martes, 19 de diciembre de 2017

El ex virtual

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Puigdemont no ganaría en Bélgica, opción del dos por uno que quizá alguien habría barajado. Si decide no volver, pensarán, alguna probabilidad tendría. Puigdemont ha hecho más kilómetros por las calles de Bruselas y alrededores que ningún candidato a alcalde o a diputado. Sin embargo, lo belgas no parecen excesivamente motivados hacia una persona que se les ha colado en sus vidas y convoca en sus calles manifestaciones en algo que no se acaba de entender. En el fondo, los belgas, ya acostumbrados a recibir en Bruselas a todos los que tienen alguna reclamación por toda Europa, dan un tiempo a la curiosidad y después se dedican a lo suyo.
El diario El Mundo titula "Los belgas 'pasan' de Puigdemont" y recoge los resultados de las encuestas en las que Carlos Puigdemont, el expresidente, no sale muy favorecido. Su cierre es este:

La conclusión principal sin embargo es que a los belgas ni les va ni les viene la cuestión. Son muchos los que no apoyan ni al uno ni al otro (27, 18 y 19% respectivamente) y sobre todo son mayoría lo que no saben o no contestan: 27, 41 y 41%.
Flandes es la región más poblada. El diario no ofrece resultados globales de opinión, sólo desglosados, pero incluso una ponderación en función de la densidad muestra que la causa de Puigdemont no es la preferida. A pesar de que en los medios, durante las últimas 10 semanas, ha habido muchas más críticas al Gobierno español (por su gestión y las cargas de 1 de octubre) que al revés. Y a pesar de la cobertura en los medios, de todos los idiomas, y el seguimiento de la aventura del ex president y su equipo, que casi provocó una crisis de Gobierno a principios de noviembre.
El diario ha incluido la pregunta dentro de un barómetro mucho más amplio en el que se indaga sobre transporte público (siete de cada diez piden que mejore en Bruselas y casi la misma cantidad cree que la capital no está bien gestionada). Pero también hay asuntos relacionados con los valores, como el apoyo (claro) a la eutanasia, en porcentajes que rondan el 70% también en todo el país.*


Que el ex presidente tenga su propia pregunta dentro de la encuesta para saber el estado actual de los belgas ya es todo un éxito para su candidatura virtual y a distancia. Convertido en una imagen en una pantalla a la que se rodea, aplaude y jalea, Puigdemont se crece y habla de su "restitución", un montaje mental con el que no ha logrado arrastrar a sus compañeros residentes en España.
Una cosa es la lucha por el desenchufe y otra quién va a ocupar el despacho del poder. Pero mucho me temo que los principales interesados en que Puigdemont no regrese son sus compañeros de aventura que han descubierto varias cosas sobre su personalidad escurridiza.
Puigdemont tenía una estrategia doble. La primera parte era obvia: poner tierra por medio. La segunda: hacer ver que su escapada era para mantener la "dignidad" de las instituciones desde el exilio. Cree el sedicioso que son todos de su condición.

Su insistencia en que debe ser el único presidente posible está empezando a ser molesta y cansina, especialmente entre sus compañeros que no lo ven así para nada. Les molesta, además, lo que tiene de reproche hacia lo que están haciendo, que es meterse en campaña a luchar con uñas y dientes mientras Carlos el Virtual lanza sonrisas desde una pantalla reivindicándose y dispuesto a decir "¡Ya estoy aquí!" a su regreso a la patria.
La baza del guardián de la llama es un cuento como otro cualquiera, como otro de los muchos que el mistificador Puigdemont elabora en su mundo personal. La insistencia de su grupo, que es ya otro de los perdedores en las encuestas, en que Puigdemont debe ser el presidente propuesto y aceptado si se da la circunstancia está empezando a enfadar en este tramo final de la campaña.

El Mundo nos trae otra visión desde el exterior, la del ex primer ministro francés Manuel Valls, que ha participado en un acto del Círculo de Empresarios. Ha estado en un acto de Ciudadanos y, si se lo hubieran pedido —dice— también lo habría hecho en uno de Iceta. Pero no se lo han pedido.
Valls pone el énfasis en algo que no ha sido tocado en la campaña: los actos terroristas previos. Fueron los secesionistas los que aprovecharon las muertes para seguir atacando a España y a las autoridades que fueron a solidarizarse con el dolor creado. Valls habla de los enclaves salafistas en Cataluña y de la preocupación francesa y europea sobre esos nichos creados durante años como resultado de una política migratoria específica. Valls explica:

R- [...] Hay un tema en Cataluña del que no se habla que no se trata en la campaña que son los atentados de este verano. Tengo la impresión de que se han olvidado los atentados, como si hubiera sido sólo un mal momento, algo puntual. Murieron muchos en Barcelona y Cambrils, pero el plan era matar a muchos más, a centenares de personas. Si los terroristas no llegan a explotar en ese chalé, no sé dónde habrían ido los artefactos, si a la Sagrada Familia o adónde. Además, los autores de los atentados eran gente integrada, eran catalanes marroquíes. Los políticos catalanes deben reflexionar y entender que hay grupos terroristas que han decidido apostar por Cataluña. El salafismo busca sociedades que pueda dividir.
P-¿Qué información tuvo usted del salafismo en Cataluña?
R-Preocupante. Nuestros especialistas en Francia en terrorismo islamista están muy preocupados por los grupos salafistas en Cataluña. Todas las fuerzas de seguridad deben trabajar juntas, porque puede haber más atentados. Me dolió mucho, por cierto, que en la manifestación de Barcelona se silbara al Rey. La lucha contra el terrorismo debe anteponerse a problemas internos. En Francia no se silbó al jefe del Estado.**


Efectivamente, no se habla, pero está ahí como historia dolorosa. Hay demasiados despropósitos en esa historia cantada. Valls ha sido ministro del Interior en Francia y sabe de lo que habla. Hay nichos salafistas en Cataluña, como los hay en barrios de Bélgica o en Francia. La política de atraer no hispano hablantes para mantener el catalán a salvo de los que ya vienen con el castellano acaba siendo un riesgo. En la idílica república a la que hizo referencia la portavoz de la CUP se mencionaba expresamente a "catalanes musulmanes" y "catalanes chinos", no "andaluces", "castellanos" o "hispanoamericanos", inmigración más molesta para los planes lingüísticos. La estrategia diseñada hace décadas asentaba las bases de la consolidación en frenar la inmigración de habla española. Eso ha aumentado el riesgo, pues allí donde se producen concentraciones, aparecen rápidamente personajes como el tristemente célebre imán de Ripoll, que fue capaz de hacerse sin demasiados problemas con los jóvenes educados en las escuelas de la zona.
El terrorismo no debe usar en campañas políticas, pero fue el secesionismo quien lo hizo convirtiendo los atentados en una ocasión para atacar a España y a las autoridades que asistieron.
Pero Valls ha dejado claras unas cuantas cosas más. El giro anti europeísta dado por Carlos Puigdemont como rabieta ante el no reconocimiento, es más, la condena generalizada de gobiernos e instituciones de la Unión debería hacer pensar a muchos.
Pero Manuel Valls va más allá:

P-¿Es imaginable en Francia un proceso independentista como el que tiene lugar en Cataluña?
R-No creo que el modelo francés pueda dar lecciones o imponerse en Cataluña y España. Tengo claro que España es un Estado nación de los más viejos de Europa, como Francia. La Constitución de 1978 es muy moderna y muy progresista. Para los franceses es un disparate que una región que es un 20% de la riqueza española pueda decidir marcharse y tienen razón. No es sólo un problema de España, es un problema de Europa. Somos una federación de Estados naciones y si España se destroza a sí misma es una señal terrible para el resto de Europa en un momento de tensiones con el Brexit, con los populismos, con Rusia... El independentismo catalán podría tener seguimiento en el País Vasco, después en el País Vasco francés o en el norte de Italia. Su visión es muy egoísta, la de regiones ricas que se van. España nos importa a todos.
P-¿Puede haber algún Gobierno de Francia que reconozca alguna vez en el futuro una república catalana independiente?
R-No. Ningún Gobierno de Francia la reconocerá jamás. Francia necesita a una España reforzada para construir juntos los retos de la Unión Europea.**


Evidentemente es la opinión de Manuel Valls, pero es opinión fundada y coherente con todos los mensajes europeos emitidos hasta el momento: una Cataluña independiente  no es viable en la Europa de los estados-nación. Es el argumento europeo, pero no es el principal. Para muchos es mejor usar un argumento ajeno que uno propio y entrar en conflicto directo. Pero ignorar el problema durante mucho tiempo tiene sus consecuencias.
Es poco probable que la estrategia de Puigdemont de reivindicarse como "presidente" y no como ex presidente triunfe. El ex perdió gran parte de sus bazas políticas y ahora solo le queda su propia reivindicación,



* "Los belgas 'pasan' de Puigdemont" El Mundo 12/12/2017 http://www.elmundo.es/espana/2017/12/12/5a2fdf83ca47417f298b463f.html?cid=MOTB23701

** "Manuel Valls: "Los salafistas han apostado por Cataluña y no se habla de ello ahora"" El Mundo 13/12/2017 http://www.elmundo.es/espana/2017/12/13/5a303511268e3e915f8b45fe.html?cid=MOTB23701



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.