martes, 31 de enero de 2017

Héroes y villanos o cuidado a quien das la mano

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Que Donald Trump haya tenido que cesar a la Fiscal responsable provisional del Departamento de Justicia por dudar de la validez jurídica de la orden ejecutiva firmada para la prohibición de la entrada de ciudadanos de siete países marca una línea de continuidad clara entre las protestas populares que se han producido por todos los Estados Unidos y la que se produce en las capas superiores  de la administración. Los alcaldes de muchas ciudades, especialmente de las declaradas "santuarios" ya se han manifestado. Ahora toca en otros niveles políticos y administrativos.
El diario El Mundo recoge la noticia del cese de la fiscal Sally Yates y señala:

La decisión de Trump ahonda un creciente caos en la Administración pública de EEUU con motivo de la Orden Ejecutiva que prohíbe la entrada de personas se Libia, Irán, Irak, Siria, Sudán, Somalia, y Yemen. Según la agencia de noticias Associated Press, los secretarios de Defensa y de Seguridad Interior, los generales retirados James Mattis y John Kelly, no habían sido informados con anterioridad de la orden. Tampoco lo fue la persona nominada para secretario de Estado, Rex Tillerson, ni los líderes republicanos del Senado.
Todo eso ha provocado una serie de tensiones entre el gabinete y el Senado, por un lado, y la Casa Blanca, por otro. Según el primero de esos grupos, Trump solo escucha a un grupo muy estrecho de asesores encabezados por el líder de la llamada 'derecha alternativa', Steve Bannon, y por su yerno, Jared Kushner, y mantiene en la ignorancia a todos los demás.
Yates, que había sido nombrada por Barack Obama, había declarado en un documento que "no estoy segura" de que la orden se ajuste a Derecho, ni que, aún cuando ése sea el caso, se ajuste a los objetivos de "buscar la justicia" de su Departamento. Su sustituta es la fiscal del Distrito Este de Virginia, Dana Boente, que se ha comprometido a aplicar la orden y defenderla.*


Son dos los aspectos reseñables. El primero de ellos resalta el hecho de que pocos se quieren ver arrastrados por la política de Trump. Esto afecta a los republicanos, responsables de su nominación a la Casa Blanca y, esto es importante, su elección en el Colegio Electoral. De nuevo se plantea la excepcionalidad del caso de la elección de Trump, no llevando directamente por la urnas (tres millones de votos menos que su rival, Hillary Clinton) sino por el voto de los republicanos en el Colegio Electoral. Hasta el último momento se escucharon voces pidiendo que no se refrendara a Trump en el Colegio, hasta con ofertas demócratas de apoyar a un candidato alternativo a quien se veía como un peligro para el país y la democracia.
Es en este segundo aspecto donde la decisión y el comentario de la ya ex Fiscal tienen el valor de sembrar la duda no sobre la "legalidad" de las medidas sino sobre su "justicia", que es un problema más profundo ya que afecta a los "valores" y "principios". De ahí la distinción, negativa en ambos casos, sobre la legalidad (que se ajuste a derecho) y su búsqueda de la justicia, una aspiración desde los principios morales. Esto último es de importancia porque deslegitima la acción en sí misma al no buscar un bien acorde con los valores.
Cuando la gente levanta pancartas diciendo "USA país de inmigrantes" está resaltando un principio moral que se deriva de su propia historia. Lo mismo hace cuando se resalta la discriminación religiosa o la equiparación de las religiones o países enteros con el terrorismo. Se atenta contra la libertad religiosa o se criminaliza a los países.
La idea de que Trump siga encerrado en su Torre, rodeado solo de un grupo de afines desde la primera semana, se debe tener en cuenta porque es el cumplimiento de sus palabras en el discurso inaugural: el pueblo, Trump y Dios. Un mensaje que no se debe olvidar, pues era toda una declaración de intenciones sobre su forma de entender el poder y actuar. Mentalmente, Trump sigue al frente de sus empresas; ordena y despide sin miramientos.


La imagen de un Trump cogido de la mano con Theresa May, como nos muestran Euronews resulta casi ridícula y ha conseguido que los británicos se lancen a la calle  a protestar por la invitación que la primera ministra británica le ha hecho al presidente de los Estados Unidos. La web del parlamento británico ha recogido un millón y medio de firmas en contra de que la Reina haga formalmente la invitación. Las pancartas ya no solo muestran a Trump sino a la idílica pareja. De nuevo, también en Londres, la acusación de desvergüenza, "Shameles May!", en los carteles. Trump ya no está solo en los carteles.
La preocupación de los republicanos se puede hacer extensiva a los conservadores británicos, que pueden padecer por contagio, primero, y por exhibicionismo político de Theresa May los efectos de Trump, el indeseado. "¡Teresa, qué has hecho!", podrían estarle diciendo los colegas políticos. Un Trump visitando Reino Unido no es el escenario más adecuado para enfrentarse a las negociaciones del Brexit y lo que May pensaba que le ayudaría a ganar apoyos se puede volver contra ella en lo personal y contra Reino Unido en general. May "advirtió" que la Unión no debía enfrentarse a la salida de Reino Unido como una forma "ejemplar" de frenar otras posibles salidas de Europa. La amistad de Mr. Brexit, Donald Trump, festejando su salida con el Brexit la convierte en cabeza doblemente merecedora de sanción ejemplar, por Trump y por ella misma. La imagen de ambos cogidos de la mano ha dado la vuelta al mundo y dolores de cabeza. Políticos y feministas le han recordados cosas de esas manos.



La amistad de Trump empieza a ser complicada. La sospecha, levantada por The New York Times, de que los países con intereses económicos de las empresas Trump no se han visto sancionados eleva el nivel de injusticia y el de inmoralidad de las medidas. Eso debería de servir de aviso sobre la causa a la que se está sirviendo. La amistad con Trump no solo es impopular sino arriesgada.
La ex Fiscal Sally Yates, en cambio, recibe en estos momentos el apoyo de miles de personas que consideran que ha actuado de forma ética y representando a los valores y principios con los que los norteamericanos piensan que deben ser identificados. Por el mismo motivo rechazan lo que Trump supone y representa.
En otras ocasiones, el antiamericanismo ha tomado a los presidentes como rostros sobre los que descargar las iras. Esta vez la ira tiene nombre y apellidos, rostro bien definido. Y, sorprendentemente, con ´tanta contestación dentro como fuera del país. El egocentrismo de Trump ha generado un sentimiento anti-Trump bien definido, cuyo siguiente nivel son los grupos que le apoya, que se ven absorbidos por la atracción fatal trumpista.



De esta forma, la vida política norteamericana, con Trump como test, irá produciendo héroes y villanos. Los héroes son las víctimas que ha ido dejando, los que se le han enfrentado en las campañas, como el matrimonio musulmán, padre de un héroe de guerra, que le sacaron la Constitución aunque no los colores. Las personas insultadas, como Meryl Streep (a la que consideró una "actriz sobrevalorada", lo que puede darle un nuevo Oscar; a Rosie O'Donnell, que no encarna su tipo de mujer; a Madonna a la que después de decir “Yes, I’m angry. Yes, I am outraged. Yes, I have thought an awful lot about blowing up the White House” en la Marcha de la Mujeres pretende llevar a los tribunales por terrorismo. Sus discos son eliminados de las emisoras de estados como Texas, ya acostumbrados a la pena de muerte, por falta de patriotismo. 



