viernes, 2 de diciembre de 2016

Palabras, palabras y más palabras o lost in translation

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En el parlamento egipcio andan bastante revueltos con el informe presentado en Londres hace unos días por Foreign Affairs Committee, de la Casa de los Comunes británica, con el título "‘Political Islam’, and the Muslim Brotherhood Review"*. Como es característico, el Comité ha reunido información, se ha entrevistado con personas, ha escuchado a expertos, etc. antes de sacar a la luz el informe final en el que da cuenta de sus pesquisas, describe el proceso y saca algunas conclusiones y recomendaciones cuyos destinatarios son las autoridades y el parlamento mismo.
En Egipto, como era previsible, no ha gustado nada el resultado del informe. Digo "previsible" porque hace mucho que la visión de Egipto no se corresponde con las interpretaciones del resto del mundo en una gran cantidad de puntos. Pero la culpa de esto la tiene el propio gobierno y parlamento egipcio cuando dicen o hacen cosas que muchos otros no consideran correctas. Entonces reivindican el derecho a hacer lo que quieran, que para eso son egipcios. Pues eso tiene consecuencias finales en las discrepancias sobre el sentido de las cosas y de las palabras dichas.
En los últimos años se produce un trasiego constante de parlamentarios egipcios intentando explicar al mundo que las cosas no son lo que parecen o que lo que dicen debe ser interpretado de otra forma diferente a como se interpretan habitualmente. Así ocurrió con Italia, con el caso de Giulio Regeni. Los italianos siguieron pensando lo mismo. Esta vez ha tocado ir a Londres a explicarles a los parlamentarios británicos cómo deben interpretar los acontecimientos. Ahram Online nos informa:

An Egyptian delegation including 12 MPs affiliated with parliament's foreign affairs committee will visit London Sunday to exchange views with British politicians and MPs on political Islam, the Muslim Brotherhood and relations between Egypt and England.
Dahlia Youssef, head of the Egyptian-British Parliamentary Friendship Association, said in a statement Saturday that the five-day visit to London will begin on Sunday and end Thursday.
“This visit comes upon an invitation from the British House of Commons, whose two delegations visited Cairo and Sharm El-Sheikh over the last three months,” said Youssef.
Youssef also indicated that “the UK House of Commons' release of a report which defends political Islam and the Muslim Brotherhood on 7 November also makes the Egyptian parliamentary delegation's visit to London highly necessary and urgent.”
The Egyptian parliament's foreign affairs committee issued a 10-page report on 19 November in response to the UK parliament's “defence of political Islam.”
Informed sources said Egypt's report entitled “A response to the UK House of Commons Foreign Affairs Committee's report in defence of political Islam and the Muslim Brotherhood” was translated into several European languages.
“We intend to submit this report which rings alarm bells about the danger of the spread of political Islam movements like the Muslim Brotherhood across Western Europe to the European Parliament, the Inter-parliamentary Union, the UK House of Commons, the German Bundestag, and the French National Assembly,” said Youssef.
Youssef said “it is important that European politicians and MPs take a different perspective from a country which has suffered so much from political Islam and its affiliated groups – particularly the Muslim Brotherhood.”**


