miércoles, 12 de junio de 2019

Usos y abusos del micrófono o el Gran Balón te vigila

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ni Rusia ni China ni USA, LaLiga. Cuando el mundo se preocupa por la posibilidad de ser o no ser espiado, en España —sí, señores— nos pasamos tres pueblos tecnológicos en esto de la cibervigilancia. Mientras  queTrump invoca amenazas de amplio espectro a la seguridad nacional, catástrofes de todo signo, aquí lo importante es LaLiga, un gigantesco negocio que es seguido con pasión dentro y fuera de España.
La Liga está actualmente en el punto de mira por dos motivos. El primero es el amaño de partidos por parte de algunos clubes que no quieren dejar de codearse con los más vistosos del mundo. Estar fuera de LaLiga ya no es fútbol, es dar patadas a un balón. Salen ahora a la luz las trampas de los que miraron para otro lado cuando el balón iba hacia su portería, del portero distraído pensando en sus cosas, de aquel que comete escandaloso penalti en el último minuto. Las trampas en los partidos son un serio revés para LaLiga y hace bajar sus puntos en el mercado internacional. Ha habido ligas nacionales que quedaron marcadas por la sospecha. Hoy no hacen falta señores con maletines, como se decía antes. Habrá formas más discretas y, lo que es peor, han desarrollado tramas paralelas a través de las tecnologías que permiten apuestas en casas internacionales a través del teléfono o del ordenador.


Pero es el segundo motivo es el que introduce cuestiones más preocupantes. Lo hace, además, en el comienzo del llamado "internet de las cosas", un mundo en el que todo está intercomunicado, intercambiando datos permanentemente. 
Vamos a la historia que nos trae El País:

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha sancionado con 250.000 euros a LaLiga por una infracción muy grave por no informar convenientemente en su aplicación oficial para móviles sobre el uso de la funcionalidad del micrófono en el momento de su activación. Y es que al encender la app se activa un acceso al micrófono y a la geolocalización de los usuarios con el fin de detectar la señal de televisión de bares y locales que emiten los partidos de fútbol de forma pirata. LaLiga ha anunciado que recurrirá la multa.
Los móviles cada vez captan más información sobre el usuario. Las aplicaciones utilizan estas funcionalidades para recabar esa información para distintos fines comerciales o de otra índole. La AEPD se muestra muy celosa de que los creadores de esas app informen puntualmente de esos usos a los dueños del móvil y recaben su consentimiento expreso.
La app de LaLiga, diseñada para ofrecer todos los resultados online y aportar información sobre los equipos de Primera y Segunda División, incorpora otras funcionalidades, como el uso del micrófono para captar el sonido de las retransmisiones y, mediante algoritmos similares a los que usa la app Shazam para detectar una canción, deducir si el cliente está viendo un partido de fútbol. Como la app también usa la geolocalización del usuario, comprueba así si el local donde se ve el partido puede ser susceptible de estar emitiendo el partido ilegalmente.*


¿Soplones involuntarios? Por analogía, recordemos esas películas en las que los malos descubren que un personaje lleva escondido un micrófono sin saberlo. "¡Traidor! Nos has descubierto". Inmediatamente suenan las sirenas y la Poli entra a saco en la guarida.
Esta vez los soplones inconscientes somos nosotros y la guarida el bar donde están viendo el partido sin pagarle el canon a LaLiga.
¿Preocupante? ¡Mucho! Primero por la futilidad del mal; segundo, por el usarnos de soplones involuntarios. El cerebro maquiavélico que ha ideado esto seguro que se ha puesto ya al servicio de causas mucho peores o le llegarán ofertas  próximamente.
Las explicaciones técnicas del asunto no convencen nada. Y aquí entra el lenguaje. Te pueden pedir el consentimiento para ciertas cosas que no entiendes. En eso llevamos ya mucha práctica en el mundo financiero. La mayor parte de los dramas de la última crisis financiera venían de no haber explicado con claridad a las personas lo que estaban haciendo con sus ahorros. Se lo explicaron, sí, pero ¿lo entendieron? Ante los dramas producidos han tenido que crearse defensas para evitar engaños.
Las explicaciones que nos dan son las siguientes:

La organización que preside Javier Tebas precisó este lunes que para que la funcionalidad del micrófono esté activa el usuario tiene que otorgar “expresa, proactivamente y en dos ocasiones su consentimiento”, para lo cual es debida y detalladamente informado, “por lo que no se puede atribuir a LaLiga falta de transparencia o información sobre esta funcionalidad”. Aquellos que no presten el consentimiento pueden igualmente seguir utilizando la app sin ninguna limitación.
En su escrito de alegaciones, LaLiga manifiesta que la tecnología utilizada está diseñada para generar exclusivamente una huella de sonido concreta (fingerprint o huella acústica). Esta huella digital solo contiene el 0,75% de la información, desechando el 99,25% restante, por lo que es técnicamente imposible interpretar o grabar la voz o conversaciones humanas.
Dicha huella se transforma en un código alfanumérico (hash) que no es reversible al sonido original. La organizadora de la Liga Santander explica que el funcionamiento de la tecnología ha sido avalado por un informe pericial independiente que, entre otros argumentos favorables a la posición de LaLiga, concluye que esta tecnología “no permite que se pueda conocer el contenido de ninguna conversación ni identificar a sus potenciales hablantes”.*

El ingenio es enorme. Pueden descartar la información que quieran, pero el hecho es que el teléfonos de las personas manda dos datos, la posición de la persona (el bar pirata) y de la actividad, de la emisión del partido. No necesitan más. Pero el que no la necesitan no significa que no pudieran usarla o que haya otros que la usen.


