domingo, 27 de mayo de 2018

El libro de texto común


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hace unos días hablábamos de la importancia de mantener la "Biblioteca familiar" en Egipto ante la subida imparable de los precios, tal como la reclamaba el presidente del Asociación de escritores, Mohamed Salmawy. Los libros abren mentes cuando no las cierran. No es el objeto en sí, sino el contenido lo que es importante.
Ahora la prensa egipcia nos trae otra cuestión relacionada con los libros, esta vez con los de texto. Con el titular "Same Textbook for Muslim and Christian Students in Schools Despite Opposition", Egyptian Streets aborda una cuestión delicada en el presente pero especialmente para el futuro de la convivencia.
No todos están de acuerdo con la medida de un texto común para el próximo curso:

In an effort to combat religious extremism in Egypt, the Ministry of Religious Endowments plans on introducing a new academic textbook to be used in the beginning of the academic year in September. The Ministry has been accused of cancelling the religious education in schools thus it clarified that this initiative, formerly announced in April, is to further vitalize the importance of decent behavior and religious tolerance among students of different backgrounds and beliefs.
As Muslim and Christian students were previously separated into two separate religious education classes in Egypt, the idea of students learning from the same curriculum has arisen noticeable irritation amongst religious conservatives. “Do we really need the new book when religion books contain all the values and ideals contained in it?” asks Salafist preacher Sameh Abdel Hamid.*


Ese diez por ciento de cristianos coptos en Egipto ha pasado un año 2017 complicado y este no lo ha sido mucho menos. Hemos recogido aquí noticias de atentados con bombas en iglesias durante las celebraciones, degüellos de personas en Alejandría, expulsiones y asesinatos en zonas islamistas, etc.
La idea de un libro de texto y de una conjunta incide en un nivel en el que los islamistas de distinto pelaje no están dispuestos a retroceder. El error de los gobiernos egipcios ha sido creer que con el control de la fuerza se controlaba la sociedad. Los hechos han demostrado que los islamistas tenían más interés en las costumbres que en las leyes. Hay muchas leyes egipcias que sencillamente se ignoran. Los islamistas han sabido modelar las cabezas a través de las costumbres y la presión social. Es una presión desde abajo. Eso incluye las escuelas.
La idea de un libro de texto conjunto para musulmanes y cristianos les resulta especialmente repulsiva y provocadora porque ellos siempre han jugado a la separación. En su mente no entra la idea de una ciudadanía común sino de una presencia, la del otro, no deseada. La ciudadanía es un concepto demasiado moderno para ellos, que no pasan de la distinción "fiel", "infiel" y "hereje". Las dos categorías últimas les sirven para clasificar a los que no son ellos: a los que reniegan o practican una variante no reconocida de la religión o a los que pertenecen a otra religión.


La ciudadanía no es una forma comprensible porque solo hay una dimensión aceptable, la religiosa, y una sola religión, la musulmana. Ellos enseñan su superioridad y que solo es cuestión de tiempo que se imponga en el mundo, ya que es "la voluntad de Dios".
La escuela siempre ha sido la primera fuente de control junto a las familias. Controlarlas, junto a las mezquitas y sus escuelas, es un objetivo prioritario. La lucha armada de los terroristas es solo una parte. La mentalidad totalitaria se extiende por unas vías u otras, pero el objetivo es el mismo.
Señalan en Egyptian Streets:

Mohamed Mokhtar Gomaa- the Religious Endowments’ minister -insists that this book which has been pre-approved by both Al-Azhar, the country’s leading Islam authority, and the Coptic Orthodox Church, is to accompany and support the religious education in the schools of Egypt but not replace the current curriculum.
“The new textbook tries to teach that difference is not a sin and that the world is made to have enough room for everybody” Gomaa says. The Ministry, which is to regulate the country’s mosques and determine the Islamic courses taught in schools, has been leading a campaign against religious extremism that is strongly supported by the government.*

No sabemos si la iniciativa será eficaz para erradicar el terrorismo, pero es una de las vías obligadas para intentarlo. Cuanto más rechazo social tenga, será mejor. El terrorismo no se ve a sí mismo como tal, sino como una agente liberador de la sociedad. En la medida en que la sociedad logre transmitir que no comparten los fines e ideas de los terroristas, podrá conseguir una mayor firmeza en la lucha.
Las negativas de las autoridades religiosas de Al-Azhar a considerar "herejes" o "apóstatas" a los terroristas del Estado Islámico ha sido un golpe para una parte importante de la sociedad que lo ha reclamado tras cada atentado cometido en el país. La doctrina de la Universidad de Al-Azhar es que un musulmán es musulmán pese a la enormidad de sus pecados. Para la Universidad, por tanto, asesinar no los sitúa fuera de la comunidad. El fundamente teológico del asunto no convence a la sociedad que insiste en no ser confundidos con terroristas por el hecho de ser musulmanes.


