sábado, 8 de julio de 2017

¿Y ahora qué?

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La publicación egipcia Mada Masr ha estado publicando estos días, con motivo del cuarto aniversario del "30 de junio" y el "no-coup" una serie de reportajes sobre las posiciones de los agentes intervinientes entonces y sobre su actual perspectiva.
Hasta el momento, los repasos de la evolución han tenido como objeto "Pro-democracy political forces, the Salafi political movement, Coptic communities and the Coptic Church and Al-Azhar"*. La pregunta que se hacen respecto a los grupos participantes es "What did they want back then, and where are they today?"
Cuatro años son suficientes para tratar de comprender lo que ocurrió entonces y tratar de entender lo que está ocurriendo. El desfase entre lo que ocurre y su comprensión es un problema "histórico": la traducción a un discurso coherente de los múltiples hechos que configuran el "acontecimiento histórico", del que desconocemos en gran medida su elaboración y la gran cantidad de conexiones que puede tener.
Esta vez le toca contestar al grupo de fuerzas pro-democráticas que apoyaron la destitución de Morsi. Las preguntas permiten saber el grado de descontento o de aceptación de  lo ocurrido después, es decir, saber si sus expectativas se han cumplido. De todos los grupos preguntados, es este el que más interés adquiere ya que sirve para confrontar la idea del régimen de que se ha cumplido la "hoja de ruta hacia la democracia", tal como afirmó el presidente al-Sisi con la elección de un parlamento.


Son los que tenían unas esperanzas e ilusiones los que deben confrontar estas con lo que tienen delante. El primero al que preguntan, Mohamed Abul Ghar, ya dio en cierta forma una respuesta cuando dijo retirarse de la vida pública silenciando voluntariamente su propia voz discrepante. Aquí hemos recogido en diversas ocasiones sus opiniones a través de múltiples artículos publicados en diversos medios. Recogen en Mada Masr su opinión:

Mohamed Abul Ghar is a physician and founder of the Egyptian Social Democratic Party, one of the earliest political entities that turned the momentum of the January 25, 2011 revolution into a structured political project. Abul Ghar describes June 30, 2013 as an “opportunity” in which military leaders listened to the demands and vision of democratic forces. But he also sees it as a wasted opportunity, because of a lack of planning and organization within the June 30 movement.
Abul Ghar speaks specifically about the National Salvation Front, which was formed in 2012 after Morsi issued a constitutional declaration expanding his powers. “The problem with the front is that it was a front of leaders. We did not have weight on the ground, and hence were floating in thin air,” he says.
There was also a weakness in decision-making processes, especially among those who became the faces of the front, like Mohamed ElBaradei, the founder of the Dostour Party — also one of the political entities that emerged after January 25, 2011.
Abul Ghar reproaches ElBaradei for his reluctance to take organizational decisions that would have given the front a more solid negotiating power with the military. For example, there was a moment when Abul Ghar called on all party leaders to resign from their individual parties and join forces under one umbrella in a single national organization, using the Wafd Party in the early 20th century as his reference. ElBaradei, however, showed a lack of enthusiasm for the idea, or may have feared it, according to Abul Ghar.
Another problem he cites is a lack of political alignment between the different groups that took part in the front. “There were those who attended our meetings and then went to coordinate with the Brotherhood before June 30,” he says.*


Creo que la evaluación de Mohamed Abul Ghar la asumen muchos egipcios. Lo que comenzó intentando poner freno a los desmanes autoritarios de Mohamed Morsi y la Hermandad Musulmana se torció por un doble déficit, la falta de voluntad democrática de los militares y el protagonismo de los líderes empeñados en ponerse al frente del movimiento.
Los que critican ahora el modelo de la "transición española"  deberían prender sobre lo mal que se pueden hacer las cosas. El protagonismo es uno de los males de la política egipcia. Son las personas las que se crean alrededor unos grupos que les adulan y aspiran a que sus jefes prosperen para prosperar con ellos.
El término "Frente de Líderes" aplicado al frente que surgió para resistir a la Hermandad es muy adecuado y explica en gran medida muchos de los problemas de la política egipcia antes y ahora, la dificultad del diálogo constructivo. Mucha gente sigue responsabilizando a Mohamed El-Baradei (como hace Mohamed Abul Ghal) por su salida del gobierno tras las matanzas policiales contra las sentadas.
La ventaja de militares e islamistas es que tienen una organización detrás, un orden férreo. Frente a esta eficacia, el resto solo opone sus disputas, rencillas y ambiciones, en la mayoría de los casos. La prensa —muchos de cuyos editores juegan a la política— se encarga de destrozar a cualquier opositor o persona que sea mínimamente crítico.
La falta de resultados de los partidos democráticos tras las elecciones que dieron el 70% de los escaños a los miembros de la Hermandad y a los salafistas ya fueron el primer resultado de esta falta de acuerdo. Lo demás, vino rodado.
La gran fractura tras el 30 de junio se produjo evidentemente con empleo de la fuerza. La violencia contra los asentamientos islamistas se cobró cerca de mil muertos y creó una situación que se parece bastante a lo que se quería evitar: un derramamiento de sangre en una guerra civil.
Señalan en Mada Masr:

