miércoles, 11 de abril de 2018

La BBC en el banquillo egipcio


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Egipto se repliega sobre sí mismo y continúa su guerra particular por controlar la imagen exterior. Esto ha sido una constante e inútil batalla destinada sobre todo a la creación de un estado interior de irritación contra el mundo que ha sido hábilmente manipulada por el régimen egipcio.
El principio general —ya lo sabemos— es que el régimen actual "salvó" al país recuperando la revolución del pueblo de los manipuladores internos (los islamistas) y de los destructores exteriores, todas aquellas fuerzas del mal (según los días son Occidente, Turquía, Israel, Qatar e Irán) que quieren la destrucción de Egipto y el Islam. Este es el marco que se forja a los ojos de los egipcios, convencidos de la providencialidad salvadora de su presidente, encarnación de los valores y virtudes que definen la raza. Convencidos de que no hay nada más importante que ser "egipcio", los regímenes han explotado esta veta nacionalista de la diferencia y de la envidia mundial. Y funciona.
La última meta del régimen —no podía ser otra— es la institucionalización de la verdad, convirtiéndola en verdad oficial y teocrática. Eso implica que, como los sermones de los viernes en las mezquitas controladas por el estado, los medios deben repetir la visión y la palabra que se crea desde el poder y se transmite a la sociedad.
En término internos, implica que los medios o profesionales que no se plieguen a la verdad oficial serán cerrados, bloqueados o multados. Son ya más de 400 medios bloqueados porque el gobierno egipcio es quién decide quién dice la verdad y quién es un traidor a la sagrada patria, cuna del mundo y faro del universo. El despido del director del principal diario independiente, Al-Masry Al-Youm, del que dábamos cuenta aquí hace unos días ha sido otra muestra más de este deseo de control absoluto, reduciendo la información en Egipto a un canto a su presidente y sus glorias.


Ahora, tras la farsa de las elecciones, denunciada por toda la prensa internacional, toca ajustar cuentas con los enemigos y empezar los "juicios" contra aquellos herejes, brujas y demás fantasmas que el régimen ha esgrimido ante los ojos de los enfervorizados defensores de la patria. Y le ha tocado, a la BBC.
Para el régimen y sus estrategia de control de la información es esencial la escenificación de la censura según un guión de afrentas y mentiras contra el país, de conspiraciones internacionales, de intrigas rocambolescas con las que los egipcios ha sido y siguen alimentados desde el poder. Son los "juicios de la verdad".
En Egypt Independent nos dan la siguiente información sobre el caso:

A Cairo court held a hearing session on Tuesday in a lawsuit that seeks the revoking of the BBC’s office in Egypt, local media reported.
The lawsuit memorandum claimed that the BBC regularly broadcasts ‘false and fabricated news’, in an effort to destabilize Egypt and deliberately distort Egypt’s image especially in the field of human rights.
Recently, the Cairo Court for Urgent Matters scheduled April 10 as the date for the first hearing into the lawsuit for the closure of Cairo’s BBC office, and the revoking its license to operate in Egypt, state news Al-Ahram reported.
Lawyer Mohamed Hamed Salem filed the initial lawsuit, coming after a BBC report entitled ‘The shadow over Egypt’, which addresses the country’s human rights conditions and alleged torture.
In response to the report, Egypt’s official State Information Service (SIS) said that report contains “lies and allegations.” On March 7, the SIS handed the BBC’s Cairo bureau chief a ‘protest note’ over the report, which was written by BBC journalist Orla Guerin.
”The author of the report, Orla Guerin aimed to impose her biased personal views and impressions through the report, she committed violations to internationally recognized professional norms, and those of the BBC itself,” the SIS statement read.
‘The Shadow over Egypt’ includes interviews with families of alleged victims of torture and enforced disappearances conducted by security apparatuses.*


