viernes, 30 de abril de 2021

Los desastres egipcios

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)




La llegada de noticias de Egipto en un entorno mediático muy controlado, donde la prensa ha sido reducida prácticamente en su totalidad a propaganda del régimen, se puede clasificar entre lo que el gobierno quiere que se vea (teatrales desfiles de momias trasladadas de un lado a otro o descubrimientos arqueológicos) y lo que el gobierno nos quiere que se vea pero no puede ocultar (hundimientos de edificios y los cada vez más frecuentes accidentes mortales de ferrocarril).

Los montajes teatrales están destinados a atraer la atención de un imposible tráfico turístico en las actuales circunstancias. Al comienzo de la pandemia, Egipto parecía un milagroso paraíso en donde el poder de las pirámides asustaba al coronavirus. Los casos de contagio se intentaban ocultar negándolo todo —el método egipcio habitual— incluso con casos tan evidentes como el del "crucero de Luxor". Los problemas de estigmatización de los enfermos y la complicación con los rituales funerarios llevaron a la ocultación de muchos casos y a auténticos conflictos con las autoridades, como también comentamos aquí. Algunos pueblos llegaron a atrincherarse para evitar la entrada de las autoridades.



Dentro de su estrategia constante de control de la información, el gobierno egipcio considera que solo que es dicho por ellos es la "verdad", manipulando los datos para mantener la imagen exterior e interior según el tipo de información.

En Egyptian Streets se nos habla de esta lucha de datos por mantener la imagen de control. El caso, esta vez, es referido a las cifras de muertes de médicos por la pandemia:

 

In a statement released by the Egyptian Medical Syndicate, Egyptian doctors state that 61 doctors have lost their lives to COVID-19 in the current month of April so far.

Contradicting and criticizing a statement made by Minister of Health and Population Hala Zayed, the statement also tallied the total number of doctors to have died from the virus at 500 since the beginning of the pandemic, rather than the 115 announced by the Health Ministry, which is the number of deaths among doctors working Health Ministry Hospitals only.

According to the Syndicate, the highest affected doctors are those working in genaecology and obstetrics.

“What about the doctors in the educational, private and emergency hospitals who receive thousands of patients that are potentially carrying the coronavirus? What about the obstetrics and gynaecology doctors who supervise the delivery of women carrying the coronavirus?” reads the statement.

The statement further claimed that in the period between 3 and 18 March, the Medical Syndicate attempted to secure vaccinations for doctors, but to no avail. The Health Ministry on the other hand states that while 60 percent of doctors were registered to receive the vaccine, only half of those who registered took the shot.

Meanwhile official numbers as well as anecdotal evidence suggests that infection and death rates are rapidly on the rise in Egypt. Today, 27 April, 991 new cases and 58 deaths were officially registered, leaving the total official number of cases since the start of the pandemic at 223,514 and the total number of deaths at 13,107.*

 


La discrepancia de las cifras es enorme, pero eso no supone ningún problema para el gobierno egipcio, acostumbrado a esa política de la negación de la realidad. En el caso de que se persista en contradecir al gobierno, puede caerte una acusación por "tratar de sembrar conflictos entre el gobierno y el pueblo" o "tratar de desprestigiar la imagen de Egipto", etc. Son muchas las "figuras retóricas" de este tipo que el gobierno ha creado para silenciar a todos, que es la finalidad última.

Los enfrentamientos entre el Sindicato de Médicos y el gobierno suelen ser frecuentes en su historia reciente pues ha sido un sector en el que había fuerte carga próxima a los Hermanos Musulmanes, para los cuales la asistencia médica era una forma de influencia social y captación. Pero no parece que en estos momentos eso sea el motivo.

Las cifras oficiales dadas por el gobierno egipcio han sido ridículas desde el principio. Cualquiera que conozca medianamente el terreno sabe que son imposibles y que el contagio tiene que estar por encima de lo reconocido. Si ocurre lo mismo que con las cifras de fallecidos entre el personal médico, el cálculo proporcional es bastante inquietante.

El otro factor que está creando un serio problema al gobierno es la sucesión de trágicos accidentes de ferrocarril, también reveladores, junto al colapso de los edificios, del desastre en que vive el pueblo, entre el abandono y los desastres producidos por saberse intocables ciertos sectores.

Puede que un accidente de ferrocarril sea una noticia que pase desapercibida en el contexto internacional, pero cuando los accidentes se convierten en una forma de normalidad por su frecuencia y abundancia de muertes, el problema se agrava si estás constantemente preocupado por tu imagen.

Hace un par de días, el diario El País titulaba y señalaba:

 

En Egipto, los accidentes de tren son habituales, pero la mayoría de ellos recibe poca atención y tratan de minimizarse. Esta vez, sin embargo, la sucesión de tres desastres en un solo mes, con más de 40 muertos y 350 heridos en total, ha dejado claramente al descubierto los problemas estructurales que aquejan al sistema ferroviario, lo que ha provocado indignación pública hacia los responsables y su gestión. “Los accidentes se producen desde hace mucho tiempo y seguirán produciéndose. El problema es estructural, la infraestructura es muy vieja y no hay inversión”, considera el analista político egipcio Maged Mandour.

Desde 2005, y a excepción del período entre 2011 y 2013, se han registrado cada año más de 1.000 accidentes de tren en Egipto, llegando a superarse los 2.000 en 2018, según la agencia de estadísticas estatal (CAPMAS). En 2019, el último del que se han publicado los datos, fueron 1.863 y particularmente severos: 42,4 muertos por cada 100 heridos.