Si LaLiga quiere saber quién ve los partidos sin pagar lo que debe, que se busque un sistema que no implique a los usuarios en espías delatores involuntarios. La multa a LaLiga me parece pequeña y poco disuasoria. Pero me parece mal que se use este tipo de dispositivos en los que se usa, filtra o almacena en bruto información sobre las prácticas personales (donde estás, qué haces, con quién estas, etc.).
Si las reglas del juego no se dejan claras desde el principio, entramos con mal pie en el 5G en donde estas informaciones suministradas por los dispositivos son constantes. Las garantías dadas son poca cosa si las aplicaciones obligan a aceptarlas. El avisar no es suficiente si esto implica un lo tomas o lo dejas, como ya ocurre con muchas. Si no aceptas su condiciones, que normalmente avisan del uso propio y de la venta a terceros con fines publicitarios. Pero el acuerdo de venta de datos es desconocido por parte del usuario.
Hay una tendencia a pensar que el que usa los dispositivos tiene "derecho" a vender lo que podemos llamar su "intimidad". Pero en el caso de la app de LaLiga, lo que se vende es algo más que eso, ya que se le usa como "informante" del lugar en el que se encuentra y de lo que allí se hace.


La excusa de que se trata de mejorar su "experiencia" no es más que eso, una excusa con hermosas palabras, como las que camuflan unas obras frente a tu casa diciendo que se preocupan por tu futuro.
La multa está bien, pero si se multa por no informarnos y no por trabajar para LaLiga sin consentimiento (no digo contrapartida) no se está enfocando la cuestión hacia el futuro, con lo que los conflictos venideros están asegurados.
Por supuesto, no estoy en contra de que LaLiga denuncie a los bares que no pagan por convertirse en centros para ver los partidos. Pero sí en que se use a las personas como detectores de fraudes porque conlleva ciertos riesgos y no es su función. Ya somos manipulados para muchas cosas.
La aplicación de LaLiga es el uso de una tecnología que explora en dónde estás y puede detectar lo que haces en ese momento. Puede oír lo que haces durante el partido o puede grabar tus conversaciones, puede detectar si estás con personas o no. No me vale que no tiene capacidad de transmitir ciertas cosas, porque muchas son fácilmente deducibles y para eso está la Inteligencia Artificial y el Big Data, que pueden trazar un perfil o un patrón de lo que haga falta.


El teléfono es una herramienta del usuario, no de LaLiga o de cualquier otra empresa, grupo, institución. Lo que capta el micrófono de mi teléfono no es mío, puede afectar a tercero, por lo tanto no puedo recogerlo sin más. Por eso su uso está prohibido en muchos lugares. Lo que ha hecho LaLiga es convertirnos en sus oídos por toda España (ignoro si van más allá).
Mañana la app de Hacienda podría activarse al escuchar la palabra "fraude", la de "parejas engañadas" al escuchar "cariño" o la "autoritaria" al escuchar "corrupto", pongamos por caso. El mundo que se nos abre por delante con la tecnología hace que debamos ser cuidadosos con lo que hacemos, instalamos o nos instalan, como descubres alguna vez en tu pantalla del teléfono. Desgraciadamente, los que han nacido con un sentido distinto de la privacidad o de la intimidad —porque es indudable que el mundo hay ido cambiando alrededor de este concepto en respuesta a la vigilancia tecnológica— no son capaces o (peor) no les importa.
Desde hace años hay personas obsesionadas con micros y cámaras de sus móviles. Lo que antes era un temor de obsesivos hoy se está cumpliendo. La sensación (real) de que en cualquier sitio que entres te aparece un aviso advirtiendo "Nos preocupa tu privacidad" hace que estemos en guardia. Sí, a nosotros también nos preocupa. En realidad no es más que una forma de cubrirse; van a quedarse con nuestros datos y los van a vender y revender. Lo único que parece que nos queda es que no sean demasiado malignos los que los reciben y "solo" quieran vendernos algo.
Mejor haría LaLiga en controlar a directivos y jugadores para evitar los fraudes reales a través del amaño de los partidos y de las apuestas oscuras. Ese es su territorio. Si quiere ver quiénes le engañan que lo compruebe por ella misma y no usando a las personas como micrófonos abiertos y denunciantes involuntarios.



* "Multa a LaLiga porque su aplicación usaba el micrófono del móvil para cazar bares ‘piratas’" El País 11/06/2019 https://elpais.com/economia/2019/06/11/actualidad/1560264403_529943.html



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