jueves, 12 de enero de 2017

El espía, el gato y el presidente electo a 8 días de su toma de posesión

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La rueda de prensa de ayer de Donald Trump a 9 días de su toma de posesión de la presidencia está en portada en toda la prensa mundial. Si alguien esperaba que Trump dejara de ser Trump, se equivocaba. Lo que hay que temer ahora es lo contrario, que no haya sido lo suficientemente Trump hasta el momento y nos siga sorprendiendo de la forma más negativa y con consecuencias imprevisibles.
Todo lo que está ocurriendo en los Estados Unidos con Trump es insólito, pero cada vez sorprende menos. Candidatos de este tipo los ha habido, pero han quedado por el camino, muy lejos de la presidencia. El sistema democrático actuaba como filtro de racionalidad: hasta el momento, nadie ha querido elegir a un mentiroso o a un matón. Trump, desde su torre, ya ha amenazado a países, a empresas, a sectores industriales enteros, con que se hace lo que "él" diga o se tendrán que atenerse a las "consecuencias".
Ahora le tocaba arreglar cuentas con la prensa y lo hecho de la forma autoritaria que le caracteriza. Al igual que ha despreciado a Meryl Streep hace unos días, lo ha hecho ahora con la CNN y otros medios que no le gustan. En su punto de mira BuzzFeed, el blog de noticias, —al que ya han amenazado directamente con acciones legales— y la CNN que recogió la información que no le gustó.
Lo ocurrido ayer muestra el conflicto importante con la prensa, pero también confirma el futuro conflictivo de Trump y, lo que es peor, de las instituciones. Hasta el momento, Trump ha sido el favorecido por las "noticias falsas" y por el filtrado de informaciones sobre sus contrincantes. Ahora, a 8 días de la toma de posesión, parece que algo ha cambiado. Ahora las filtraciones tienen otro objetivo. Y es cuando empiezan los problemas.


¿Qué es lo que ha desencadenado el conflicto y ha despertado todas las alarmas? En todos los canales internacionales de noticias se discute lo mismo. En la BBC se debatía el asunto hace unos minutos y las palabras que repetía la experta invitada eran "serious" y "dignity". La polémica había llegado desde el Reino Unido.
El titular de The Telegraph nos llevaba a lo que parece una novela de John LeCarré: "Former MI6 officer Christopher Steele, who produced Donald Trump Russian dossier, 'terrified for his safety' and went to ground before name released". Y la historia nos lleva a nuevos "Karla", "topos" y "Smiley", a un universo de espías, chantajes y escándalos:

A former MI6 officer who produced a dossier making lurid allegations about Donald Trump is “terrified for his safety” after he was unmasked by a US publication.
Christopher Steele, 52, fled from his home in Surrey on Wednesday morning after realising it was only a matter of time until his name became public knowledge.
A source close to Mr Steele said on Wednesday night that he now fears a prompt and potentially dangerous backlash against him from Moscow.
Mr Steele, the co-founder of London-based Orbis Business Intelligence Ltd, prepared a 35-page document that alleges the Kremlin colluded with Mr Trump’s presidential campaign and that the Russian security services have material that could be used to blackmail him, including an allegation that he paid prostitutes to defile a bed that had been slept in by Barack and Michelle Obama.
His research was initially funded by anti-Trump Republicans, and later by Democrats.
Mr Trump has branded the allegations in the dossier “fake” and has said he feels as though he is living in Nazi Germany.
With his cover about to be blown, Mr Steele hurriedly packed his bags and went to ground hours before his name was published on Wednesday.
Mr Steele, who spied in Moscow for the Secret Intelligence Service in the 1990s, fled from his home in Surrey after leaving his cat with a neighbour and telling them he would be away “for a few days”.
For months, he had been playing a dangerous game; tipping off journalists about what he said he had discovered from his sources in Russia about Donald Trump’s alleged dealings with the Kremlin, as well as claims that the FSB had hugely compromising information about Mr Trump’s activities during visits to the country.
Mr Steele had been hired by a Washington firm to gather information on Mr Trump’s connections to Russia, funded at first by anti-Trump Republicans and, later, by Democrats. He also shared the information with the FBI.
One of his key contacts, David Corn of the political blog Mother Jones, wrote last year about the resulting dossier and his conversations with the “former spook” who had compiled it, but did not name Mr Steele nor, crucially, did he give away his nationality.
The existence of the dossier, which ran to 35 pages in total, comprising several reports filed over the course of six months, had been common knowledge among journalists in the US for more than half a year, but it was only given credence when the US news network CNN reported that Mr Trump and President Barack Obama had been given a two-page summary of its contents by the FBI.
CNN also reported that the dossier had been put together by a British former intelligence agent, and Mr Steele’s anonymity was fatally compromised.
A source close to Mr Steele said he was “horrified” when his nationality was published and is now "terrified for his and his family's safety".*


