jueves, 29 de diciembre de 2016

El conductor enfadado y los que lo contaron

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Comentábamos ayer la situación creada en Egipto con la nueva ley de mediosy a la espera de los otros textos legales que la complementan. Las leyes se pueden hacer cuando se tiene la capacidad de hacerlas. Eso no la convierte en "justas" o acordes con los estándares universales de libertad. Simplemente disfraza lo "injusto" de "legal", que es la forma de salvar la cara cuando los gobernantes salen de sus países y son entrevistados por los periodistas que les hacen preguntas a las que no están acostumbrados en sus países. La respuesta es siempre la misma: es cosa de las leyes; en mi país, dice, se cumple el imperio de la ley. Se callan las denuncias de los medios internacionales, profesionales y jurídicos, de esas mismas leyes. Ellos, repiten, son respetuosos de la ley. Y así deben serlo porque son ellos los que las inspiran.
Ayer la prensa egipcia nos acercaba otro de esos casos que muestran que, al margen de la ley, se trata de la intimidación a los periodistas cuyas informaciones y opiniones no gustan demasiado a la imagen que el poder quiere transmitir. Nunca han estado los gobernantes del mundo tan preocupados por su "imagen", ni los democráticos ni los autocráticos. Todos desayunan con los informes que sus analistas y asesores mediáticos les elaboran en un continuo chequeo de la popularidad. La pluralidad es siempre un peligro y acaban atemorizando a los medios con investigaciones, prohibiciones, etc.
El caso en cuestión se trataba de la prohibición de viajar al extranjero del periodista televisivo Amr Al-Leithy. Las prohibiciones de salida son un medio demasiado frecuente con el que el gobierno egipcio trata de evitar que los profesores, escritores, artistas o periodistas salgan a participar en conferencias a las que son invitados. Cuando llegan al aeropuerto se encuentran con la desagradable sorpresa de que no se les permite embarcar y deben iniciar la larga peregrinación administrativa de intentar enterarse de la causa de la prohibición, por más que la sepan: molestar al poder. La noticia era que esta vez había podido embarcar:

TV host Amr Al-Leithy was allowed to board an aeroplane to the United Arab Emirates (UAE) on Wednesday, after general prosecutor Nabil Sadek had ordered to lift his name from the travel ban list, state-owned media reported.
In November, Al-Leithy was barred from boarding an aeroplane to Dubai. Commenting on the ban, the TV host said that he was not informed about the decision except upon his arrival with his family at Cairo International airport. He also added in a statement that he did not know if any accusations were levelled against him.
Following the ban, Al-Leithy said that he went to Sadek’s office to understand the reasons behind the ban; however, he was not provided with any information.
The travel ban decision came after a video of a tuk-tuk driver who was harshly criticising the living conditions in Egypt was broadcasted by Al-Leithy during his TV show on privately-owned channel Al-Hayah.
The video stirred controversy after it circulated on social media. The driver faced both backlash and support on his comments.
Al-Leithy was not the first in the long chain of travel bans; however, he was the first outside the community of human rights defenders. In November, United Nations special rapporteur on the situation of human rights defenders Michel Forst criticised the increasing use of travel bans by Egyptian authorities against human rights defenders.*


Como se puede apreciar no hay ninguna sutileza ni en el fondo ni en la forma. Que a las autoridades no les guste que en un programa de televisión salga una persona quejándose de la vida en Egipto supone que al presentador se le prohíba salir de Egipto. No hacen falta ni explicaciones. En ese momento, el laberinto administrativo kafkiano hace que el periodista al que no se le permita salir experimente el peso de la intimidación. Sabe lo que ha hecho, pero no consta en ningún lado y solo dependen de un fiscal que ha dado la orden. La única opción que tiene es ser "bueno", no repetir las malas acciones que han llevado a que el afable gobierno se enfade con él.
En la visión del presidente y sus ministros, fiscales, etc. Egipto es oficialmente feliz tras dos revoluciones del pueblo. La felicidad oficial de Egipto es un dogma. Da igual que el presidente salga a pedirles esfuerzos a los egipcios. Si la cosa se tuerce, siempre podrá recordarles el tiempo que él vivió con solo agua en el refrigerador, un ejemplo imborrable que hizo emocionarse a los egipcios. ¡Y no se quejo!, le dijo. Esta segunda parte, la de la queja, es la realmente importante. Si no son capaces de emular al presidente en su autocontrol para la supervivencia, al menos que lo hagan con la boca cerrada.


