miércoles, 30 de junio de 2021

Infiltrados fatales

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Una noticia llama la atención entre las rutinas informativas que aquejan Egipto desde que se fueron silenciando las voces periodísticas y se apretaron las clavijas a los medios, condenados a hablar de trivialidades o del presidente al-Sisi, una alternativa sobre la que se podrían decir varias cosas.

Esta vez, la noticia nos la trae Egyptian Streets, uno de los pocos medios independientes que resiste midiendo las palabras de cada texto o titular. Su titular, "Egyptian Parliament Approves Law Enabling Dismissal of Muslim Brotherhood Public Servants", nos advierte de un problema subyacente y augura nuevos movimientos.

Pasados ya unos cuantos años desde el "no-coup", con un control prácticamente absoluto sobre el país, se abre una nueva etapa, rastrear en las administraciones los posibles miembros, simpatizantes, etc. de la Hermandad Musulmana.

 

Egypt’s House of Representatives approved a new draft law that facilitates the dismissal of government employees with links to the Muslim Brotherhood on Monday 28 June.

The proposal, which was initially an amendment to the Non-Disciplinary Dismissal of Civil Servants Law (10/1973), was drafted and submitted by the MP Ali Badr, state media reported.

According to the Chair of the Legislative and Constitutional Affairs Committee, Ibrahim El-Heneidi, this new amendment further protects Egypt’s national security from any possible infiltration by members of the Muslim Brotherhood.

The draft law applies to employees working at government ministries, local council units, public sector companies, public organizations, and other governmental authorities.*

 


Las palabras son importantes e "infiltrados" lo es. Describe una relación en donde un estado "a" es perturbado por un agente exterior "b"; establece qué es lo normal y que es lo anormal. "Infiltrarse" implican un cuerpo extraño en el interior de otro con unos fines destructivos. La ley propuesta busca, pasados los años, a esos cuerpos extraños en el interior de la administración. ¿Por qué ahora?

A Erdogan, por ejemplo, estas acciones le sirvieron en Turquía para tras el intento de golpe (algunos no estarían de acuerdo con esta consideración) para hacer una monumental purga. Esto le sirvió para buscar simpatizantes "gullenistas" por todos los rincones del país, de jueces a profesores universitarios. Los "gullenistas", antiguos socios de Erdogan pero que empezaron a discrepar cuando vieron cómo se las gastaba desde el poder, eran el "cuerpo extraño" de Turquía, lo que había que eliminar para poder estar tranquilo en el poder. Pero la historia demuestra que los dictadores y regímenes autoritarios nunca están tranquilos y necesitan periódicamente de "enemigos" y "cuerpos extraños" que purgar del organismo que controlan, es decir, el estado y sus instituciones.



En Egipto, los "infiltrados" son tan habituales como los demás, porque siempre hay una parte del país que vive en la sombra. Hay "infiltrados", pero también "veletas", es decir, personas tan fieles y sonrientes con unos como con otros. Probablemente sea ya una costumbre, una forma de supervivencia. Se es fervoroso seguidor según soplen los vientos.

La existencia de infiltrados es además una excusa para las prácticas de rastreo, para mantener a la gente en su sitio mostrando cómo se eliminan del mapa a los sospechosos. El hecho de estar en constante vigilancia es una forma de aviso y sobre todo de hacer ver a la población que el enemigo no descansa, que está escondido entre las bases del estado, en cada rincón, y que hay que buscarlos. Pero tiene también un efecto más allá de vigilar a todo el mundo, que pasan a ser sospechosos. Es un importante mecanismo de responsabilidad de cualquier mal que ocurra.

En la segunda parte del artículo leemos:

 

The draft law comes after Egypt’s Minister of Transport Kamel Al-Wazir told members of parliament in April that the Railway Authority had at least 162 known Muslim Brotherhood ‘affiliated’ employees. The Minister argued that the employees had repeatedly undermined the Railway Authority’s work based on their affiliation and that the law should change to allow government authorities to dismiss “forces of darkness and evil”.

Al-Wazir had also called for changes in Egypt’s Civil Service Law to allow the Railway Authority to fire employees who abuse drugs or otherwise undermine the country’s plans to modernize and develop its railway network.

Al-Wazir’s statements came after 40 people were killed and dozens injured in two separate train accidents in March.

 

A la luz de estas líneas se nos hace más fácil comprender lo que realmente implica: la forma de responsabilizar por el escándalo de los continuos accidentes de ferrocarril que padece Egipto por mal funcionamiento, sistemas anticuados que no se renuevan, etc. El hecho de que en el Ministerio de Transportes se hayan encontrado esos 162 afiliados a la Hermandad sirve como "explicación" a los frecuentes accidentes, con muertos muchos de ellos, con los que la sociedad egipcia se encuentra.



Una vez un amigo egipcio me dijo "en Egipto la culpa de todo la tiene siempre el pueblo", señalando que las autoridades no asumían nunca la responsabilidad. La variante es que la culpa de todo lo que ocurra la tendrá la Hermandad. Es la forma de tener siempre una excusa a mano, porque unos serán afiliados, otros simpatizantes y algunos tendrán un pariente más o menos lejano que fue afiliado o simpatizante en algún momento de su vida. Así se redirige la indignación por los accidentes y fallos del sistema hacia un objetivo claro.

Hay que reconocer que esas "fuerzas de la oscuridad y el mal" son muy socorridas para tapar la ineficacia del régimen, su propia desidia en los muchos problemas que Egipto tiene. Toda su idea de "eficacia" se basa en el aumento de la vigilancia y en las futuras purgas que se atisban en el horizonte. Todo se resuelve de la misma manera. Es más barato vigilar constantemente que renovar los ferrocarriles.


 

* "Egyptian Parliament Approves Law Enabling Dismissal of Muslim Brotherhood Public Servants" Egyptian Streets 29/06/2021 https://egyptianstreets.com/2021/06/29/egyptian-parliament-approves-law-enabling-dismissal-of-muslim-brotherhood-public-servants/




martes, 29 de junio de 2021

Los lunes, estigma

Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Una expresión se repite en los medios estos días a cuenta del macrobrote producido en Mallorca, "estigmatizar". Se pide —no está muy claro a quién— que no se "estigmatice" a los jóvenes por lo ocurrido, que no es ni más ni menos que un comportamiento irresponsable en cadena, que no solo les afecta a ellos. En este sentido, por ejemplo, RTVE.es incluye dos titulares al respecto: "Sanidad llama a no "estigmatizar" a los jóvenes pero les pide que "mantengan un mínimo de etiqueta" con los más mayores" y "Macrobrote: los jóvenes pide que no se les estigmatice".