Por la red de ferrocarriles egipcia pasan más de un millón de pasajeros al día, sobre todo de clases populares, por lo que los reiterados accidentes de tren, en particular los más graves, son una cuestión sensible, y las autoridades son conscientes de ello. En 2019, cuando un accidente mortal se produjo en la estación Ramsés en El Cairo, la principal del país y en el corazón de la capital, hubo llamadas a protestar y una campaña de detenciones.

Que las causas de los accidentes ferroviarios son más profundas que la supuesta negligencia de sus trabajadores es del dominio público. Desde al menos 2017, y según la CAPMAS, más del 80% han sido colisiones en alguno de los 1.300 cruces de tren del país, manejados durante mucho tiempo –y cientos aún ahora– con un antiguo sistema manual. El general Kamel Al Wazir, al frente del Ministerio de Transporte, aseguró ante el Parlamento en enero que 732 se han modernizado y que unos 400 están en proceso.**

 


Las cifras son verdaderamente escandalosas, pero también terriblemente claras porque muestran la forma en que se gestionan los recursos. Hoy los medios egipcios hablan de los rasgados de vestiduras en el parlamento egipcio sobre las responsabilidades de las muertes. Todo ello no será extraño a cualquiera que siga medianamente la política egipcia y la pantomima parlamentaria en la que se trata de hacer creer que el parlamento está preocupado por lo que le ocurre al pueblo, a la gente de la calle. El parlamento egipcio es un coro destinado a cantar a la presidencia, adular al pueblo y poco más. Se agita cuando hay problemas. El poder no está allí, como tampoco lo está en los ministerios. El poder sigue estando en los militares en la sombra o asomando. No es casual que sea un general quien lleva el ministerio de Transporte.

La aceleración de las catástrofes tiene más que ver con el abandono general, como señalamos en su momento. Hoy donde se hace dinero y se especula es en la "nueva capital", el gigantesco negocio donde se vender modernidad, seguridad y distanciamiento con un mundo que se hunde, donde la pobreza es galopante y la enfermedad empuja a crear burbujas. La nueva capital es la burbuja; antes era burbuja política y ahora lo será sanitaria. Con las élites en ella, el resto pude hundirse y pudrirse. Los recursos irán donde sea del interés de los que controlan el país.

El artículo de Marc Español en El País se cierra señalando:

 

Para revertir esta situación hacen falta recursos, pero, sobre todo, consideran los críticos, voluntad política. En este sentido, la austeridad del Gobierno egipcio en los últimos años ha disminuido las inversiones en el desarrollo de infraestructuras, según el medio local Mada Masr. Y aunque tras el accidente de Sohag, El Wazir aseguró que destinará casi 12.000 millones de euros hasta 2024 a renovar la red ferroviaria, la partida incluye proyectos realizados ya desde 2014 y no ha cambiado recientemente. Pese a ello, el Gobierno planea invertir miles de millones de euros en macroproyectos ferroviarios, como un monorraíl que conecte con la nueva capital del país y líneas de tren de alta velocidad, que han sido criticadas por superfluas y por servir a un público muy reducido.

“Es una cuestión política, no de recursos. Hay inversiones masivas en infraestructuras, en carreteras y puentes, en el monorraíl, en la nueva línea ferroviaria de alta velocidad. Pero no se está invirtiendo para servir a la masa del pueblo”, critica Mandour.**

 

Entre mentiras y temores a que la población se subleve, las informaciones simplemente sirven para intentar calmar la indignación popular. Si esta ocurre, el gobierno dirá que hay fuerzas islamistas subvirtiendo el orden y mandando mentiras. Detendrá a los críticos acusándolos de terroristas y con eso se habrá salvado la imagen, al menos durante un tiempo.

El problema es que el deterioro se está acelerando y los edificios caen y los trenes descarrilan dejando cientos de muertos anuales. Esto no es fácil de ocultar, por lo que la estrategia habitual es que el presidente haga una manifestación imperativa "¡que se arregle!" y los ministerios dicen tomar nota y ponerse rápidamente en marcha. Lo malo es que generalmente no pasa de ahí. Si se repitieran los accidentes, el presidente al-Sisi cesaría a los ministros "ineptos" y si la cosa siguiera pertinaz, cesaría al primer ministro, creando una crisis de gobierno rodeada de declaraciones de lo que es mejor para el pueblo egipcio, al que defiende bravamente su presidente y, tras él, el Ejército, garantía de "estabilidad" y contundencia.



Pero antes de cesar por arriba, es preferible empezar por abajo. El diario independiente Mada Masr titula "23 railway workers detained after Toukh train accident as transport minister fends off mounting criticism" creando esa línea que va del ministerio a las mismas vías del ferrocarril. En Egipto, la culpa la tiene siempre el pueblo y si no, ya se verá. El diario nos explica:

 

Twenty-three railway employees have been detained pending investigation into their involvement in the Toukh train crash earlier this week that has left at least 23 dead and 139 injured, according to updated figures in a Public Prosecution statement.

The detained workers include the train conductor and his assistant, as well as a number of technicians and mid-level managerial employees.

According to the Public Prosecution statement released on Tuesday, the detainees are facing charges of “unintentionally causing the death of 23 people and the injury of 139 people due to negligence,” and “their failure to observe relevant laws, regulations and duties pertaining to their job,” which led to the crash on Sunday. The charges also include failure to conduct scheduled maintenance and forgery of official documents.