But the turning point that showcased Egypt’s new rulers’ lack of interest in the participation of pro-democracy groups in the process became evident on July 24, 2013, when Sisi addressed the people in a speech calling upon them to give the military a mandate to confront Brotherhood violence. ElBaradei had just been appointed vice president for foreign affairs and learned about this mandate via the speech just like everyone else, says Harb. It was another alarm bell of political exclusion.*

Hasta el momento, se había intentado llevar por una senda pacífica el proceso. Lo que el movimiento Tamarod —del que posteriormente surgieron serias sospechas sobre su colaboración con los militares— pedía la salida de Morsi y la convocatoria de elecciones anticipadas para que no hubiera vacío. Eso fue lo que la gente firmó y manifestó. Pero la resistencia islamista fue mayor, más violenta y más organizada de lo previsto. Quizá pensaron que la presión internacional haría desistir a los militares. No fue así.

28 de junio 2013

Tras varias versiones sobre qué ocurrió, Mada Masr regresa a Abul Ghar, quien señala:

Thinking about the lack of real opportunity for pro-democracy groups, Abul Ghar says, “The Egyptian state has not welcomed national organizations since 1952. The only organization the state negotiated with was the Brotherhood. The democratic faction is difficult to negotiate with because it is cultured and tends to embarrass the state.”*

La observación final se retrotrae al origen mismo del Estado egipcio. En efecto, desde los orígenes mismos de la república están ya presentes las relaciones entre la Hermandad y el estado que surgió de los militares y del que se ha mantenido como propietarios. Los partidos creados desde el poder han servido para crear el "estado" necesario tras el Ejército.
No ha habido posibilidad de generar una sociedad organizada que sea capaz de producir una democracia. Está el "otro lado", el que está excluido, por un lado; y después, por otro, una resistencia democrática que se diluye entre protagonismos y rivalidades. Lo demás, como en la época de Hosni Mubarak es solo una apariencia destinada a satisfacer los contactos exteriores sin crear recelos.


La pregunta final a los participantes es la única posible: "And now what?". La respuesta no es sencilla. Algunos, como Sabbahi ya anunciado su presentación a las próximas presidenciales. Otros ven hacer esto como una legitimación del régimen. La disparidad está en la evaluación de las posibilidades.
Hace tiempo que no se habla de las encuestas de popularidad del presidente. Casi podría decirse simplemente que "no se habla", dado el nivel de silencio que se va extendiendo. Como señalamos hace tiempo, el crecimiento del silencio es la única alternativa que el régimen tiene ante el deterioro de la situación política, económica y al fallo en la seguridad, que era una de sus justificaciones del régimen.
El deterioro hace ver oportunidades allí donde antes solo estaba la figura de al-Sisi como incombustible. Ya no hay sisimanía.

But Sisi’s recent ratification of the maritime demarcation agreement with Saudi Arabia, by which Egypt has conceded the islands of Tiran and Sanafir to the Kingdom with the blessing of Parliament despite popular discontent and an opposing ruling by the Administrative Court, created a new perspective on what the future might hold.
“We now have a president who could be put to trial if he leaves power because of the case of Tiran and Sanafir, so I do not think there is any doubt that his rule will continue for a second term,” Moannis says.
Even so, he still sees the importance of forming a new front for those in the democratic faction that can build and rally around a political project to challenge the status quo.*

Es triste que las únicas puertas de salida sean por los desastres que han salpicado el mandato del militar. La incapacidad de ofrecer una alternativa democrática que permita salir a la sociedad egipcia del impase en el que se encuentra es una de las bazas más importantes para el triunfo del radicalismo o del autoritarismo.
La ingenuidad de pensar que la decisión de las islas ha sido tomada sin respaldo militar hace ver las ilusiones sobre las que se funda la política egipcia. Es más fácil esperar la caída del contrario que construir uno mismo una opción posible de desafiar al poder. Cuentan más con los errores ajenos que los aciertos propios. Muchos egipcios esperan algo más que grandes errores. Ya han tenido muchos.
El año pasado, la prensa recogía celebraciones del 30 de mayo, señalando que la Policía las había protegido. Este año apenas ha habido celebraciones. Quizá no hay tantas ganas de celebrarlo o el temor a que no se pueda controlar.

junio 2016


* "The pro-democracy movement and June 30: Then and now" Mada Masr 1/07/2017 https://www.madamasr.com/en/2017/07/01/feature/politics/the-pro-democracy-movement-and-june-30-then-and-now/

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