Héroes son los abogados voluntarios que se sientan en los aeropuertos dispuestos a defender a los que se quiere impedir entrar, a asistirles legalmente. Lo serán las grandes empresas tecnológicas que van a hacer una declaración conjunta contra las medidas. Lo son individualmente los que salen a reconocer públicamente, sin tener que avergonzarse como otros, de ser hijos de inmigrantes y de además estar casados (como Trump) con inmigrantes, como ha hecho el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg y su esposa asiática. Han salido a recordar, como dice los carteles, que todos allí son inmigrantes. Lo es, finalmente, Sally Yates, que cuestionó la legalidad y la justicia de la orden presidencial para dejar fuera a los refugiados y las personas de países enteros, y ha sido cesada. Es un honor que llevará toda la vida.


El sistema produce simultáneamente héroes y villanos. La decisión que se toma en un segundo puede marcar el resto de la vida. La imagen de Trump y May de la mano es ya historia. "Shame on you Theresa May", cantaban las multitudes reunidas en Londres.


* "Trump cesa a la responsable del Departamento de Justicia por desafiar la orden contra la entrada de musulmanes" El mundo 31/01/2017 http://www.elmundo.es/internacional/2017/01/31/588fd9d1ca47413e238b45b3.html
** "Madonna banned from radio station for lack of 'patriotism'" Entertainment 25/01/2017 http://ew.com/music/2017/01/25/madonna-banned-trump/




lunes, 30 de enero de 2017

El crescendo del poder

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Donald Trump lo tiene duro. Podrá hacer su santa voluntad pero sabe que va a tener una resistencia feroz a todos y cada una de sus órdenes. Un juez neoyorquina le ha parado parte del decreto impidiendo la entrada. Pero las imágenes que las televisiones nos dan esta noche de la gente en los aeropuertos, de manifestaciones organizadas y espontáneas, con carteles como "Shame!", va a hacerle daño.
No tengo la más mínima esperanza en que rectifique por ello. Trump, como ya fue definido por expertos psicólogos, tiene poco de emoción y creo que la resistencia le encorajina, por no decir otra cosa. El daño se lo hacen al arrinconar a muchos republicanos contra la pared. 
Ahora es el momento en el que él actúa y los demás se le echan encima. Ahora es él quien se expone a las iras ciudadanas. Más que los políticos, desbordados, es la hora de esas manifestaciones populares en todos los rincones cada vez que se intente sacar un inmigrante o no se deje entrar a un refugiado. Es la hora de las denuncias ante los jueces. Las ciudades santuario han dicho que seguirán sin colaborar con el gobierno, lo que le abre otro frente importante pues son esas ciudades las más grandes de los Estados Unidos. Ya se manifiestan contra el presidente autoritario que está mostrando ser. La Casa Blanca no es la Torre Trump.
A los movimientos internos le empiezan a seguir las respuestas de los países que una vez roto el silencio, se están decantando por las críticas más directas. Los ataques a Europa, su incitación a la desunión, indigna de un mandatario norteamericano, ya ha tenido respuesta en boca de Hollande y Merkel y es probable que en breve se haga una declaración recriminatoria pidiendo "respeto" algo que en vocabulario de Trump no existe.


En estos momentos se siente Dios. Cree que el mundo le ha sido entregado para hacer y deshacer. Me imagino que muchas de las sonrisas con las que algunos se le acercan ocultan una preocupación interna por hasta dónde puede llegar y, sobre todo, si entrará en razón cuando le digan que pare. Trump no se va a suavizar; solo puede seguir el crescendo del poder, un intento de oponer la fuerza a cualquier resistencia.
Muchos comprenderán ahora el riesgo de tener al frente del país a una persona que ha tenido siempre todo cuanto ha querido, que se ha rodeado de aduladores y de personas que le han hecho creer que era un genio todopoderoso y que podría conseguir lo que se planteara. El sueño americano de los ricos es llegar a la Casa Blanca; el de Trump poner el mundo a sus pies. Ya se lo dijo al mundo en su discurso: los partidos no tienen nada que ver en esto. Es cosa entre el pueblo, Trump y Dios. La inclusión de Dios en el asunto no es por generosidad de Trump sino para reafirmar que ya está bien asesorado y no necesita más.
La situación actual hace parecer risible la anterior en la que se hablaba de un país dividido en dos. Ahora está hecho añicos.


En estos momentos, Trump se ha enfrentado a todo el continente al sur de la frontera por las humillaciones a México y el muro que piensa cobrarles; a los países árabes por su calificación de los musulmanes como terroristas en función de los países, lista que ha dicho que puede ampliar en cualquier momento, un aviso para navegantes. Ha insultado a Europa diciendo que su destrucción es un bien y que le llamen Mr. Brexit, como dijo al producirse el referéndum. Ha atacado a China, acusándola de la destrucción de la economía norteamericana y la ha amenazado militarmente por la cuestión de las islas del Mar del Sur.
En estos momentos solo hablan bien de él, Theresa May, responsable de sacar a Reino Unido de Europa, el egipcio Abdel Fattah al-Sisi, Vladimir Putin y puede que pronto Erdogan si le entrega al clérigo Gulen, al que considera el responsable de todo lo que no le gusta en Turquía. Y la ultraderecha europea, que comparte su amor por Trump y Putin.
Y todo esto lo ha hecho en una semana gloriosa que hará escribir, en el presente y en el futuro, millones de páginas intentando comprender cómo la locura contagiosa es un mal que afecta a los pueblos, que se dejan arrastrar por estas personalidades.


Lo que viene por delante será una lucha desigual, épica, entre los que son portadores de derechos y tienen una visión extensiva para todo el mundo, y aquellos que no han evolucionado y siguen en las fórmulas de la fuerza bruta. Trump tratará de restar importancia, insultará a los que se le opongan —como Meryl Streep o ahora Madonna— tratando de dirigir sus iras enfermizas contra ellos.
Trump no está haciendo a América más grande. La está hundiendo en el descrédito y la vergüenza, está borrando los valores y los principios. Está negando sus avances con sus críticas a los científicos desacreditándolos desde su suprema ignorancia; ha ofendido a las mujeres con su misoginia, a las minorías con su racismo y a los más débiles por su xenofobia clasista. Como candidato ya insultó a países; como presidente lo sigue haciendo ignorando desde su mala educación las más elementales normas de comportamiento.


Al principio de ser elegido, The New York Times se planteaba el problema de cómo criticar al hombre sin ofender a la institución que representa a todos los americanos, la presidencia. Ya se han encargado de hacerlo el propio Trump, que es quien ofende, con su falta de saber estar, a todos los norteamericanos, a los que le han votado y a los que no lo han hecho.

