miércoles, 5 de diciembre de 2018

MBS o resuelto en 30 minutos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Tras la sesión de los senadores con la directora de la CIA, Gina Haspel, estos han sido contundentes: el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, también conocido por sus siglas de MBS, es el responsable directo del asesinato de Jamal Khashoggi. Es un durísimo golpe a la presidencia dado directamente por importantes senadores republicanos.
Las declaraciones tras la sesión informativa a puerta cerrada no dejan lugar para ambigüedades, medias tintas o tibiezas. El material mostrado no deja dudas. Bin Salman es culpable. De nada le sirven las risitas y choques de manos con Vladimir Putin en el G20 argentino de hace unos días. De nada le sirve la fe inquebrantable de Abdel Fattah al-Sisi, el presidente egipcio, que ha comprometido al país con sus abrazos y ha pintado de verde las pirámides con luces. Para los políticos norteamericanos todo está claro.
Desde Washington, la corresponsal de El País recoge las reacciones, presentes en toda la prensa norteamericana por sus fuertes efectos sobre la política exterior:

La sesión informativa que la directora de la CIA dio a puerta cerrada a un grupo de senadores, sin embargo, ha resultado concluyente para el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, el republicano Corker. “Si el príncipe heredero fuese ante un jurado, estaría condenado en 30 minutos. La pregunta es qué hacemos con este asunto”, dijo a los periodistas tras salir de la reunión con Gina Haspel. Lindsey Graham, por su parte, se refirió a la existencia de pruebas inculpatorias sólidas, lo que en la jerga de las investigaciones se llama una “pistola humeante”. “Hay una sierra humeante”, se despachó el legislador republicano. Las investigaciones sobre el caso señalan que Khashoggi fue descuartizado después del asesinato para facilitar la evacuación o desaparición del cadáver. Los restos del periodista no se han encontrado.
La CIA, según publicó la prensa estadounidense, ha determinado que 15 agentes saudíes volaron a Estambul en un avión del Gobierno y mataron al periodista. También apuntan a la involucración de Salmán por una llamada que Khalid bin Salmán, hermano del heredero y embajador saudí en Washington, hizo a Khashoggi instándole a ir a Estambul para llevar a cabo sus gestiones, garantizándole su seguridad.*



El énfasis informativo de todos los medios está puesto en las reacciones de los senadores republicanos, pues son ellos los que deben dar la cara y presionar sobre la política exterior de Trump, el presidente al que sostienen.
Como bien señala el senador republicano por Tennessee, Bob Corker, "la pregunta es qué hacemos con este asunto". Es una buena pregunta que se puede hacer extensiva a todos los países que tienen relaciones con Arabia Saudí, incluido el nuestro.
Volvamos hacia las primeras casillas de este juego, cuando se hacía responsable a Donald Trump del aumento de la osadía saudí al declarar en su primera visita, aquella en la que bailó la danza de la espada con poca gracia. El presidente norteamericano, obsesionado con Barack Obama, dijo que no había ido allí a dar lecciones de moral y que cada uno se las apañara como Dios les diera a entender. Y estos son los resultados.
Así lo hicieron ver pronto aquellos que notaron que la osadía aumentaba, que la violencia de los saudíes hacia sus opositores dentro y fuera crecía más allá de lo aconsejable por la diplomacia. Los saudíes se sentían eufóricos por tener un socio poderoso que no les ponía pegas, que les dejaba las manos libres para deshacerse de todos.


Las asociaciones de derechos humanos fueron muy claras. Y llegó el caso de Jamal Khashoggi del que cada dato que se sabe hunde más a la monarquía saudí y a su heredero, que se convirtió pronto en el objetivo.
Al principio —ya lo señalamos— todo parecía una rabieta de Recep Tayyip Erdogan, enfadado con que se hubiera utilizado su país para cometer el infame asesinato. Pero la venganza de Erdogan, humillado por la política agresiva de Trump, que le hundió la moneda en un arrebato, estaba en marcha. No tenía que inventarse nada; solo dar salida a lo que se sabía y mandar los datos sobre los hechos a los gobiernos clave para complicar la vida a los dos enemigos que le acosaban, Estados Unidos y Arabia Saudí.
Los saudís amenazan con formar un lobby petrolífero con Rusia, que siempre busca sacar tajada del río revuelto de Oriente Medio. Como ya ha hecho en otras ocasiones, Vladimir Putin hace gala de su condición de amigo inquebrantable. Con él no van esas tonterías de la opinión pública. Es la demostración de que un país se puede identificar con el bien o con las mayores perrerías si se le sabe explicar las cosas de la manera adecuada. Putin, el rey del cinismo, choca las manos sangrientas de Bin Salman y no se inmuta. Es más, lo disfruta con una sonrisa de oreja a oreja en plena reunión del G20.

