sábado, 19 de agosto de 2017

El tuit del asesino

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De los varios aspectos destacables del grupo terrorista de los atentados de Barcelona y Cambrils, de algunos se ha hablado con insistencia —como de la juventud de los terroristas o de su pronta radicalización— y de otros menos. Uno de los más resaltables —dadas las diferentes formas de radicalismo— es un antiguo comentario en Twitter del que parecía ser el responsable de la matanza con la furgoneta en primer momento, hipótesis que ha sido abandonado en favor de otro de los sospechosos. Lo recogíamos ayer tal como lo transmitía el diario El Mundo. La nota que había puesto en su cuenta de Twitter afirmaba querer acabar con los "infieles" y con "los musulmanes que no siguen las reglas de la religión". La idea reflejada en el tuit es importante porque es la que permite entender que esta cuestión va más allá de un choque maniqueo entre "oriente y occidente".
Es imposible entender nada de lo que ocurre si no se tienen en cuenta el conflicto entre "nacionalismos" y unionistas religiosos, aquellos para los que el nacionalismo y los estados que los fomentan son un invento creado para dividir a los árabes y al islam. La base del Estado Islámico es precisamente esa: la unidad es religiosa, no "nacional".
"Estado" e "islámico" y su unión —el "Estado islámico"— son la forma de presentar la superación de ambos problemas: la creación de un espacio post nacional cuya esencia sea la religión planteada en término ultra ortodoxos y combativos.

Todo esto implica una intensidad de la ortodoxia que es usada por los grupos fundamentalistas haciendo ver a los discrepantes que no son "verdaderos musulmanes", que "incumplen la fe de sus antepasados" y que contribuyen a la destrucción del Islam tolerando a los "infieles", "ateos" o la degeneración de las prácticas religiosas.
La amenaza a los musulmanes que no practiquen la religión de la debida forma, siendo esta la que ellos (los grupos fundamentalistas) establecen, no es una baladronada de un joven de 15 años escrita en un tuit. Es la forma de presión sobre los demás musulmanes que estuvieran tentados a las reformas.
El discurso del día 13 de agosto  del presidente tunecino pidiendo reformas concretas en dos aspectos: la igualdad en la herencia de las mujeres y la posibilidad de que la mujer pueda contraer matrimonio con un hombre de otra religión o de ninguna es una apuesta decidida y valiente. Así ha sido saludada desde las fuerzas progresistas de diferentes países, especialmente por los grupos feministas (la Unión Feminista Egipcia, por ejemplo).
En el sentido contrario, por ejemplo, Egipto ha apostado por el conservadurismo al poner oficinas religiosas en el metro para la consulta de los fieles a los clérigos. Mientras el presidente tunecino apuesta por las reformas, en Egipto se impone la tradición ampliando el poder de la Universidad de Al-Azhar e indirectamente la de todos los que exigen desde la sociedad el cumplimiento sin cambios o interpretaciones más abiertas que permitan el cambio social y la convivencia. Las peticiones de reformas del discurso religioso por parte del presidente al-Sisi han sido rechazadas por Al-Azhar y los eruditos.

Unión Feminista Egipcia recogiendo la noticia de Túnez
El destino de la propuesta tunecina es muy importante porque, si llega a prosperar, correrá como fuego por muchos otros países. La importancia se puede comprender por las reacciones en contra. La Universidad de Al-Azhar ya se manifestó inmediatamente. De las reacciones tunecinas variadas dimos también cuenta.
Ahram Online, el diario estatal egipcio, informa de las reacciones en la propia Túnez:

A group of Muslim scholars in Tunisia released a joint statement on Thursday demanding President Beji Caid Essebsi relinquish his call for legal equality between women and men in inheritance rights, and for amending a decree to allow Muslim women to marry non-Muslim men.
The president on Sunday called for the 1973 decree to be changed to allow Muslim women to marry non-Muslim men; at present such marriages are only permitted if the man converts to Islam. He also announced the formation of a committee to study the issue of equality, with regards to inheritance.
Unlike the Grand Mufti of Tunisia, Sheikh Othman Battikh, who said he agrees with Essebsi's initiative, a group of 24 scholars held a press conference on Thursday to announce their objections.
The group of signatories included a number of well-known Islamic academics, including former grand mufti of Tunisia Hamda Said.
The initiative is “a clear challenge to the constants of Islam, as well as the constitution, which states that Islam is the official state religion of Tunisia," the statement read.
The statement also condemned what it described as the "deliberated marginalisation of religious institutions" and declared the scholars’ rejection of the current grand mufti’s stance towards the initiative.
The Zitouna University, reputed to be the oldest Islamic teaching institution, has not issued a response opposing the initiative nor have  Zitouna Mosque.
On the other hand, a number of coalitions and civil society organisations have said they support the initiative to amend the law.*