The arrest of nearly two dozen railway employees over the third major train accident in less than a month comes as Transport Minister Lieutenant General Kamel al-Wazir is facing increasing scrutiny over his ministry’s failure to put an end to deadly train crashes.***

 


La detención tiene efectos sedantes y desvía la ira del poder hacia otros, en este caso los trabajadores y técnicos. Eso deja satisfecha por el momento a una parte de la población. El mecanismo es simple, pero le lleva décadas funcionando al gobierno egipcio, que es tan rápido negando como acusando a otros.

La ira de los médicos responde a una negación de las muertes del sector minimizándolas; los ferroviarios son más modestos, pero asumir las responsabilidades de lo que es claramente una falta de inversión y un abandono tendrá sus límites.

El fantástico desfile de las momias, una teatralización del traslado hasta sus nuevos destinos, formaba parte de una campaña propagandística, como lo son las noticias arqueológicas, el único campo en el que Egipto puede tener protagonismo positivo.

Hace un mes, el 30 de abril, Dina Ezzat escribía en el estatal Ahram Online:

 

Egypt is hoping for good news on Saturday after a week of distressing stories, including a tragic train crash in Upper Egypt that killed and wounded over 120 people, the collapse of a residential apartment building in eastern Cairo that saw a death toll of close to 30 people, and the crisis over the Ever Given, a 200,000-ton container ship that ran aground and blocked the Suez Canal until it was finally refloated on Monday afternoon.

Saturday is the day of the grand parade that is scheduled to transfer 22 ancient Egyptian royal mummies from the Egyptian Museum in Cairo’s Tahrir Square to the National Museum of Egyptian Civilisation (NMEC) in Fustat in Old Cairo. The coverage of the trip of the mummies of these kings and queens from ancient Egypt, including those of Ramses II, Tuthmoses III, Hatshepsut, and Nefertari, is expected to be an opportunity to promote Egypt at home and abroad after a week of troubling news.****



El repertorio ya era amplio y se amplió, desgraciadamente, con nuevos accidentes que no dejan un momento de respiro y el clima se enrarece. Son demasiados "incidentes" y solo un desfile de momias para taparlos. 

Si la gente sigue bajo presión, tanto de la pandemia como de la crisis económica y por los desastres y empieza a ser consciente que la nueva capital es una burbuja que se irá aislando de El Cairo, vaciándolo de servicios, que van del transporte público a la sanidad a la seguridad, que se retirará la élite económica, se trasladarán las escuelas y los hospitales, etc. los conflictos se pueden empezar a manifestar de forma más contundente. Cuando la idolatría política se apaga, todo se complica mucho.

La situación egipcia es compleja y controlada con mano de hierro. La información es cada vez más reducida y tiende a estar pendiente de aspectos promocionales para una economía que no es probable que se reactive en la medida necesaria que necesitan. Las palabras oficiales en los medios, los discursos del presidente, los desfiles espectaculares o los hallazgos arqueológicos  no pueden frenar la realidad cruda.



Lo que ocurre en Egipto es algo más que fatalidad o desgracia. Es abandono constante y hay unos responsables de ellos, más allá de los detenidos sobre los que se intenta hacer caer la responsabilidad de todo.

A todo país le pueden suceder desgracias, en todos pueden suceder accidentes, por lo que lo importante es saber la causas y poner los medios para que no se vuelven a producir. Y es esto lo que el gobierno egipcio no hace. Toda una red de excusas sirven para que todo se repita. Los médicos y el personal sanitario pueden morir realizando su trabajo sin que aparecer en las cifras. Los edificios se caen fruto del deterioro y de la especulación, del incumplimiento sistemático de las normas y de la sobre edificación, algo que solo se sanciona si el edificio se cae y dudo que se lleve a cabo si el interesado está bien relacionado. Las mujeres han tenido que organizarse y montar escándalos públicos para frenar la impunidad del acoso y la violencia, como ha ocurrido recientemente. Los trenes, en fin, descarrilan.

La foto del inicio de este texto puede haberles llamado la atención. Nos muestra al presidente egipcio hablando ante un auditorio de políticos y militares. Es el único al que se le ha establecido un cordón de seguridad de asientos vacíos alrededor. Todos los demás ocupan, coco con codo, sus asientos. Me imagino que ante la posibilidad de reducir el aforo y perderse sus palabras, todos decidieron apretarse saltándose las distancias de seguridad. Tiene algo de simbólico.

 


* "61 Egyptian Doctors Die of COVID-19 Infections in April Alone" Egyptian Streets 27/04/2021 https://egyptianstreets.com/2021/04/27/61-egyptian-doctors-die-of-covid-19-infections-in-april-alone/

** Marc Español "Egipto, el país del millar de accidentes de tren al año" El País 28/04/2021 https://elpais.com/internacional/2021-04-28/egipto-el-pais-del-millar-de-accidentes-de-tren-al-ano.html

*** "23 railway workers detained after Toukh train accident as transport minister fends off mounting criticism" Mada Masr 21/04/2021 https://www.madamasr.com/en/2021/04/21/news/u/23-railways-workers-detained-after-toukh-train-accident-as-transport-minister-fends-off-mounting-criticism/

**** Dina Ezzat "From the canal to the Nile" Ahram Online 30/03/2021 https://english.ahram.org.eg/NewsContent/50/1201/408204/AlAhram-Weekly/Egypt/From-the-canal-to-the-Nile.aspx

jueves, 29 de abril de 2021

Incomprensible

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Es difícil entender lo que nos rodea; no se le ve lógica ni coherencia. Mientras el gobierno se empecina en no prolongar el estado de alarma más allá del 9 de mayo, es casi unánime la petición de lo contrario. Mientras las autonomías piden normas jurídicas comunes que eviten el despropósito de que lo que se pueda hacer en una autonomía no lo prohíban los jueces en otra, el gobierno dice que hay herramientas suficientes, algo que es evidente que no es cierto porque ya nos pasó anteriormente.