La pregunta sigue en el aire. ¿Qué se hace ante esto? Está claro que la política del avestruz no lleva a ningún lado porque pronto empezará a pasar factura a los que miran para otro lado. No todos han tenido el valor de Canadá, de anteponer los principios a los negocios.
Los que más o los que menos tienen negocios con los saudís, expertos en el arte de la inversión comprometedora, en los negocios que unen para compensar los hechos que separan.
En la CNN también recogen esa pregunta:

"Somebody should be punished," said Senate Appropriations Chairman Richard Shelby, a Republican from Alabama. "Now, the question is how do you separate the Saudi crown prince and his group from the nation itself? That might be the real policy question."**


La pregunta es, sobre todo, para Donald Trump y se formula de otra manera: ¿Qué le vamos a dejar hacer? Es la pregunta que todo republicano medianamente consciente de lo que es la política y de lo que es la política exterior se hace. El hecho de que la CIA se enfrente a la Casa Blanca en su valoración de los hechos y dé por descontado la orden de Bin Salman y su supervisión del asesinato es ya determinante. El reto se ha consumado cuando han salido de la reunión convencidos de que el heredero del trono saudí es quien ordenó el asesinato.
The Washington Post señala: «“If the Crown Prince went in front of a jury, he would be convicted in 30 minutes,” said Sen. Bob Corker (R-Tenn.), the chairman of the Committee on Foreign Relations.»***


Es poner en tiempo y situación al que tendrá que hacer muchas giras y no logrará salvar su imagen ni la del Reino. El achacoso presidente argelino Abdelaziz Bouteflika ya ha suspendido el encuentro con Mohamed Bin Salman por una gripe muy mala que hay en aquellos lugares. Tras explicar los achaques anteriores del presidente de 81 años, News 24 añade:

Like a previous stop in Tunis, the crown prince's visit has drawn criticism from political and academic circles in Algeria over the Saudi-led war in Yemen and Washington Post columnist Khashoggi's grisly murder in the Saudi consulate in Istanbul.
It was jointly denounced by 17 intellectuals, journalists, Muslim scholars and other figures in the North African country, in a statement obtained by AFP.
They said the "whole world is certain that he ordered a terrible crime against the journalist Jamal Khashoggi".
Khashoggi's killing has put mounting pressure on Riyadh and Prince Mohammed, who Turkish officials - and reportedly the CIA - have concluded was behind the critic's death.****


Problemas de agenda, gripes, manifiestos en contra, manifestaciones callejeras... Las próximas giras de Mohamed Bin Salman, el apestado, serán mucho más cortas y en poco tiempo se limitarán a Egipto —donde todo comenzó, donde todo se perdona—, el único país que se ha volcado con el príncipe heredero y ha declarado al país —no bastaba con regalarles dos islas— como la segunda patria del príncipe, para lo que necesite.
Mientras el pueblo egipcio gritaba "¡Todos somos Khaled Saeed!", el joven torturado por la policía que dio comienzo a la "Primavera Árabe" egipcia", hoy el régimen grita orgulloso "¡Todos somos Mohamed Bin Salman!". Así degeneran las cosas.
Pero ahora, más allá de los problemas que traerá a Egipto, están los que le traerá a Donald Trump, con sus senadores convencidos de que el buen amigo saudí es alguien al que cualquier jurado, según dicen, condenaría en 30 minutos con las pruebas existentes sobre la mesa.


* "Senadores republicanos acusan al heredero saudí por la muerte de Khashoggi tras reunirse con la CIA" El País 4/12/2018 https://elpais.com/internacional/2018/12/04/estados_unidos/1543947973_902409.html
** "Saudi crown prince 'ordered, monitored' killing of Khashoggi, Corker says" CNN 4/12/2018 https://edition.cnn.com/2018/12/04/politics/haspel-briefing-khashoggi/index.html
*** "Senators accuse Saudi crown prince of complicity in Khashoggi murder" The Washington Post 4/12/2018 https://www.washingtonpost.com/world/national-security/cia-director-briefs-senators-on-saudi-role-in-khashoggi-killing/2018/12/04/e6d6498c-f7d5-11e8-8d64-4e79db33382f_story.html?utm_term=.4f2fdbdfae90
**** "Saudi crown prince visits Algiers without meeting president" News24 4/12/2018 https://www.news24.com/Africa/News/saudi-crown-prince-visits-algiers-without-meeting-president-20181203


Protestas en Túnez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.