Hay que leer varias veces esto para comprender cómo el régimen egipcio antepone su mentalidad autoritaria y monopolística de la "verdad" a cualquier otra consideración. La expulsión de la BBC (que es lo que se busca inicialmente) es una forma de intimidación a la prensa internacional. La tantas veces mencionada orwellización egipcia se concreta cada vez más en estos casos con los que se pretende enjuiciar a una cadena de televisión por su supuesta conspiración para "desestabilizar Egipto". Una vez más el gobierno egipcio hace el ridículo (no hay otra forma de expresarlo) internacional intentado imponer esa seriedad solemne del que se siente investido por la mano de Dios y de la Historia en el caso de que separan ambos conceptos.
Lo que van a obtener es declaración solemne de sus jueces "confirmando" que se quería "desestabilizar Egipto" diciendo cosas que muchos otros han dicho, igual que en el caso del director de Al-Masry Al-Youm. Pero el peso de la BBC es atractivo. Como solo se va a jugar en casa —en los tribunales egipcios—, todo lo que allí se diga se elevará a rango de verdad universal.
Han sido el propio presidente al-Sisi y el presidente del Parlamento los que han denigrado la idea de derechos humanos diciendo que no eran adecuados para Egipto, en el primer caso, y que la libertad de expresión era una molestia, en el caso del ilustre jurista Aal. No se lo ha inventado nadie. El Parlamento Europeo condenó a Egipto recientemente y se ha preocupado por la situación derechos humanos. Italia retiró durante meses a su embajador por el caso sin resolver oficialmente del secuestro, tortura y asesinato de Giulio Regeni.


Egipto sigue poniendo en libertad a los que se condenó en tiempos con otro sentido de la justicia, como ha ido ocurriendo con los condenados en la época de Mubarak o rejuzgando y absolviendo al propio dictador o a sus ministros e hijos, causantes del levantamiento popular de 2011. Ha rebajado las condenas a asesinos a sangre fría, como el oficial de policía que mató en plena calle a Shaimaa al-Sabbagh, la mártir de las flores, cuyo único delito fue intentar poner unas rosas en memoria de los caídos en enero de 2011, hoy considerados traidores vendidos a potencias extranjeras para "desestabilizar" a Egipto.
El régimen de al-Sisi es autoritario por su acciones y cada vez más totalitario por sus ideas, que son traspasadas a la sociedad. Han llegado a la conclusión que la democracia, que los derechos humanos, etc. son formas que Occidente impone para destruirlos y que su forma nata de gobierno es el caudillaje fascistoide. Pero la incongruencia es que necesitan del dinero de inversores y turistas, algo para lo que tienen que transmitir una imagen beatífica, algo que no solo no logran sino que se ven cada vez más alejados de ella. La imagen que crean y que irá en aumento es cada vez más oscura y siniestra.

La farsa electoral, repudiada por la propia oposición democrática, no les ha hecho ganar ninguna simpatía o prestigio exterior. Al mundo no le convencen esas victorias del 97%, que considera propias de dictadores. Y esa es la imagen real que el gobierno egipcio confirma con cada acción con la pretensión contraria.
Se inicia ahora otra farsa farisea, con la BBC en el banquillo, en la que pretenden exponer ante el pueblo y ante el mundo que todos les "odian" porque son "egipcios", por pura envidia. También eran envidia las críticas al presidente perfecto que decían tener. Al-Sisi se ha manifestado como un militar más que aprieta con mano firme, que reprime todo aquello que se le opone, y que ha construido un Egipto falsamente estable por exclusión de todos los que no están de acuerdo con él, que ha recuperado a los miembros del régimen anterior y con el que la juventud del país no quiere saber nada.
Si los egipcios están contentos con ello, es cosa suya. Con el juicio a la BBC, el gobierno egipcio da otra muestra más de arrogancia. Pero fuera no mejorará absolutamente nada su imagen y sí, en cambio, empeorará. Como el objetivo final no es la verdad, sino aislar a Egipto de las fuentes exteriores estigmatizándolas, no conseguirá gran cosa.
La creación de comités de vigilancia de los medios puede ser eficaz en el interior, pero estas formas para cerrar medios que no se ajusten a la visión oficial no funcionan fuera. Egipto vuelve a estar en los titulares por sus errores.


* "Egypt’s judiciary begins hearing of lawsuit aiming to halt BBC’s work" Egypt Independent 10/04/2018 http://www.egyptindependent.com/egypts-judiciary-begins-hearing-of-lawsuit-aiming-to-halt-bbcs-work/






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