¿LeCarré? La historia es complicada, rocambolesca y tiene ese detalle de verismo del espía que deja el gato al vecino. La posibilidad de que Rusia tenga información "sensible" con la que chantajear a un presidente de los Estados Unidos debe ser vista desde la perspectiva de que el presidente es Donald Trump. El detalle de las prostitutas en la cama en la que había dormido el matrimonio Obama (el documento reproducido en BuzzFeed es más explícito— es también un poco LeCarré. También lo es que primero financiaran la investigación los republicanos anti-Trump y después los demócratas anti-Trump. Circuló, nos dicen, durante meses pero no salió hasta ahora, a 8 días de la toma de posesión. Era un solo un informe y recogía lo dicho por sus fuentes, sin verificaciones. Es otro episodio escandaloso después de las falsas informaciones contra Hillary Clinton en el denominado Pizzagate, la noticia falsa sobre los vínculos de los Clinton con unos lugares de pedofilia, salida de Wikileaks. 
Evidentemente, no podemos saber si lo reproducido por BuzzFeed y mencionado por CNN es verdad o no. Pero lo importante, ya que no tenemos información para contestar la pregunta de si es verdad o no, es el hecho mismo de que estemos haciéndonos la pregunta. ¿Este es el escenario de la política que tenemos por delante?
Y la respuesta solo puede ser . Otra cuestión es que lleguemos a establecer quién es el responsable de una desestabilización de la política norteamericana de este calibre. ¿Habrá un goteo de este tipo de informaciones?
El corresponsal de la BBC califica la rueda de prensa de Trump como "teatro del absurdo" y no le falta razón. Los diálogos transcritos por los que han que han preferido dar prioridad al diálogo para ahorrarse el comentario lo confirma. Faltó Godot.


Después de negar repetidamente que Rusia tuviera nada que ver en la campaña electoral, ha aceptado finalmente ayer que "cree" que Rusia estaba tras los hackeos de la información de Clinton y los demócratas, pero que no pensaba que estuviera Vladimir Putin. Lo primero es aceptar lo que le dicen los servicios secretos de su país; lo segundo es solo una creencia personal y, sobre todo, una estrategia que le permita la foto con Putin, el cumplimiento de uno de sus planes. Después de estar diciendo que Putin es un "gran tipo", no puede ponerle como responsable de los ataques que han contribuido a su victoria electoral desacreditando a sus rivales. Tampoco le interesa que se carguen las tintas cuando hay una serie de los componentes de su futuro equipo que están siendo cuestionados por tener lazos empresariales demasiado estrechos con la Rusia de Putin.


Trump ha conseguido meternos a todos en una ficción, un mundo en el que ya no sabemos qué es verdad o mentira, en quién se puede confiar. Si yo fuera LeCarré escribiría El presidente que surgió del frío, una novela conspirativa en la que "Karla" haría creer a un rico empresario americano que era el candidato favorito del Kremlin para ocupar la Casa Blanca para luego destruirle una vez llegado al poder. Alguien la está escribiendo ya. O la escribió hace tiempo. 
Quedamos a la espera de ese momento culminante que los relojes del mundo marcan, la cuanta atrás para la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El gato sigue vigilado.



* "Former MI6 officer Christopher Steele, who produced Donald Trump Russian dossier, 'terrified for his safety' and went to ground before name released" The Telegraph 11/01/2017 http://www.telegraph.co.uk/news/2017/01/11/former-mi6-officer-produced-donald-trump-russian-dossier-terrified/










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