Evidentemente, la cuestión del "islam político" es compleja y variada en función de los escenarios en los que se presenta. El ascenso internacional del "islam político" se produce tras los atentados del 11 de septiembre en los que se empieza a distinguir el mundo islámico en una parte "fundamentalista" violenta y en otra "no violenta". El laicismo estaba representado, por un lado y de una forma extraña, por los regímenes autoritarios cuyos dictadores habían tenido un enfrentamiento con los fundamentalistas (por usar un término general que abarca muchas diferencias) a los que había reprimido fuertemente; por otro lado, existían otros laicos, con principios democráticos occidentalistas (liberales, socialistas, etc.) que también eran reprimidos por los dictadores de los países.
Los dictadores se enfrentaban tanto a los demócratas que criticaban la falta de libertades como con los fundamentalistas que les acusaban de no ser islámicos en su gobierno. Esta diferencia es esencial para poder entender lo que se produce tras la caída de los dictadores en los países que se ven envueltos en la Primavera árabe, que inicialmente es un petición de libertades de los jóvenes, que se encuentran con unos países corruptos y sin esperanza, y que son desbordados por los islamistas posteriormente.
Los grupos demócratas, a su vez, se encuentran con dos grandes carencias: organizaciones débiles, carentes de orden y contactos, y con enfrentamientos entre ellos. Los mismos dictadores los han azuzado mediante políticas maquiavélicas fomentado su desunión, desprestigiando socialmente a sus líderes y acusándolos de ser agentes de Occidente que, tras las descolonizaciones, no tiene buena prensa, un poder importante en manos de los aparatos estatales.
El fenómeno del islam político que forma también la oposición, en cambio, está organizado, está financiado y tienen respaldo desde determinados países del mundo árabe que exportan sus versiones interesadas del islam. Los que quedan aislados, pues, son los demócratas, los que quieren un modelo de sociedad abierta en la que la religión tenga un papel distinto al que preconizan los islamistas y fundamentalistas radicales.
No se le escapará a nadie que los grupos políticos islámicos no tienen nada que ver con los partidos políticos occidentales. Mientras estos últimos compiten desde ideologías distintas para conseguir el gobierno y suelen tener una constitución donde se recogen los principios aceptados por todos, los grupos islámicos compiten por la interpretación coránica, asumiendo cada uno las posiciones de mayor "pureza", es decir, de una mejor interpretación islámica. Esta "interpretación" es la que busca la mejor adecuación al mensaje inamovible, inalterable, revelado, del Corán.



El problema se plantea en la consideración "piadosa" de la política, cuyo gobernante solo obtendrá respaldo de los buenos musulmanes si no se aparta del texto coránico. La divergencia entre los más raciales y los más moderados no se plantea en términos que excedan la aplicación coránica, sino en cómo hacerla realidad. Los salafistas gritaban preguntándose "¿Para qué queremos "constitución" si tenemos el Corán?" cuando arrasaron junto a los Hermanos Musulmanes. Hicieron entonces, desde su mayoría parlamentaria absoluta, una constitución islamista que suscitó el rechazo interno e incluso el internacional al reprocharles que el texto que estaban haciendo recortaba derechos de las minorías religiosas y de las mujeres, entre otros.
El argumento del islam político es que ellos son el "freno" al islam radical. Ese es el principio por el que han crecido y obtuvieron apoyos externos de aquellos que pensaban que estando en el poder y ante la debilidad de las fuerzas democráticas laicas, bastaba con diseñar unos sistemas inicialmente democráticos que ellos respetarían e iniciarían las reformas económicas necesarias, pensando que el fundamentalismo crecía de la pobreza y la corrupción de los regímenes autoritarios. Pero el fundamentalismo no nace desde abajo, sino desde unas élites que manipulan y dirigen para conseguir el poder. Ha sido el abandono en que el pueblo ha estado sumido el que ha permitido el desarrollo del islamismo; son ellos los que han canalizado la frustración ante el fracaso de los regímenes que empezaron las descolonizaciones siendo socialistas, como el nasserismo, para acabar siendo dictaduras en las que unos pocos hacen negocios gracias a las políticas de sobornos y clientelismo.
Del informe británico que tanto ha inquietado a los parlamentarios egipcios, surgen muchas dudas hacia el futuro. A los egipcios les preocupa mucho que no se considere "organización terrorista" a los Hermanos Musulmanes y que se escuchen sus lamentos por haber sido desplazados del poder al que habían sido llevados "democráticamente". Para ellos la coletilla "democráticamente" es esencial porque siguen reivindicando la legitimidad de Morsi y aíslan de esa manera al presidente al-Sisi, que queda convertido en dictador.