Hoy, cada hora que pasa, crece más el grito contra Trump en las ciudades, en los aeropuertos, en cada entrega de premios (ayer mismo en los de la SGA); en el extranjero también se manifiestan contra él y los titulares de la prensa de medio mundo denuncia sus prácticas y maneras. 
Trump considerará esto como un signo de su propia grandeza. Hasta tal punto llega su engreimiento.




domingo, 29 de enero de 2017

El enfado de Sisi, Trump y Al-Azhar

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En otro de esos encuentros que el presidente al-Sisi tiene cara a cara con los jóvenes con el imposible objetivo de que solo le escuchen a él, les dijo otra de esas frases lapidarias con las que suele resumir la situación: «“Evil people are working hard to engage Egyptians in troubles,” Al-Sisi claimed. “They are promoting the idea that the current regime is not working in favour of the citizens on a regular basis. Moreover, they are trying to destroy the country by using us,” he said.»*
Muchos egipcios se estarán preguntando quién es ese "evil people" al que el presidente alude con frecuencia pero que nunca acaba de materializarse, ¿pertenecen a este mundo?  La segunda parte de la frase —recogida por Daily News Egypt— es incluso más críptica y da pie para especulaciones infinitas. Las preguntas que surgen don ya de otro orden, cuyo cripticismo va desde la posesión hasta la infiltración para acabar con Egipto y deshacer orden mundial, que está bastante revuelto sin necesidad de que a Egipto le pasen cosas nuevas. Es característico de los gobiernos egipcios resaltar una y otra vez esta excepcionalidad egipcia y la importancia de que ellos no se dejen llevar por todas la perrerías del destino. Pero esa línea de "using us" es nueva, una estrategia diferente que mira hacia el interior y no solo al exterior como fuente de destrucción. ¿A quién se refiere?


Ayer dábamos cuenta de los efectos mundiales de la primera semana de Donald Trump en la Casa Blanca y de cómo el compromiso con el Egipto de al-Sisi podría traer complicaciones con terceros. Adelantábamos que Trump necesita una cabeza de puente en Medio Oriente y más si sigue una política como la comenzada ayer mismo con las prohibiciones de entrada a los refugiados o simples emigrantes de siete países musulmanes. Y anticipábamos lo publicado por Egypt Independent para tratarlo con más detenimiento.
El texto —de gran interés, publicado anteriormente por Al-Masry Al-Youm— se titula "Rift escalates, becomes public between Sisi, Al-Azhar":

President Abdel Fattah al-Sisi's latest statements to Egypt's Al-Azhar Grand Sheikh Ahmed al-Tayyeb have publically revealed disagreement and tension between him and Al-Azhar, especially with regard to the so-called "renewal of religious discourse".
The Egyptian president has called on Al Azhar -- the foremost Muslim Sunni institution around the world -- in numerous speeches to reform the religious discourse and dogmatic edicts ('fatwas') it emits, in order to meet the needs of our times; because of its importance in facing extremist fanatic Islamist rhetoric in the ongoing security confrontation.
"You wear me out"; "Each time I see the grand sheikh, I tell him: you are tourturing me"; and "I will argue with you about it before God"; are some of the reported comments which Sisi said to Tayyeb at various religious ocassions over the past three years.
Al-Watan newspaper on Tuesday quoted Sisi as telling Tayyeb: "You wear me out", during a celebration held on National Police Day; refering to Tayyeb's resistence to pass a law restricting verbal divorce among Muslims.
This latest statement by Sisi highlights the ongoing rift between the presidency and the Al-Azhar institution, whose response to the president's calls for religious reform is seen as lukewarm.**


De la cuestión del "divorcio" ya nos ocupamos aquí el día en que se produjo y la extrañeza de que su escenario fuese el del Día Nacional de la Policía, el día antes del aniversario del 25 de enero, el comienzo de la sublevación contra Hosni Mubarak en 2011.
La segunda parte del artículo —que consta de tres— se dedica a repasar momentos anteriores de los conflictos entre la presidencia y la Universidad de Al-Azhar. De muchos de ellos hemos dado cuenta aquí porque nos parecían esenciales para comprender el desarrollo de la revolución egipcia y de su truncamiento tras la llegada de los islamistas tras las elecciones y el golpe, el "no-coup", del 30 de junio, del que surge el régimen actual tras deshacerse de los Hermanos Musulmanes. Con posterioridad, la historia egipcia ha sido un continuo desengancharse de aquel primer momento en el que se prometió una sociedad no islamizada, abierta y moderna.
En este juego era esencial el papel de la Universidad de Al-Azhar era esencial para dar legitimidad al régimen surgido de la intervención del Ejército. Pero pronto, la cuestión se hizo más compleja de lo previsto y las tensiones se empezaron a producir.
Los islamistas no habían venido del exilio. Estaban allí, insertado en las instituciones de todo tipo pues la desidia de Hosni Mubarak confiaba demasiado en el poder de la fuerza y sobre todo en su propio poder para controlar lo que Sadat había comenzado al reintroducirlos para el control de sus mayores enemigos, los nasseristas.


La estrategia de los grupos islamistas es de abajo arriba. No les interesa el gobierno en primer lugar, sino la sociedad. Saben que si se hacen con la sociedad, acabarán teniendo el gobierno, como así ocurrió en las primeras elecciones. Los islamistas cambian las mentes para cambiar las actuaciones. Esas actuaciones pueden ser de distintos tipos y radicalidad, pero saben que el motor de la acción es siempre el pensamiento. Eso es lo que no entienden los que creen que por la fuerza se extraen las ideas de la cabeza; muy al contrario, se radicalizan. Es lo que vemos en el fenómeno del yihadismo, en lo personal, y del Estado Islámico, como forma social.
La estrategia de Abdel Fattah al-Sisi desde el principio fue jugar a la "unidad nacional y social" frente al islamismo sectario. Lo tuvo cuando al dar el golpe ante la negativa del presidente Morsi a dimitir y anticipar elecciones ante el clamor popular que lo pedía a través de la iniciativa Tamarod y otros grupos sociales de respuesta a la "islamización" del estado, el sectarismo, la violencia social que se produjo y, especialmente, la orientación islamistas en la guerra de Siria y el tema palestino. Los Hermanos Musulmanes se vieron en el poder y se quitaron la máscara de la moderación haciendo piña con los salafistas para sacar una constitución islamista sin escuchar a nadie, ante la preocupación internacional que veía y denunciaba el sectarismo y la violación de los derechos humanos, además de los ataques a las minoría, desprecio a los derechos de las mujeres, etc.
En ese primer momento, el entonces ministro de Defensa tuvo a su lado a la práctica totalidad de los grupos políticos y sociales, incluyendo a las cabezas de la iglesia copta y de la Universidad de Al-Azhar. Todos se hicieron la fotografía para mostrar la unidad, por un lado, y el rechazo a los Hermanos y sus políticas. Pero los Hermanos no estaban dispuestos a abandonar el poder. Se organizaron y ofrecieron una resistencia, creando sus asentamientos. Estaban claramente instigando al uso de la fuerza pensando que con su resistencia harían abandonar al gobierno desencadenando una reacción internacional en su favor. Pero no fue así. Se produjeron los más de mil muertos en los enfrentamientos. Y ese fue el gran error de al-Sisi.
Como consecuencia se resquebrajó la unidad y comenzaron los abandonos de aquellos que no querían ser cómplices de lo que se había pretendido evitar, un enfrentamiento civil en las calles. Pero los islamistas no dejaron o al Ejército no le interesó o las dos cosas. Los aliados, empezando por El-Baradei, se fueron y después otros ante el aumento de la represión y la fuerza policial. El nuevo régimen comenzaba a parecerse al viejo. La constitución se enmendó para liberarla de su carga islámica hasta hacerla aceptable, pero pasó a ser papel mojado. Al-Sisi se hizo con el poder a través de unas elecciones a las que había prometido no presentarse y después se diseñó una ley electoral para evitar que hubiera partidos políticos fuertes. La historia posterior ya la conocemos.