En este sentido, la historia del conductor del tuk-tuk pasa a ser un contraejemplo que Arm Al-Leithy no debería haber sacado a la luz. El 15 de octubre, Daily News Egypt recogía la historia del conductor:
A video of a tuk tuk driver harshly criticising the poor living conditions in Egypt, that was broadcast on privately owned channel Al-Hayah on Thursday, has sparked controversy among Egyptians.
The driver’s statements triggered endless discussions on social media channels, as the driver disappeared from his residency directly after the video became widely recognised.
The driver, who is an ordinary citizen, faced both backlash and support from Facebook users, most of whom considered him to have criticised the poor living conditions of his own accord, while others thought he was paid to “spread pessimism”.
Prominent TV presented Amr Al-Leithy had conducted the interview with the driver for an episode of his programme Wahed Min El-Nas (One of the People).
Al-Leithy was also accused of conspiring and hiring the driver to make these remarks.
Moreover, Al-Hayah issued a statement on Saturday afternoon, denying the rumours that have circulated about the programme being suspended due to the video. It instead asserted that the programme’s suspension was due to the Al-Leithy’s annual vacation.**


En estas condiciones, con esta actitud, con esta forma de percibir el papel de los medios, es con la que se ha sacado esa ley que ayer comentábamos y que ha creado gran preocupación dentro y fuera de Egipto. Parte, como señalaba algún partidario en el parlamento, de la idea de que cualquier crítica involucra a dos personas y un fin: el que habla y el que lo recoge con la intención de hundir a Egipto.
En una sociedad vigilante y entrometida, poco dada a respetar los límites individuales, los medios sociales se convierten en un gigantesco campo de batalla en el que todo se debate hasta niveles de auténtica paranoia. Los ataques a las personas son frecuentes en el momento en el que hay crítica
La sociedad está dividida y los defensores de las políticas surgidas del "30 de junio" tratan de mantener una visión positiva de una realidad cada vez más deteriorada y difícil de sostener. Esto lleva una hipersensibilidad a la crítica y, como es el caso, a las acusaciones contra el que se queja, al que se apunta como persona "pagada", parte de una conspiración, para sembrar el descontento. ¡Como si hiciera falta pagar por ello!
Los egipcios tienen muchos —demasiados— motivos para no estar contentos. La crisis económica no responde a las poco imaginativas recetas que se le ocurren al gobierno, que toca fondo en casi todas sus áreas. La fórmula de sacar en los medios que el presidente ha dicho "que se solucione" no incluye explicaciones sobre cómo hacerlo ni fondos con los que asumirlo. Es la reducción de la política a los "actos de habla".


Egipto no busca soluciones; busca culpables, que es más rentable de cara a la opinión pública. Sin haber corregido los problemas y vicios heredados, teniendo que recurrir a la fuerza para acallar cualquier manifestación, al descrédito contra los discrepantes o a la acusación de estar "comprado por potencias extranjeras que buscan la destrucción de Egipto", etc. es difícil que el país pueda salir adelante.
En la inauguración de una piscifactoría, el presidente al-Sisi, además de celebrar la detención un alto funcionario corrupto con millones de libras, euros y dólares en su casa, ha hecho una nueva promesa:

"I will not say that only to the government but to Egyptian citizens, businessmen and investors. Stand by your country, only for six months, and you will find things better," El-Sisi said.
He added that the Egyptian people passed the "test", referring to the current economic measures, which have put extra pressure the poor.
"The current economic measures are quite hard and their impact is quite difficult... Egyptian people are capable and aware enough to differentiate between good measures and bad measures," he said.
However, El-Sisi said that many measures are being taken to limit their impact, and he called on the government to work harder to control consumer inflation.***


