sábado, 8 de septiembre de 2018

Más presión sobre los medios egipcios

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los malos augurios sobre los medios egipcios se van cumpliendo. El régimen solo quiere propaganda para sus comunicados en los que se anuncian prodigios para dentro de dos, cinco o veinte años. La realidad de los egipcios se alimenta con sueños y para poder dormir a gusto lo mejor es mostrar a través de los medios la eficacia del régimen y el papel central de Egipto en el mundo. La realidad, desde luego, es otra aunque vaya desapareciendo en esas películas, llena de color y alegres canciones, con las que el régimen egipcio se muestra a los sufridos ciudadanos.
El papel de los medios es esencial para esta construcción y así se han diseñado las formas de control administrativo para deshacerse de los que tienden a tintes más sombríos de la realidad, a los que se acusa inmediatamente de difamar a Egipto, de estar a sueldo de los Hermanos o de recibir financiación exterior. Cualquiera de esas acusaciones hace que desaparezcas del panorama.


Hay dos casos en estos días con los medios o los profesionales en el punto de mira. El primero de ellos nos los brinda el titular de Mada Masr: "Anchor Lamis al-Hadidy’s absence from CBC show due to refusal to move to intelligence-owned channel". A la conocida presentadora la tuvieron esperando con su equipo preparado para ser finalmente sustituida por otros compañeros.

Prominent TV anchor Lamis al-Hadidy has remained away from CBC’s flagship daily show, Hona al-Asema (Here’s the Capital), despite announcing a few days ago that she would return after a “vacation” that lasted from July to August.
“I’m done with my vacation, going back to work. Hona al-Asema at 9 pm next Saturday, September 1, God willing,” Hadidy tweeted a few days ago.
However, the Saturday and Sunday editions of Hadidy’s show were hosted by Reham Ibrahim, another CBC host.
Sources familiar with the details of Hadidy’s absence tell Mada Masr that the television host has been held off screen in light of CBC management and Hadidy’s refusal to move her to ONtv, which is owned by the Egyptian Media Group, a media conglomerate in turn owned by Egypt’s General Intelligence Service (GIS).
A CBC employee, who spoke to Mada Masr on condition of anonymity, says that Hadidy was present at the studio on Saturday with her team to prepare for the show when they received a phone call from CBC’s administration informing them that Hadidy would not be hosting the episode and would be replaced by Ibrahim.
Hadidy left the studio without comment, according to the source, who said on Sunday that the team continued working on last night’s episode without being informed who would be presenting.*


De nuevo, las maniobras para hacerse con el control de los medios, ya sea mediante la adquisición o las fusiones para imponer una visión unilateral en Egipto. El empeño del régimen en controlar los medios, como ya hemos tenido ocasión de comprobar, parte de la ingenua creencia en que se puede cerrar exteriormente Egipto y después someterlo a la presión mediática de la propaganda. Todo ello es la preparación de lo que vaya a ocurrir con el régimen más adelante, cuando sea necesario afrontar la decisión de ampliar el segundo mandato presidencial de cuatro a seis años o, la otra solución, ampliar el número de mandatos. Ambas medidas requieren modificar la constitución, algo que con el parlamento actual podría hacerse, ya que están diseñados para esto. Para que se acepte esto es necesaria una campaña constante en la que desde los medios se haga comprender la necesidad de ello al pueblo egipcio. Pero el pueblo egipcio se sigue absteniendo en las elecciones presidenciales, que es el recurso que le queda ante la farsa electoral que el sistema organiza. Para esto se necesita un aparato mediático capaz de actuar de forma coordinada introduciendo los dos tiempos de este movimiento: 1) la creación de miedo y la preocupación por la "seguridad" y 2) la necesidad de que haya militares en el gobierno como forma de frenar el miedo interno y dar garantías exteriores de estabilidad. Ambos movimientos combinados servirían —esa es al menos la idea— para que se volviera a considerar la forma natural del mando, la militar, convenciendo al pueblo de que son ellos quienes lo piden, como contestó el presidente al-Sisi a la pregunta de un joven en el VI Foro Nacional de la Juventud, recientemente celebrado en la Universidad de El Cairo.


