no cree que al PP le
ha faltado una autocrítica semejante?
[R] No creo que tengamos que
arrepentirnos de la burbuja inmobiliaria. Porque facilitó que mucha gente que
no tenía casa pudiera acceder a ella y que muchas personas pudieran adquirir
una segunda residencia. El problema es que no planificamos bien urbanísticamente
cómo íbamos a crecer. Quizá las competencias urbanísticas deberían estar en
manos de las comunidades y no de los ayuntamientos. Y creo que otro fallo fue
que no supimos darnos cuenta a tiempo de que la burbuja se estaba haciendo
demasiado grande. Pero que la construcción tirara de la economía española no
era del todo malo.**
No sé en qué lugar poner esta barbaridad, si en lo político,
en lo económico o en lo histórico. Quizá haya que repartirla de forma igual
entre las tres. Las disquisiciones de González Pons van porque todo el mundo quiere
vivir en el mismo sitio. La burbuja inmobiliaria no es el urbanismo. Es otra
cosa. Como sabrá González Pons, el que todo el mundo quiera vivir en el mismo
sitio beneficia a unos más que a otros ya que eleva los precios. Es una idea
elemental que se le escapa. De ahí las jugosas inversiones en ciertas zonas para multiplicar los
beneficios; de ahí especialmente la presión sobre los políticos, su corrupción, para que alteren las normas urbanísticas que permitan la barbaridad urbanística y el encarecimiento. Sí, es fácil decir que todos quieren vivir en el mismo sitio.
Pero sus palabras sobre lo bueno de las burbujas nos hacen
ver que su punto de vista no es el que debiera tener un
político, que se debe a los ciudadanos. Me da igual su bonita frase sobre que
no recibimos la tierra de nuestros padres sino que son nuestros nietos los que
nos la prestan. ¡Poesía! Esa política ha conseguido que no tengamos nietos por el
empobrecimiento de la generación de nuestros hijos, que tendrán a lo sumo hijos
alemanes o chinos. La burbuja no nos ha hecho ricos, sino parados y emigrantes. Esa es la realidad de los números: casas vacías y cuentas en rojo, nacionales y particulares. Hoy las dos huchas, casas y bancos, se han roto y muchos ven que no hay nada dentro. Los cerditos están medio vacíos.
Que González Pons defienda las burbujas (el encarecimiento)
y solo se lamente retóricamente, como un Jeremías, de la concentración de
edificios es realmente lamentable por lo que implica. Debería leer con
detenimiento las noticias. ¿Cómo puede decir que la burbuja fue buena porque “facilitó que mucha gente
que no tenía casa pudiera acceder a ella”? Quizá las personas desahuciadas
puedan explicárselo mejor. La burbuja no posibilitó que la gente tuviera
vivienda: posibilitó que los bancos dieran créditos bajos para que la gente que no podía comprar una vivienda creyera
que podía comprarla. Los efectos en bancos y en particulares los tenemos
hoy a la vista. Por eso son tan irritantes las palabras de González Pons, por
lo que revelan de “incapacidad genético-ideológica” de entender el problema que
han causado o han sido incapaces de contener, me da igual, aunque no sea lo
mismo. Han sido irresponsables todos.
Como la memoria es una herida que apenas se cierra, me viene
al recuerdo una declaraciones con las que aburría a mis contertulios de la
época, de hace diez años. Me levantaron la ira cafetera, que es la que
descargas con los amigos cuando compartes el desayuno. Mi irritación la
causaron las palabras de ese otro hombre de verbo fácil e ideas sencillas —hoy
recuperado para el desastre político autonómico— que es Francisco Álvarez
Cascos, entonces ministro:
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez
Cascos, asegura que el encarecimiento de la vivienda refleja que hay
"muchos españoles" que pueden comprar pisos y que si hay tanta demanda
es porque "los españoles hemos convertido desde hace muchos años la
vivienda en el principal objetivo del ahorro".
Álvarez Cascos comentó en estos
términos los datos facilitados por Tasaciones Inmobiliarias (Tinsa), que cifran
en un 14,24% el aumento del precio de la vivienda nueva entre septiembre de
2001 y el mismo mes de 2002.
Que el ministro de Fomento diga que es bueno que el precio
de la vivienda subiera un 14% en un año porque eso era síntoma de que había “mucho rico”
dispuesto a pagarlo, va en la misma línea mental y económica de lo señalado por
González Pons. Un error terrible porque ante ese crecimiento de los precios,
los españoles no ahorraron, sino que perdieron sus ahorros, como es notorio
hoy. Las burbujas son ficciones a las que tienes que arrastrar a otros; eso es
la euforia.
Los argumentos de González Pons sobre permitir el acceso a
la vivienda a los que no podían acceder a ella entran en contradicción perversa
con la idea de Álvarez Cascos de que debe
subir porque somos más ricos. Hoy sabemos que los españoles se
autoproclamaban ricos cuando tenían una vivienda muy cara que no habían pagado.
Así somos. Uno no es rico por lo que
debe, sino por lo que tiene. Pero esa es la idea que transmitieron políticos y
bancos. Es la misma justificación que llevó a la crisis en Estados Unidos:
pongamos la vivienda al alcance de todos; hagamos que los bancos den créditos
muy baratos para que se ponga en marcha la economía del ladrillo como motor general.
Los millones de desahucios en Estados Unidos certifican los mismos resultados. La construcción era la alternativa estática (local) a la deslocalización fabril. Produzco barato fuera; construyo casas caras dentro. Y eso atrae inversores, incluida la mafia rusa.
Es esta especie de políticos, unos que no entienden la
realidad y otros que la entienden demasiado bien, la que lleva al desastre a
los pueblos. Demuestran carecer de ideas y que las que tienen no son buenas
porque nos llevan a los desastres, del que además son incapaces de reconocer
sus consecuencias. Es preocupante, además, porque si no son conscientes del
problema, volverán a llevarnos al mismo sitio en cuanto se inicie la
recuperación, sea eso cuando sea. Seguiremos con la idea de que las burbujas
son buenas, que el encarecimiento es síntoma de riqueza, y que hay que atraer
inversores, aunque sean mafiosos.
Al final, un alcalde y
concejales malagueños de Izquierda Unida, la mafia rusa, la estupidez
neoliberal… todos acaban atendiendo, parafraseando a Jack London —The call of
the wild—, la llamada del ladrillo. Una llamada salvaje.
* "La mafia rusa, detrás de la trama de blanqueo de
Casares en la que ya hay nueve imputados". RTVE /Agencias 17/05/2012
http://www.rtve.es/noticias/20120517/dos-nuevos-imputados-prevaricacion-casares-malaga-elevan-lista-nueve/527711.shtml
** "Esteban González Pons: "La burbuja
inmobiliaria fue buena"" Jot
Down mayo 2012
http://www.jotdown.es/2012/05/esteban-gonzalez-pons-la-burbuja-inmobiliaria-fue-buena/
*** "Cascos afirma que si la vivienda está cara es
porque 'muchos españoles' pueden pagarla" El Mundo 16/10/2002
http://www.elmundo.es/elmundo/2002/10/15/economia/1034692794.html
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