El caso del actual régimen egipcio es parecido al de los Hermanos Musulmanes: se proclaman "demócratas" pero no actúan como tales. Si Morsi hubiera gobernado para todos, hubiera hecho una constitución plural y democrática, no habría acabado como acabó. Igualmente, si el presidente Abdel Fattah al-Sisi hubiese seguido realmente la "hoja de ruta" hacia la democracia tampoco habría sobre el gobierno egipcio las críticas que hay actualmente. El gran problema es que intentan llevar adelante las democracias personas que creen realmente en ella, por lo que difícilmente habrá algún día una situación que permita a los egipcios una convivencia real.
Morsi, que fue elegido democráticamente, fabricó con su mayoría absoluta con los salafistas (70% del parlamento) una constitución que dejaba fuera a todo el mundo e imponía un régimen que hacía parecer liberal a los treinta años de gobierno de Mubarak con la Ley de Excepción en la mano. Por el contrario, el régimen salido del golpe elaboró unas enmiendas a la constitución islamista que la convertían en una constitución para todos y bastante aceptable. El problema ahora es que se incumple sistemáticamente con otra ley, la "antiprotestas", y con interpretaciones ultraconservadoras con las que se encarcelan a miles de personas (se han tenido que crear más cárceles). Los efectos de una mala constitución y de una constitución que se incumple pueden llegar a ser muy similares si acabas en la cárcel por lo mismo.
Solo así se puede explicar el sentido de un titular como el de Mada Masr: "Members of Parliament go against constitution to preserve ‘public decency’". Señalan en el artículo:

“If the penalty of incarceration in cases of indecency contradicts the constitution, then the constitution is flawed.” This is how member of Parliament Abul Maaty Mostafa justifies his vote against amending the penalties for indecency in Egypt’s Penal Code during a session on Monday.
The majority of the parliamentary committee for constitutional and legislative affairs voted in line with Mostafa, maintaining the provisions which outline imprisonment as a potential punishment in publishing cases involving indecency, despite the fact this contradicts parts of the constitution.
Article 71 of the 2014 Constitution stipulates: “No custodial sentences may be imposed for crimes committed in publishing or publicity. As for crimes relating to inciting violence, discrimination between citizens or the defamation of individuals, penalties shall be determined by the law.”
Similarly Article 67 outlines: “It is not permitted to raise or file lawsuits to stop or confiscate literary, intellectual or artistic work, or against their creators, except through the public prosecution. No custodial sentences may be imposed for crimes committed by the public display of literary, intellectual or artistic work.” Both articles emphasize that the law shall determine the penalties for crimes pertaining to the incitement of violence, discrimination between citizens or the defamation of individuals.
Monday also saw Mostafa stoke controversy when he described the literary works of Egyptian Nobel laureate Naguib Mahfouz as being “indecent.” He added that if he were still alive today, Mahfouz should be imprisoned.
He stands by his comments, stating during a follow-up interview: “I think that Naguib Mahfouz is a great author, but an indecent one.”***


El despropósito es absoluto. Y algo peor: revela una mentalidad totalitaria repartida por las distintas facciones políticas del espectro. Los mismos que criticaban a los Hermanos Musulmanes y no podían tolerar sus intromisiones, ahora realizan las mismas prácticas de ataques y censuras. Es triste y sorprendente, pero es así. La elección del premio Nobel de Literatura egipcio, Naguib Mahfuz, que fue víctima de atentados islamistas es reveladora. No tiene sitio ni entre unos ni entre otros. Demasiado libre para muchos que disfrutan del ejercicio de la sumisión a lo que les dicen unos y otros. El odio contra Mahfuz no cesa y si pudieran (no es que no lo hayan intentado) quemarían libros y películas hasta hacerle desaparecer de la memoria colectiva. Afortunadamente para otros muchos es una enseña de la libertad posible.