El texto común aprobado por las dos instituciones religiosas será eficaz o no en función de su uso en las aulas y, por supuesto, por la visión que los maestros quieran dar de los textos.
En un estudio comparativo entre Egipto y Túnez de la educación en 2012, es decir, tras la llegada de los islamistas al poder en ambos países, se señalaba respecto a Egipto:

The objectives of the current religious education program in Egyptian public schools are, to a large extent, compatible with the goals of the Muslim Brotherhood. The Ministry of Education pays a good deal of attention to religious instruction: “Religious and moral values should be deeply ingrained among our children.” The ultimate goal of the state under former president Mubarak may have been to combat Islamic extremism, but the state did allow more Islamic content into the curriculum in an attempt to offset the Islamists’ criticism that it intended to destroy culture and Islam through secularization. For example, Hussein Kamel Bahaedddin, minister of education in the 1990s, acted decisively against “terrorism” in education, yet he had to declare that the state’s education policy enhanced religious values and that the religious education curriculum was approved by Al-Azhar, the respected Islamic center of learning. This education policy, which was adopted by secular ministers of education, appeased the public sentiment because the majority of Egyptians are religious Muslims. And ironically, it also concurs with the FJP’s current policy.
The FJP could also use the numerous Muslim Brotherhood teachers in public schools as an effective force to impart the Brotherhood’s Islamic vision, values, and code of behavior. The party could restructure teacher pre-service and in-service training programs to include more Islamic orientation and to recruit Islamist trainers for teachers. It might also try to add new co-curricular and extracurricular activities modeled after the Muslim Brotherhood’s private schools. These changes could be introduced gradually and discreetly without much resistance from secular politicians or education officers at the Ministry of Education.**


Como se puede apreciar, el gobierno de Mubarak ya había intentado la estrategia actual de Al-Sisi y a la que hemos aludido con frecuencia: asumir una parte del islamismo identitario para evitar que las críticas al gobierno le lleguen por ser "desviacionista" y pueda ser acusado de ser poco religioso o anti religioso. Ese ha sido el argumento que los islamistas han usado ya desde los tiempos de Nasser, hacer ver a la sociedad que las calamidades que les ocurren provienen de su oposición a que se imponga la ley de Dios.
Los que han pagado esta postura son precisamente aquellos que todos ven como peligrosos: los secularistas. Para unos porque son demócratas y denuncian el autoritarismo gobernante y para otros porque no son creyentes, lo cierto es que es a quienes todos atacan por el miedo a ser considerados permisivos e ir contra Dios. Desde esa perspectiva, el libro de texto sirve de bien poco porque lo que hace es dejar fuera a los que desean una vida al margen de la religión. Para unos y otros es una forma de control.
Se puede controlar el hambre o la falta de medicamentos, puede ser controlada la caída de la libra y el aumento de la inflación, etc. pero lo religioso es un control que nadie quiere perder y que todos temen que pueda ser manipulado en su contra.
Dice el ministerio que se trata de mostrar que la "diferencia no es un pecado", sin embargo se trabaja constantemente sobre la especificidad de lo egipcio, más que sobre la diversidad y diferencias. Todas las acciones tratan de ser reflejo de esa uniformidad que se reclama. Los esfuerzos del ministerio de Mubarak no sirvieron de mucho y el islamismo se hizo con la sociedad en parte beneficiado por las propias estrategias del gobierno. Un libro de texto común, aprobado por unos y otros, tendrá que pasar el filtro social, algo que no será fácil. En otros lugares, controlados por el islamismo sectario ser imposible.
Cairo Scene también ha dedicado espacio a la polémica del libro de texto:


The heat from conservatives seems to also stem from mixing both Muslim and Christian students in the same classroom, with regards to the course itself. Doubly strange, seeing as the textbook is not meant to replace religion classes at schools, but is merely a much-needed step forward in closing the gap left by unchecked religious divide “We only want our children to agree on a certain set of morals, be averse to violence and tolerate differences,” Said Mohamed Mokhtar Gomaa, Minister of Religious Endowments. “These are all values important to spread as we fight this ferocious war against extremism.”***



Es la idea de la convivencia, del trato igual lo que les preocupa. Muchos de los discursos islamistas juegan con los "peligros" que suponen los cristianos, su intento de "recuperar" lo perdido en Egipto y sus "conspiraciones" contra el islam. La simple idea de "normalidad" se les escapa. No la quieren, la rechazan de plano.
Veremos si esta medida es acogida por la sociedad egipcia en su conjunto mejor que por lo que ya han manifestado los salafistas y "conservadores". El futuro en paz de Egipto pasa por la necesidad de aceptación y la convivencia.

* "Same Textbook for Muslim and Christian Students in Schools Despite Opposition" Egyptian Streets 25/05/2018 https://egyptianstreets.com/2018/05/25/same-textbook-for-muslim-and-christian-students-in-schools-despite-opposition/
** Muhammad Faour "Religious Education and pluralism in Egypt and Tunisia" The Carnagie Papers Agosto 2012 p. 13 https://carnegieendowment.org/files/CMEC_34_Religion_and_Citizenship_final.pdf

*** "MINISTRY OF RELIGIOUS ENDOWMENT INTRODUCES SAME TEXTBOOK FOR BOTH MUSLIM AND CHRISTIAN STUDENTS" Cairo Scene 14/05/2018 http://www.cairoscene.com/Buzz/egypt-textbook-morals



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