Ya analizamos la propuesta del presidente tunecino y no vamos a hacerlo de nuevo. La reacción de los "eruditos" es, lógicamente, la defensa de lo que cimienta su poder, la capacidad de justificar la "legalidad" o no de la propuesta. Ser "iguales", como nos han dicho, es anti islámico. La mujer debe dar las gracias por la desigualdad, porque esta es más justa.  Cualquier cambio es negado en nombre lo que está escrito.
Mientras no se abran los países a la convivencia entre ciudadanos que tengan derecho opinar y vivir de formas diferentes, el germen del terrorismo estará ahí, ya que se enseña que la vida del otro es reprobable y merecedora de castigo.  El salto a la violencia es cuestión de intensidad, pero el origen es la negación del derecho del otro a decidir sobre su vida. Es totalitarismo.
Donde aprendieron a odiar los jóvenes terroristas fue en su casa, en sus instituciones próximas. Allí escucharon una y otra vez que Occidente es el mal, que expande su mal afectando al islam, la única religión verdadera.

Sin esa primera siembra de odio no habría dado los siguientes pasos. Por eso es esencial que la transformación se produzca en los propios países. Es ahí donde se debe dar la batalla de la convivencia. Si esta no existe en el interior, difícilmente podrá hacerlo fuera. Y desde la otra perspectiva igual: dejará de existir este tipo de terrorismo cuando la convivencia real sea un hecho en cada país.
Y la fórmula más clara es dar pasos como los propuestos por el presidente tunecino. Se enseña que hombres y mujeres tienen los mismos derechos y que igual que el hombre puede casarse con mujeres de otras religiones, las mujeres puedan hacerlo igualmente.  Se hace, por ejemplo, abriendo espacios como con la "condenada" por Al-Azhar (y desde Turquía) "mezquita liberal" de Alemania, donde oran juntos hombres y mujeres, dirigidos por una mujer, donde caben gais y lesbianas, donde nadie tapa su cara. 
En resumidas cuentas, se hace realizando cambios reales, algo que se evita por los grupos fundamentalistas y las instituciones conservadoras.
No es solo Occidente y sus ciudades quien sufre la violencia. El tuit del asesino nos da cuenta que ese totalitarismo se extiende contra todos aquellos que quieren dar pasos para reformar la religión en la que creen sin tener que reajustar sus conciencias o vivir en el fingimiento, como muchos hacen. Los que se enfrentan en sus países sufren la doble sanción de los fundamentalistas y de las instituciones, que les impiden expresarse o vivir libremente desde sus creencias personales, que han de supeditar al grupo. Muchas personas son presionadas hasta extremos inverosímiles, vigiladas en sus propias familias —especialmente las mujeres— para contentar a otros y mantener el honor a salvo. Para el terrorista fundamentalista son personas que no viven su religión como deben y deberían estar muertas, al igual que los infieles. El "su" aquí no es algo que se decida personalmente, sino que viene determinado de forma irreversible por el nacimiento, familia y nacionalidad.


No se trata solo de la "seguridad", sino del "cambio", cuya resistencia está en el origen de todo esto que el mundo padece en sus diversas versiones, del Estado Islámico a Boko Haram. El odio se aprende y se transmite. Tiene un origen social, familiar, institucional. Las estrategias para combatirlo pueden ser distintas. Pero lo que está claro es que el mejor antídoto es enseñar y fomentar tolerancia y convivencia.
Mientras se use la coerción familiar, institucional y estatal para imponer una forma religiosa, habrá ataques a los que discrepen o critiquen, a los que pidan cambios. Por el contrario, los que se basen en ella, serán cada vez más represivos y acabarán generando un terrorismo fundamentalista que persiga a infieles y reformistas. Eso es lo que nos enseña el tuit del asesino.



* "Group of Muslim scholars in Tunisia oppose Essebsi's push for gender equality" Ahram Online 17/08/2017 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/275516/World/Region/Group-of-Muslim-scholars-in-Tunisia-oppose-Essebsi.aspx






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