Una de las piezas esenciales en el diseño del régimen era la Universidad de Al-Azhar. Sabedor de su papel de referencia y de que es en los imanes en dónde reside la capacidad doble de alabar al gobernante y la pedagogía del cambio posible, el presidente les dio poder para realizar la tarea de fortalecer su influencia a cambio del apoyo de la institución y de algo que considera —con razón— indispensable: la reforma religiosa.
Por más que se trate de aislar el fenómeno del yihadismo y se diga que es un fenómeno que se aleja de la religión, sabemos que no es esa realidad. La radicalización no es alejarse de la religión sino profundizar y desarrollar partes que se leen literalmente no por error, sino porque así fueron leídas. Los grupos integristas buscan un purismo interpretativo partiendo del principio del tiempo perfecto y la comunidad perfecta, lo que implica un retroceso histórico ya que el mundo no es el mismo.
La reforma que al-Sisi pide una y otra vez es la que no llega. A la Universidad de Al-Azhar y a muchos de sus integrantes no les interesa una reforma que les haga perder influencia sino lo contrario. Los límites de las reformas están claros. Mientras que se ha perseguido a los terroristas por sus acciones, se ha perseguido a los demócratas y reformistas religiosos por sus ideas, como ha sido el caso del predicador Islam El Beheiry.
El presidente se ha encontrado con un límite: están dispuestas a aflojar el control religioso sobre la población. Los intentos de "modernizar" el discurso religioso que reclama de continuo al-Sisi se estrellan contra la única  institución global que controla el flujo religioso. El conflicto al controlar desde el ministerio los discursos de los viernes en las mezquitas del país enfrentaba al gobierno con los clérigos que han de impartirlos. Se habían clausurado las mezquitas no funcionariales, pero el problema venía ahora al intentar que el ministerio elaborara las prédicas religiosas. Eso era algo más que un insulto intelectual para la Universidad, era una amenaza por desconfianza.


En este tiempo las autoridades religiosas han intervenido incluso en sancionar las huelgas diciendo que no eran de "buenos musulmanes", han sancionado positivamente la entrega de las islas de Tiran y Sanafir hasta decir que estaban predicho en el Corán o han condenado las manifestaciones en conmemoración del 25 de enero. Lo han hecho a través del ministro de Dotaciones Religiosas o a través de figuras pertenecientes a Al-Azhar, según se dieran las circunstancias.
En la tercera parte del artículo se señalan los orígenes de los desencuentros entre el gobierno y la Universidad de Al-Azhar:

The roots of the dispute between Sisi and Tayyeb date back to the era of the interim president Adly Mansour, when Sisi was appointed as Defense Minister. According to Al-Watan newspaper, Tayyeb refused to announce support at the time for the dispersal by force of the pro-toppled President Mohamed Morsi sit-ins at Rabaa Al-Adaweya and Al-Nahda squares.
Tayyeb disagreed as well with Sisi about his stance toward the regime of Syrian President Bashar al-Assad, Muslim Shiites, and the "Islamic State" (IS) terrorist organization.
Prominent journalist and writer Lamees Gaber told Al-Watan that Al-Azhar's problem lies in "second-row leaders", not in Tayyeb himself. She described Tayyeb as a "very enlightened, moderate scholar".
Former Culture Minister Gaber Asfour, meanwhile, said Al-Azhar did not meet the call of Sisi and Egypt's intellectuals for the development of religious discourse; adding that the Islamic institution has rather become an antagonist to intellectuals, as it seeks to control their opinions.  
The religious researcher Hussein al-Qady echoed Asfour's opinion when he said that the conferences and seminars organized by Al-Azhar on the development of religious discourse had become a waste of time and public funds, because of their total lack of vision.**

Los choques con Ahmed el-Tayyeb, imán de la mezquita de Al-Azhar y rector de la universidad, pueden venir de lejos, de esos desencuentros, pero no son más que una muestra más de los desencuentros que se han ido produciendo en la historia del Islam entre los imanes y los califas, entre las autoridades religiosas y las civiles.
La acusación contra los profesores de la universidad de ir contra los intelectuales, religiosos o no, tiene su fundamento. También su lógica ya que, ¿por qué iban los religiosos a actuar en su contra, perdiendo poder? La idea de al-Sisi de que podría manejar de forma absoluta a los religiosos ha demostrado ser de una enorme ingenuidad. Lo que han hecho ha sido reforzar su poder y tratar de eliminar sus propios obstáculos: los que realmente piden la reforma religiosa, su adecuación a estos tiempos y, en especial, los que piden la libertad de conciencia, la separación de la religión del estado y su ingreso en la vida privada y la conciencia de cada uno. Pero eso es demasiado para la institución religiosa, que dejaría de ser lo que es. Esgrime los peligros de perder influencia y el crecimiento del radicalismo
¿De dónde viene la desesperación del presidente al-Sisi? El diseño realizado por él al principio se ha ido desmoronando y es cada vez más difícil mantenerlo en pie. Ya solo queda, como hemos visto al principio, el recurso a las amenazas del enemigo exterior, primero, y de no se sabe muy bien quién después.


Si el presidente tuvo la oportunidad de haber resuelto la crisis de las sentadas de otra manera es algo que la Historia deberá decidir con toda la información sobre la mesa. El hecho es que hizo lo que hizo y eso tuvo unas consecuencias que han ido complicando cada vez más el desarrollo egipcio. Devolver el control de la presidencia al Ejército, por más que se disfrazara de "sisimanía" ha tenido sus consecuencias dentro y fuera. La primera el abandono de las fuerzas que podían haber dado un respaldo democrático al régimen tras una aceptable reforma de la constitución, que pronto quedó en papel mojado al recortarse las libertades e imponerse la Ley Anti manifestaciones, recurrir a los jueces más retrógrados para apuntalar judicialmente la labor de represión judicial.
Al-Sisi ha tenido que jugar políticamente a la defensiva, recurriendo a una bomba de relojería: el antiguo régimen, con su carga de corrupción. De esta forma, con los demócratas fuera, la presión de los religiosos oficiales y el regreso de los principales responsables del viejo régimen, es difícil que se pueda construir una democracia o, como decía recientemente un ministro para referirse al país "un estado civil moderno". El estado no es ninguna de las dos cosas, ni "civil" ni "moderno".
En esta tesitura, con el desastre económico del hundimiento de la libra egipcia, el abandono del turismo y las reacciones internacionales ante la represión, al-Sisi estalla públicamente contra los religiosos de Al-Azhar. En su busca de algún aliado, se encuentra en el camino de Donald Trump, del que sale diciendo en Naciones Unidas, en septiembre, que le parece un "líder sólido". El mundo queda sorprendido por los piropos entre un presidente que no logra sacar al país del desastre y un candidato al que se le ven muy pocas posibilidades en la campaña electoral.
Pero a la Historia le gusta sorprendernos.


