jueves, 11 de mayo de 2017

El búlgaro feliz

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay muchos casos por todo el mundo. Atletas nacidos en países que abandonan para "fichar" por otros y competir con ellos. Una nueva nacionalidad les es ofrecida tan rápido como las próximas competiciones lo necesiten. Se cuestiona así el sentimentalismo patriótico que muchos sienten hacia sus orígenes y que abandonan en favor de un futuro personal mejor. En España también hemos tenido este fenómeno: atletas formados en sus países compiten bajo bandera española porque aquí han tenido mejores oportunidades. También el caso contrario, españoles que se han tenido que ir para poder desarrollar todo su potencial deportivo, en algunos casos con cambio de nacionalidad incluido.
La prensa egipcia se hace eco de la irritación causada por la pérdida de un gran talento para la lucha greco romana, Tarek Abdel-Salam, quien por vicisitudes de la vida dejó de ser egipcio y pasó a ser búlgaro. Ahram Online lo contaba así:

An Egyptian wrestler who was granted the Bulgarian citizenship touched off a social media storm after winning a gold medal for his adopted country at a prestigious European championship.
Right after news emerged of Greco-Roman wrestler Tarek Abdel-Salam clinching gold at the European Senior Championships in Serbia on Sunday, many Egyptians took to the social media to accuse authorities of wasting a talent.
Abdel-Salam defeated Russia's Chingiz Labazanov in the final of the men's 75kg event, waving Bulgaria's flag in ecstasy after a remarkable win that came only a few months after he became a naturalized Bulgarian citizen.*


Ya en el texto se perciben dos líneas, la del lamento por la pérdida del talento y la ironía por la emoción con la que el "nuevo búlgaro" hacía ondear la bandera de su reciente país. El lamento se produce, claro, cuando el ex egipcio ha ganado ya las medallas y no antes.
El debate que se abre en estos casos se produce con diversos ánimos. Para unos es una víctima de la inoperancia, un ejemplo de cómo las instituciones desatienden a las personas valiosas; para otros, en cambio, es un traidor que ha renunciado a algo único en el mundo, a ser egipcio. El caso se produce en mitad de otro debate de estos días: la discusión en el parlamento de la concesión de la nacionalidad egipcia a aquellos inversores que cumplan una serie de requisitos establecidos.
Mientras que a algunos les parece que la medida puede atraer inversores, otros dudan directamente de la eficacia o conveniencia:

Head of the Economic Committee MP Ahmed Farghali, however, had concerns about national security if this law is to be applied.
“The government should be looking for more practical ways to attract investors to the country. Let’s first fix the investment climate and get rid of the bureaucracy that plays a major role in pushing investors away,” Farghali said, adding that there is no way to ensure that foreign intelligence agencies do not take advantage of the new law to undermine Egypt’s economy.
“Investors choose places where they will gain money, not spend more money. Why would an investor from Europe be interested in obtaining an Egyptian nationality? What privileges will the country offer, that investors do not have back home?” he asked.
MP Alaa Abdel-Moneim of the 'For the Love of Egypt' bloc also rejected the draft law.
“Other European countries like Portugal and Malta grant their nationalities in return for money and people are interested because then they can benefit from EU membership, but in Egypt it’s not the case,” Abdel-Moneim said.**


El contraste surge rápidamente entre los dos casos, el del egipcio que ha pasado a ser búlgaro y ganar medallas y el caso contrario, el de aquellos "nuevos" egipcios surgidos a través de las oportunidades de inversión. A muchos les fastidian ambos casos.
El escepticismo sobre la eficacia de la medida parece ser grande, pero las necesidades de inversión son mayores. Como bien argumentan algunos, puede que la motivación no sea tan evidente como algunos piensan.
Corre más prisa evitar que Egipto siga perdiendo personas valiosas en cualquier ámbito. Como suele ocurrir, el caso acaba convertido en un reproche de unos a la administración y de otros al luchador.
Ahram Online recoge la historia del luchador:

He said he originally went to Bulgaria to work in a kebab shop after abandoning wrestling, given the neglect he faced back home after suffering a neck injury in 2015.
"I've tried for six months to convince the Egyptian wrestling federation to pay for my treatment, but to no avail. They said any surgery would end my career," Abdel-Salam told Egyptian television channel DMC.
"I had to pay for the treatment myself. Nobody cared and nobody helped me, so I felt there is no use in what I'm doing. I decided to retire and go and work in Bulgaria."
He was then spotted by Bulgarian wrestling officials and was eventually granted citizenship, repaying the country's faith with a stunning performance in his first major competition.
Back in Egypt, many believe Abdel-Salam had the potential to emulate Karam Gaber, Egypt's best-ever Greco-Roman wrestler who won three Olympic medals - gold, silver and bronze.
"We lost a great talent. Imagine how many Tarek Abdel-Salams exist in this country?" said one Twitter user.*

La guerra entre la Federación de Lucha y el luchador se repetirá probablemente cada vez que este consiga una medalla y los usuarios de las redes sociales piensen que en vez de agitar en éxtasis, como se decía, la bandera búlgara debiera agitar la egipcia.