Al mareo absoluto sobre cómo, cuándo y con qué vacunarnos se le suma un nuevo elemento, el "cuántas", es decir, cuántas dosis son necesarias porque ya se está hablando de una tercera dosis porque una de las vacunas (no sabemos nada de las otras) parece que "pierde eficacia" pasado algún tiempo, por lo que ya tenemos otro mareante hilo especulativo por delante, para delicia de conspiracionistas e hipocondriacos.

Para más preocupación, nos llegan las imágenes de países al borde del caos, como los Estados Unidos, en donde en 100 días el presidente Joe Biden ha conseguido vencer parte de las resistencias y dejadeces vacunando a lo bestia, por lo que la corresponsal de RTVE en USA no ha regalado el gesto de quitarse la mascarilla en la calle, algo que ha dejado de ser obligatorio en espacios públicos no congestionados. Aquí, en cambio, seguimos mareando al personal con una insoportable retahíla de citas de estudios contradictorios. Son esas noticias que suelen comentar con el consabido "un estudio dice...", un género informativo que vive de algo y lo contrario como noticia. El que lo escucha, al que la palabra "estudio" le remite a un entorno de confianza acaba no entendiendo nada.



La política de grandes centros de vacunación es faraónica, pero sobre todo es fotogénica. Lo lógico habría sido distribuir la vacunación en muchos centros para evitar concentraciones. Pero aquí nos empeñamos en que los políticos acudan a visitar esos estadios transformados en pinchaderos, en los que la gente a amontona elevando el riesgo. Si los políticos nacionales se hacen fotos delante de las vacunas llegadas a los aeropuertos como un gran logro suyo, los políticos autonómicos necesitan de la foto del centro de vacunación. Hubiera sido mucho más racional y práctico repartir las vacunas al máximo de puntos para evitar desplazamientos primero y concentraciones después, dos factores de riesgo que se amplían con los datos oscilantes de la separación entre pinchazos en algunos casos. ¿Cuánto tiempo se va a seguir con este espectáculo de grandes centros como demostración de eficacia cuando lo son de lo contrario? Se trata de poner una vacuna, igual que todas las demás vacunas que se ha puesto en su vida. Pero que la lógica no te prive de una buena foto.

Las incongruencias de que los españoles no pudieran salir de sus perímetros autonómicos mientras que podían llegar libremente extranjeros nos ha sumido en la perplejidad cuando no en la irritación. No ha habido explicaciones coherentes; las únicas son precisamente las que no se dice y confirman que la economía ha quedado por delante de un discurso hipócrita. Mucho me temo que la negativa a prolongar el estado de alarma venga por un "cada uno a lo suyo" veraniego, es decir, la llamada temporada, dejando en manos de cada gobierno autonómico el riesgo y la responsabilidad de sus efectos. Prolongar el estado de alarma es meterse en el verano. Como no se cumplen las expectativas de vacunación entre fallos de suministro y fallos de reparto interior, el gobierno ha tomado la calle del medio.



La gota que colma el vaso nos llega a través de los medios, que ya no pueden ocultar su imposibilidad de comprensión. En Antena 3 se preguntan en titulares "¿Por qué los turistas procedentes de la India no empezarán a guardar cuarentena hasta el próximo sábado?". Las explicaciones nos la dan por la publicación en el BOE, lo cual nos deja bastante perplejos:

 

Una nueva variante detectada que podría estar ya presente en España. Sanidad investiga un posible caso de la cepa india en un paciente ingresado en el Hospital General de Valencia.

Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos y Australia son algunos de los países que han decidido cancelar los vuelos con la India, mientras que España ha tomado otra alternativa: establecer cuarentena obligatoria a los turistas procedentes de esta país.

La cuarentena será de diez días, pero lo más polémico es que, a pesar de que la orden ya ha sido publicada en el BOE, no entrará en vigor hasta el sábado, por lo que los turistas procedentes de India podrán seguir llegando sin restricciones durante estos próximos tres días.*

 


¿Lo entiende alguien? Que no me digan que las cosas no existen hasta que son publicadas en el BOE porque entonces estamos en muy malas manos. Es una burla a la realidad —que no mira fechas—, a la sanidad —que tendrá que cargar con los efectos— y a pueblo mismo que ve cómo se puede llegar sin pasar cuarentena de un país del que nos llegan imágenes aterradoras, del que se nos dice que su variante es mucho más rápida en el contagio y del que no se está seguro de la respuestas de las vacunas existentes.

Cuesta ver las noticias; agotan los debates inútiles, las declaraciones de indocumentados, las celebraciones de fiestas masivas clandestinas los fines de semana, las ilusiones alentadas de gente por un futuro por delante luminoso que se torcerá, desgraciadamente, por una "nueva ola" que surfear... Cuesta, sí, aceptar toda esa "normalidad" aberrante con la que se nos inyecta cada día alentándonos a hacer unas cosas y dejar de hacerlas poco después para, finalmente, volver a tener que hacerlas.

Si es dura la situación por la pandemia, lo es también aguantar toda esta fanfarria que la rodea de políticos, medios, intereses de los sectores económicos, etc. Parece que ya tenemos algunos casos de la "variante india" en Valencia. Pronto será otro tema que no entenderemos. Se puede luchar contra los coronavirus, pero contra no cerrar las llegadas de la India, país del que se está informando todo los días con datos pavorosos, es algo más que negligencia, burocratismo mal entendido, etc. Luchar contra eso es mucho más complicado y deprimente. Incomprensible.

