viernes, 31 de julio de 2015

¿Qué ocurrió con la Primavera árabe? o la fatalidad no lo explica todo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El diario Ahram Online publica un interesante artículo titulado "Why the Arab Spring revolutions stumbled", firmado por el profesor Mohamed Shuman, decano de la Faculty of Communication and Mass Media at the British University in Egypt (BUE). Todavía es problemática la comprensión de un fenómeno cuyos resultados están condicionando el presente, es decir, cuyo resultado ha dado forma a las situaciones actuales, ya de por sí confusas. Lo que se llamó la "Primavera árabe", nombre metafórico y casi poético, es un fenómeno histórico que revela la complejidad de una zona del mundo en la que se dan conflictos en órdenes horizontales y verticales, sincrónicos y diacrónicos. 
Esta gran complejidad la dan los problemas no resueltos, acumulados, que determinan las transiciones incompletas que impiden la satisfacción social por la diversidad de sus propias expectativas. Las sociedades que tienen más posibilidades de estabilidad son aquellas que logran reducir las divergencias extremas y centrarse en la convergencia de intereses comunes. No es algo que se haya podido alcanzar en el mundo árabe islámico. El estallido de las distintas "Primaveras" es una muestra si no de comunidad de objetivos, si de convergencia de insatisfacciones acumuladas.


Mohamed Shuman trata de explicar este fenómeno histórico a través de las distintas "teorías" que explican el "tropiezo", la frustración de las expectativas desde perspectivas distintas. Son las siguientes:

1) "The conspiracy theory which is the most famous and the most circulated within popular quarters. It springs from a postulate that the last five years' events were an outside conspiracy launched, as usual, by America, Western countries and Israel and in another narrative was sparked by Iran and Hezbollah and in a third narrative it was led by the Muslim Brotherhood backed by Turkey and Qatar."*


Es la teoría de mayor circulación. Teniendo en cuenta que la mayor parte de las teorías sobre lo que ocurre en el mundo árabe se acaban explicando mediante conspiraciones, más parece una respuesta recurrente, cómoda y fácilmente aceptable, que elimina las responsabilidades sobre lo que ocurre y las descarga sobre otros. Aquí hemos recogido hasta su aceptación por el Papa Copto Tawadros, que daba por hecho una conspiración occidental, Europa incluida, en su controvertida entrevista concedida al diario El Mundo. Con esta teoría es fácil desviar los males e incompetencia propios hacia los demás, con lo que es la preferida de dirigentes y pueblo. Cuando se tienen varios enemigos, se da por supuesto que están aliados para buscar la perdición y eso permite tomar medidas contra ellos justificándose en la defensa.

2) "The inability of the five countries' institutions and elites to reach a consensus concerning the steps of political and social reformation whether before the popular uprisings or after them. Reformation constituted one of the most important concepts of the Arab political and media discourse before the Arab spring, although it was not accommodated in any executive steps and the ruling elite did not respond to it albeit its formal talk about it and pretending to be doing it. This has opened the door in front of the revolutionary mobility."*


La insatisfacción ante la falta de respuestas de los gobiernos habría provocado los levantamientos. No puede decirse, desde luego, que ninguno de los gobiernos de los diferentes países implicados en las revueltas fueran modélicos. Cada uno por sus propias circunstancias eran ejemplos de ineficacia, represión y corrupción. Cada uno de estos gobernantes eran expertos en mantenerse en el poder usando todos los medios a su alcance para su supervivencia interna y exterior. La famosa foto con el "club de los dictadores" de la que se iban tachando rostros según iban cayendo no era una anécdota, sino una realidad de cómo se había ido generando una sensación de permanencia en el poder, transformando algunas repúblicas en monarquías de facto al transmitir a los hijos el mando por entrar en edades avanzadas. Es el caso de Mubarak a su hijo Gamal o de Gadafi a su hijo Saif al-Islam, ahora condenado a muerte en Libia, designados como sucesores, o el de Al-Assad, consumada la sucesión de su padre.
En estas condiciones, las elites generadas desde sus largos gobiernos no eran precisamente las más sensibles para atender las demandas ciudadanas, sino más bien lo contrario, personas favorables al régimen y beneficiadas por la corrupción existente. Los que pudieran sentir alguna responsabilidad por sus pueblos no estaban en los gobiernos o no habían durado mucho. La longevidad de estos gobiernos es una prueba de su supervivencia y adaptación. Los verdaderos críticos acababan en las cárceles, en el exilio o desaparecían si eran muy molestos.

3) " The extent of the ruling regime's authoritianism, its alliances and the nature of the state's formation, especially the army, in the five countries. These factors have defined the behaviour of the popular uprisings in every country and its expectations; peacefulness was predominant in the movement of the masses in Tunisia, Egypt and Yemen against the ruling regime where the army sided with the people in Tunisia and Egypt."*