Esto nos demuestra el aislamiento de los liberales, laicos, demócratas, etc. en un universo en el que el ultraconservadurismo sigue avanzando disfrazado de decencia y piedad, de orden social frente a la tendencia al caos que se presume si se modifica algo. Es, como decíamos antes, parte de la competición por ver quién está más cerca de Dios y de una visión "elegida" del pueblo egipcio, dotada de una moral sagrada que revela su inmensa piedad, su unicidad frente a otros.
La constitución que los egipcios se dieron tras modificarla eliminando los elementos más islamistas que habían establecido los Hermanos y salafistas, era una constitución para poner orden social, no para imponer disciplina, lo que explica que se la ignore, pisotee y se desprecie, como señala el arrogante diputado que ya piensa en imponer el paraíso en la mejor tradición salafista. "Si la constitución va contra la decencia está equivocada", dice el iluminado. Por supuesto, la constitución la hacen seres humanos mientras que las normas de la decencia viene insufladas en el alma de cada egipcio honesto, comme il faut. Los piadosos ciudadanos que corren a los juzgados a contar cómo se sienten sin respiración, faltos de aire, cardíacos, etc. por leer una página de una revista o ver unos segundos de vídeo son personajes dignos de Moliere, que persiguen a los que quieren expresar sus ideas o epidermis. La denuncia es una proclama de su piedad al mundo entero.


En esa simple frase se muestra en toda su trágica claridad la inestabilidad, los conflictos, enfrentamientos, represiones, etc. que se padece durante décadas: "yo soy (el depositario de) la verdad". Los demás deben ser eliminados o encerrados como herejes, blasfemos, traidores, etc. En realidad, el régimen de al-Sisi solo ha cambiado de orden predicadora. Como los islamistas, el régimen mantiene un doble lenguaje que se traduce en palabras reformistas y acciones integristas. Incluso la unificación de los sermones de los viernes, que se presenta como una acción contra los fundamentalistas, es una acción autroritaria; no es más que obligar a la gente a escuchar lo que el gobierno quiere que escuche. Se dice que se trata de evitar la unión de la religión y la política y luego se hacen los sermones desde el ministerio. Se dicen unas cosas y se hacen las contrarias, eso es lo que une a islamistas y el régimen actual. Y eso es revelador, pero muy triste porque deja posibilidades a un futuro que puede ser creado por personas que se han acostumbrado a hacer lo contrario de lo que dice o, si se prefiere, a decir cualquier cosa con tal de poder hacer lo que quieren, que se ajustaría más a la realidad del problema.
De todas las cuestiones que se plantean en el informe, las críticas a los islamistas y al gobierno actual (que también se incluyen), la que me ha llamado la atención (no por la novedad) sino por lo que significa puesta en un informe es la que se recoge en el apartado titulado "Transparency of messaging: Arabic and English". En ella se dice:

15. In terms of their messaging, we have seen evidence that some political Islamist groups vary their message to different audiences and, in particular, that they vary content depending on whether the message is in English or Arabic. This is hardly a trait confined to political Islamists alone. But, in some communications, particularly from the Muslim Brotherhood, the English and Arabic messages have proved contradictory. (Paragraph 60)
16. In future, the FCO should take account of this in its dealings with, and analysis of, the Muslim Brotherhood’s communications in different languages in order to assess the sincerity of their public statements. (Paragraph 60)
17. Some statements by the Muslim Brotherhood to us in English gave the impression of reluctance to offer a straight answer to questions, or of playing defensive rhetorical games with fundamental rights. (Paragraph 62)
18. The FCO is correct to judge these groups on the basis of both their words and their actions. The FCO must be provided with sufficient resources to maintain the capabilities—particularly in linguistics training and translation—that are necessary to identify when the messaging of political-Islamist groups diverges between different languages. (Paragraph 62)*