Lo ocurrido en Mallorca es una situación en la que convergen una serie de factores y fuerzas de las que no deja de ser responsable la línea mantenida desde el gobierno y, por ello, el propio ministerio, del que forma parte. Siguiendo la línea habitual de dar "buenas noticias" el presidente y los ministros, para dejar a los siguientes del escalafón la tarea de "dar la cara" cuando las cuestiones no están muy claras, podemos leer en la primera de las noticias:

 

La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, ha aseverado este lunes que "no es justo" estigmatizar a los jóvenes en un momento en el que vuelven a aumentar los contagios entre la población no vacunada y tras el brote masivo en un viaje de fin de curso a Mallorca. Al mismo tiempo, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencia Sanitarias, Fernando Simón, les ha llamado a "mantener un mínimo de etiqueta", respetando las medidas de prevención de contagios, cuando se relacionen con personas más mayores, aunque estas estén ya vacunadas.

En la rueda de prensa semanal para informar de la situación del coronavirus, Calzón ha defendido que los jóvenes y adolescentes españoles han tenido un comportamiento ejemplar desde el comienzo de la pandemia, con "gestos de solidaridad" en "unos meses especialmente duros en estas edades".*

 


Toda categoría es injusta y, por ello, hablar de los "jóvenes" —como de cualquier otra categoría— siempre tendrá la injusticia de las etiquetas. Es injusto que se pegue en plena calle a un asiático americano, porque se les estigmatiza en los Estados Unidos, por ejemplo; es injusto igualmente que se considere que todos los norteamericanos son "racistas" por el mismo principio. También es "injusto" que se diga que " los jóvenes y adolescentes españoles han tenido un comportamiento ejemplar desde el comienzo de la pandemia". Sí, el lenguaje es siempre injusto en cualquier generalización que hacemos en cualquier campo.

Es interesante que cuando se produce una situación (no uso el término "hecho") como esta se hable de "estigmatización", cuando esto no es más que una consecuencia de algo que tenemos todos los lunes en los medios de comunicación, el fin de semana de botellones, donde jóvenes y algunos disfrazados de jóvenes son "mostrados" en clara violación de las normas de seguridad, propia y ajena. No sé entonces porque la señora Secretaria de Estado sale ahora a pedir que no se estigmatice a los jóvenes, que han sido ejemplares. Lo que hemos visto hasta el momento nos muestra las dos cosas, incumplimientos y labores solidarias, según la atención que los medios les presten. Los fines de semana toca estigma y durante el resto de la semana, a ser posible, ejemplos de solidaridad de muchos jóvenes que, efectivamente, han sido ejemplares en sus ayudas a los que lo necesitaban.



Me interesan en cambio dos observaciones que se realizaban en estos vídeos de RTVE.es. La primera se refiere a la presión de los sectores empresariales implicados mediante la creación de estímulos que favorecían este tipo de situaciones. Esto es importante porque se está jugando permanentemente con estímulos para la contención, por un lado, y por estímulos a bajar la guardia. Esto se pudo empezar a percibir desde el inicio de la desescalada. Al principio los locales debían ser quienes mantuvieran el orden y el comportamiento seguro. Pronto se vio que esto les generaba conflictos con la clientela a la que no podían estar controlando porque, sencillamente, se iba a otros lugares donde pudieran hacer lo que quisieran. Es la ley del mercado, por decirlo así. Hartos de que se beneficiaran los que no eran exigentes, se empezó a relajar todo. Las imágenes destinadas a mostrar cómo se cumplían las normas contrastaban con las denuncias contra locales que se mantenían tras el cierre "oficial", donde se estaba sin mascarillas, etc. Para estos parece que siempre ha habido clientela y las denuncias y sanciones se han multiplicado. También aquí hay que señalar que unos han cumplido y otros no; unos han seguido las normas de seguridad exigiéndolas a los clientes, ajustando sus locales; otros, en cambio, han preferido ignorarlas para mantener sus negocios. También ellos pedían que "no se estigmatizara" al "ocio nocturno".

Las presiones para llegar "en condiciones" al verano han hecho que lo que proliferen sean los botellones, una alternativa barata y más eficaz en términos de interacciones sociales, que es lo que se busca por la mayoría. La bebida es el inhibidor que facilita las relaciones. Con el cierre de muchas actividades, los botellones tienen también su "sector", no pensemos ingenuamente que son actos espontáneos. Tienen sus propios "empresarios" y sectores de abastecimiento que forman parte de la economía sumergida en muchos casos. En este sentido, hay muchos jóvenes y no tan jóvenes "emprendedores" en el "sector botellón".



Otro sector que hemos visto en el punto de mira antes de macrobrote de Mallorca ha sido el de los "pisos turísticos", motivo también de escándalo, del que nos sabemos cuántos contagios se han producido. Era otro de los temas estrella de los fines de semana con recuento los lunes. Alquileres de chalets, fletado de autobuses, etc. han sido otros elementos que han contribuido a los "lunes de estigma."

Hace unos días comentábamos aquí la generosa oferta del sector del ocio nocturno para abrirse y acabar así con los botellones, a los que —esta vez sí— se estigmatizaba como fuente de contagios, fuera de control, etc. La apertura de discotecas y pubs nocturnos iba a solucionar todo al ofrecer situaciones controladas. Esa era la teoría generosa. La realidad es otra, tal como señalan del sector. El botellón es ya una institución; es el "Uber" de los taxis, por decirlo así. Es la competencia informal al sector formal.

