jueves, 20 de junio de 2019

Asuntos sucios

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ha querido la suerte, destino o cualquier otra circunstancia que dos de los casos más sucios en el panorama internacional coincidieran ayer en titulares. Me refiero al informe de la ONU sobre el asesinato del periodista saudí disidente Jamal Khashoggi, por un lado, y al informe de la comisión de expertos sobre el derribo del avión de pasajeros MH17, un vuelo civil de Holanda a Malasia, sobre el suelo ucraniano en 2014, un momento de enorme tensión en la zona.
El informe de la ONU sobre el brutal asesinato de Khashoggi, una vez que las propias autoridades de Arabia Saudí habían admitido que fueron funcionarios llegados a Turquía para actuar sobre el periodista, tenían el interés de saber hasta dónde se iba a llegar en la responsabilidad última. El informe de la ONU señala lo que se había supuesto desde hace tiempo, la responsabilidad directa del príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, el diseñador del futuro y controlador presente del país. Pese a que los saudís juzgaron y condenaron a muerte a puerta cerrada a los que consideraron responsable, todo el planeta consideró que no era más una manera de dejar fuera al heredero.
Aquí nos hemos referido en múltiples ocasiones al caso porque hemos entendido que tiene una importancia trascendental doble en una zona de una enorme inestabilidad, pero también, más allá, afectando a las relaciones y el papel que el país juega internacionalmente. Las relaciones de los saudís con el gobierno de Trump son más intensas y sobre todo comprometedoras, pues desde la llegada a la Casa Blanca se ha producido lo que algunos interpretan como una carta blanca para la brutalidad de la represión.


Lo ocurrido con Khashoggi sería un episodio resultado de las palabras de Trump en su visita señalando que "él no venía a dar conferencias", es decir, a decirles lo que era admisible o no. El pragmatismo cínico de Trump, como hemos podido ver después, concibe las relaciones internacionales como relaciones entre socios cuyo objetivo es mantenerse en el poder. La forma en que lo hagan es cosa suya.
Esta forma de entender las relaciones internacionales revela mucho de los saudíes, pero mucho más de Trump, incapaz de entender el funcionamiento de una democracia y el compromiso con los Derechos Humanos en su esfera, pero también más allá. De otra forma, los Derechos Humanos se convierten en un privilegio de un puñado de países mientras on ignorados en otros. El ejemplo más claro lo tenemos en Egipto, donde esta viene a ser la doctrina del presidente al-Sisi cuando se le ha preguntado por ellos, son cosas de países sin problemas. Igualmente, ha sido felicitado por Trump por su "buen trabajo" mientras que es denunciado por la ausencia de una política de Derechos Humanos.
La CNN señala sobre el informe de la ONU:

The report concludes that the murder was planned, organized and carried out by officials working on the behalf of the state of Saudi Arabia. Under international human rights law, that means that the responsibility ultimately falls on the ruling Saudi royal family, the de facto head of which is Crown Prince Mohammed bin Salman (MBS). The report said there is "credible evidence meriting further investigation by a proper authority" as to whether the "threshold of criminal responsibility has been met."*


La información recogida da cuenta de la preparación del crimen, con advertencia al personal diplomático que no asistiera ese día, las grabaciones anteriores sobre cómo deshacerse del cuerpo, y hasta los gritos ante la tortura a las que estaba siendo sometido.
Ha salido a la luz, además, la existencia de un "grupo de operaciones" cuya función sería deshacerse de los saudís críticos residentes en el extranjero, sacándolos de los países de acogida y repatriándolos forzosamente para silenciarlos. Ya en el Reino es más fácil deshacerse de las personas en el fondo de una cárcel o en el fondo del desierto.
Esto es el futuro de modernidad que Arabia Saudí, uno de los regímenes más retrógrados del mundo, prometía. El petróleo lo perdona todo; las compras de los países críticos mediante enormes negocios de infraestructuras, armamento, etc. hacen que los demás se lo piensen antes de decir algo.
La brutalidad para deshacerse de los críticos no es menor que su interés en la zona, en donde ha aumentado su afán de poder en su lucha con Irán, otro régimen al que la brutalidad represora le iguala. Es la lucha de siglos por hacerse con el control físico y espiritual, por decirlo así. Una gran parte de la inestabilidad de la zona procede de esta rivalidad; el resto del conflicto con Israel.
El futuro del príncipe heredero es complicado. No será fácil ir recibiendo al representante de un país al que la comunidad internacional, de forma general, señala como un criminal. Trump no va a estar siempre en la Casa Blanca para abrazarle.
El otro caso, el del avión de Malaysia Airlines, el derribado sobre Ucrania, es un segundo ejemplo de cómo el trabajo sucio sigue en la forma de actuación internacional. El informe del comité de expertos holandeses y de los países que desearon sumarse señala en primera instancia a tres rusos y un ucraniano, a los que acusa de haber llevado la lanzadera de misiles hasta suelo de Ucrania, haber derribado el avión, y haber hecho desaparecer de vuelta la lanzadera.
Esto es lo que nos cuenta la BBC sobre los señalados por la investigación del Comité de investigación holandés:

The most prominent of the four is Igor Girkin (also known as Strelkov), who prosecutors say is a former colonel in Russia's FSB intelligence service. He was given the minister of defence title in the rebel-held eastern Ukrainian city of Donetsk.
He is believed to be the highest military officer in the area who was in direct contact with the Russian Federation. In a statement Mr Girkin said: "I can only say that militia did not shoot down the Boeing."
The others charged are:
Sergei Dubinsky (known as Khmury), who prosecutors say was employed by Russia's GRU military intelligence agency, was a deputy of Mr Girkin and in regular contact with Russia
Oleg Pulatov, known as Giurza, who the JIT says was a former soldier of GRU special forces and deputy head of the intelligence service in Donetsk
Ukrainian national Leonid Kharchenko, who has no military background but led a combat unit as a commander in eastern Ukraine, according to prosecutors
"These suspects are seen to have played an important role in the death of 298 innocent civilians", said Dutch chief prosecutor Fred Westerbeke.
"Although they did not push the button themselves, we suspect them of close co-operation to get the [missile launcher] where it was, with the aim to shoot down an aeroplane."
Investigators, he added, had "evidence showing that Russia provided the missile launcher".
The investigative website Bellingcat has named 12 people it accuses of being involved in transporting the missile used to down MH17, including the four charged by the JIT.**



Las diferencias entre los dos casos son enormes, pero ambos muestran un grado enorme de indiferencia hacia el dolor ajeno, una concepción violenta de la forma de actuación (igualmente criminal) y un enorme desprecio hacia las relaciones internacionales amparándose en la impunidad que les dan estar a la sombra de las grandes potencias, los estados Unidos por un lado y Rusia por otro. Quien tiene un amigo, tiene un protector que asegura la impunidad. Podrían citarse más casos.
El papel de Rusia en Ucrania, con tropas camufladas, con soldados muertos que pese a la presión de las familias sigue sin reconocer, con "rusos pro rusos", etc. tiene que ser descrito con mucha claridad, especialmente cuando países como la Italia de Salvini se vuelven desmemoriados y piden la retirada de sanciones intentando dividir a la Unión Europea.
La muerte de inocentes en el caso del avión derribado o el asesinato de Khashoggi son mostrados como "errores" o simplemente se niegan, como hace Rusia. Sin embargo, la claridad de ambos casos está desde el principio manifiesta. A los expertos les cabe la responsabilidad de hallar las pruebas para confirmar lo que resulta evidente y así debe ser. No por estar claro algo debe dejar de demostrarse.
La cuestión es qué hacer después. Cada vez hay más conflictos de este tipo, de guerra sucia o de acciones violentas y desestabilizadoras de las que nadie se responsabiliza de su autoría pero sí de sus consecuencias. El ejemplo más reciente lo tenemos en los ataques a los petroleros en el estrecho de Ormuz, otro episodio confuso que puede tener consecuencias más allá de las diplomáticas.
Un avión de pasajeros derribado no es un accidente por mucho que se pueda decir que hubo un "error" o no se reconozca la autoría. Quien pone misiles en manos de otros se hace responsable de lo que se haga con ellos. Un secuestro, tortura y asesinato de un disidente no es tampoco un "error", una interpretación excesiva de lo que había que hacer. 
Son asuntos sucios en los que algunos piden que se mire para otro lado.


* "10 key findings from the report into Jamal Khashoggi's killing" CNN 19/06/2019 https://edition.cnn.com/2019/06/19/middleeast/khashoggi-saudi-arabia-un-report-findings-intl/index.html 

** "MH17: Four charged with shooting down plane over Ukraine" BBC 19/06/2019 https://www.bbc.com/news/world-europe-48691488

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