The Jordan Times ha publicado un interesante artículo, firmado por Rami G. Khouri —conocido y galardonado periodista árabe-palestino, de familia cristiana—, en el que muestra su interés por las relaciones entre Estados Unidos y Egipto para el país y toda la zona. El artículo comienza diciendo que su instinto le dice que habrá que esperar un par de meses para ver la cara del verdadero Trump y lo que se decide a hacer. Como para esto ha bastado una semana, calificada por The Washington Post, como la más alarmante de la Historia, no ha hecho falta tanto tiempo para descubrir la cara de Trump. El autor, en cualquier caso, señala «I think we should all be very worried about the tone and direction of Trump’s apparent views on how the US should pursue its relations with Egypt»*** Pasa después a especificar los motivos de esta profunda preocupación por lo que pueda pasar de ese encuentro entre los dos países en la situación actual y a la vista de la historia de la zona. El presidente norteamericano, no dice, «praised Egypt’s efforts to fight terrorism, and promised to fully support Egypt in its economic and security plans.»***
Tras el encuentro de septiembre, la prensa egipcia presentaba a Donald Trump como una especie de protegido del presidente egipcio, al que este trataba de imitar por su nacionalismo y su combate enérgico contra el terrorismo. La lucha contra el terrorismo, de hecho es la única línea que le queda a al-Sisi por desarrollar ante el fracaso de las otras. Es la línea que justifica todas las acciones y explica todos los desastres.
Como señalábamos ayer, la firma de Trump del decreto prohibiendo la entrada de los inmigrantes provenientes de 7 países musulmanes coloca a al-Sisi en una situación complicada y le hace más débil de dos maneras: como presunto líder del mundo árabe, algo que siempre ha pretendido ser, y es una invitación a que haya más terrorismo en Egipto para complicarle la vida y las relaciones con USA.
Pero la preocupación del autor del artículo en The Jordan Times es otra:

It is good news that one of the most important Arab countries and the world’s most powerful country both plan to cooperate in the critical battle against terrorism and extremism.
It is imperative that Arab and global powers work closely together to defeat this serious and growing terror threat to all countries, by adopting strategies that could succeed.
Yet, Arab and American leaders (and Russian, British, French and other world leaders) who tried this have yet to find those strategies that succeed.
The main reason may be that they continue to refuse to acknowledge that sustained domestic autocracy devoid of citizen political rights, combined with socio-economic stagnation and growing disparities, actually generate the conditions that promote terrorism among Arab citizens who had never been inclined to this sort of criminality before.
It would be frightening news if Trump’s announcement means the US plans to fully support Sisi’s current strategy to fight terror, because that strategy has failed to date at both developmental and security levels.****


El control del terrorismo es prácticamente imposible si no se cambian las mentalidades. El miedo de Khouri es que de nuevo los Estados Unidos vuelvan a apoyar regímenes represivos que lo que crean es un círculo vicioso, un sistema de retroalimentación de la violencia. Por muchas cárceles que se construyan en Egipto, nunca se podrá albergar al potencial terrorismo que se alimenta fuera y dentro de las fronteras con acciones y discursos, con enseñanzas radicales y agravios azuzados.
Escribe Khouri:

Even more problematic — the lessons of modern Arab history indicate — is the proven reality that the total support of global powers to autocrats, dictators or military men who rule Arab countries has been a recurring catastrophe for the our region for 65 years now.
This started when the Egyptian military, in 1952, initiated the ugly legacy of soldiers seizing power and ruling with a devastating combination of heavy-handedness and incompetence.
The good things some of them did ultimately were dwarfed and swamped by the negative consequences of unchecked military rule. The novelty of soldiers in power spread from Egypt to many other Arab countries after 1952. The results we see today include the weakened national skeletons of once promising countries like Iraq, Libya, Syria, Yemen, Sudan, Somalia and others.****

La lista de países citados coincide prácticamente con el listado dado por Donald Trump para que se prohíba en el país la entrada. Ya se ha hecho bajar de los aviones a los primeros refugiados o simples turistas que intentan entrar en los Estados Unidos. Ayer mismo se ha hecho bajar del avión en el aeropuerto de El Cairo a pasajeros de esos países que iban a Nueva York.
El papel de los militares, llegados al poder tras la salida británica, ha tenido unos efectos nefastos especialmente porque han usado también la religión como un arma de control social, como hizo el presidente Sadat al rechazar la política seguida por Nasser. Sadat convirtió a Egipto en el guardaespaldas de Israel, en el que garantizaba la perpetuidad del régimen militar y el apoyo de los Estados Unidos al Ejército egipcio, cuyos oficiales se han formado en las academias norteamericanas, incluyendo el actual presidente Sisi.


Quienes se aprovecharon finalmente del vacío civil fueron los islamistas, ya infiltrados y los únicos verdaderamente organizados a la sombra de un régimen permisivo mientras no levantaran la voz, lo contrario de los demócratas, que criticaban a unos y a otros. Estos han quedado fuera y han seguido fuera tras el planteamiento con posterioridad al 30 de junio.
De muy poco ha servido volver a las viejas prácticas de represión, cárceles llenas y control de las instituciones religiosas. Más bien se ha conseguido lo contrario. Es la experiencia de estos años:

Our own lived history suggests that Egypt’s current policy of using massive military tactics to suppress the small, homegrown terror movements that threaten it, while stifling the political freedoms of all citizens, is unlikely to succeed in the long run.
Many other military-run, foreign-supported Arab states have tried the same things in recent decades, and now they are the world’s leading generators, trainers and exporters of terrorism.****

La desesperación del presidente al-Sisi es la de no poder ofrecer la imagen que más daño le puede hacer ahora ante la nueva administración de Donald Trump: la del reformista religioso, el líder que haga moverse al islam en una dirección contraria a la que los extremistas le han ido llevando.
Que no consiga que la Universidad de Al-Azhar se abra le hace parecer débil hacia el exterior y evita que pueda ser considerado como el "líder reformador". Por más apoyo que pueda ofrecerle Trump, poco podrán hacer si se produce un aumento del terrorismo en Egipto (están invitando a ello) con algún objetivo que le ponga en aprietos.
Hay otro factor peligroso para Egipto. La primera visita que ha hecho la admiradora de Trump, Theresa May, ha sido a Erdogan en Turquía. De todas las deslealtades que la señora May puede tener con la Unión Europea, esta es la de más baja estofa que ha podido realizar. Su visita tras encontrarse con Trump es para encontrarse con otro dictador creciente, el presidente turco, al que la Unión Europea trata de frenarle en sus chantajes con los refugiados, sus ataques a los kurdos, sus purgas por todos los niveles sociales y sus ataques y cierres de los medios.
¿Cree Theresa May que podrá hacer algo con esto? No sabemos, pero lo que es seguro es que habrá puesto muy nervioso al presidente egipcio ante el temor de que se construya una alianza USA, Reino Unido y Turquía, ahora que se lleva mejor con el fantasma que todo lo preside, Vladimir Putin. May le ha vendido aviones a Turquía; mal síntoma.


Al-Sisi tiene muchos motivos para irritarse. Necesita presentarse como un líder fuerte para poder recibir los favores y abrazos de Trump, que necesita un apoyo en la zona. El creciente sectarismo en Egipto, con zonas que informan de ataques a los cristianos coptos, además del atentado en la catedral, sabe que le puede hacer daño ahora que Trump ha prometido que solo aceptará cristianos en los Estados Unidos, a los que considera como miembros de las minorías perseguidas. El Trump cruzado contra el islam es un temor que se puede volver contra el presidente egipcio, debilitándolo.

