jueves, 7 de diciembre de 2017

Las lecturas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Euronews nos trae una noticia sobre la lectura. Lo hace con el titular "PIRLS 2016: ¿Qué alumnos son los mejores lectores de Europa?", en el que se reflejan los datos del último estudio.
No me ha gustado demasiado esta especie de competencia europea sobre quién "lee" entre otras cosas porque no me gusta su definición de la lectura: "El minucioso estudio valora la capacidad de comprensión lectora para "actuar"; mide en la capacidad de reflexionar sobre textos escritos y utilizarlos como herramientas para lograr metas individuales y sociales"*, nos dicen en el texto.
Es una forma de lectura instrumental, al servicio de lo que han llamado "metas", que es una forma de recortarnos libertades alrededor de la lectura. La lectura es una herramienta al servicio de otras habilidades que se desarrollan. Solo así es posible poder leer lo siguiente:

Curiosamente, las "locomotoras de Europa", Alemania y Francia, salen bastante mal paradas, sobre todo esta última.
Los países nórdicos, que suelen ser los primeros en todos los estudios relacionados con la calidad y el nivel educativo, también ocupan los primeros puestos, aunque curiosamente sus alumnos son a los que menos les gusta leer.*


¿No es paradójico que los que más leen sean a los que menos les gusta leer? La lectura para ellos es la parte sacrificada de proceso más amplio, algo que les sirve para mejorar en otras actividades. No es, pues se han perdido determinados fines formativos, una lectura al servicio de la persona, sino al servicio del sistema.
La absorción la lectura por parte del sistema educativo deja fuera una serie de posibilidades en la formación de la persona realmente notables, que se pierden en el proceso. El hecho de que los que leen más sean los que menos les gusta quiere decir simplemente que lo han interiorizado como un deber, como una parte obligada.
Cuando coincidimos varios profesores, a todos nos asalta la misma preocupación: la enorme brecha que se está creando en la cultura entre generaciones. Era precisamente el papel de la cultura, servir de nexo entre las personas para crear un sistema de referencias que posibilitara el diálogo que es la educación. Pero es la educación misma la que se han hundido dejando al descubierto todas las miserias culturales. Nuestra educación no forma a las personas, simplemente le transfiere unas capacidades para desempeñar su labor. Ser es hacer, hacer bien; hacerlo bien es hacerlo mejor que otros.
Se ha olvidado a la persona, que es una finalidad en sí misma y no un mero apéndice dl sistema. En las olvidadas cartas sobre la educación estética de Friedrich Schiller, el poeta nos decía:

El curso de los acontecimientos ha dado al genio de la época una dirección que amenaza con alejarlo cada vez más del arte del ideal. Éste ha de abandonar la realidad y elevarse con honesta audacia por encima de las necesidades; porque el arte es hijo de la libertad y sólo ha de regirse por la necesidad  del  espíritu,  no  por  meras  exigencias  materiales.  Sin  embargo,  en  los  tiempos actuales  imperan  esas  exigencias,  que  doblegan  bajo  su  tiránico  yugo  a  la  humanidad envilecida.  El  provecho  es  el  gran ídolo  de  nuestra época,  al  que  se  someten  todas  las fuerzas y rinden tributo todos los talentos. El mérito espiritual del arte carece de valor en esta burda  balanza,  y,  privado  de  todo  estímulo,  el  arte  abandona  el  ruidoso  mercado  del  siglo. Incluso el espíritu de investigación filosófica arrebata a la imaginación un territorio tras otro, y las fronteras del arte se estrechan a medida que la ciencia amplía sus límites.**


Lo dicho entonces por Schiller no difiere mucho de lo que escuchamos hoy. La educación se ha convertido en un sistema de "vigilancia" escalonado en el que cada uno es responsable de que en su nivel se cubran unos objetivos específicos.
Los últimos ataques son los que se están produciendo en el último rincón que esta deshumanización creciente ha ido produciendo, los doctorados. Es la interferencia constantes entre el formador y el formado para evitar que precisamente se pueda producir una influencia diferente que debilite el sistema. La mecanización de la educación lleva a la transformación de todas las piezas del sistema. La libertad se ha reducido notablemente mediante limitaciones técnicas introducidas en todos los pasos.
La libertad es consustancial a la educación porque es el primer valor que se debe transmitir. Una educación, como quería Russell, que nos haga dependientes de terceros o sistemas no es realmente una educación.
El resultado que observamos cada día en las aulas es la despersonalización del conocimiento. Los que llevan décadas diseñando el sistema, saben lo que hacen y lo que quieren, Buscan formar personas adaptables al sistema laboral en un mundo en el que no hay otra dimensión más allá de la económica. Mientras no definamos la dimensión humanística de la lectura, esta será solo otra herramienta más al servicio del sistema y no de la persona.
Muchos profesores expresamos nuestra desesperación ante la falta de sentido de la lectura. No se trata de si lo entendemos o no, sino de si "necesitamos" como un incentivo del pensamiento y como un puente con lo que dejamos atrás, cada vez más lejos e incomprensible. De vez en cuando, algún alumno (extranjero frecuentemente) me hace ver que una lectura le ha abierto una nueva visión en su vida, le ha cambiado la forma de ver el mundo. Es la mayor satisfacción que podemos tener. Ya ha abierto su camino.




* "PIRLS 2016: ¿Qué alumnos son los mejores lectores de Europa?" Euronews 3/12/2017 http://es.euronews.com/2017/12/05/pirls-2016-los-nordicos-buenos-en-comprension-lectora-pero-no-les-gusta-leer

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