martes, 17 de abril de 2018

La exportación de la felicidad


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Si usted no es feliz es porque no quiere serlo. Esto es lo que parecen querer decir desde los Emiratos Árabe Unidos, país que según los índices de felicidad internacionales es el mejor posicionado de los países árabes, el vigésimo puesto internacional. De Emiratos sabemos poco, solo que tienen mucho dinero para pedirnos que volemos o que se indigna con Qatar, algo que no sé si perturba o aumenta su felicidad.
Me entero por Egypt Independent que anuncia la exportación de felicidad a Egipto por parte de los emitarís, con el titular "Initiative aims to ‘export’ happiness from UAE to Egypt". Si el titular es sorprendente, no lo es menos la noticia, que comienza con una pregunta obligada:

Are people in Egypt happy? This question seemed to have been answered by the 2018 World Happiness Report which placed Egypt on spot 122 out of 156 countries. Egypt was also shown to be the third most unhappy Arab country – after war-torn Yemen and Syria. However, positive signs seem to loom on the horizon as a new youthful initiative recently was launched aiming to spread happiness across Egyptian society.
A cooperation protocol was recently signed in Cairo between the Emirati initiative “Alef Yaa saada” (from A to Z happiness), the Arab Institute of Achievers, and the Sky Lines company for Training and Consultations, whose purpose is to ‘export’ happiness from the United Arab of Emirates to Egypt.
It comes within the framework of a visit to Cairo by Tahani Al-Tari, ‘expert’ on happiness and counselor of a positivity program in the UAE. The visit aimed to start the implementation of the International Youth Societal Initiative Alef Yaa saada in Egyptian society.*


País de contradicciones eternas, Egipto es según se señala en el índice. el tercero más infeliz tras Siria y Yemen, que no es ponerlo muy difícil que digamos, ya que ambos están en guerra cruel y despiadada. Que Egipto se encuentre próximo a esos dos desgraciados países tras la apabullante y celebrada victoria del presidente al-Sisi no dice mucho de cómo perciben su vida. 
Que los Emiratos estén tan bien organizados en esto de la felicidad que no solo tengan un ministerio dedicado expresamente a ello, sino que además se dediquen a su exportación, no deja de ser sorprendente. Ese vigésimo puesto  en la escala mundial es muy meritorio y muestra cómo el mucho petróleo y la escasa población ayudan en la felicidad de algunos.
He ido a la página del Ministerio de la Felicidad de Emiratos y me he encontrado un mundo fotográficamente maravilloso en el que todo el mundo es feliz: se hacen regalos unos a otros, son guapos y sonrientes. Es un mundo en el que la gente se hace selfies sonriendo y no poniendo morritos. Es el paraíso de los dentistas.
Los objetivos del Ministerio de la Felicidad son los siguientes:

OBJECTIVES
1.- Harmonize government plans, programs, policies, and legislations to achieve happiness and positivity in society
2.- Incentive entities both public and private, to launch and champion initiatives, projects, and policies to happiness and positivity in society
3.- Propose strategic policies, projects and programs aimed to achieve happiness and positivity, and coordinate their implementation with the concerned entities.
4.- Instill a culture of happiness and positivity as a lifestyle in the UAE, and raise awareness on the importance.
5.- Develop KPls, to measure happiness with government entities and at the UAE level
6.- Promote the UAE, and enhance its reputation as a global hub of happiness and positivity**


No se entiende cómo hay países infelices cuando se puede tener todo tan claro y ordenadito. Deberían aprender a confiar en sus gobiernos para ser felices. Con un ministerio dedicado a ello (¿cuántos pueden presumir de esto?), la felicidad rebosa los Emiratos y se expande en busca de países infelices que sepan degustar el producto.
En realidad asusta leer los objetivos. La felicidad es un plan estratégico para llegar a ese punto sexto y final en el que se define que el objetivo de la acciones para alcanzar la felicidad es la reputación de felicidad de Emiratos, una perversa tautología. No se trata de ser feliz sino de ganar reputación de país feliz.
Los Emiratos han logrado que ser feliz sea una obligación nacional en la que ser infeliz se considera un atentado a la reputación del país. ¡El país te necesita sonriente! En realidad, los objetivos de Emiratos son promover eso que llaman una "cultura" de la felicidad. Todo rebosa de la palabrería de los planes empresariales, de la artificialidad de las relaciones públicas, del "Nation Brand" cuyo objetivos se concreta en el punto 5º en donde lo importante es el desarrollo de herramientas para la medición de la felicidad.


