sábado, 11 de mayo de 2019

Ebbaba

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ayer dedicábamos el artículo a la comunicación entre cultura, la importancia de aprender de los demás a través del contacto y salir de nosotros mismos, de nuestro aislamiento cultural, enriqueciendo nuestra visión del mundo. Apenas pasaron unas horas me encontré con un mensaje en el que se reflejaba la "indignación" en la que decía literalmente "¿Cómo se atreve la dirección de @rne a poner a una locutora con acento magrebí a leer el boletín de 00:00 todos los días? La radio pública ha de ser ejemplo de de buena pronunciación y prosodia españolas". Fin de la tontería.
El mensaje me llega con otro por parte de la afectada, la periodista Ebbaba Hameida. Que me llegara no es casual. Conozco a Ebbaba desde la primera semana que estuvo en la Universidad, pues la conocí en el tradicional acto de bienvenida a los alumnos de Ciencias de la Información. Habíamos hecho ese año un añadido al acto, presentar a los alumnos el PIV (Punto de Información del Voluntariado) de la UCM, un servicio a medias entre las Universidades madrileñas y la Comunidad, que los recortes se acabaron llevando. Como en el acto se hizo recuento de las actividades de voluntariado en la que los alumnos de la UCM habían participado en años anteriores, se mencionó entre ellas varias que habían tenido por el objetivo el pueblo saharaui, al que orgullosamente Ebbaba pertenece. Nos encontramos con la sorpresa de que se nos acercaba una alumna de primero y nos miraba fijamente para decirnos: "Habéis hablado del Sahara y yo soy saharaui. Cualquier cosa que hagáis para el Sahara ,es mi obligación ayudaros". Fue el primer contacto y durante los años siguientes he sido su profesor en varias asignaturas; la he visto trabajar conmigo y con otros.


Una de las prácticas de entrevistas que tenían que hacer durante el curso sobrepasó en calidad lo que se esperaba de una mera práctica y se convirtió en un documental sobre la joven generación de saharauis en España, sobre sus ilusiones y problemas. El documental tuvo hasta un estreno oficial en la Facultad, con asistencia de los dirigentes políticos del pueblo saharaui y ha sido paseado por medio mundo.
Sé cómo ha sacado su carrera, sus másteres (2) y todo lo que ha hecho para poder seguir sus estudios. Lo hizo con enormes esfuerzos y sacrificios, por lo que se ganó el respeto de sus profesores y las personas que conocen su trayectoria. Siempre quiere aprender más y más, ser mejor profesional. Y eso escuece a los que languidecen aprovechando lo que ya saben. Le ha pasado siempre porque en este país la envidia es una enfermedad nacional. Pero nadie le ha regalado nada. Recibe muchas felicitaciones y eso tiene consecuencias.


Me manda los podcast o los enlaces a sus colaboraciones en radio o ahora en televisión, en programas como Cámara Abierta o cualquier otro que solicita sus servicios informativos porque es una máquina de aprender. Los escucho y me da una enorme alegría. Cada programa está hecho con mimo e ilusión, aunque sean unos minutos
El periodismo es su pasión y la radio fue la que la despertó. La actividad del periodista hoy no es fácil desarrollarla ni entre los tuyos ni entre aquellos con los que estás. Sobre todo si no te conformas con las respuestas habituales. Cuando Ebbaba termina algo, pide más. Cuando ya ha aprendido algo, quiere más. Y eso no siempre se perdona.
Me ha emocionado ver los cientos de muestras de apoyo que ha recibido, porque a los miles de admiradores que ha acumulado en sus intervenciones en representación de los saharauis cuando se lo han pedido, se suman ahora los que siguen su labor periodística a través de RNE y TVE, tareas que compagina para poder seguir creciendo como periodista. Para ella es la pasión de descubrir el mundo y contarlo.


En 2017 participa en la iniciativa pionera "Un micro para el Sahara", con un joven grupo de periodistas y comunicadores que están durante un mes en los campamentos de refugiados montando talleres de radio para poder dar voz a su pueblo.
Todo esto digo y mucho más podría decir porque soy su orgulloso director de tesis. En su perfil de twitter dice modestamente "doctoranda sobre mujeres en países musulmanes. África me inspira". Cuando la invitan de distintos países a que hable de estas cosas se siente como si fuera la primera vez que lo hace. Pero Ebbaba ha hablado ante las Naciones Unidas en Ginebra, parlamentos o foros internacionales, o los sitios en donde le han pedido que fuera. Allí ha estado... y siempre queriendo hacerlo bien, porque es su primera crítica.


Conozco el recorrido de Ebbaba como persona, como estudiante y como profesional. Puedo decir que es un orgullo para la Facultad en la que se formó y para nuestra universidad. Quisiéramos muchas más Ebbaba en nuestras aulas, personas con el mismo empeño, las mismas ganas de enfrentarse a las dificultades y el mismo sentido de la responsabilidad de la profesión periodística.
No le va la frivolidad ni el espectáculo, sino el Periodismo que cambia las cosas, el periodismo de pura cepa que busca que no haya sombras en el mundo que oculten injusticias, sino sacarlas a la luz de los escritos.
Se está moviendo en todos los terrenos del periodismo: el escrito, el radiofónico y el televisivo. Si se inventa otro, se pondrá con ello.
Ebbaba Hameida es un orgullo para nuestra radio televisión pública. Es de una humildad galopante que la aleja de cualquier divismo, algo que hoy es frecuente en los medios. Prefiere poner el trabajo por delante; son los demás los que la empujan a la primera fila, a dar la cara.


El señor de "¿Cómo se atreve la dirección de @rne...?", por más que intente decir que se ha limitado a poner "cuestiones técnicas" y no personales, se ha traicionado él solo. Su teoría es obsoleta y, sobre todo, falsa en es este caso, pues el "acento" del que habla es inexistente... y puede creerme porque la he escuchado mucho más que él. Puede quedarse tranquilo que los que le dan patadas al idioma son otros, la mayoría con pasaporte nacional y desde micros y tribunas muy ilustres.
Este episodio es para Ebbaba otro más en su carrera de obstáculos (los conozco) durante su vida. Lo ha superado con la mayor humildad, quedándose con las palabras de cariño que le han llegado de todas partes.
Muchos admiran a Ebbaba por su trabajo y hacen bien. Yo la admiro y la quiero desde hace mucho porque he podido ver texto a texto, lectura a lectura, su crecimiento personal e intelectual. Se la quiere por su humildad y ganas de trabajar, por su sentido del humor y de la responsabilidad. Se la admira por la capacidad de trabajar y su deseo de aprender y superación. Cada día es mejor profesional y nos dejará muchas páginas, muchas horas, muchas imágenes del mundo visto desde su punto de vista, el de una verdadera profesional que sabe que por mucho que se haga siempre hay camino por delante.


Hoy ha aprendido otra lección. Lleva ya muchas y tiene la piel fuerte. Pero todas estas tonterías no son nada en comparación con la ola de simpatía y respeto a su trabajo y persona.
Como el asunto ha sido público, me ha parecido justo participar aportando un poco más de luz a los méritos de una persona que se gana un puesto en el corazón de la gente allí por donde pasa. A Ebbaba no solo la necesita el pueblo saharaui; la necesitamos todos, porque no sobran personas así en ninguna parte. Pero hay mucho corazón y todos tendremos un poquito.
Seguiremos trabajando con más ganas que nunca. Hay mucho que hacer, hay mucho que aprender y hay mucho que decir. Sigue así, creciendo, mientras otros menguan.


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