domingo, 14 de febrero de 2016

Solo educa o los intereses tras la ignorancia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Si ayer hablábamos del problema que se plantea por la poca comprensión de muchos descubrimientos de la Ciencia, traemos hoy otra cuestión que tiene que ver también con la transmisión del conocimiento hacia la sociedad desde la comunidad científica. Me refiero a la distorsión o negación de las ideas originarias, el negacionismo de ciertas teorías aceptada por la comunidad científica. Al Evolucionismo o a la negativa a las vacunas hay que añadir algunos casos que se producen cada vez que hay intereses por medio. 
Las distintas clases de negacionistas disponen de mucho dinero para llevar adelante sus campañas de descrédito o duda contra las ideas que consideran que les perjudican o atentan contra sus creencias.
The Washington Post nos trae un ejemplo de este tipo de "distorsiones" a cuenta del cambio climático:

A major new survey of U.S. middle school and high school science teachers has found that across the country, a majority are teaching about climate change in their classrooms — but a significant percentage are also including incorrect ideas, such as the notion that today’s warming of the globe is a “natural” process.
The study, published in Science Thursday by Eric Plutzer of Penn State University and a number of collaborators from Wright State University and the National Center for Science Education — which supports the teaching of evolution and climate change in schools — consisted of a mail survey of 1,500 teachers nationwide. They included both middle school science teachers and also high school biology, chemistry, physics and Earth sciences teachers, since it wasn’t entirely clear which classes might cover the subject (unlike evolution, which clearly belongs in biology class, climate change stretches across many disciplines).
One of the most striking findings: 30 percent of teachers said in the survey that they tell students that the current warming “is likely due to natural causes” — contradicting major scientific assessments of the matter. Thirty-one percent of teachers also said that they include both the scientific consensus position — that global warming is human-caused — but then also a “natural causes” position that contradicts it, thus presenting “both sides,” in the study’s words.*


El caso puede analizarse desde diferentes perspectivas, pero desde ninguna de ellas es aceptable la manipulación que supone. Puede ser claramente intencional, fruto de un mal entendido sentido de la equidad científica o simplemente desde la ignorancia que no se debería producir en la enseñanza de las cuestiones relacionadas con la Ciencia y los acuerdos alcanzados por la comunidad científica sobre el estado actual del conocimiento.
Hay una tergiversación muy grave que busca confundir el estado provisional del conocimiento científico con la creencia de un relativismo de las ideas que solo sirve para encubrir las teorías fallidas, incapaces de lograr el consenso necesario para convertirse en "oficiales" o estándares.
Quizá la clave esté en esa circunstancia que se señala en el texto: que la cuestión del "cambio climático" no se entiende como una cuestión de la clase de "ciencias" sino como algo que se mueve entre distintas materias o clases.


Pero de lo que no hay duda es que de las tres hipótesis que barajábamos, las dos primeras son fruto del deseo de confundir a quienes reciben las enseñanzas y mantenerlos en una especie de ignorancia interesada al hacer que no sepan las causas reales del cambio climático.
Es un ejemplo característico de cómo la política y sus intereses se camuflan para colarse en las escuelas y en las mentes. En el espectro político norteamericano —y probablemente en todo el mundo— está muy claro que los principales interesados en señalar que los seres humanos no tenemos responsabilidad en el calentamiento global y presentarlo como algo natural, es decir, sin intervención humana, son las industrias que no quieren ver frenado su desarrollo y especialmente controladas sus formas de producción, algo que hace encarecer el proceso, reduciendo por ello los beneficios.
El ejemplo de los automóviles Volkswagen con sus mecanismos trucados resume a la perfección lo que implica la vigilancia del medio ambiente y los costes productivos. La industria y su traducción política sostienen que la mano humana no tiene nada que ver en un proceso de deterioro del planeta. Los científicos de todo el mundo sostienen mayoritariamente lo contrario.


Serán sin embargo los futuros votantes los que decidan quién tiene la razón o, si se prefiere, el caso que se debe hacer a los científicos desde las instituciones públicas, las inversiones, etc. Entrar en las escuelas a enseñar una falsa ciencia, que no deja de presentarse institucionalmente como tal (la escuela e institutos transmiten los conocimientos simplificados pero no por ello falsos), es una maniobra de deformación de las mentes muy grave.
La Libertad de Cátedra se instauró precisamente para poder avanzar frente a las doctrinas que no se sustentaban más que en las creencias, no para permitir que las creencias, rechazadas por la comunidad científica, extiendan la ignorancia interesada presentándose como "científicas" en el marco de las escuelas.
No se trata pues de ninguna teoría científica en sí, sino de la negación de las investigaciones —miles— que establecen la conexión entre la acción del ser humano, el deterioro medioambiental y el cambio climático. La aceptación, lógicamente, lleva a tomar medidas para intentar corregirlo o frenarlo, pero sobre todo, y en el nivel escolar, a la toma de conciencia de nuestra responsabilidad con el planeta y con las generaciones futuras.