Nuestra falta de creación de una economía productiva organizada ha hecho que sea el ocio en sus diversas variantes, del turismo de 5 estrellas al botellón de cientos de personas, el que atraiga a estos "autónomos" que viven, algunos muy bien, de la organización de lo que ha pasado a ser el auténtico símbolo de este país, la "fiesta" en cualquiera de sus manifestaciones. Lo adultos viven de sanfermines, fallas o del chotis, mientras que los periféricos del sector viven de todo ese otro mundo que perciben menos oficial o folclórico y, sobre todo, más social, más interactivo de mayor intensidad social.



El "estigma" no tiene su origen en Mallorca; se equivoca la Secretaria de Estado de Sanidad. Es la "guinda del pastel", el "tanto va el cántaro a la fuente", etc., cualquier tópico que se le ocurra, de lo que lleva sucediendo sin arreglo durante la mayor parte del periodo llamado de la "desescalada". Son los efectos secundarios de lanzar a la gente a la calle, de quitar las mascarillas, de sonreír tanto en las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros.

Mallorca no ha sido un "botellón" o un "concierto" sin reglas, como en otras ocasiones. Ha sido, sobre todo un "viaje", algo que —por la edad— ha sido autorizado y financiado por las familias, las mismas que ahora hablan del "secuestro de sus hijos". No deja de ser una ironía esos jóvenes que juntan sus muñecas para que la prensa los inmortalice como "Edmundos Dantés" de la pandemia, como inocentes víctimas de reactivar la economía.



Esto es importante también por lo que algunos están apuntando. La franja de edad de los padres está, según los cálculos, entre los 45 y los 55 años, justo los que se están vacunando ya. Algunos analistas estiman que el hecho de que los padres estén ya vacunados o a medias, ha sido un factor determinante al pensarse que ya no hay que cuidarse pues la familia es ya inmune. Con los  abuelos vacunados y con la franja de edad correspondiente a los padres, que puedas contagiar a otros deja de ser importante.


20 minutos (17/05/2021)

Uno de los temores que manifestaban el año pasado los jóvenes que estudiaban fuera era regresar a casa con el coronavirus y contagiar a la familia. Para evitarlo se realizaban un test antes de regresar. Es un freno comprensible; es una enorme responsabilidad saber que has podido ser tú quien ha contagiado a algún miembro y especialmente cuando las personas más mayores han sido quienes peor parte se han llevado en esto.

Pero el salto de la "familia" al extra familiar introduce en un escenario nuevo. Con abuelos y padres vacunados ¿por qué no seguir tu vida?, pensarán algunos. Los que van quedando sin vacunar todavía son los menores de treinta años, la franja más peligrosa en este momento, porque se dan las circunstancias más favorables para que se produzcan situaciones como las de Mallorca o similares. Insisto en que las diferencias entre el "botellón" y el "viaje de fin de curso" son importantes porque implican un visto bueno familiar que ha resultado, a todas luces, irresponsable. Por eso es una enorme ironía los que autorizaron y pagaron los viajes hablen ahora de "secuestros" al tener que estar sus hijos en cuarentena, además de unos cuantos miles de personas, contactos directos, en igual situación. De estar en algún otro país, probablemente les hubieran pasado la factura de los hoteles que están ocupando sus hijos mientras languidecen aburridos unos días, privados de fiestas y demás.



Se nos ha dicho que "se está investigando", que es una forma de frenar las críticas en lo que es un total despropósito. La evidencia es el cambio anunciado ayer sobre la exigencia a los turistas británicos de vacunación y test, algo que la patronal del sector en las Baleares ya ha considerado un posible "desastre".

Los "turistas" juveniles que han llegado de otros países a pasarse los fines de semana en Madrid haciendo aquí lo que nos le dejan hacer allí no son más que el anticipo de la polarización turística entre aquellos que quieren seguridad y aquellos que buscan impunidad, es decir, hacer lo que quieran ante la mirada impotente del sector. El turista es un cliente y este siempre tiene razón, especialmente cuando hay escasez de ellos. El problema es que el turista de la seguridad es incompatible con el de la impunidad. Se juega a unos o a otros. Intentar los dos, es perder a ambos.

Ha habido muchos otros brotes simultáneos, como los de las fiestas en los colegios mayores o la de los Erasmus italianos. No ha interesado moverlos mucho y es más "interesante" para los medios comprobar cómo va a afectar a Baleares. Los Erasmus se irán y los colegios mayores cerrarán hasta la vuelta del verano. Lo de Mallorca es más suculento.



Puede que el gobierno y las autoridades se hayan equivocado en la estrategia de vacunación por franjas de edad, tal vez abrumados por las muertes (siempre llamativas) de las personas más mayores, las de las residencias. Pero el descenso de esa edad ya no está tan clara su eficacia. Es donde están la mayoría de los asintomáticos o de leve síntomas donde está el mayor problema, el de las interacciones sociales, que seguimos sin entender que es la causa de la extensión de la pandemia.

Lo importante, nos dicen, es mantener controlado el nivel en los hospitales, algo que funciona, pero se nos ha desbordado en la atención primaria, donde acuden muchas personas con síntomas menores pero que pueden tener que ser ingresados.

No se acierta siempre, claro, pero sí hay que hacerlo en lo básico. Las recriminaciones a la retirada de las mascarillas es un error de bulto, denunciado por la mayoría de los especialistas. Ha sido, además, un error "político", ya que se trataba de mostrar un "éxito" en una vacunación que no ha llegado a los niveles requeridos como para tomar una decisión de este tipo.

Las noticias de hoy nos dicen que hay Comunidades que se están echando para atrás con la apertura y que la incidencia ha subido cuatro puntos de ayer a hoy. Todo esto ocurre a las puertas del verano, donde los fines de semana se expanden, con viajes y traslados, con nuevas interacciones sociales con propios y extraños.

No, no se trata de "estigmatizar" a nadie, seguro que hay muchos más sensatos que insensatos, responsables que irresponsables. Lo importante no es cuántos, sino quiénes y dónde, detectar el problema allí donde se cree y sobre todo tratar de evitarlos. Lo malo es que este problema es ya una tradición de la que que muchos viven y con la que otros muchos no pueden vivir sin ella. Es nuestro "modo de vida", algo a lo que me niego a llamar —como hacen algunos— "cultura".

