Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Nos resumen en La
Vanguardia de hoy un estudio de La
Caixa con una cuestión bastante evidente en sus consecuencias, pero más
compleja en sus causas: “La característica estructura del tejido empresarial
español con abrumadora presencia de pymes no es la mejor para un desarrollo
adecuado de la economía.”* Habrá, al menos, cinco millones de personas que
estén de acuerdo con esto, según las últimas cifras del paro.
Nuestra diferencia respecto a Alemania es grande. Nos dicen
que en España el 93% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores frente al
83% de Alemania. Esa diferencia de 10 puntos define en gran medida nuestro reto
económico porque el tamaño de las empresas es determinante de su futuro, por un
lado, para también del de todos, que es eso que llamamos conjuntamente “la
economía”. Las cifras del estudio de La
Caixa no significan que el 7% sean grandes empresas, ¡qué más quisiéramos!
Tampoco significa que ese 93% de empresas tengan 10 trabajadores. Ni las
grandes son tan grandes ni tampoco las pequeñas.
Nos dicen los expertos que estas microempresas son muchas de
ellas de mera subsistencia, que lo que ingresan les sirve para llegar a final
de mes y gracias. Otras generan algo de excedentes, pero no son capaces de
crecer y se quedan en plan bonsái. Y algunas consiguen salir de su enanismo organizativo reinvirtiendo en crecimiento lo que obtienen por su buen funcionamiento.
Como es característico del discurso español al respecto, se
echa la culpa de casi todo a la legislación, que tiene que ser la peor del
mundo: “las rigideces del mercado laboral, los dilatados y dificultosos
trámites burocráticos, la normativa fiscal y contable, la disparidad de normas
entre los distintos niveles administrativos o una cierta inseguridad jurídica”.
Si tenemos en cuenta que “inseguridad jurídica” es lo que ocurre en países
corruptos, expropiadores o ambas cosas, La Caixa debería explicar algo más la
cuestión. “Inseguridad jurídica” es le han dicho últimamente de la Argentina de
Cristina Fernández, la Venezuela de Chávez o la Bolivia de Evo Morales. Como equilibrio y para variar, La Vanguardia
señala que “también se echa algo de culpa a las propias empresas por falta de
ambición”.*
La Caixa debe saber algo de las pymes por ser un banco especializado en servicios diseñados para ellas, y es uno de los más valorados,
por cierto. También sabe que si las pymes van bien, al banco le irá bien y que
si les va mal a las pymes, a ellos les irá peor. La cortesía y las relaciones públicas con los
clientes les impiden cargar las tintas sobre las propias empresas y prefieren hacerlo sobre los elementos institucionales externos, pero el mensaje es claro.
Cuando escuchamos valoraciones de entidades o expertos no
vinculados con bancos que se dedican a financiar a la pymes, lo que escuchamos
son otras cosas, por ejemplo:
Las cifras de fracaso de las
Pymes son abrumadoras en cualquier país que se analicen. Las estadísticas
indican que, en promedio, el 80% de las Pymes fracasa antes de los cinco años y
el 90% de ellas no llega a los 10 años. Para los dueños de Pymes, las razones
del fracaso es necesario buscarlas fuera de las empresas, pero los analistas
empresariales se orientan más a identificar las causas del fracaso en las
propias Pymes y, en particular, en la capacidad de gestión de sus responsables.**
Es lógico que La Caixa trate de señalar los obstáculos
externos ya que ellos se tratan de ocuparse de los internos (ayudas en la
gestión) y, especialmente, en la financiación selectiva, dejando por el camino
aquello que no tiene visos de prosperar por los motivos que sean, una de las
funciones esenciales de los bancos. Parte del desastre, nacional e
internacional, viene de no haber cumplido demasiado
bien con su tarea crediticia.
Pero La Caixa hace bien en señalar, más allá de lo indicado
hasta ahora, que la diferencia de tamaño es importante para el crecimiento de
la economía, que si nuestras empresas fueran más grandes estaríamos en otro
nivel y con otras angustias:
En el informe, aunque se destaca
la importancia de las políticas de apoyo a las pymes, que "pueden
compensar las desventajas del tamaño", también se afirma que esas mismas
políticas "desincentivan el aumento de la dimensión de las empresas".
