lunes, 13 de noviembre de 2017

Del tuit al click

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras el diario El País le dedica su editorial a los males de la manipulación de las redes sociales por parte de los activistas que las manejan o los bots que las ponen en circulación, el diario El Mundo nos da otra noticia: la retirada de los "clicks" que representaban una manifestación por la liberación (me imagino que por la "pronta liberación") de los "jordis", esos simpáticos personajes que llegaron saludando y se quedaron a la espera de que les toque responder a muchas cuestiones abiertas.
Dice El País en su editorial titulado "280 caracteres de mala política":

En las democracias consolidadas, los mecanismos de creación de opinión pública juegan un papel trascendente. Ni los gobernantes ni la ciudadanía pueden tomar decisiones acertadas sin información fiable y fidedigna. Conviene no confundir las opiniones y estados de ánimo de la sociedad en su conjunto con los que se expresan en las redes sociales. Primero, porque la brecha tecnológica deja fuera de ellas a amplias capas de la población y, segundo, porque no todas las personas sienten la necesidad de interactuar y estar siempre conectadas.*


¿La "brecha tecnológica"? ¡Como no sea que te den en la cabeza con el móvil, ya me contarán! Ya no hay brecha. Los bebés crecen con el teléfono en las manos dándole lametones.
Cuando se dice ingenuamente que "conviene no confundir las opiniones y estados de ánimo de la sociedad en su conjunto con los que se expresan en las redes sociales", se está ya fuera de juego. Todavía no se ha comprendido que estamos en un solo mundo de interacciones múltiples, de flujos de información cuya función esencial es la manipulación. Es a lo que se aprende en academias y facultades: a manipular para causas más o menos claras, más o menos rentables. Cualquier grupito de indocumentados sabe cómo manipular a través de las redes más comunes y hace circular al día cientos, miles de tuit, correos o "me gusta". Hay trolls de todas las edades y para todos los gustos. Saben cómo manejar la información y actuar sobre los favorables reforzando las ideas y sobre los contrarios machacándolos sin piedad. Los escrachan en la puerta de su casa, del supermercado, de la guardería, del chalet de la sierra o playa... y después los ciberacosan en sus móviles, a ellos y a sus hijos si hace falta. Tienen ayudas exteriores, como sabemos, para proteger sus lanzamientos de información y borrar sus huellas digitales.
Lo mismo que ocurrió en los Estados Unidos con ha ocurrido en Cataluña. Los que quieren el poder se apoyan en esos grupos de base, esos ciberactivistas que se manejan como guerrillas informáticas para conseguir fines distintos, que van del hackeo al ciberacoso. Para ello han creado una eficaz infraestructura. Las noticias de El País llegan tarde. Las maniobras de caos informativo son constantes abasteciendo con falsas noticias que son distribuidas por medios creados para ellos. En minutos, han inundado las redes, están en boca de todos. Su versión se impone. Es la política del siglo XXI, la que convertirá la democracia en un juego de cantidad de bits y presión callejera. Todo vale por el poder.


Pero no hay que engañarse, eso es solo una parte. Los ejércitos siempre han necesitado de una información eficaz, que pueda ser rápida en sus objetivos para poder agruparse rápidamente y actuar. La coordinación es esencial para poder movilizar a la gente. Una estructura de grandes grupos, ya sea en la redes o con cualquier otro tipo de medio (los teléfonos) que permiten la interacción, el contacto permanente, es básica. Los grupos de WhatsApp interconectados permiten tejer la red inmediatamente con los mensajes. Ya nada es espontáneo.
La noticia de El País contrasta con la de El Mundo, que se refiere a otro tipo de impacto social. Esta vez se ha aprovechado una ocasión, la exposición de los clicks, esas pequeñas piezas de montar, para crear un nuevo escenario de protesta y propaganda.

La muestra Expoclicks ha retirado una maqueta en la que se representaba una manifestación a favor de la puesta en libertad de los "presos políticos" Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, líderes respectivamente de Òmnium Cultural y ANC, encarcelados desde mediados por octubre al ser considerados los "principales promotores y directores" de las concentraciones que tuvieron lugar los pasados 20 y 21 de septiembre en el exterior del edificio de la Consejería de Economía catalana.
La polémica generada en las redes sociales a raíz de la publicación de imágenes de la maqueta resultó decisiva para que Somosclicks, organizadores de la exposición, decidiera su retirada. Según explicó a El Periódico el alcalde de Amposta, Adam Tomàs, la representación se quitó "por temor a represalias".**


Del tuit al click. Hay que comprender que no se trata de una forma nueva, sino de otra más. Un universo informativo complejo, lleno de interacciones, implica que cualquier punto, objeto o acción son susceptibles de convertirse en propaganda y actuar sobre la opinión. Nadie debe dejar de estar expuesto a la presión informativa; es puro acoso. Si sales de tu casa a ver la exposición de los clicks porque estás ya harto, aburrido de tanta noticia, lo que te encuentras es otra forma de seguir presionándote. Se trata de mantener la presión en todos los espacios posibles hasta convertirlos en angustiosos, ineludibles.

Nada de esto es gratuito ni espontáneo. Por el contrario son muchas horas de aprendizaje, de imaginación creativa, de conocimiento tecnológico puestos al servicio del bloqueo del sistema.
Hay grupos que trabajan como trolls, destruyendo las comunicaciones ajenas, bloqueándolas, criticándolas, insultando y amenazando. Otros, en cambio, realizan acciones de confusión y manipulación informativas. Entre ambos crean los escenarios de la comunicación adecuados. Como suele ocurrir, tienen sus coordinadores y diseñadores de las estrategias que se han de seguir.
¿Cómo es posible que más de la mitad de la sociedad catalana haya estado silenciada y arrinconada hasta que se ha atrevido a salir a la calle? Los métodos son sencillos: aquel que se manifiesta en contra se enfrenta al acoso constante, como ha reflejado, por ejemplo, Isabel Coixet, que lo sufre incluso cuando saca a su perro a la calle, como contamos aquí, o el testimonio de Nuria Amat (de 2014)... o el de tantos que han tenido que dejar Cataluña porque se les hacía allí la vida imposible.
¿La "pena universal"? Los secesionistas que hoy se quejan de ser acosados o perseguidos deberían hacer examen de conciencia. Pero el nacionalismo no tiene esa capacidad cegado como está por sus destinos manifiestos, por su creencia en una Historia redentora que les lleva hacia el futuro. ¿Las leyes? ¡Son del estado opresor! Como acaba de decir la CUP, van a las elecciones pero las consideran "ilegítimas! ¿Es posible tamaña desvergüenza?


Todo forma un único escenario que controlan y que se hace necesario neutralizar. ¿Cómo? Evitando que la gente se sienta aislada y pueda manifestar sus ideas, creando igualmente redes que den salida a las ideas, a las versiones propias. Que quien habla se sienta respaldado y no en el foso de los leones.
Las grandes manifestaciones en las que se han podido expresar habrán sido para muchos una liberación impensable, un sacar lo que tenían miedo de mostrar.



* "280 caracteres de mala política" El País 13/11/2017 https://elpais.com/elpais/2017/11/12/opinion/1510503404_984702.html

** "Retiran "por temor" una maqueta que representaba una manifestación por los "presos políticos"" El Mundo 12/11/2017 http://www.elmundo.es/cataluna/2017/11/12/5a089a10468aeb16268b45d6.html

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