Toda la estrategia del poder en Egipto parte siempre de la necesidad del mando militar para salvaguardar la integridad y la seguridad nacional. Sin ellos, los militares, el país caería en la situación de Libia o de Siria, como constantemente se repite desde los medios afines (ya hemos tratado estos casos cuando se han hecho manifiestos). Es la forma de meter miedo a los egipcios y hacerlos depender psicológicamente del ente dominado por la misma clase social, las mismas familias, desde hace decenas de años.
El diario estatal Ahram Online publicó ayer el artículo de Dina Shehata (del centro de Estuidos Al-Arham) con el expresivo título "Is violent crime the new normal?" en el que se traen los más recientes crímenes que estos días salpican la prensa egipcia. El argumento, de nuevo, es el miedo:

Not surprisingly, the latest international crime index indicates that Egypt now ranks number 29 in the world in terms of crime levels, compared to number 37 in 2015, and number 44 in 2013.
According to the 2018 index, Egypt had the third-highest level of crime in the Arab world, coming third in line after war-torn Syria and Libya.
Thus, while Egypt may have been lucky enough to escape the turbulent fate of many Arab countries in the wake of the 2011 Arab Spring due to the robustness of its security apparatus, it may not escape the fate of many countries in Latin America such as Mexico, Argentina, and Brazil that have been suffering from very high levels of violent crime.**


El argumento no requiere muchas explicaciones. Es la "robustez" del aparato de seguridad —contra el que se levantaron los egipcios del Día Nacional de la Policía, el 25 de enero, por su brutalidad e impunidad— lo que evitó el destino de Egipto, ser Siria o Libia. Se necesita mucha presión mediática para convencer a un país que los que le reprimen son los que le salvan, que es mejor el autoritarismo que la libertad y que solo podrán ser salvados por militares, policías y servicios de inteligencia, construyendo cárceles una detrás de otra y llenándolas. Las muertes y detenciones arbitrarias incluyen a personas que no son un peligro para el país, sino especialmente para el gobierno.


La política de control de los medios ha sido denunciada por los propios profesionales que ven cómo se les maneja y vigila desde el poder. Mada Masr amplía la información sobre la presentadora apartada señalando sobre los medios:

The move comes against the backdrop of the state’s attempts to restructure private media, with various security apparatuses having acquired most television and radio stations over the past year from businessmen.
The new vision, which the sources say is still under construction, is to have two main networks owned by security: ONtv for sports and talk shows, and DMC for news.*

Que sean los servicios de Inteligencia los que controlen directamente los medios dice ya bastante sobre el papel del estado en Egipto y las perspectivas de futuro que se abren. Los egipcios se levantaron en 2011 contra un presidente militar que llevaba 30 años en el poder y que iba a ser sucedido por uno de sus hijos, y pidiendo acceso libre a los medios y redes sociales. Querían pluralidad en un mundo informativo controlado desde el poder. Lo que tienen ahora es peor que lo que tenían antes. Todo el mundo se burlaba de Mubarak y hacían chistes sobre él y la situación, que es la forma egipcia de responder. Hoy, por un chiste o la reproducción de un simple meme (como ya ocurrió) puedes acabar en la cárcel o desaparecer.


Las pretensiones de solemnidad del nuevo régimen son realmente grandes. Mubarak nunca pretendió ser un enviado, al-Sisi lo ha dicho y lo repite. Conforme los egipcios van comprendiendo que se libraron de los islamistas para volver a caer en manos de los militares y del entramado empresarial, financiero y mediático que controla el país, las esperanzas van decreciendo y el pesimismo aumenta. Pero ser pesimista también está penalizado. Hay que suscribir los delirios de grandeza y saludar, por ejemplo, las 200 escuelas japonesas con las que se pretende enderezar el indisciplinado carácter del pueblo, al que hay que meter en vereda, ya sea reduciéndole el número de hijos o pidiéndole que se suicide en otro lado para no manchar el nuevo metro, como veíamos hace un par de días. Hoy no sonreír esperanzados es alta traición.
El otro caso mediático es el cierre de la cadena LTC-TV. Las excusas es que habían realizado un programa de proselitismo sobre la comunidad LGTB, algo realmente pintoresco en un país que ha aumentado el control sobre los eventos culturales con la excusa de, como ocurrió ya, que haya gente que saque banderas arco iris en los conciertos reivindicado derechos.