Según un ejercicio propuesto por el informe de La Caixa, "si la distribución
del empleo entre empresas de distintos tamaños fuera la misma que en
Alemania", la productividad de España sería "equivalente a la
alemana". Actualmente, las empresas manufactureras alemanas son un 20% más
productivas de media que las españolas.*
Me parece un aspecto importante considerar —aunque sea
contradictorio con lo que han señalado antes— la desincentivación del
crecimiento de las empresas, esa vocación
bonsái. De ahí la crítica que se hacía a las pymes de su falta de ambición. La pregunta se vuelve
imperiosa: ¿son las pymes pequeñas por naturaleza? ¿Poseen nuestros
responsables de pymes una especie de agorafobia
y un complejo de Peter Pan juntos y les aterra crecer?
Evidentemente hay una respuesta estadística: si es cierto que se producen esas
cifras de fracaso promediado en el 80% en los cinco primeros años, no es que no
crezcan, es que mueren antes de hacerlo. Pero la pregunta es la de siempre:
¿por qué unas sobreviven y crecen y otras no?
Las empresas pequeñas y los autónomos son característicos de
un modelo como el nuestro, desindustrializado, enladrillado y volcado en el
turismo. Cuando todo gira sobre lo mismo y hay poca diversidad, la competencia de
vuelve feroz porque todos pescan en el mismo cubo. Tenemos muy poca variación
de cubos. Hay que trabajar aquí y exportar, frente al modelo que estamos
fomentando, de invierte fuera y despide aquí. Para eso las empresas tienen que
ser rentables y, si todos hacen lo mismo, es muy difícil que se produzca.
La idea de que si tuviéramos la misma distribución de empleo
que Alemania, tendríamos una productividad similar, centra el problema de nuevo
en el empleo pero entendido como tamaño de las empresas. Hay que convencer a los empresarios que cuando vayan bien deben crecer, que es la forma de generar empleos y más riqueza. Fomentamos fusiones en
muchos campos, pero sigue pendiente verlas en otros muchos terrenos. Creo que
es cierto que el modelo de empresas condenadas o vocacionalmente pequeñas nos quita muchas posibilidades
de crear un modelo de país económicamente estable, que tenga empleados porque
es necesario producir más. Es decir, porque podemos.
Los bancos pueden ayudar en la financiación y en la gestión,
pero no son los que tienen que innovar. Eso, según sentenció Schumpeter,
compete a los “emprendedores”. Y emprendedor no es el que monta una empresa condenada
al fracaso, sino el que logra desarrollar un producto o servicio que los demás
necesitan, es decir, innovar para que siga siendo necesario lo que se produzca. Sin innovación hay crecimiento pobre, de supervivencia. La empresa viene después de la idea; después
llega la financiación y después el empleo, que crece para producir más. Nuestro
problema es la mala gestión que suele encubrir la pobreza de ideas. Los que
tienen buenas ideas y las gestionan bien, crean empleo no porque sean
altruistas, sino porque lo necesitan para crecer. Esa es la lógica. Por eso
está bien que La Caixa diga que el destino de las buenas empresas pequeñas es
crecer y no ser bonsáis de por vida. Es así cómo se crea empleo. Y duradero.
Una gran parte de nuestra crisis particular viene precisamente
de haber apoyado demasiadas malas ideas y de no haber impulsado el crecimiento
de las buenas. Y del miedo del bonsái. La conclusión final es que aunque las pymes pudieran ir bien, nunca será una economía estable por sus cifras universales de volatilidad y eso no es bueno para nadie. Tiempo, dinero y empleos perdidos.
* "Un estudio de La Caixa cuestiona el modelo
empresarial de pymes". La Vanguardia 09/05/2012
http://www.lavanguardia.com/economia/20120509/54290648091/estudio-la-caixa-cuestiona-modelo-empresarial-pymes.html
** Claudio L Soriano "El 80% de las pymes fracasa antes
de los cinco años y el 90% no llega a los diez años. ¿por qué?"
Gestiopolis 11/2005 http://www.gestiopolis.com/canales5/emp/ochentapy.htm
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