En sí, el concepto es perverso. Los gobiernos no deberían decidir qué es la felicidad y cómo se logra, sino reconocer que la felicidad es personal e intransferible. Imponer eso que llaman "positividad" es eliminar a los que nos vean tan positivas las cosas como el gobierno quiera. ¿Qué hacer con los "infelices" que estropean la reputación, que hacen que las cifras no sean como se quiere? Esa es la cuestión. Finalmente, se contestará lo que el gobierno quiera escuchar porque nadie quiere que el gobierno sea infeliz.
La cuestión llega al ridículo con la información sobre los seminarios para ser felices que les darán a los egipcios. Es sorprendente la fe que tienen los egipcios en los efectos terapéuticos de unos cuantos seminarios en un país con casi cien millones de personas. Los seminarios y cursos de un día se proponen desde los ministerios para resolver problemas como el divorcio (60'7% de tasa) o el ateísmo (preocupante aunque según las cifras oficiales no llegan a 900). ¡Sale tan barato dar unos cuantos cursillos!
Pero los que vayan a dar los cursos sobre la felicidad se van a encontrar con una realidad muy distinta a la de los felices emiratos. La "positividad" no mejora nada, simplemente trata que veas las cosas de otra manera. ¿Que te secuestran? Míralo positivamente: tienes más tiempo para ti mismo. ¿Que apenas tienes comida? Una dieta saludable es buena para el cuerpo, que sufre con los excesos. ¿Que tu presidente decide quedarse treinta años en el poder sin soltarlo? Tiene sus ventajas: no tienes que perder el tiempo pensando en a quién vas a votar y dedicarlo a cosas que realmente te importen. Todo esto es "positividad", cuestión de actitud.
Se nos cuenta el compromiso de los emiratís con exportar su felicidad bien organizada y eficiente y desplegar sus talleres para que la gente salga de ellos convencida  de que es feliz, que es de lo que se trata.

Al-Tari stressed that she along with Mohammad Shatayat co-coordinator of the initiative, have made the UAE the center of launching the initiative because of the UAE’s “great successes” in spreading happiness among its citizens, residents and even the guests.
The 2018 World Happiness Report said that UAE is the happiest country in the Arab world and ranks 20th out of 156 countries moving up one spot compared to 2017.
“Happiness now became a culture which has its frameworks and values; me along with the initiative’s working team are seeking to spread this culture and dominate it among the Arab societies after the success of its activities in the UAE,” she said.
She continued to explain that the initiative will launch several workshops and seminars across Egypt, which will be prepared in cooperation with partners to achieve self-development.*

Es emocionante que en Emiratos no se encarguen solo de la felicidad de los propios sino que vayas allí por unos negocios y regreses irreconocible a tu casa, mucho más feliz que los demás. Si ve a alguien sonriendo solo, que se hace selfies sin morritos, no lo dude, viene de Emiratos.


Esperemos que el gobierno egipcio no decida crear un ministerio de la felicidad como en Emiratos. La tentación, me imagino, será grande. Este invento entre empresarial y kafkiana positiva no está muy alejada de esa felicidad por decreto que tienta a los gobiernos. De hecho, ya se trabaja mucho sobre la "positividad" persiguiendo a los críticos, que representan la "negatividad" que impide la "felicidad" institucionalizada. Si se vieran siempre las cosas tal como se quieren hacer ver, la gente sería mucho más feliz.
Cairo Scene ha decidido interpretarlo por la incombustible ironía egipcia. En tres estupendos párrafos dan la bienvenida a los que creen que la positividad es el camino a la felicidad:

To say that Egypt isn’t exactly a happy place is akin to saying “Africa is a continent.” Going past the litany of boring social media posts about how beautiful Dahab is or how kind and compassionate the people are (thank you, expats and jaded millennials), we currently (and firmly) rank 122nd on the World Happiness Report (fuck you, Mozambique) for a variety of reasons; including life expectancy, income, social support and freedom. Seeing the sad state of affairs we’re in, the UAE decided to rise up against our misery with an initiative to throw some of that glee our way through a collaboration between UAE happiness initiative Alif Yaa Saada (Happiness from A to Z) and Egyptian NGO Arab Achievers, in addition to Egyptian training company Skyline.
Why the UAE? Well, they’re the happiest country in the Middle East, the 20th globally, and they even have a whole ministry dedicated to happiness; the best possible scenario for a middle-eastern adaptation of The Office. The Gulf country has commissioned a troupe of happiness instructors (and you thought our jobs were lame), in cooperation with Alif Yaa Saada, to train Egyptian institutions on “how to be happy.” Through a series of free events this coming July, workshops, seminars and training sessions, the jolly initiative aims to teach the Egyptian populace the truest values of happiness; positive attitudes, tolerance, generosity, coexistence and peacemaking (How not to Be Poor: A Masterclass). “The UAE stands to benefit from implementing the initiative in Egypt by giving its trainers the chance to train Egyptians in happiness-making,” said Ghada Abdel Razeq, the head of training at Skyline. “So, this is a win-win situation. It must be said that turning happiness into a science is the UAE’s gift to the Arab world.”
We’re full of hope about this positive initiative, and we pray that the distilled experience of the Emirati instructors coming our way has enough power and permeability to chip away at the decades of pure, unfiltered human suffering that the Egyptian people symbolise better than anybody out there, except Mozambique and the other 33 miserable countries behind us. In the meantime, please enjoy this cheerful video representation of our efforts at attaining happiness.***


No se creo que se pueda ser más claro en lo que opinan de la iniciativa para enseñarles a ser felices. No creo solo por el tradicional orgullo egipcio del no tener nada que aprender. La retórica hueca de toda esta sarta de tonterías de sociedades que sacralizan la "felicidad" mientras que la hunden con sus mecanismos de alienación, que convierten los sentimientos y estados más humanos en frivolidades, que reducen a recetas gimnásticas los estados de ánimo, etc. son casi un insulto.
Señores de Emiratos: por favor, si ya son ustedes felices según las estadísticas gubernamentales, síganlo siendo pero no ofendan ni la inteligencia ajena ni los estados lamentables de aquellos que se encuentran en un estado muy diferente al suyo. Si están tan convencidos de que la felicidad es pan comido, hagan la prueba de intercambiar casa con algún desgraciado de otro lugar. Verán que no es tan fácil ser "feliz" en los sitios. Como dice quien redactó el texto de Cairo Scene, los egipcios no necesitan entrenamiento para ser felices, necesitan las condiciones adecuadas, que es otra cosa muy distinta. El entrenamiento, precisamente, nos obliga a ser felices por encima de las desgracias, lo que es el sueño de cualquier dictadura. Es como convencer a alguien de que se vuelva masoquista antes de torturarlo.

La felicidad es una palabra vacía en manos de estos patológicos evaluadores. La han vaciado de sentido porque ya no es un estado que surge de mí, sino que no ser feliz se considera una especie de enfermedad, personal y social. Hoy ser feliz es una ideología. Ha surgido en una sociedad alienada por la producción y lo material. La felicidad se alcanza por vías institucionalizadas a través del consumo y del acceso a servicios. Solo la idea de que exista un ministerio llamado de la "felicidad" nos dice que algo no funciona. Que además sea tarea de los gobiernos planificarla es un atentado a la inteligencia. Nos muestra cómo todo este mundo que proviene del fundamentalismo empresarial se ha ido adueñando de nuestro mundo a través de un lenguaje y unos objetivos planificados. Por definición, no puede haber una felicidad programada por otros. Solo yo puedo considerarme o no feliz, por más que otros entiendan que pueden planificarla para mí. Se puede estar contento, se puede vivir cómodamente, pero la felicidad es otra cosa que hemos reducido a lo material y al conductismo ramplón.
El vídeo al que se hace alusión al final de los comentarios de Cairo Scene nos muestra a una persona que va creciendo en su enfado mientras se escucha  de fondo una "positiva" canción pegadiza y comercial, "Sunshine, lollipops and rainbows".
Aquellos que crean que la felicidad se puede medir como la altura o el peso tienen una visión muy trivial de lo que significa felicidad. 



* "Initiative aims to ‘export’ happiness from UAE to Egypt" Egypt Independent 16/04/2018 http://www.egyptindependent.com/initiative-aims-export-happiness-uae-egypt/

** https://www.happy.ae/en
*** "THE UAE WANTS TO “BRING HAPPINESS” TO EGYPT" Cairo Scene 15/04/2018 http://www.cairoscene.com/Buzz/UAE-Egypt-Happiness


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