Vídeo de LTC rechanzando las acusaciones, Facebook

La cadena se lamenta de lo que ha ocurrido y se defiende diciendo que un "error" no debe suponer el cierre definitivo, manteniendo a todos los trabajadores en la sede como muestra de resistencia. Pero aquí nadie desaprovecha una ocasión. El conocido y retrógrado abogado Samir Sabri (un viejo conocido aquí) se ha personado como denunciante añadiendo más presión. Egypt Independent explica el nuevo caso:

The Egyptian lawyer Samir Sabry filed a lawsuit against the LTC TV channel owner over charges of ‘funding terrorist groups.’
Sabry claims in his report to the Supreme State Security Prosecution “that the TV channel owner has a connection with the outlawed Muslim Brotherhood group,” and accused it of “funding group members.”
“The channel’s owner used (one of its hosts) to promote some medications and fake products to collect smuggled money belonging to the outlawed Brotherhood to reach its members and militant units inside the country,” Sabry’s report continued.
On Monday, the Supreme Media Council’s Head Makram Mohamed Ahmed ordered the suspension of the broadcast of LTC for two weeks and issued what the order described as a final warning for Al Hadath channel.
In a statement, the council said that it held two meetings in a row to look into complaints against LTC TV, as well as a number of professional violations. Therefore, the council decreed to suspend some TV shows of the channel, as well as halting its entire broadcasting.
The council said that despite “issuing over 10 decisions of suspending some of the channel’s TV shows and imposing fines, the LTC administration did not commit to media ethics and violated the council’s previous decision of banning the LGBT community from being hosted on media channels.”***


La combinación de promocionar a la comunidad LGTB y vender productos para financiar a la Hermandad Musulmana es una extraña combinación, que lo único que deja claro es la política del miedo llevada contra los propios medios y a través ellos. Sabri es un especialista en actuar desde la calle como francotirador a través de las denuncias. Es una voz retrógrada que presume de rechazar las políticas de derechos humanos y su concepto mismo.
La prohibición del Consejo de Medios sobre la aparición o promoción de miembros de la comunidad LGTB en pantalla es otra muestra más del sueño visionario de al-Sisi, acorde con un ideal moral en el que el bien y el mal están predeterminados y las libertades son molestias que tiende a perjudicar al país y al mundo.


En realidad, todo forma parte de la construcción mediática de la figura del dirigente piadoso, el equilibrio entre el militar y el santo, tan al gusto del tradicionalismo. El régimen camina por esa línea, que le sirve para reprimir y censurar bajo la coartada de la religiosidad y del cumplimiento de las leyes islámicas como garantía para el liderazgo. La maldad viene de fuera, de Occidente, o de los desviados de Qatar, a sueldo de Irán o Turquía. De allí llegan los destructores de la moral familiar (feministas y homosexuales) y del orden social (Hermanos Musulmanes); todos son terroristas. Egipto, como se les dice, es religioso por naturaleza y el presidente es su guía.
Y los medios deben reafirmarlo.


* "Anchor Lamis al-Hadidy’s absence from CBC show due to refusal to move to intelligence-owned channel" Mada Masr 3/09/2018 https://www.madamasr.com/en/2018/09/03/feature/politics/anchor-lamis-al-hadidys-absence-from-cbc-show-due-to-refusal-to-move-to-intelligence-owned-channel/
** "Is violent crime the new normal?" Ahram Online 7/09/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/310970/Opinion/Is-violent-crime-the-new-normal.aspx
*** "Lawyer accuses LTC channel owner of ‘funding terrorist groups’" Daily News Egypt 6/09/2018 https://eklutdvotyzsri.dailynewssegypt.com/2018/09/06/lawyer-accuses-ltc-channel-owner-of-funding-terrorist-groups/







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