Es la demagogia perfecta que necesita para contentar a sus partidarios, presentarse como defensor de los cristianos. Es ahora cuando los titulares llegados de Egipto, de sus pueblos (ataques a los cristianos y sus propiedades), ciudades (comerciante cristiano degollado en Alejandría) o manifestaciones en el parlamento (la petición de la mutilación de las mujeres o los exámenes de virginidad en las universidades, ambas en boca de los parlamentarios afines), etc. se vuelven contra él. Es cuando los encarcelamientos de personas por defender sus ideas reformistas o laicas evitan la idea del líder moderado de un estado moderno.
Todo ello se puede convertir en un obstáculo rápidamente. Y si no lo es, ocurre lo señalado por Khouri: Estados Unidos utilizará Egipto como barrera para su propia defensa o la de Israel sin que ello repercuta en una democratización sino solo como garantía de que los militares seguirán en el poder. Desde 1952 es tiempo suficiente como para que la sociedad egipcia hubiera evolucionado y no retrocedido en muchos aspectos bajo la influencia de los islamistas.
La incapacidad de la Universidad de Al-Azhar para la reforma es un drama profundo, más allá del enfado del presidente. Pero es lo que se puede esperar de una institución que necesita de la religión para mantenerse como poder


Esto echa por tierra muchos de los planes de al-Sisi de mostrarse como creador de un estado moderno. No logra salir de los desastres del pasado y no se vislumbra mucho futuro. El aviso sobre el "mal" y los "enemigos" no pueden justificar toda la vida la presencia de los militares en el poder. Son muchas décadas de gobierno militar y no se avanza; al contrario ha crecido el radicalismo al que no han sabido hacerse frente más que con represión. Ahora están rodeados por el caos exterior y por los problemas propios en el interior. El tiempo perdido estos años no será fácilmente recuperable y menos encarcelando a los reformistas, la verdadera barrera frente al radicalismo.
Las prohibiciones de inmigrantes y refugiados, que el editorial de The New York Times de estos momentos llama "cobardes y peligrosas", son el comienzo de un proceso complejo y efectivamente peligroso. Trump es un terremoto de réplicas incalculables y efectos devastadores,  Veremos su efecto en Egipto.


* "Al-Sisi warns against strife instigated by ‘evil people’" Daily News Egypt 28/01/2017 http://www.dailynewsegypt.com/2017/01/28/613127/
** "Rift escalates, becomes public between Sisi, Al-Azhar" Egypt Independent 26/01/2017 http://www.egyptindependent.com//news/rift-escalates-becomes-public-between-sisi-al-azhar
*** "Rift escalates, becomes public between Sisi, Al-Azhar" Egypt Independent 26/01/2017 http://www.egyptindependent.com//news/rift-escalates-becomes-public-between-sisi-al-azhar

**** Rami G. Kouri "Will Trump and Sisi perpetuate, or avert, a proven disaster?" The Jordan Times 26/01/2017 http://www.jordantimes.com/opinion/rami-g-khouri/will-trump-and-sisi-perpetuate-or-avert-proven-disaster




sábado, 28 de enero de 2017

El mundo como bonus

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
The Washington Post titula uno de sus artículos "Democrats’ dilemma: How to be heard in the hurricane of Trump news?"* reconociendo a Trump como una especie de agujero negro informativo que absorbe cuanto haya a su alrededor. Lo malo es que casi nunca es para bien, sino para crear conflictos nuevos o ampliar los existentes, en los que la ignorancia se pretende suplir con la fuerza y la amenaza. Esto está colocando a los demás países en posiciones complicadas sobre cómo deben reaccionar ante esta forma retrógrada de hacer política, una forma que considera a todos los presidentes de los Estados Unidos como inútiles, blandos y equivocados mandatarios que han llevado a la ruina, a la decadencia, etc. al país. Esas han sido algunas de las últimas palabras de Trump sobre el caso de México.
La comunidad internacional permanece todavía expectante ante esta forma de actuar propia de un matón. Mientras reacciona, el temor es precisamente como en los casos de acoso —qué otra cosa es lo que se hace con México— tratar de evitar hacerse notar no sea que el abusador te eche el ojo a ti. Pero eso no puede durar. China ha plantado cara, cambiando su estrategia. Europa ha comenzado a hacerlo, pero hay que evitar que Trump se crezca porque luego puede ser difícil.


La visita de Theresa May proponiéndole "liderar" el mundo juntos demuestra la falta de juicio y de ideas de la primera ministra británica, llegada por un rebote al poder, pero que se da baños de multitudes en escenarios tan críticos como la asamblea republicana estadounidense. Allí se derretía May ante los aplausos calurosos de sus ultra correligionarios trasatlánticos. Mr. y M. Brexit por fin se encuentran. Sin embargo, lo que le ha dicho a Europa es que quiere recuperar su autonomía. La Unión Europea no quiere líderes ya extracomunitarios que ven en Europa un infierno.
Está claro, en cualquier caso que el idilio Trump - May no es más que el terror que la británica tiene ante lo que le va a ocurrir tras la negociación del Brexit que tanto ha defendido. Piensa que aliándose con Trump, este presionará a Europa en las negociaciones y que los europeos la verán como una mediadora ante Trump. Se equivoca. Lo más probable es que haya dado un paso en la complicación de las negociaciones.


En Egipto, en cambio, no parece existir en absoluto el problema de la saturación de Trump. No logra situarse en primera línea en ninguno de los periódicos, con la sola excepción de la muy repetida foto en la que se ver a al-Sisi como presidente de Egipto y a un modesto candidato a la Casa Blanca por debajo de su nivel, hundido en el sofá. Se ha reducido la euforia de algunos con el recién llegado a la Casa Blanca.
Pese a que Trump necesita de algún aliado personal en la zona —creo que Trump lo "personaliza" todo—, algunos no lo ven tan claro y prefieren mantener cierto silencio prudente no sea que demasiado protagonismo informativo de Trump complique la situación interna del país. Trump y al-Sisi se declararon amor a primera vista, pero Trump es una arma de doble filo.


El día 22 —y a petición de la agencia de noticias MENA— Daily News Egypt recogía las declaraciones del ministro egipcio de Asuntos Exteriores, calificando de "estratégicas" las relaciones entre ambos países:

Egypt’s Foreign Minister Sameh Shoukry said on Saturday that the bilateral relations between Egypt and the United States are strategic. He also added that there is deep cooperation between the two countries in terms of regional and international issues.
This came in response to a question by the Middle East News Agency (MENA), asking about the bilateral relations between Egypt and the US under the new administration of US president Donald Trump, and the concerns on Trump’s statements in which he promised to move the US embassy in Israel to Jerusalem.
Shoukry added that Egypt had been communicating with the current US administration before its official inauguration, when Egypt’s President Abdel Fattah Al-Sisi met with Trump in September 2016 on the sidelines of the United Nations general assembly that was held in New York. Shoukry also met with US vice president Mike Pence in December, saying that this asserts that the relations between Egypt and the US under the new administration will thrive.
The foreign minister concluded by saying that we should wait on the new administration until it announces its policies and the officials start working—that is when Egypt will start its bilateral talks with the US to tackle different regional and international issues.
Trump officially took office as president on 20 January; Al-Sisi congratulated him while he was still giving his inauguration speech. Al-Sisi was also the first president to congratulate Trump on 9 November 2016 when the latter won the US presidential elections.**


De la euforia del "imitador americano" al "hay que esperar" va un gran trecho. El ministro ha sido cauto para evitar riesgos. Hay varias cuestiones que le pueden costar disgustos al gobierno egipcio. Son casos como el apoyo a la capitalidad en Israel con el traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén. La cuestión es espinosa y difícilmente podrá librarse de ella. Las excusas del ministro Shrouky y los recuerdos de quién felicito el primero a Trump, como señalamos en su momento, pueden volverse contra el propio presidente. La necesidad que el país tiene de una mínima sombra de apoyo internacional, dadas las críticas, hacen que la amistad con Trump se vea como una salida ante la desesperación de la población por la retirada del turismo, el hundimiento de la libra y el exceso de palabras ineficaces.
La doctrina de "America First!" es la que es y Egipto puede quedar en evidencia en todo el mundo árabe por convertirse en un perro faldero de Donald Trump, mientras este mantiene una actitud agresiva contra el mundo musulmán en su conjunto. ¿Se lo van a tolerar los países árabes?