Por supuesto, la Federación negará todo y tratará de convertir al luchador en otro traidor sobre el que dirigir las iras y frustraciones de los aficionados. Esto no ha tardado mucho en ocurrir. En ScoopEmpire, se recoge la siguiente información:

It’s always sad to see an Egyptian talent going to waste; whether scientists, physicians or athletes, because these people should be appreciated in their homeland. A story of an Egyptian wrestler, Tarek Abdel-Salam, went viral after he posted a photo of himself working at a shawerma restaurant in Bulgaria.
The wrestler allegedly suffered a sports injury and was denied treatment by the Egyptian Wrestling Federation, so he went to Bulgaria to work at a shawerma restaurant. Apparently, the Bulgarian Wrestling foundation took him under their wings and treated him. Abdel-Salam then started playing as a Bulgarian wrestler after taking up the nationality.
As usual, when the story got out of control on social media, the situation had to backfire. According to Youm7, a member on the board of the Egyptian Wrestling Federation, Shawki Omran, demanded the Bulgarian federation to give back the Egyptian wrestler to his homeland or pay a fine of 100 thousand Swiss francs.
In a telephone interview on the “90 Minutes” show, hosted by Mu’taz Al-Demerdash, a member of the Egyptian Wrestling Federation said that Egypt is totally against the wrestler joining the Bulgarian wrestling federation as they invested financially in the player. He added that if Bulgaria refused to return Abdel Salam, they will have to pay a compensation of 100 thousand Swiss francs.****


La conversión del héroe en villano está en marcha. La imagen del joven trabajando en su kebab búlgaro ha terminado de hacer estallar la irritación de muchos. ¡Kebab y medalla para Bulgaria!
La verdad es que el patriotismo no da para comer y, en cambio, consume muchas energías. Los que tienen que enfrentarse cada día al muro de la incomprensión o la indiferencia, acaban por dejar el patriotismo activo para poder hacer lo que deben hacer. El enfado de la Federación egipcia es el del perro del hortelano, que no come ni deja comer.
En muchos sitios se sentirían alegres por su victoria y salida profesional hacia un mundo con futuro, pero eso es mala propaganda. Ya lo dijeron una vez: nadie emigra del paraíso. Los que se van son mal ejemplo. Los que se van, sin embargo suele ser porque no tienen más remedio al no ser atendidos.
Dice la BBC, que también se ha hecho eco del caso: «Wrestler Tarek Abdul Salam's gold medal at the European Wrestling Championships this weekend is being mourned rather than celebrated by some in his native country.»**** Siempre hay algunos que dan la nota.


Esperemos, por su bien, que no tenga que enfrentarse nunca a Egipto. El país está perdiendo muchas personas valiosas por diversos motivos. Pero, como se dice en los ambientes deportivos, hay que saber perder. Seguro que si Tarek Abdel-Salam hubiese tenido lo que necesitaba, no habría tenido que salir en busca de mejores oportunidades y hacerse búlgaro.
Siempre es más fácil echarles las culpas que arreglar los problemas caseros. Es más fácil hablar que hacer. 

* "Egyptian wrestler creates social media storm after winning gold medal for Bulgaria" Ahram Online 9/05/2017 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/6/56/268458/Sports/Omni-Sports/Egyptian-wrestler-creates-social-media-storm-after.aspx
** "Debating Egypt's Nationality Law: Invest in Egypt, become an Egyptian" Egypt Independent 3/05/2017 http://www.egyptindependent.com//news/debating-egypt-s-nationality-law-invest-egypt-become-egyptian
*** "Egypt Demands the Return of Tarek Abdel Salam from Bulgaria or Pay 100K Swiss Francs" ScoopEmpire 9/05/2017 http://scoopempire.com/egypt-demands-return-tarek-abdel-salam-bulgaria-pay-100k-swiss-francs/

**** "Egyptian sports fans wrestling with regret" BBC 9/05/2017 http://www.bbc.com/news/blogs-news-from-elsewhere-39860113




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