 


* "Sanidad llama a no "estigmatizar" a los jóvenes pero les pide que "mantengan un mínimo de etiqueta" con los más mayores" RTVE.es 28/06/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210628/coronavirus-sanidad-jovenes-estimagizar-etiqueta/2114062.shtml

lunes, 28 de junio de 2021

La gira de Trump o fabricando verdades

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La fotografía que encabeza el artículo de la BBC de hoy nos muestra a dos jóvenes, muy jóvenes, luciendo camisetas de Donald Trump. La de ella, roja, luce un "Trump won". En el fondo del lugar de concentración se puede leer un "Save America!". Se han reunido para escuchar a "su presidente" y para recoger la verdad que él les lanza: El coronavirus se produjo en un laboratorio de Wuhan. Ante la cámara de la BBC, con un mismo aire de verdad y deseosos de transmitirlo al mundo, el mensaje es repetido por personajes más o menos pintorescos que han ido a escuchar a Trump. Sí, el virus sigue siendo el "virus chino". Todo lo que no puede ser desestimado al 100%, puede ser verdad, ¿por qué no?

El regreso de Trump a las andadas está directamente conectado con el aumento de las amenazas legales que se ciernen sobre él y sus empresas, algo de lo que ha sido noticia desde que salió de la Casa Blanca. Sin el amparo de la presidencia, Trump es legalmente vulnerable. Necesita mostrar un apoyo que le sirva de colchón.

Es curioso cómo el "Trump won!" de la camiseta de la muchacha, una afirmación sobre la que no existe ninguna prueba —¡y mira que se han buscado!— se corresponde con las afirmaciones sobre el origen del coronavirus. Hay algo en su joven mente, un poderoso filtro selectivo, que le hace modelar la realidad a su antojo negando lo evidente y aceptando lo improbable.



Hay miembros de la administración y el entorno de Trump a los que han sacado los colores publicando los correos de presión para que se "encontraran" urgentemente "pruebas" que demostraran el fraude que "robó" a Trump la presidencia. Han sido los propios republicanos de los respectivos estados los que han denunciado estas presiones por parte de la Casa Blanca. El escándalo es ignorado porque simplemente es la negación de la realidad lo que se está produciendo.

¿Por qué vuelve Trump a la historia de China y el laboratorio de Wuhan, del que no hay ningún tipo de prueba? La estrategia es clara: se apoya sobre la acciones de la administración Biden, que también simpatiza con esta línea abierta ya que le permite mantener su cerco estratégico a China.

De todas las acciones de Trump, la única que ha sido asumida por Biden es la línea anti China con la que trata de arrastrar a los "ahora" recobrados aliados. La línea exterior no difiere demasiado de lo realizado por Trump, algo que él aprovecha para reivindicarse.

El artículo de la BBC señala este carácter dado al mitin:

 

Vindication Night: Trump's idea about a Wuhan lab leak, once dismissed as a conspiracy theory, has gained respectability. He is now using this shift in scientific thinking as a political weapon, to energise his supporters.

Trump gloated at a rally in Ohio on Saturday evening, and said he had been proved right.

He spoke of his belief that the Coronavirus was scientifically engineered, in a laboratory in the Chinese city of Wuhan.

"I said it comes out of Wuhan - it comes out of the lab," he told his supporters, men and women dressed in red Make America Great Again hats, gathered at the rally, southwest of Cleveland. He was referring to the deadly virus, and its origin.

Afterwards, Trump said, people "went crazy". But later, he explained, people looked at his theory in a different way: "Now they're saying: Most likely it came out of the Wuhan lab." When he spoke about his theory of a lab leak, and the way that scientists are now taking his idea seriously, the crowd roared their approval. The former president, and his supporters, had once been mocked for their theory, but no longer.*

 


De nuevo, por enésima vez, se considera que el hecho de no encontrar no se sabe muy bien qué prueba del origen animal del coronavirus, esto implica que la hipótesis menos probable de todas es la cierta. Es una forma de manipulación del lenguaje de la Ciencia y de su forma de exponer sus resultados. Da igual que se repita una y otra vez, que se explique qué quieren decir, la alianza entre medios conservadores y políticos de igual signo, insiste en que mientras no se cierre definitivamente una hipótesis, está es la cierta. Se presiona a los científicos para que digan que "no cierran ninguna hipótesis" (¡cómo va a hacerlo!), lo que es tomado como una afirmación.

La administración Biden y los medios cercanos no son ajenos a esta situación, ya que se han basado esta posibilidad como una forma de mantener la presión sobre China. No deja de ser interesante que Biden haya hecho una jugada muy a lo Trump: encargar al Servicio Secreto que investigue. Es la misma estrategia que Trump le pidió al presidente ucraniano contra él: di que has abierto una investigación contra el hijo de Biden, con eso me basta. Y efectivamente, le bastaba para hacer ver que el hijo de su contrincante estaba metido en negocios sucios, ya que se le estaba investigando. Afortunadamente para Biden, la maniobra quedó al descubierto, ya que el presidente ucraniano no se prestó, como no se prestaron los funcionarios de los estados republicanos a los que Trump y los suyos llamaron para que dijeran que estaban investigando posible irregularidades. El mundo de lo posible es rellenado con la imaginación de cada uno.

En el artículo de la BBC leemos:

 

At the time, the virus was wreaking havoc in the US, and would soon upend the economy and destroy Trump's political prospects. More than 600,000 people in the US have died of the virus, and it continues to inflict a horrific toll across the country, and around the world.

The origins of the virus remain unknown, and the theory about a lab leak is still just an idea, a hypothesis that has not been proven. Yet for many the theory has become more plausible, partly because no evidence has emerged to back alternative theories.

A classified US intelligence report - saying three researchers at the Wuhan laboratory were treated in hospital in November 2019, just before the virus began infecting humans in the city - began circulating in US media in May.

Members of the World Health Organization team travelled to Wuhan earlier this year, and afterwards, scientists began to talk about the possibility that the virus had come from a lab.