The New York Times recoge la noticia de lo que va a ser la política exterior de la administración Trump en cuanto a la situación actual en Oriente Medio. El titular no deja lugar a muchas dudas "Trump Bars Refugees and Citizens of 7 Muslim Countries", sin espacio interpretativo:

WASHINGTON — President Trump on Friday closed the nation’s borders to refugees from around the world, ordering that families fleeing the slaughter in Syria be indefinitely blocked from entering the United States, and temporarily suspending immigration from several predominantly Muslim countries.
In an executive order that he said was part of an extreme vetting plan to keep out “radical Islamic terrorists,” Mr. Trump also established a religious test for refugees from Muslim nations: He ordered that Christians and others from minority religions be granted priority over Muslims.
“We don’t want them here,” Mr. Trump said of Islamist terrorists during a signing ceremony at the Pentagon. “We want to ensure that we are not admitting into our country the very threats our soldiers are fighting overseas. We only want to admit those into our country who will support our country, and love deeply our people.”
Earlier in the day, Mr. Trump explained to an interviewer for the Christian Broadcasting Network that Christians in Syria were “horribly treated” and alleged that under previous administrations, “if you were a Muslim you could come in, but if you were a Christian, it was almost impossible.”
“I thought it was very, very unfair. So we are going to help them,” the president said.
In fact, the United States accepts tens of thousands of Christian refugees. According to the Pew Research Center, almost as many Christian refugees (37,521) were admitted as Muslim refugees (38,901) in the 2016 fiscal year.
[...]
The order also stops the admission of refugees from Syria indefinitely, and bars entry into the United States for 90 days from seven predominantly Muslim countries linked to concerns about terrorism. Those countries are Iraq, Syria, Iran, Sudan, Libya, Somalia and Yemen.***


Los datos demuestran que es una falsedad lo que dice, pero esa es la forma de proceder continua. Los que se informan no leen periódicos sino que se alimentan por los cientos de sitios que lo retorcerán aún más presentando ahora a Donald Trump como un cruzado defendiendo a los cristianos de lo que él llamó "el mal". Esto le permite una manipulación mayor y agitar a sus masas con sus tuits.
El hecho de conceder asilo solo a los cristianos es una gigantesca injusticia y otro nuevo ejercicio de ignorancia monumental. Es una muestra más del sectarismo (además de la xenofobia y el racismo) que caracteriza a Trump y a los que le apoyan. Sacando de allí solo a los cristianos, Trump está dirigiendo las iras contra ellos por la discriminación y eliminando así las posibilidades de acercamiento que es el camino hacia el futuro. Pero su política es la de la exclusión.
Con esta política, Trump refuerza al Estado Islámico en su territorio y hace que los que sufren igualmente el acoso de los grupos terroristas por no compartir su extremismo se sientan despreciados y metidos en el saco del terrorismo por ser musulmanes. Las consecuencias que esto tendrá para el futuro son incalculables. Cuando el mundo trata de intentar establecer formas de diálogo y fórmulas de convivencia que impliquen apertura, Trump las cierra de golpe indicando que le es indiferente el sufrimiento y destino de millones de personas. Es un error histórico.


Quizá esta cuestión de la prohibición de la entrada en Estados Unidos de los musulmanes provenientes de países en los que se persigue a los cristianos haya puesto nervioso al presidente Sisi ante la ola sectaria contra los coptos, que culminó con los 28 muertos por la explosión de una bomba durante la celebración de una misma en la catedral en El Cairo en diciembre. Egypt Independent habla del enfado del presidente con los clérigos de Al-Azhar al no moverse ante la repetida demanda de la "reforma religiosa". Puede que al-Sisi tema que la comunidad copta en USA actúe, que ya se ha manifestado en ocasiones denunciando la falta de protección ante los ataques y los posteriores intentos de difuminarlos con los acuerdos de los consejos, que siempre evitan que se llegue a los tribunales. Considerar como enemigos a los países que persiguen a los cristianos, puede complicar a Egipto. Trataremos esta cuestión, que es importante, en estos días.


La noticia de la prohibición de la entrada aparecía antes de la firma, el día 25, en Egyptian Streets, que advertían:

If Trump does proceed with the executive order, it will fulfil earlier promises he had made during the election to ban individuals from countries where there is a high risk of terror.
In 2016, Trump said he would temporarily suspend immigration from “some of the most dangerous and volatile of the world that have a history of exporting terrorism.” Trump had initially proposed banning all Muslims from entering the United States, but appeared to back down from the proposal after mounting criticism.****


Estrechar lazos, invitar a Trump a Egipto, etc. gestos que el presidente esperaba poder realizar se mantienen en los cajones, a la espera de que se clarifiquen un poco las actuaciones y estudiar cómo presentarlas a los egipcios. La complicada situación no permite más errores que sean aprovechables por los opositores de amplio espectro que el régimen tiene.
Ahram Online sí da, en cambio, una noticia: la reunión en la Universidad Americana de El Cairo de políticos de ambos países para estudiar la relaciones "Arab-US", algo que como es fácilmente comprensible se va a complicar con lo firmado por Trump contra los inmigrantes de siete países y el rescate selectivo por la religión:

A two-day conference on Arab-US relations in the light of the new US government will be held by the American University in Cairo (AUC) in collaboration with the Middle East Institute of Washington, D.C., starting Sunday.
In a press release, the AUC said the objective of the event is "to look for a way forward and to offer guidelines for decision makers for future action with concrete and creative suggestions on how to restore a solid Arab-American relationship that serves both the United State and the Arab world in the years to come."
The conference, which "will be the first of its kind in the Middle East" since the inauguration of Donald Trump as the 45th president of the United States on 20 January, according to the release, will host speakers from the US, the Middle East, and Europe.
Former Egyptian foreign minister and dean of the School of Global Affairs and Public Policy at AUC, Nabil Fahmy, along with Wendy Chamberlin, former US ambassador and president of the Middle East Institute in Washington, D.C. will inaugurate the event.
"This workshop brings together prominent scholars, academics and practitioners to examine the dynamics of Arab-US relations in an emerging Middle East landscape. As events continue to unfold in these two different parts of the world, we hope to help set a future agenda that serves mutual interests,” said Fahmy as quoted in the press release.
The experts invited to the event include Amr Moussa, former Egyptian foreign minister and 2013 presidential candidate; Frank Wisner, former US ambassador to Egypt;  Mohamed Tewfik, former Egyptian ambassador to the US; Professor Shibley Telhami, the Anwar Sadat professor for peace and development at the University of Maryland; Paul Salem, vice president of MEI; and Nassif Hitti, former Arab League ambassador to Paris and Rome and professor at The American University of Beirut.*****