Esta forma de "negacionismo" medioambiental de la acción del Hombre lleva sobre todo a la irresponsabilidad futura. Quienes lo niegan están dando la coartada perfecta no solo a las industrias desaprensivas sino a aquello que no sienten la necesidad de poner limitaciones a la destrucción del planeta.
La cuestión medioambiental es una cuestión científica en su determinación pero política en la medida en que afecta a nuestras acciones y sus consecuencias. Por eso surgieron los "grupos verdes" y la consiguiente reacción en aquellos que se sienten atacados en sus intereses por ellos.
Indudablemente es necesario separar las dos cuestiones y más hacerlo en las escuelas en donde las personas reciben la formación básica que va a servir de fundamento a sus vidas. Señalan en The Washington Post:

“We think any amount of legitimization of nonscientific perspectives sends a message to students that this may be a matter of opinion and values, and not one that can be adjudicated by evidence,” says Plutzer, who has also conducted research on the prevalence of the teaching of creationism and intelligent design in high school science classes.
The issues, says Plutzer, are “actually pretty comparable” in some respects, such as when teachers present the topic as “controversial” and air “both sides” rather than clearly guiding students to where the weight of evidence lies. When it comes to the teaching of climate change, Plutzer says, “the percentage of teachers giving mixed messages is somewhat less, but we also have a substantial number of teachers who are not covering the topic at all.”*


Plantear en términos de equidad lo que no es igual ni tiene la misma consistencia científica es trasladar equívocamente las metáforas y principios del campo político —libertad de expresión, respeto a las minorías, etc.— a otro, el científico, que no funciona así. El hecho de sostener una opinión "errónea" no la convierte en "minoritaria" y necesitada de defensa. Es minoritaria sencillamente porque es errónea y todas las evidencias que se van acumulando van en dirección contraria.
Lo mismo ocurre con otras cuestiones que han buscado amparo legal para seguir extendiéndose por las escuelas en aras de la libertad de enseñanza. La importancia del conocimiento científico como aporte para dilucidar determinadas cuestiones es innegable. Podemos destruir el planeta o envenenarnos decidiéndolo democráticamente, pero eso no significará que se tenga razón en la elección, sencillamente que se ignora lo que sabemos sobre ella.

Hay muchos aspectos del conocimiento científico que pueden tener incidencia en las cuestiones políticas o de debate público. Eso no las convierte en "políticas". Los estudios no se resuelven "políticamente", por más que su uso pueda ocurrir en un sentido u otro, De lo que habla aquí es de la manipulación del conocimiento científico para manipular posteriormente las conciencias respecto a lo que es conveniente o no para nuestro bien común.
La idea de "bien común", en el fondo, es la que está sobre la mesa. Y lo está frente a los egoístas intereses particulares que pretenden evitar que los que es conocimiento sin distinciones se convierta en falsedad partidista. Que se enseñe en las escuelas este tipo de ideas es peligroso para todos porque una vez que se comienza no hay vuelta atrás.
No es casual que esto se produzca en los Estados Unidos, si bien se va extendiendo a otros países. La reducción del conocimiento aceptado por la mayoría de la comunidad científica a una simple "postura" frente a otras que apenas tienen respaldo se hace cada vez que la Ciencia choca con las creencias e intereses. Este es un ejemplo del segundo caso.


Cuando los seres humanos vivíamos en la ignorancia absoluta éramos totalmente manipulables. La extensión de la educación a capas sociales cada vez más amplias con la consiguiente transferencia social del conocimiento hace que cuando se desea mantener en la ignorancia a la gente se recurra a esta forma de manipulación a través de la enseñanza misma. Por eso es esencial defender la enseñanza que no es el derecho a inculcar cualquier cosa sino el derecho a recibir el mejor conocimiento disponible en el momento. Lo demás es deformación y manipulación. El aprendizaje por sí mismo no nos libera de la ignorancia; es la calidad de lo que recibimos.


"Solo educa" dice el cartel que unos tejanos orgullosos de su petróleo exigen a los maestros de sus escuelas. "Solo educa" significa enseña solo lo que yo considero que se atiene a mis intereses. "Solo educa" es: quiero que mis hijos vivan en la mentira que yo quiero creer. Yo les alimento cuerpo y alma; soy su amo.
Detrás del negacionismo del cambio climático no están más que los intereses de las industrias que ven que se les recorta su beneficio. Con esta presión, mucha gente lo acepta como defensa de sus puestos de trabajo, ya que la manipulación acaba dirigiendo las iras contra la comunidad científica, a la que hace responsable de los cierres de las empresas que afectan al medio ambiente y al cambio climático.
Vuelvo a recordar el caso de Volkswagen. Hacer coches que contaminen es más barato. Pero la ignorancia la pagamos cara todos. 



* "How teachers are getting it wrong on climate change" The Washington Post The Washington Post 11/02/2016 https://www.washingtonpost.com/news/energy-environment/wp/2016/02/11/how-teachers-are-getting-it-wrong-on-climate-change/?hpid=hp_hp-more-top-stories_ee-teachers-819am%3Ahomepage%2Fstory


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