 


* "¿Por qué los turistas procedentes de la India no empezarán a guardar cuarentena hasta el próximo sábado?" Antena 3 28/04/2021 https://www.antena3.com/noticias/sociedad/que-turistas-procedentes-india-empezaran-guardar-cuarentena-proximo-sabado_202104286089ba7831ce3b0001625099.html

miércoles, 28 de abril de 2021

El riesgo del loco

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



En estos tiempos de emails, hay algunos que le siguen encontrando la gracias al sobre. Parece que aumenta la moda de la "carta amenaza" sólida frente a los insultos en las redes sociales, que es la tónica general.

Todo parece indicar una vieja escuela fetichista de la bala o la navaja, algo debe satisfacer el ego de algunos sobremanera. En los últimos tiempos, los políticos han exhibido todo tipo de objetos arrojadizos o peligrosos, de partes de adoquín (¡pobre calles esquilmadas!) a balas de CETME que no sé si son objetos fáciles de rastrear pero que todavía conservan un valor simbólico para aquellos que se desahogan así.

Desde luego, estos envíos son totalmente condenables, se los hagan a quien se los hagan y del calibre que sean las balas. Pero deberían hacer todos ellos un examen de conciencia para tratar de comprender la crispación general a la que han conducido al conjunto de la sociedad.

Pese a que desde todos los medios prácticamente se les está diciendo cada día —que no  pueden seguir haciendo política de esta manera bronca—, se desoyen los consejos y se sigue nada más que la ruta electora, la visible y la invisible. Con la primera me refiero a la oficial, la que se convoca; la invisible es la permanente, la inacabable, la del día a día de los sondeos a ver si has hundido la imagen de tu/s oponente/s y qué tal han sentado en el electorado tus últimos exabruptos ingeniosos.

Esto de la amenaza continua no ocurre solo aquí (pero a mí me fastidia más), lo estamos viendo en muchos países porque todos deben haber leído el mismo libro y seguido al mismo gurú, el de la mala educación, la alteración de la vida y la espuma en la boca.



Las amenazas se pueden enfrentar de muchas maneras. La amenaza test es la que se exhibe para ver si la condenan los demás, ya que a algunos se cortan las cuerdas  vocales antes que decir una palabra de condena, que a veces llega a ser tan general suena a que pide disculpas por lo de la manzana comida del árbol de la Ciencia.

Cuando te pillan en una de estas es un compromiso, porque ya se encuentra uno en situación comprometida. Parece que quien mandó la navaja no está demasiado bien y la cosa se ha frenado. Yo, por el contrario, lo considero un mal síntoma porque siempre habrá más personas un poco más peligrosas, de fronteras poco claras entre lo real y lo fantástico que vayan más allá del sobre. ¡Cuidado con eso!

En Estados Unidos, sabemos que el mayor incitador a este tipo de amenazas ha sido el ex presidente Trump, que poseía (y posee) el arte de insinuar que te corten el cuello y salir de rositas. Valgan las amenazas contra los demócratas y los "republicanos cobardes" durante el asalto al Capitolio el 6 de enero. Trump alentó las amenazas contra todos aquellos que cedieran a votar con los demócratas en el último impeachment, haciendo que los políticos amenazados manifestaran su miedo por ellos y sus familias.



The Washington Post nos trae ya las excusas que los que han sido detenidos por proferir amenazas en este último periodo. Lo hace con el titular "Trump supporter argues alleged death threats against leading Democrats were fueled by pandemic boredom", lo que nos deja unas curiosas reflexiones sobre el asunto:

 

Hunt was arrested Jan. 19 after a tipster called the FBI about one of his videos. He faces up to a decade in prison if convicted of making threats to assault and murder a United States official.

The 37-year-old Fordham University graduate, a onetime actor and amateur documentarian, said he was “lonely” and “isolated in my apartment” during quarantine and turned to frequent marijuana and alcohol use. Hunt, who had an administrative job in the New York state court system before his arrest, had been mostly working from home, according to his testimony.

Hunt said he was obsessively following news reports and “masking that frustration with a lot of drinking and smoking” when he demanded in a video that “patriots . . . put some bullets” in the heads of members of Congress, according to testimony.

Hunt described himself as a performer on social media forums — not someone who was actually trying to encourage violence. “I’m sort of a YouTube guy who makes controversial content and clickbait videos,” Hunt said under questioning by his attorney Jan Rostal.

In a video posted two days after the riot titled “KILL YOUR SENATORS: Slaughter them all,” he called for a revolt against members of Congress on Jan. 20, the day of President Biden’s inauguration. He encouraged his social media followers to “get your guns, show up to D.C. and literally just spray these [expletive],” he said in the clip.

In an earlier posting entered into evidence at the trial, he called specifically for the execution of then-Senate Minority Leader Charles E. Schumer (D-N.Y.), House Speaker Nancy Pelosi (D-Calif.) and Rep. Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.).

Hunt said his comments were “outlandish . . . precisely because I didn’t want people to take me seriously in that respect.” He said that he was “playing along with this sort of rhetoric going on at the time” and that “there wasn’t any intent on my part to sort of galvanize a militia.”*

  


Los argumentos de Hunt se pueden agrupar en a) me aburro y b) no me tomen en serio. Y es que el mundo se ve muy tranquilo sentado ante a tu ordenador, pero cuando llaman a la puerta de tu casa y es el FBI, la cosa cambia. Entonces todo se convierte en malentendido y broma, en síndrome del encierro y efectos de la bebida y lo que te fumas. Ya lo decían los clásicos, el ocio es la madre de todos los vicios.