Anthony Fauci, the president's coronavirus response coordinator, spoke about the lab-leak theory and the origins of the virus during an interview with journalist Katty Kay on BBC World News America, saying that it is "much more likely that this a natural occurrence... but we'll all keep an open mind that until you nail down completely that connection... But most scientists believe... that this was a natural occurrence".**

 


No se le pide a los científicos que investiguen, lo mejor es que dejen la puerta abierta, que es lo que permite el perfecto aprovechamiento político de lo posible. Acostumbrados a trabajar con ideas como si fueran verdades absolutas, extienden esto a la investigación científica a la que consideran posible de resultados definitivos, es decir siempre concluyentes, definitivos. Da igual que no sea esa la forma de trabajar. La ciencia trabaja en los laboratorios. Luego todo pasa por los medios y acaba en los políticos, que se lo dan de nuevo a los propagadores mediáticos.

Que Trump, el presidente más mentiroso de los Estados Unidos según los datos recogidos, el que hizo que se tuviera que incorporar a los medios grupos de "fact check" para saber qué era cierto, qué era mentira y qué eran puras especulaciones fantasiosas, se reivindique como un visionario que anticipó una verdad indemostrable, no deja de ser una lección sobre el funcionamiento de este mundo alternativo en el que nos vamos zambullendo cada vez más, un verdadero agujero negro que se lo traga todo.


Más preocupante que lo que Trump pueda descubrirnos de sí mismo, es lo que estamos viendo de la administración Biden y su interés, confesado por él mismo, sobre impedir bajo cualquier precio que China pueda tomar la delantera en el campo del desarrollo, lo que no deja de ser una interesante e instructivo para todos.

Las reticencias de la Unión Europa a meter en el mismo paquete a Rusia y a China son significativas respecto a que a Biden no le va a ser sencillo mantener ese frente común que desea. Los problemas con Rusia son de una naturaleza muy distinta a los que pueda haber con China, por lo que los escenarios de solución deberían ser otros. Es obvio que hay problemas en diferentes órdenes, pero también es cierto que la menos interesada en complicarse la vida es la propia China, por un lado, y que los problemas especialmente los de las relaciones económicas deben tener sus propios foros, como otro tipo de problemas.

Recordemos que el coronavirus apareció ya en una fuerte crisis entre China y Estados Unidos, especialmente por el caso Huawei y el 5G, una hegemonía que estos últimos no quieren perder. Fueron precisamente las sanciones a China retirando los equipos de cooperación científica en los laboratorios chinos, previas a la aparición seis meses después, los que evitaron que se tuviera conocimiento cierto de lo que estaba pasando en los primeros momentos. La actitud de Trump y Estados Unidos, de hecho, es muy distinta cuando se trata de un "problema de China" a cuando pasa a ser un problema más amplio, algo que aprovecha para iniciar su actitud anti China, que luego se agravará cuando tras pregonar que el virus no llegaría allí, comenzó a extenderse sin control por el país.



Para muchos, Trump trata de obviar su responsabilidad por los 600.000 muertos de su etapa al frente del país, un muestrario de necedades sanitarias y políticas por su propia ignorancia y obstinación. No debe extrañar ese énfasis, pero tampoco se debe ignorar el interés político que hay en este momento por parte de un grupo de países alineados frente a China por una serie de intereses comunes y cómo —esto es lo más grave— se está haciendo crecer determinados problemas, en vez de intentar solucionarlos, para seguir presionando y frenando a un rival económico que se les escapa.

La gira de Trump, además de dar por cierto que el virus salió de un laboratorio chino, tiene un segundo banderín de enganche: al dar por cierto el origen, "exige" que China se haga cargo de los gastos ocasionados. Es la versión para China de que "paguen el muro" los mejicanos. Como sabemos, no ha sido así.

The Hollywood Reporter mostraba hace unos meses que la película "Borat 2" reproducía hace unos meses un falso mitin pro-Trump en el que la canción estrella era "Wuhan Flu", pidiendo que se inyectara el virus a sus rivales. Otros medios titulan que el doctor Fauci es el "nuevo Hillary", es decir, quien le lleva la contraria en esto del coronavirus.

Le va a costar mucho a Trump lavar su imagen para 2024. Pero quizá no le cueste tanto servir de refuerzo a la política exterior de Biden por lo que estamos viendo.

 


* Tara McKelvey "Wuhan lab-leak theory fuels Trump comeback rally" BBC 28/06/2021 https://www.bbc.com/news/world-us-canada-57616323

domingo, 27 de junio de 2021

El delicado equilibrio

Joaquín Mª Aguirre (UCM)



En la página de RTVE.es un titular nos dice "Adiós mascarillas, hola maquillaje", toda una declaración sobre lo que supone para sectores diversos cualquier acontecimiento tan radical como es la pandemia. Normalmente existen equilibrios en la variedad y los gustos se nivelan, pero cuando se produce un corte radical, la cosa varía.

Quitarse la mascarilla implica un respiro para un sector, el de los pintalabios y el maquillaje facial, que al ser invisible, se habría hundido sus ventas. ¿Para qué pintarse los labios si no se va a ver en la calle? Ahora, con la retirada de las mascarillas, las tiendas de maquillaje recuperan sus ventas y los labios rojos vuelven a ser llamativos. Según parece, los que hicieron su agosto, en cambio, han sido el sector de las pinturas de ojos que, en cambio, se vio favorecido por el hecho de tener mascarillas puestas, siendo la parte expuesta de la cara.




La imposición de la mascarilla en los lugares públicos obligó a reorganizarse todo el sector, claro. Lo mismo ha ocurrido en otros casos. En la ropa pasó algo igual. Durante el confinamiento, sin salir apenas de casa y si vida social, ¿para qué gastar en ropa de vestir? La inversión se dirigió hacia la ropa más cómoda, la de estar por casa. Unos quedaron perjudicados, otros beneficiados. Lo mismo ha ocurrido en la mayor parte de los casos, lo que se perdía por un lado, se gastaba por otro. Menos gasolina y más en televisores; menos en zapatos y más en teléfono; menos en restaurantes y más en tiendas locales comprando para cocinar en casa... Y así se podría seguir en casi todo.