La celebración del seminario comenzará mañana, día 29. Durante sus dos días de duración se pueden encontrar con un clima complicado y con una tarea difícil: explicar los efectos de los actos de Trump y su visión global. Los mensajes de Trump no necesitan demasiada interpretación, son directos. Lo que no está tan claro son sus consecuencias, sus efectos en cadena y el tejido entre ellos. El problema pasan a tenerlo aquellos que se comprometen con él y se ven obligados a explicar lo inexplicable, a dar cuenta ante otros de la forma autoritaria y unilateral de actuación. Por eso es mejor ser discretos. Caundo Therasa May salga al mundo y se pregunte constantemente por Trump, lo entenderá.
Quizá el mayor problema que presenta Donald Trump es la incapacidad de entender los efectos sistémicos de cada una de sus actuaciones. Para una mente simple, el mundo es simple. Está por ver, por ejemplo, si la alineación de la ultraderecha y el fascismo antieuropeos con Trump redundará en su beneficio o tendrá un efecto negativo ante la magnitud del rechazo mundial a Trump y sus políticas. ¿También las va a liderar Theresa May?
Las amenazas impresentables de la nueva embajadora estadounidense ante la ONU son una muestra del cariz que esto está tomando en cuestiones internacionales. El diario El País titulaba ayer "La nueva embajadora de EE UU llega a la ONU con un lenguaje beligerante" y subtitulaba «"Y quienes no nos respalden, que sepan que vamos a apuntar sus nombres", declara». Esto no es "proteccionismo", es una amenaza constante a todos los que no se plieguen a los imperativos de la nueva administración. Es propio de matones.
Cuanto antes se haga comprender a Trump que no es el amo del mundo, mejor. El lenguaje es intolerable y las amenazas de expresión infantil. Una embajadora así en la ONU, jugando a ser una especie de Trump femenino que va a decir al mundo lo que puede hacer o no, con amenazas de "tomar el nombre", es indigna de un país y de un escenario internacional. Esperemos que los norteamericanos, al menos los suficientes, se den cuenta de ello pronto. Recoge El País:

En el mundo de la diplomacia no están acostumbrados a un lenguaje tan directo y ni a unas formas tan rotundas, que contrastan radicalmente con el espíritu de diálogo que mostró el expresidente Barack Obama. El exgobernadora de Carolina del Sur empezó a marcar el terreno incluso antes de coger el ascensor para reunirse con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. El encuentro entre la representante permanentes estadounidense y el exprimer ministro portugués duró una veintena de minutos.
Nikki Haley, que no tiene experiencia en el ámbito de la política internacional, fue confirmada esta semana por el Senado como embajadora. Es un puesto en el gabinete presidencial, por eso necesitaba la aprobación. En la audición mostró un perfil más moderado que el del presidente, que ya durante la campaña se mostró muy crítico con la institución.
En su primera intervención pública en la ONU, la embajadora ha dejado claro que va a haber un cambio inmediato en la manera en la que EE UU trabaja con el organismo multilateral y ha asegurado que su país va a mostrar su fuerza. Haley considera que esta es la manera para dar valor a la institución internacional. En este sentido, ha garantizado que su país estará para “cubrir las espaldas” de los socios que le apoyen y que plantará cara a los que se opongan.******


Los tres espacios internacionales señalados —Unión Europea, Oriente Medio y Naciones Unidas— se han visto sacudidos por Trump. Dejar sin contestación esto es un suicidio. La amenaza de "coger el nombre" a los que no sigan sus dictados es un insulto que primero ha sido a México, después a Europa al abogar por el "Brexit", y ahora se dedica a amedrentar a las Naciones Unidas, tanto como  organismo en lo financiero como en lo que de representación mundial tienen.
Trump cree que siendo el presidente de los Estados Unidos es también el amo del mundo, alimentándose de sus fantasías y las también agresivas de sus asesores. Pero debe aprender que no es así.

Ya hay voces que comienzan a decir que si los Estados Unidos han cambiado radicalmente, el mundo debe reorganizarse para evitar convertirse en una especie de teatro de marionetas maniqueo. El papel de Europa debe ser decisivo en esto y el llamamiento de Hollande y Merkel va en esta línea de reafirmación europeísta. Los gobernantes, antes o después, tendrán que enfrentarse a la situación porque no se podrá vivir ignorándola. Los que mantienen la esperanza de que no irá contra ellos, que abran los ojos. Luego, puede ser tarde. Trump no solo quiere hacer Ámerica "más grande", sino al mundo "más pequeño" reduciéndolo a su obediencia. The Washington Post titula hoy una de sus columnas "Trump’s erratic first week was among the most alarming in history". No es para menos. Nunca ha tenido un presidente más críticas y menos respaldo internacional, tanta contestación interna desde el día siguiente a su toma de posesión. Y seguirá creciendo.
La crisis que Trump ha abierto debe servir para reconfigurar las relaciones internacionales en muchos casos para evitar las amenazas y coacciones. Solo la capacidad de adaptación garantiza la autonomía frente a esta forma autoritaria de gobernar un país y —como bonus— el mundo. Trump es un peligro. Ignorarlo es hacer crecer el riesgo de desastre.





* "Democrats’ dilemma: How to be heard in the hurricane of Trump news?" The Washington Post 27/01/2017 https://www.washingtonpost.com/politics/democrats-dilemma-how-to-be-heard-in-the-hurricane-of-trump-news/2017/01/27/4d7f599e-e48c-11e6-a547-5fb9411d332c_story.html?hpid=hp_hp-more-top-stories_trumpnoise930pm%3Ahomepage%2Fstory&utm_term=.9d247c731020
** "Relations between Egypt, US are strategic: Shoukry" Daily News Egypt 22/01/2017 http://www.dailynewsegypt.com/2017/01/22/611651/
La nueva embajadora de EE UU llega a la ONU con un lenguaje beligerante
*** "Trump Bars Refugees and Citizens of 7 Muslim Countries" The New York Times 27/01/2017  https://www.nytimes.com/2017/01/27/us/politics/trump-syrian-refugees.html?hp&action=click&pgtype=Homepage&clickSource=story-heading&module=a-lede-package-region&region=top-news&WT.nav=top-news&_r=0
**** "Trump to Ban Entry of Syrians, Iraqis, Iranians, Libyans and Others to United States" Egyptian Streets 25/01/2017 http://egyptianstreets.com/2017/01/25/trump-to-ban-entry-of-syrians-iraqis-iranians-libyans-and-others-to-united-states/
***** "AUC, Middle East Institute to hold workshop on US-Arab relations in Cairo" Ahram Online 27/01/2017 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/256967/Egypt/Politics-/AUC,-Middle-East-Institute-to-hold-workshop-on-USA.aspx

****** "La nueva embajadora de EE UU llega a la ONU con un lenguaje beligerante" El País 27/01/2017http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/27/actualidad/1485529040_963531.html