Justificar la violencia —no hablemos ya de reclamarla— es un enorme retroceso en cualquier democracia, especialmente cuando se tiene poca tradición. Nuestra democracia, por mucho que la insulten de un lado y otro, es muy valiosa, pero no es inmune a los continuos virus que la rodean, más allá de la pandemia.

El hecho que no se puedan celebrar debates ante las cámaras por el espectáculo sonrojante que algunos crean, debería preocuparnos a todos y darnos cuenta que todo este humos que unos y otros levantan cubre tantas cosas que deberíamos ver con serenidad y nitidez para poder solucionarlas. Este sistema de "pistoletazos en conciertos", por citar la expresión stendhaliana, de llamar la atención como sea, de crear un clima violento, a la defensiva, para evitar que se te escapen los votos, tiene enormes riesgos.



El "riesgo del loco", aquel que cree a pies juntillas lo que el líder o la lideresa proclama a los cuatro vientos, es que un día se encuentre al loco adecuado y lo paguemos todos. Durante décadas España estuvo amenazada desde fuera por el terrorismo; eso fomentaba la unidad interna y las discrepancias se aparcaban. Había "mesas" especiales para combatir los grandes problemas y no utilizarlos unos contra otros, algo nada rentable. La rentabilidad actual solo es electoral. No supone ningún bien para el sistema democrático ni para el conjunto de los españoles. Solo sirve para consolidar a unas "castas ampliadas" que tapan sus vergüenzas con gritos y maniobras.

Debemos asumirlo: la llegada de la "nueva política" no ha supuesto ningún beneficio para el conjunto, sino más confusión, más agitación y una subida del tono. Todo ello tiene la finalidad de desestabilizar a aquellos con los que compites por el mismo electorado mostrando que tú eres más contundente con los súpervillanos que esperan al otro lado de la galaxia.

Como este sistema solo puede crecer en ruido y agitación, el peligro de un error, de un mal cálculo, de una mala interpretación aumenta. Si no fomentamos la moderación, el diálogo, la atención a los problemas reales, el respeto... no veremos pronto en un complicado escenario de irresponsabilidad, como el que se está produciendo con la pandemia donde la incapacidad de ponerse de acuerdo ha hecho que cada día nos despertemos en un escenario distinto por una causa u otra.




La gente necesita ejemplaridad, un comportamiento que les lleve a ser responsables. Y no es lo que tenemos, desde luego. Hacer política destructiva, agresiva, solo lleva a gestionar cada vez más ruinas,  económicas y morales.

No sé quién envía las cartas con balas dentro. Solo sé que jugar con fuego acaba trayendo incendios. La "broma" del Capitolio costó 5 muertos y el deterioro de la imagen de los Estados Unidos por todo el mundo. También nuestras cartas nos sitúan ante los ojos del mundo, una vez pasados por los nuestros. En vez de enfrentarnos al problema real, salimos por la tangente: quién condena a quién con qué argumentos.

Hay que exigir cordura y moderación. ¡Basta de tremendismo y apocalipsis! Las víctimas de esto somos todos. He votado siempre. Por favor, dejadme alguna opción de la que no me tenga que avergonzar.


 

* Shayna Jacobs "Trump supporter argues alleged death threats against leading Democrats were fueled by pandemic boredom" The Washington Post 28/04/2021 https://www.washingtonpost.com/national-security/brendan-hunt-trial-death-threats-democrats/2021/04/27/3ba7bf94-a441-11eb-a774-7b47ceb36ee8_story.html

martes, 27 de abril de 2021

Realidades paralelas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)




Entrevistaban a Pilar Mendía, del Sindicato de Enfermería, en el informativo de Antena3 de la mañana, apenas unos minutos. Le preguntan por la situación y por cómo la están viviendo. Hablan del agotamiento y la desesperación por la presión continua en que se encuentran. Sale a la luz la única explicación cuando se lo piden: la gente vive ya en una realidad paralela, diferente a la de las personas que cada día se enfrentan a la durísima realidad. "A la gente habría que explicarle que esos días de vacaciones en los que van al campo o a la montaña, a la playa, se traducen en doscientos muertos", señala. El periodista se muestra perplejo: Entiendo lo que me dice, pero ¿no hay ya bastante información?" "Quizá haya sobreinformación, quizá la gente ya está harta y cansada. Sea por lo que sea esto nos pasará factura, ya nos la está pasando".

Más de un año y seguimos enfrentándonos al día a día de una pandemia que se ha convertido en una parte de nuestras vidas... Corrijo: una pandemia que es nuestra vida. Quizá en este error de percepción resida esta especie de "realidad paralela" en la que efectivamente vivimos.



Los medios de comunicación informan, sí, pero hay mucha información que alienta esta escisión mortal. A veces no son palabras, es un factor emocional que se alienta desde las imágenes. No sé si es consciente o si se trata simplemente de la inercia mediática, la ausencia de reflexión sobre los efectos de la propia información. El caso más claro y deprimente es lo ocurrido con Bosé estos días, un caso flagrante de irresponsabilidad informativa, lleno de excusas y subterfugios, pero cuyo único fin es alcanzar a las audiencias y ganar dinero. Nadie desaprovecha las ocasiones de negocio. Hay muchos buenos profesionales en TV, pero también muchos programas y muchos ejecutivos que toman decisiones.