A finales de marzo, El independiente señalaba:

 

La crisis del coronavirus ha provocado un hundimiento de la economía sin precedentes. Sectores como la hostelería o el turismo se han visto muy perjudicados, se han destruido miles de empleos y han desaparecido muchas empresas que no han podido sobrevivir al golpe.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda, hay sectores a los que la pandemia les ha beneficiado o les ha transformado de una forma que ha hecho crecer su negocio.*

 


Los seis sectores beneficiados, según los datos recogidos por la publicación, serían: 1) la logística (redes de transporte y reparto); 2) el sector de las energías renovables (por la mayor conciencia del cambio climático); 3) los contenidos audiovisuales (cierre de cines y beneficio de las plataformas); 4) alimentación (se come en casa); 5) Ciberseguridad (por el aumento de las transacciones online); y 6) la educación (proliferación de cursos online en diferentes niveles)*. Podrían señalarse algunos otros, como evidentemente las farmacéuticas, pero estos son claros. 

Podemos encontrar diferentes listados de este tipo de beneficiados y afectados en este tiempo de pandemia. Los beneficiados pueden variar; los perjudicados, en cambio, son siempre los mismos.

La cuestión que se plantea es que este reequilibrio tiene como víctimas a sectores muy directamente relacionados con nuestro modelo de desarrollo, como en nuestro caso el turismo y la hostelería, obviamente muy perjudicados. En aquellos países muy polarizados en este tipo de sectores, como suele ser todo el Mediterráneo (en Europa y norte de África), la crisis está garantizada. Seguimos viendo en los medios los efectos de un simple viaje de fin de curso a Mallorca, por lo que no hay mucho que explicar para entender el problema de la pandemia y lo que puede durar, con mascarillas o sin ellas. Necesitamos que los británicos, alemanes, etc. vengan como sea para que las cifras cuadren.

Se agrava la situación porque, además, son dos sectores con un enorme porcentaje de temporalidad, de bajos sueldos; empleo de baja calidad, precario. Hace unos días, el diario ABC nos ofrecía un reportaje en los que los dueños de bares, restaurantes y cafeterías se quejaban de que no tenían personal para cubrir las plazas de camareros, cocineros, etc. que necesitaban al llegar el verano. Podemos establecer muchas hipótesis para explicarlo, pero la que se apuntaba en algún momento es razonable: la gente que ha encontrado empleo en otros sectores, da la espalda a uno caracterizado por estar contratando y despidiendo gentes según llueva o haga sol, según sea temporada alta o baja.** Muchas horas, muchas de ellas sin pagar, precariedad, bajos sueldos... Es fácil hablar de "motor de la economía" si estás al otro lado de la barra.  Los que han encontrado sus puestos de trabajo en sectores al alza han dicho adiós al delantal y la bandeja. Y no les falta razón.



Hace mucho ya que España se ha visto como "normalidad" este trasiego de contratos, que ha contagiado hasta a la misma Administración. La estabilidad del empleo es una especie de deseo inalcanzable, una entelequia que solo en algunos lugares se puede dar. Fue la precariedad del empleo una de las causas de la crisis hipotecaria cuando empezó la crisis financiera. La gente no pudo hacer frente a unos pagos a los que la banca se arriesgó obligada a concederlo a personas que no tenían muchas garantías. Los efectos los sabemos. Las casitas del papel del empleo volaron a las primeras de cambio.

La pandemia ha provocado una crisis de otro orden, rompiéndose por los lugares más débiles, que ahora tratan de recuperar un empleo en las mismas condiciones de precariedad que en las dos o tres últimas décadas, cuando se dejó de buscar la estabilidad del empleo y todo se "temporalizó". Con una enorme bolsa de desempleo que apenas se reduce, que  es como un acordeón, las salidas han sido las mismas: turismo y hostelería, con el sector de la construcción sin acabar de escarmentar por lo ocurrido con la burbuja inmobiliaria y a cómo arrastró al país. No hemos acostumbrado a esas coletillas que explican subidas y bajadas del empelo en función de si es junio o si es septiembre, de si son rebajas o precios normales. Lo hemos dado por bueno.



Hace mucho que no tenemos una política de desarrollo con los pies en la realidad, con una visión de conjunto y líneas estratégicas de desarrollo. A ello contribuye mucho el chantaje patronal permanente, que cada vez que se anuncia alguna medida anticipa que supondrá crecimiento de los despidos. El resultado en España (y en otros lugares) es la ampliación de las brechas salariales, donde los que más ganan siguen ganando más, mientras que los que cobran menos ven decrecer sus recursos. Hace unos años se hablaba de "mileuristas" como un escándalo; hoy mucha gente firmaría recibir mil euros mensuales, ya que muchos sueldos están por debajo de esa cantidad.



Pasamos de la España del pluriempleo a la del empleo precario y de temporada sin que nadie se haya molestado en pedir y mucho menos dar una explicación de esta deriva. A las autoridades les gusta dar grandes cifras sobre el crecimiento, pero suelen obviar que ese crecimiento está muy mal repartido.

Somos uno de los países con más autoempleo, con los autónomos, y con microempresas, más que "pequeñas". La única forma de conseguir recursos es autoemplearse, ya que te contraten supone un recorrido por las escalas que van del becario sin sueldo al contratado por unos meses o con contratos de obra sucesivos, eso si se tiene suerte. Nos hemos acostumbrado a esta aberración social y la damos por buena. Las administraciones, como hemos señalado, las practica sin rubor, ¿por qué no lo iban a hacer si en el sector privado es la norma?, se preguntan algunos "funcionarios emprendedores" desde dentro.




El hecho más importante es saber si esos sectores que han crecido con la pandemia van a estabilizarse, crecer o disminuir. El hecho de que los bares no encuentren camareros puede ser una noticia importante si es porque se ha creado empleo en otros sectores (además de los señalados) que puedan ofrecer unas mejores condiciones de sueldo y contratación que las que se les ofrecían. Si tenemos en cuenta que muchos sectores han estado empleando gente sobre cualificada, no sería de extrañar que muchos encontraran empleos mejor cualificados que los que han tenido hasta el momento.

Las grandes cifras esconden demasiadas miserias que conocemos. Puede que despeguen sectores con menos temporalidad, un factor esencial. Pero es importante que se plantee este problema con visión de futuro, ya que —lo estamos viendo— hemos jugado con una generación entera a la que se ha redirigido como consumidores, al gasto continuo, lo que vemos cada día. Les pedimos que gasten, pero no les ofrecemos puestos de trabajo para que ganen para hacerlo.