No sé si alguno de los que esto leen recuerda un caso similar en el informe de un comité parlamentario. A Orwell le hubiera encantado. Las preguntas que surgen son si se trata de problemas de traducción o sencillamente forman parte del juego político mentir sistemáticamente sobre las intenciones declaración tras declaración.
Recordemos que el propio comité del parlamento británico ha recibido a dirigentes de los Hermanos Musulmanes para estudiar qué son realmente. ¿Son fiables? A los islamistas (como algunos otros) solo se les puede juzgar por sus objetivos reales no por las declaraciones de cómo van a llegar. Morsi captó millones de votos porque muchos creyeron de buena fe que un candidato militar era volver a la dictadura y que había que dar un margen de confianza a los que siempre habían sido oposición y se manifestaban dispuestos a trabajar por todo Egipto. Cuando se vieron con los votos en las urnas, la cosa cambió radicalmente y empezaron los incidentes sectarios, las censuras, los acosos a las personas, etc. La comunidad internacional se lo dijo, le advirtió que no se podía gobernar de esa manera. No sirvió de nada porque cuando un islamista llega al poder y se siente seguro (justificadamente o no) empieza a actuar para cumplir sus objetivos. El ejemplo más claro, fuera de Egipto, lo tenemos en Recep Tayyip Erdogan y en lo ingenuamente llaman su "deriva autoritaria". Erdogan era y es el principal apoyo de Mohamed Morsi y los Hermanos a los tiene recogidos en Turquía.
La constitución egipcia no está "equivocada". Sencillamente los que quieren seguir controlando la vida de los egipcios utilizan la fuerza de la religión para justificar que eliminan a los que quieren tener vidas más libres, sin vigilancia constante, poder pensar por ellos mismos y no tener que dar explicaciones sobre todo lo que hacen a una "comunidad" que se considera depositaria de verdades universales y eternas.
Sin voluntad de convivencia, sin poder sentarse a debatir un futuro en paz para los egipcios, difícilmente se conseguirá nada que no sea llenar cárceles y comisarías, tener violencia en las calles, hacer desaparecer personas.
De muy poco servirán los viajes a explicar lo malos que son los otros si no se predica con el ejemplo. Que los islamistas mientan está mal; que se ataquen las libertades que la propia constitución egipcia proclama también. Todos proclaman ser absolutamente mejores que los otros, pero solo lo son en términos relativos. Ante esta ausencia de sinceridad, los apoyos exteriores son siempre cautelosos e interesados.
El 27 de agosto de 2013, en pleno conflicto en las calles, la BBC titulaba "Egypt's Muslim Brotherhood under fire over tailored language" y señalaba lo mismo que ahora recoge el informa del Comité del parlamento británico:

A duality in the language used by the Muslim Brotherhood in English and Arabic has emerged as the crisis between the Egyptian government and Muslim Brotherhood continues.
Egyptian media commentators have been increasingly critical of the Muslim Brotherhood's use of double-speak - using a particular language and themes when addressing English-language audiences that starkly contrast with the message they have delivered in Arabic to their supporters.
Peace v 'million martyrs'
When addressing international audiences, the key themes in the Muslim Brotherhood discourse have consistently been that of liberty, democracy and legitimacy. A narrative of victimhood is invoked against the might of the Egyptian army and police. In contrast, the language used by the group's leaders when addressing its supporters in Arabic is laden with emotional Islamist rhetoric, including references to martyrdom and violence.****


Se podrían multiplicar los ejemplos. No sé cuantas veces tienen que ocurrir las cosas para que se comprendan medianamente. Quizá muchas y el olvido haga que la misma piedra se nos ponga en el camino una y otra vez. La cuestión está en saber si ese doblez en el lenguaje es exclusivo de los islamistas o es simplemente la táctica retórica que utilizan todos para conseguir lo que quieren. Por lo que vamos viendo es muy difícil que alguien se escape de esta práctica. 


* "‘Political Islam’, and the Muslim Brotherhood Review" House of Commons
Foreign Affairs Committee - Sixth Report of Session 2016–17. Ordered by the House of Commons to be printed 1 November 2016 http://www.publications.parliament.uk/pa/cm201617/cmselect/cmfaff/118/118.pdf
** "Egypt parliamentary delegation to visit London Sunday to warn against 'political Islam'" Ahram Online 26/11/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/250807/Egypt/Politics-/Egypt-parliamentary-delegation-to-visit-London-Sun.aspx
*** "Members of Parliament go against constitution to preserve ‘public decency’" Mada Masr 30/11/2016 

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