En realidad hay diversas "realidades" paralelas y la del personal sanitario, efectivamente, es una de ellas. La retórica fácil del primer confinamiento, los aplausos a las 8, ya fueron advertidas. No se combate una epidemia con palmas ni en el país del flamenco. De todas sus peticiones, refuerzos, agilización, mantener puestos de trabajo, etc. no creo que se haya cumplido mucho. Las guerras abiertas entre administraciones y sindicatos tampoco han ayudado mucho. Las administraciones son implacables  y el dinero se va en muchas otras cosas, más rentables electoralmente. El desgaste, la desmoralización, la caída ante la enfermedad, etc. han pasado su factura a muchos miles de personas que en la Sanidad se enfrentan cara a cara a la enfermedad, que no tienen que verla en la TV ni a través de cifras.



Hemos hecho un país bastante ingobernable, por no ir más lejos. Un país que es incapaz de renunciar, ante las cifras de muertos,  a los protagonismos y a los enfrentamientos entre autonomías de diferente signo, en guerra permanente con el gobierno central (y viceversa) es difícil de entender a menos que se viva sumido en la ola de la propaganda de cualquier signo.

El juego constante de cambios en todo —de las vacunas a las edades, de las edades a las dosis y vuelta a empezar—, de tratar constantemente de desgastar al otro con ataques cuando solo debería haber coordinación, etc. son deprimentes y también pasarán factura. Puede que no seamos capaces de pagarla y, sencillamente, nos levantemos marchándonos hasta la siguiente.



Decía una enfermera hace unas semanas que era deprimente salir de tu turno, haber visto morir a la gente, y encontrarte con la gente que regresa de sus fiestas y botellones. Sí, desmoralizante, un mazazo para la vista y un trauma para la mente. Por su cabeza habrá pasado de todo. Ella volverá al día siguiente a su trabajo, al igual que los que volvían de la fiesta irían el fin de semana siguiente a otra.

Si vas por la calle es fácil percibir esas realidades paralelas; puedes diferenciar perfectamente a unos de otros. Ayer me comentaban de una compañera de trabajo que cierra la puerta y se quita la mascarilla sin importarle que esté alguien más en el despacho. ¿Una provocación? Algunos se ponen con desdén la mascarilla cuando llegas a algún lugar. Les molesta.



Hemos leído en la prensa estos días el caso de la persona que contagió a sabiendas o como gracia a más de 20 personas. Se quitaba la mascarilla y les tosía encima. "¡Os voy a pegar el coronavirus!", les decía. Contagió a cinco en su trabajo y estos a sus familias hasta esa veintena. ¿Realidad paralela?

Me notificaron el viernes el contagio de dos personas porque se fueron a celebrar una boda. Un amigo falleció porque se reunieron a celebrar el final de una tesis que se había celebrado online por prevención.

Todos se hartan de repetir eslóganes sobre la seguridad ignorando que son las personas las que crean las condiciones de seguridad. La seguridad apenas viene de fuera; somos nosotros quienes la creamos. Pero me es más placentero pensar que no tenemos responsabilidad, que depende de otros.

¿Realidades paralelas? Quizá las realidades paralelas sean muchas más de las que sospechamos y vivamos incomunicados dentro de nuestras conchas, encerrados ante todo lo que nos negamos a ver. Los vientos que nos llegan desde muchos puntos son como cantos de sirenas. Hay avisos, como los que nos daba Pilar Mendía desde el Sindicato de Enfermería; pero también hay demasiadas sirenas que con su canto seductor nos arrastran contra los acantilados. El problema es que aquí son pocos los que, como Ulises, se hacen atar al mástil para resistir.




lunes, 26 de abril de 2021

Bondades y aullidos, sobre Nomadland

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Ya conocemos los premios de la Academia del Cine. Son unos premios si no extraños, sí atípicos, claramente un cambio de sensibilidad. Las películas de este año tenían valores distintos, más humanos, quizá porque el dolor estaba en el corazón de muchos. Muchas de las películas han sido ejercicios sencillos de ahondar en los sentimientos y en las injusticias.

Creo que se pueden ver dos líneas claras, las películas que nos hablan de nuestro lugar en el mundo y aquellas que presentan un mundo inhóspito, agresivo, con poco sentido de la piedad hacia los demás. Esto nos ha dado películas como Nomadland o The Father, como Minari, en el primer grupo; y aquellas que, en el otro extremo, muestran las luchas, los conflictos sociales, como El juicio de los 7 de Chicago, Los Estados Unidos vs. Billie Holiday o Una joven prometedora, con una dimensión inequívocamente combativa y social. Ya fuera el racismo o el machismo, los esfuerzos combativos estaban en este segundo grupo, mucho más militante.



La vía del primer grupo no abandona las injusticias, pero sí elige otra vía muy distinta para exponerlo. ¿No es Nomadland una película crítica? Por supuesto, hasta sus raíces mismas, pero busca otra forma de exposición porque hay otra forma de entender la vida. El cine es mirada y tras ella están los sentimientos, el corazón y el cerebro. Hay un cine industrial, pero también un cine que es escritura, estilo sobre el mundo y la vida.

En RTVE.es nos hablan de su directora, Chloé Zhao, ya ganadora del Oscar en esa categoría. La llaman La "profeta de los desheredados":

 

Chloé Zhao (Pekin, 1982) ha hecho historia al convertirse en la segunda realizadora en conseguir el Oscar a la mejor dirección por Nomadland. Una noche en la que Frances McDormand ha conseguido su tercer Oscar a la mejor actriz. Además, ambas son coproductoras de la película, por lo que también comparten la estatuilla a la mejor película del año.