La retirada de la mascarilla trae nuevas opciones, como vemos. Dentistas, maquilladores, fabricantes y vendedores de cosmética, peluquerías, etc. ven que se les vuelve a abrir el futuro, algo de lo que nos alegramos. En el reportaje de ABC se habla de la supresión de las pruebas de los cosméticos y del desarrollo mediante códigos QR de las pruebas virtuales de cómo sienta un color de labios. Se supone que eso debería quedarse por cuestiones de higiene. Ese sector se ha desarrollado y, con pandemia o sin ella, debe quedarse. Se abre así una línea de futuro. Como este caso, en muchos otros las soluciones pueden ser muy eficaces y merecen quedarse.

Por eso es importante valorar las situaciones y no mantener lo que se ha mostrado poco eficaz, útil o rentable. Volver a situaciones que no eran buenas antes de la pandemia es un error que tiende a consolidar nuestras dependencias y debilidades.



* "Seis sectores a los que ha beneficiado la pandemia" El Independiente 27/03/2021 https://www.elindependiente.com/economia/2021/03/27/seis-sectores-a-los-que-ha-beneficiado-la-pandemia/

** "Problemas para encontrar camareros en restaurantes y bares de toda España" ABC 24/06/2021 https://www.abc.es/espana/abci-problemas-para-encontrar-camareros-restaurantes-y-bares-toda-espana-202106242148_video.html

sábado, 26 de junio de 2021

Sé lo que hiciste el último verano

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Siguen las reacciones ante el llamado ya "macrobrote" balear que se ha esparcido por toda la superficie nacional. La cadena de amenazas de expedientes a compañías de viajes, hoteles, plazas de toros (se celebraron fiestas allí), etc. hace ver la cadena de responsabilidades. Pero la responsabilidad más alta es la de la irresponsabilidad llamada "optimismo", una forma suave del negacionismo, que no niega que exista el virus, pero sí te dice que algo "es seguro", el mantra irresponsable.

Lo mencionaba ayer, de todo este lío que el gobierno ha montado con su mal entendido de la "seguridad", lo peor del todo han sido las sonrisas con las que se anunciaba, del presidente del gobierno a la ministra que se regodeaban con ello. Esas sonrisas mandaban un equívoco mensaje donde las palabras jugaban a la ambigüedad y el énfasis optimista en la sonrisa era como un pistoletazo en una carrera, ¡adelante!

No vamos a insistir demasiado en lo dicho ayer aquí. Es todo de una evidencia pasmosa, lo que hace más criticable e irresponsable la decisión sobre las mascarillas en exteriores precisamente en el momento en que más se iban a incumplir, el verano, y por el sector que está sin vacunar, el más joven, lo que ya había dado un espectacular descenso en las edades de los contagios. ¿Cómo es posible no sumar dos más dos?

Las prevenciones del gobierno, del "lleven una mascarilla encima" al "póngansela si no hay metro y medio de distancia", son una solemne estupidez en un momento que todo el mundo tenía claro que había que extremar las medidas por los factores señalados.


El añadido de los estadios —partidos con público— era el gesto populista para calmar al reprimido deportivo que ha dado ya muestras de irresponsabilidad precisamente en este tipo de eventos. Todas las celebraciones deportivas han dejado ver fuera de los estadios que la gente se saltaba todos los consejos y normas. Lo hemos visto una y otra vez. Ahora se les dan más señales para poder hacer lo que sigue siendo un riesgo muy elevado, tal como el macrobrote demuestra en un sector, el juvenil, que se ha comportado en parte de la forma vista, mediante botellones y demás formas de celebración desde el principio de la pandemia. Las noticias de todos los fines de semana y el resumen del lunes ha sido siempre el mismo: fiestas disueltas, multas, botellones, casas alquiladas para más discreción fiestera, etc. Incluso nos han venido, principalmente de Francia e Italia porque, ellos mismos lo dicen, aquí pueden hacer lo que no les dejan en su país. Esto ha sido espacialmente llamativo en Madrid.



Ahora, gracias al gobierno, no hay arma para frenar todo esto que no implique el conflicto callejero entre la autoridad que tiene que ir "midiendo" la separación para pasar de la legalidad a la prohibición, como una especie de acordeón que se estira al metro y medio para volver a encogerse en cuanto que los responsable de mantener ese orden se hayan retirado un poco. Las dimensiones del macrobrote permiten ver lo que va a ocurrir con toda seguridad y se temen la mayoría.

De nuevo el egoísmo del asintomático, del que se sabe contagiado (o no quiere saberlo) y no le importa porque la naturaleza le ha seleccionado para inmortal. Es el mismo proceso mental que lleva a la estadística frecuente de muertes en los fines de semana por accidentes de tráfico. Son los demás los que mueren y yo ¡a vivir! Hasta que un árbol, una curva, un cruce o barranco te demuestra, en una variante brutal del "¡recuerda que eres mortal!" con el que avisaban a César, que los dioses tienen límites en su paciencia con los imprudentes y los idiotas.

La retirada de la mascarilla en espacios públicos es una imprudencia acompañada de pura demagogia, porque no se puede hablar de otra cosa. Ya hemos pasado por momentos así, de bajada de guardia, pero no creo que hasta el momento hayan ido acompañados de esta euforia, de este optimismo inexplicable desde el punto de vista epidemiológico y sanitario. Solo el carácter político es el que explica esto en un momento en que las encuestas dan una bajada del gobierno, tanto de unos como de otros socios.



Prácticamente no hay especialista que no se haya llevado las manos a la cabeza ante esta conjunción de factores para lanzar a la gente a las calles. En RTVE.es, Sofía Soler, con el titular "Macrobrotes, o el peligro de olvidar cuándo hay riesgo en exteriores: "Podemos repetir el error del verano pasado"", recoge los datos y los temores ante este macrobote:

 

El macrobrote de coronavirus originado en un viaje de fin de curso a Mallorca deja al menos 470 positivos entre estudiantes de seis comunidades y más de 2.000 jóvenes en cuarentena. Con la temporada de vacaciones recién estrenada y el optimismo latente por la relajación de la norma de las mascarillas, la noticia llega como un jarro de agua fría: ¿es esto el preludio de otro verano de rebrotes?