Lo malo del sistema de promesas es que hay que cumplirlas. Puede que, pasados los seis meses, se convierta en un acto subversivo recordárselas al presidente. No se sabe muy bien qué puede cambiar en la economía egipcia en seis meses, pero las esperanzas están puestas en reactivaciones que hoy por hoy no parecen probables. La situación de la economía y del estado egipcio no se resuelve en seis meses. Es en este contexto en el que se hace imprescindible el control de los medios y la expansión de "buenas noticias".
La ley de medios aprobada decidirá, con los organismos previstos, qué es informar al servicio del "país", convirtiendo en "acto de traición" aquello que no guste.
Nos dice Daily News Egypt que el conductor del tuk-tuk ha tenido que desaparecer para no tener que afrontar las iras de los que consideran que ha sido "comprado" para difamar al paraíso egipcio. A quien lo emitió, igualmente, se le ha sancionado sin decirle por qué, solo que no podía volar fuera del país. No es el único que no puede hacerlo. Es una larga lista de discrepantes a los que se deja en tierra para que comprendan mejor la realidad que no saben apreciar. ¡Menos mal que en seis meses todo estará arreglado y no habrá nada que criticar!


Pero informar sobre las informaciones tiene también sus riesgos. Si al periodista que incluyó en su programa el vídeo del conductor del tuk-tuk  le ha costado una prohibición de varios meses de no poder salir al extranjero, a Daily News Egypt también le costó un disgusto dar cuenta de esa y otras noticias. Egypt Independent recogía la acusación lanzada contra el CEO de la empresa:

The Egyptian committee tasked with managing Muslims Brotherhood funds notified the Egyptian stock and the financial supervisory authority on Wednesday to freeze the assets of Moustafa Mokhtar Sakr, the CEO of Business News Company for Press and Publication, for belonging to the Muslim Brotherhood. Business news is the owner of Daily news Egypt and Al-Borsa Economic Newspaper.
Business news released a press statement denying the accusations and saying that neither the company nor its employees belong to any political, religious or partisian factions and that the company has been working in the field of media since 2008 with a liberal editorial policy.
Moreover, the company said that it filed a grievance complain against the decision. "The company is confident in its legal status and has nothing to be afraid of," the statement said.****

La arbitrariedad es manifiesta. Va más allá de la que ya ha aceptado todo el mundo y se sigue practicando contra Al-Jazeera. Daily New Egypt tiene una línea editorial que nada tiene que ver con los islamistas, pero las acusaciones pueden ser lanzadas como forma de intimidación en un estado que insiste en el que el país vive feliz aunque el presidente pida (más) sacrificios.


Desde el periódico, recoge Egypt Independent, se han defendido rechazando las acusaciones:

The company said that the budget and all its activities reports are available and approved by the General Authority for Investment and Free Zones (GAFI) pointing out that it covers the activities through its capital and advertisement revenues, and has never received any fund from local or foreign parties.
Sakr, the CEO of Business News, said that the company will defend its reputation and the interests of more than 230 employees working there; and will follow all the ways to prove the validity of its legal position which is compatible with all the Egypt laws.
"This is the company that President Abdel Fattah al-Sisi chose (in one of its publications), to publish an article in 2014 and 2015 about the economic policies of the country, as a message to be addressed to foreign investors participating in the Euromoney conference," the statement said.****


Cualquiera que denuncie las situaciones pude ser acusado de pertenencia, simpatía, etc. a banda terroristas y desaparecer del panorama, congelados todos sus bienes. La prohibición de salida se queda corta en este caso.
El régimen egipcio no puede seguir sosteniendo su "liberalidad" y "espíritu democrático" con todas estas viejas prácticas con las que deshacerse de las críticas, acallando la libertad de expresión y considerando a los medios como un ejército enemigo.
El señor del tuk-tuk tenía motivos más que suficientes para estar enfadado. Tras las acusaciones de estar comprado, tiene más motivos para seguir enfadado.



* "TV host Amr Al-Leithy no longer on travel ban list" Daily News Egypt 28/12/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/12/28/tv-host-amr-al-leithy-no-longer-travel-ban-list/
** "Video of tuk tuk driver stirs controversy among Egyptians" Daily News Egypt 15/10/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/15/559340/
*** "Egypt's Sisi hails anti-corruption measures, calls for more" Ahram Online 28/12/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/254015/Egypt/Politics-/Egypts-Sisi-hails-anticorruption-measures,-calls-f.aspx

**** "Business News chairman complains against authorities' decision to freeze its assets" Egypt Independent 14/12/2016 http://www.egyptindependent.com//news/business-news-chairman-complains-against-authorities-decision-freeze-its-assets




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