martes, 30 de mayo de 2017

Mensajes para nada

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Dos noticias muy diferentes sobresalen en el anodino panorama informativo egipcio que queda tras los atentados. Siguiendo las instrucciones de no recrearse en los efectos del terrorismo y después del solemne vídeo institucional con el bombardeo de los campamentos terroristas en Libia, Egipto vuelve a sus preocupaciones. La primera noticia aparece en Egypt Independent con el titular "Appeals court for Urgent Matters confirms Saudi’s sovereignty over disputed Red Sea islands"* y vuelve a situar el conflicto de las islas "regaladas" en islas "devueltas" al reconocer el tribunal su pertenencia a Arabia Saudí. De nuevo se vuelve a abrir uno de los puntos de conflicto interno más importantes con nuevos mareos legales a la vista.
La segunda noticia es de orden muy distinto y entre en los esfuerzos gubernamentales por devolver el turismo perdido. También procede de Egypt Independent y su titular es "Egypt drafts new bill to impose fines on tourist harassers"**. Esta segunda noticia vuelve a incidir en la teoría general que todo lo explica —todo iba bien hasta 2011— y aporta un punto positivo para solucionar "el problema".


Lo que hace la ley que se presenta a sus trámites parlamentarios ahora es multar con entre 3.000 y 10.000 a los "acosadores turísticos", una figura creada para todos aquellos que persiguen a los turistas con la finalidad, al menos inicial, de venderles algo, es especial "recuerdos" y "antigüedades" encontradas por ellos. El periódico lo describe en estos términos:

Local hawkers of souvenirs in Egypt’s touristic sites are often seen chasing and nagging visitors at the country’s sightseeing sites to force them to buy their wares — a practice that annoys many and blemishes Egypt’s reputation abroad.
“Such practices irritate tourists and send them a ghastly notion about Egypt and the Egyptian people. That is why this law aims to curb these perceptions,” El-Anani said.
“We hope that this law, if correctly implemented, would not just end the constant nagging of shop owners at touristic sites, but also put an end to sexual harassment that greatly hinders our touristic reputation abroad,” Reda Halfawi, a member of the Tourism Investors’ Association said.
“This decision sends a message to the world that Egypt is actively taking the legal measures necessary to put an end to widely reported incidents of harassment,” Akawy added.**


Debo reconocer que el giro final de igualar a los que intentan venderte algo con los acosadores sexuales me ha sorprendido dentro de la sorpresa general que supone la noticia. El número de acosadores sexuales es bastante más elevado que el de vendedores de suvenires, a menos que se considere el acoso como un suvenir en sí mismo, algo que no es tan descabellado, como se establece indirectamente en el texto.
La preocupación por la imagen es obsesiva y disparatada. Todo procede de la incapacidad para reconocer la situación actual, y vivir en una extraña fantasía negadora que se invita al mundo a compartir. No hay nada en Egipto que no se haga como "a message to the world" con la pretensión de que sean los únicos mensajes que el mundo recibe. Pero el mundo tiene ojos y oídos.
Los bloqueos a los medios egipcios, a 21, sigue siendo un "mensaje" que también le llega al mundo. Hoy se nos da cuenta del fallecimiento de la víctima número treinta como resultado del ataque y ajusticiamiento en plena carretera del grupo de cristianos coptos en Minya. Eso es también un mensaje al mundo. Pero parece que todo lo que ha ocurrido en Egipto en estos años no existiera, que solo fuera un problema de que vayan más o menos turistas y no del futuro de un país, de sus libertades, de los derechos de las personas.


No se trata de acabar con el acoso sexual para que vayan más turistas; se trata de acabar con el acoso por higiene nacional, por decencia, por respeto a las mujeres —turistas o no—, por acabar con una hipocresía que degrada por sus números escandalosos a un país entero. Reducirlo a un problema de recuperación del turismo muestra que algo falla, de la misma forma que se consideran los atentados como una molestia para el turismo o la visita del Papa Francisco como un "mensaje de seguridad". Es barrer debajo de la alfombra.
La ingenuidad de que la ley contra el acoso turístico vaya a terminar con el acoso sexual es realmente pasmosa. No acabará ni con uno ni con otro porque es simplemente un "mensaje" a la galería exterior. Se le aplicará a algún pobre desgraciado que moleste a alguno menos pobre en su negocio y poco más.
El final del artículo nos cuenta:

Egypt has an unrivaled wealth of antiquities dating back to different eras.  Egypt’s tourism industry, a crucial source of hard currency, has suffered in the years of turmoil that followed the mass protests, as well as from the suspected bombing of a Russian plane in Sinai in 2015, which killed all 224 people on board.
The number of tourists visiting Egypt this year could come close to levels seen before its 2011 uprising, encouraged by investments in airport security and a cheaper Egyptian pound, the country’s Tourism Minister said.**

¡"Suspected bombing"! Dos años después, con todas las pruebas del mundo, nadie se atreve a decir que fue un "atentado", dejándolo en una "sospecha". Si es posible negar las evidencias de este tipo, conocidas por todos, ¿cómo se van arreglar muchos problemas reales? Lo primero para arreglar un problema es reconocerlo. No se va a cambiar nada, solo "mandar mensajes". Es una fórmula inútil en un estado que solo manda mensajes. También fue un mensaje, por ejemplo, "penalizar" la mutilación genital femenina, la ablación, y las cifras siguen siendo escandalosas. Son muchos mensajes, mucho ruido... para nada.

El artículo de Souleiman Gouda, titulado "Imagine Egypt as a tourist!", publicado hace diez días en Egypt Independent, lo explica con claridad. Al turismo ya no le gustan los paraísos artificiales, las islas hechas a su medidas. La calve está en la sociedad que acoge:

Until Egyptians can find pleasure in life and feel proud to share it, then visitors to our country will go elsewhere to find an authentic, but pleasant, cultural experience.
Citizens’ happiness is the measure of tourists’ happiness, nothing more.***


Es el mejor atractivo para Egipto es ver a sus ciudadanos libres y felices. No tiene sentido proteger a los turistas del acoso cuando no se hace con los propios ciudadanos, que lo padecen ante la indiferencia oficial. No todo es cuestión de mensajes.

* "Appeals court for Urgent Matters confirms Saudi’s sovereignty over disputed Red Sea islands" Egypt Independent 29/05/2017 http://www.egyptindependent.com/appeals-court-urgent-matters-confirms-saudis-sovereignty-red-sea-islands/

** "Egypt drafts new bill to impose fines on tourist harassers" Egypt Independent 29/05/2017 http://www.egyptindependent.com/egypt-drafts-new-bill-impose-fines-tourist-harassers/
*** "Imagine Egypt as a tourist!" Egypt Independent 18/05/2017 http://www.egyptindependent.com/imagine-egypt-tourist/




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