"Nos puede venir muy bien precisamente para no lanzarnos a pensar que esto se ha terminado. Porque no se ha terminado. Yo creo que es una advertencia: tenemos todavía virus para rato", responde a RTVE.es Alberto Torres, jefe de Medicina Preventiva del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, poniendo énfasis en que no olvidemos cuando hay peligro de contagio también al aire libre.

"Ojo: se percibe euforia y podemos repetir error verano pasado. Con que tengamos una pequeña ola, el turismo caería en picado...", advierte el epidemiólogo Joan Caylà. Ambos especialistas coinciden en la amenaza que supone la variante Delta para este verano: "Es más transmisible y tiene un mayor riesgo de hospitalización".

El riesgo del virus en exteriores: ¿cómo identificarlo?

Ante estos datos, Torres reprocha la mala pedagogía y excesiva banalización del riesgo en espacios abiertos, especialmente ahora que la mascarilla pasa a no ser obligatoria cuando se pueda mantener la distancia de seguridad al aire libre. "Hay que matizar las situaciones. No quiere decir que en el exterior no tengamos riesgo", avisa.

Existen escenarios sin peligro de contagiarnos, en los que la persona camina sola o con convivientes por un espacio abierto, cuando no haría falta llevar mascarilla. Asimismo la probabilidad de transmisión es "prácticamente nula" en un cruce rápido de dos personas por la calle. Ahora bien, a partir de ahí, las posibilidades son variadas y entran en juego factores como si se lleva protección respiratoria o no, cuál es la distancia entre las personas, cuánto tiempo vamos a permanecer hablando, etc.

"La pregunta es: 'si esta persona estuviera infectada, ¿estaría yo en una situación de riesgo?' Si tu respuesta es sí, ponte la mascarilla", aconseja Torres. "Probablemente en estas macrofiestas se habrán visto muchas situaciones en las que han estado cerca unos de otros, sin mascarilla, cantando, saltando. En esas situaciones se generan muchos aerosoles y hay oportunidad de transmisión".*

 


Como se aprecia, ya no se critica solo la medida, sino ese "optimismo" y hasta "euforia" que la compaña, ese "color de rosa" del que hablábamos ayer aquí. Considerar el macrobrote como un "aviso" de lo que puede ocurrir es lo menos que se puede sacar de esta situación.

Lo que se nos muestra es que la estrategia del fuelle —bajar a un punto para después dispararse la subida por ser impulsados, sacados a la calle— no funciona. ¿No está haciendo el gobierno lo que le criticaba a Díaz Ayuso en Madrid? ¿Hasta qué punto es lo que tienen en mente a la hora de tomar esta (falta de) medida? ¿Pretende así congraciarse con aquellos que están hartos de las medidas (como todos), que no entienden o quieren entender su sentido?

Deberíamos tener claro: a) el virus no se va, solo está contenido por nuestras acciones preventivas; b) si se relajan estas medidas, inmediatamente vuelve a subir la incidencia en aquellos grupos que las relajan. No se trata de "criminalizar" a nadie, como se suele decir; pero lo que empezó contagiándose en funerales y viajes a partidos en Italia, ahora requiere, por su concentración, de menores "trayectos". El movimiento de concentración/contagio, primero, y de expansión/reparto después explican que somos nosotros los que causamos todo.



De las advertencias anteriores, las hay también sobre la economía: "... el turismo caería en picado". La economía solo se salva con responsabilidad, que es lo único que puede dar cierta confianza. Por eso son contraproducentes aquellas acciones que tratan de recuperar los perdido acelerando y desatendiendo las normas. En el macrobrote son muchos los mecanismos irresponsables puestos en marcha. Nadie ha intervenido para algo que se hacía a plena la luz.

Todo el esfuerzo que se hace previamente contrasta con el pistoletazo veraniego de salida, que se vuelve a repetir y cuyo resultado ya conocemos. Sí, "sé lo que hiciste el último verano", podríamos decir recordando el título de la película. Todos los sabemos, cómo ocurrió y cuáles fueron sus consecuencias.

El gobierno sigue pensando que con las cifras actuales de vacunación es posible salir adelante. No es así, como se ha mostrado. El descenso se ha estancado y hay un repunte. Las vacaciones y su movilidad (de un espacio a otro) y su concentración (se juntan las personas) son la situación ideal para una gran explosión y una rápida expansión (el regreso a sus comunidades de los jóvenes infectados).



Es el tipo de noticia que mucha prensa extranjera está deseando publicar para evitar que sus nacionales salgan del país y así dejar el gasto en casa. No deja de ser una paradoja que Baleares fuese el único lugar al que Reino Unido —¡los deseados turistas británicos!— había autorizado en España.

La gran pregunta ahora es si va a ser posible parar lo que es previsible que ocurra con un sector sin vacunar en absoluto que considera que el tiempo libre del que dispone en abundancia debe dedicarse a reunirse en lugares públicos y que no tiene porqué llevar puesta una mascarilla, que ya se la quitaba antes y que ahora considera que no tiene porqué. 

Todos los matices del gobierno contrastan con esas sonrisas y esa euforia que muchos han percibido en el mensaje. Las celebraciones nocturnas del "fin de la mascarilla" son suficientemente ilustrativas del estado de ánimo. Se advierte desde todas partes que hay que seguir vigilantes, pero no es ese el mensaje que percibimos en las celebraciones de personas de todas las edades, especialmente, los jóvenes (entendiendo por estos una amplia edad que se considera tal). Las cifras de la edad de contagios e ingresos son muy claras al respecto.

La pandemia tiene unos aspectos biológicos, pero el carácter expansivo se lo dan nuestros hábitos sociales, nuestra forma y capacidad de reunirnos y movernos. El coronavirus, por su parte, se limita a aprovechar todo aquello que les es favorable.

Todavía me acuerdo de lo que hicimos el último verano.



* Silvia Soler "Macrobrotes, o el peligro de olvidar cuándo hay riesgo en exteriores: "Podemos repetir el error del verano pasado"" TRVE.es 26/06/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210626/coronavirus-riesgo-verano-exteriores/2110640.shtml