Zhao ha calificado la película como: "El viaje de toda una vida, una locura que hemos hecho". Y ha dedicado el Oscar a las buenas personas: "Siempre he encontrado bondad en toda la gente que he conocido, este premio va para todos los que sacan la bondad de las personas que conocen, eso me inspira a seguir".*

 


No creo que a esto, como dirían algunos, se le pueda llamar ingenuidad. Es, simplemente, una forma de entender la vida e ir por el mundo. La adaptación de un libro reportaje sobre las víctimas de la gran crisis de 2008, la crisis de la codicia, de las estafas financieras, etc. era un momento para hacer una película más del segundo grupo. Sin embargo, la mirada que hay implica que es más importante un corazón limpio que uno que odie, que es más importante centrarse en la positividad de la vida, que perderse uno mismo en sentimientos negativos. Por eso no es nada extraño que Zhao dedique a las buenas personas su premio,  a aquellas que sacan bondad de los demás y no lo peor, como, desgraciadamente, tenemos muchos ejemplos cada día. Una buena persona es quien se niega a dejarse arrastrar por las maldades del mundo. No es un tonto, por más que muchos lo crean. Si hay algo peor que ser víctima de los demás, es serlo de ti mismo.

He hablado aquí en varios momentos y en otros lugares de la película, de su carácter atípico, lírico, de su dejarse absorber por la tierra, esa tierra de nómadas. Creo que es una película que puede ser muy mal interpretada, como los que la comparan con un "western de colonos". El "nómada" es lo contrario del "colono"; por eso el western tradicional es una lucha por el dominio de la tierra o por el control sde la ciudad, cuando Nomadland nos muestra los beneficios del no desear, de seguir el camino para la alegría del reencuentro con los que nada tienen.



Sí hay un profundo sentido de la naturaleza, pero no como una posesión, como algo a lo que vencer, sino como algo por lo que desplazarse, un espacio en transformación que debe ser contemplado y partir.

Nomadland es una demostración de que el cine no es mero entretenimiento. Es un arte complejo que corre el riesgo de verse reducido a una actividad económica sin trasfondo. Me he lamentado muchas veces de que el cine no haya entrado realmente en nuestro sistema educativo, lo cual es una ventaja en ocasiones si tenemos en cuenta que este no enseña a formarse una emoción estética. Llevado por la vorágine del estreno, de la temporada, de recuperar lo invertido, etc. el cine necesita de entusiastas capaces de transmitir entusiasmo, de acercarnos a sus sutilezas de expresión, de construcción, etc.

Integrado en lo cotidiano, el cine nos transforma como lenguaje, pero no acabamos de entenderlo, de reflexionar sobre lo que suponen sus obras.



Creo que no hay ningún otro arte que necesite de tanta ayuda como el cine, pues sus problemas provienen precisamente de su propio éxito. De la alfombra roja al glamur, pasando por el cotilleo y el corazón, por citar solo algunas ocupaciones habituales, el cine padece esta atención que muchas veces desvía la mirada del propio filme.

 

"¡Ved la película en la pantalla más grande que encontréis!, ha dicho Frances McDormand al recoger con los otros productores el Oscar a la mejor película. La actriz ha protagonizado uno de los momentos de la gala al despedirse con un aullido de lobo (que ha dedicado a "la manada" de Nomadland).*

 

Los que vivimos la época de las grandes salas en lugares pequeños, en barrios, agradecemos esa visión amplia, esa inmersión que el cine requiera para poder experimentarlo en plenitud.



No me parece mal que en el civilizado y glamuroso Hollywood haya resonado ese aullido de McDormand, una forma de reivindicar lo que el propio filme quiere expresar, ese sentido de lobo solitario, pero también el sentimiento de pertenencia que es el que da sentido a los reencuentros en el filme.

La pandemia ha tenido su lado positivo para el cine. Nos ha traído historias más sencillas, más cotidianas, alejadas de efectos especiales. Con cines cerrados y con las productoras reteniendo sus películas pensadas para ser grandes éxitos y recuperar grandes inversiones, la solución más sencilla ha venido de quienes han decidido asumir los riesgos, muchas veces los propios actores, en un movimiento alternativo cada vez más importante. McDormand produce la película, es su apuesta. Lo hemos visto cada vez con más frecuencia. Independencia creativa que se enfrenta después a la falta de inversiones en promoción y de huecos en las salas. Estas películas han pasado por el boca a boca antes que por la promoción publicitaria.

La pandemia, ante la ausencia de películas taquilleras por estrenar —reservadas para momentos mejores— nos ha traído a los cines películas insospechadas, buen cine de lugares poco frecuentes en las salas. Con todo, la ausencia de promoción ha sido un lastre. He visto magníficas películas en solitario, contemplando una sala vacía. Se han traído películas de otras latitudes sin la más mínima promoción.

Me alegro por Nomadland. Me alegro por su visión del mundo, por su sencillez formal y su profundidad moral. Me alegro por los que apostaron por ella, por su directora y por producirla. Habrá que verla de nuevo, como dice, Frances McDormand en la sala más grande que encontremos y salir de ella aullando. Habrá que hacer sitio para ella también en la colección para poder verla de vez en cuando y recargarnos de bondades frente a la irritación mundana.

 


* Jesús Jiménez "Chloé Zhao, la profeta de los desheredados" RTVE.es 26/04/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210426/oscar-2021-chloe-zhao-profeta-desheredados/2087470.shtml