Aunque este es un factor importante históricamente, los resultados desde la perspectiva del "fracaso" de las "primaveras" es el mismo. El papel de los Ejércitos ha sido decisivo, desde luego, pero desde el punto de vista de la posibilidad de que triunfara una revolución ha dado igual. Esta no ha sido posible ni donde se desembocó en guerra civil como en Libia o Siria, ni donde "intervinieron" y se facilitó la salida de los dictadores, como Túnez, Egipto o Yemen, tras procesos de distinta naturaleza. Aunque no desembocaran en guerras civiles haciendo salir a los dictadores, fue ese precisamente el método en Egipto para que el Ejército siguiera controlando el país. La evolución posterior ha mostrado la necesidad de crear un nuevo símbolo —"la revolución de junio de 2013"— para justificar la presencia de un militar al frente del país. Las guerras civiles, como en Siria, se han internacionalizado con la intervención del yihadismo concentrándose primero en un espacio para expandirse después en forma de "terrorismo" en Egipto y Túnez, y en forma de guerra civil primero y guerra internacional después en Yemen.
Es importante el papel de los ejércitos en cada caso, pues son los que han marcado la dirección con su apoyo o rechazo. No creo que hablar de "apoyo" sea correcto; sería más ajustado decir "no intervención" hasta ver qué ocurría. Los pilares de los regímenes autoritarios han sido Ejército, Policía y Judicatura. Las relaciones entre ellos, muchas veces de rivalidad más que de otra cosa pudieron resolverse dentro de la retórica de apoyo al pueblo, pero eso no es lo que realmente ocurrió, por mucho que les abrazaran o besaran después. Basta con recordar el nefasto periodo de gobierno de la SCAF en Egipto para comprenderlo. Las sospechas sobre sus actuaciones desestabilizadoras posteriormente tampoco pueden ignorarse.

4) "The cultural approach. The popular uprisings in the five countries revealed the extent of cultural and political divisions in every society and the historical failure of the state to absorb this division and its treatment where the state always resorted to repressing political Islam with its different versions, chasing its members and siding with the civil powers, which were not civil in the true sense, except perhaps in Tunisia's case."*


Es evidente que una sociedad con unas diferencias tan abismales como las de los países señalados, con sus matices, tiene que albergar una disparidad de visiones del mundo. La tensión cultural existente entre unas elites formadas en un mundo nuevo, hipercomunicado, son distintas a las de las viejas elites que se formaron durante la formación de los regímenes. El avance del islam político —los islamistas— es la respuesta desde los años 70 al fallo de las revoluciones poscoloniales en modernizar sus respectivos países, convirtiéndolos en cárceles y cortijos de dictadores. Sus alianzas y apoyos internacionales son fruto de las complejas políticas de algunos países árabes, especialmente de Arabia Saudí, Qatar y otros países del Golfo que han hecho una diplomacia de petrodólares para extender su influencia.
Es interesante que se excluya del análisis de las revueltas la de Bahréin, que sin embargo es muy ilustrativa de la actitud de Arabia Saudí y de lo que ocurre hoy en Yemen. Se recordará que la "insensibilidad" llegó a tal extremo que casi estuvo a punto de celebrarse el Gran Premio de Fórmula 1 ante la indiferencia por las muertes y represión que se estaba produciendo. La Plaza de la Perla se convirtió en escenario silenciado de muertes y represión. Los saudíes y los amigos de los saudíes y de la Fórmula 1 silenciaron al pequeño emirato.


Shuman señala que las diferencias culturales se han resuelto como "terrorismo" allí donde no consiguieron sacar adelante su visión del mundo. Es cierto, pero no toda la verdad, pues se excluye las historias de los coquetos del poder con los grupos islamistas, como en Egipto, dejándoles quedarse con parte de la sociedad que las autoridades no tenían interés en mejorar. De hecho, la expansión islamista se debió a la conjunción de apoyos económicos exteriores, pero sobre todo el desastre de los estados para cubrir las necesidades de los ciudadanos. Los islamistas entraron como "ONG" y se dedicaron a la labor de captación a través de acciones organizadas de caridad allí donde el Estado era incapaz de dar los mínimos. Eso les permitió ganar terreno y ser las únicas organizaciones poderosas frente a unos raquíticos partidos políticos mantenidos testimonialmente por las dictaduras para satisfacer los mínimos democráticos que los gobiernos occidentales les exigían para satisfacer a sus opiniones públicas sin caer en el escándalo. Hasta a Gadafi se le permitió lavarse la cara con tal de hacer negocios con él.

5) "The failed revolutions approach. This approach hypothesises that the five countries have witnessed an unprecedented revolutionary mobility due to the accumulation of despotism, discrimination and the state's failure. However, this mobility lacked in each country the conditions of successful revolutions and the most significant is the revolutionary organisation and the ideology or the vision for change and the absence of clear programmes for change."*


Señala Shuman algo que se vio desde el principio: la fuerza de las masas en la calle no tenía cabeza ni programa. Era un estallido de indignación en donde lo único que estaba claro era que aquellos dictadores debían caer. Lo que ocurriera después no se planteaba en esos primeros momentos pasionales.
Es cierto que eso ocurrió, que fueron revoluciones de símbolos globales más que de caras concretas, de héroes cotidianos, sin liderazgo. No había ideología unificadora, solo indignación como grupo y la imaginación de cada uno sobre lo que ocurriría al día siguiente. Esa fue su fuerza momentánea y su debilidad a largo plazo. Se realimentaban no con ideas sino con la sangre de los caídos, convertidos en símbolos en las paredes.
La ira se canalizó, pero no sirvió para unificar porque no había nada que unificar. Los agentes que entraron en juego eran los mismos que habían fracasado durante décadas en oponerse al poder. Llegaron a ponerse al frente de las manifestaciones porque los verdaderos revolucionarios no querían ser cabeza de nada. Como hemos señalado anteriormente, los únicos con un programa, un electorado ganado en los años anteriores y una organización fuerte eran los grupos islamistas curtidos en la persecución y encarcelamiento. Aprovecharon bien el que otros movieran el árbol para conseguir las nueces.


Tras señalar estos cinco enfoques diferentes para explicar el fracaso de las revoluciones, Mohamed Shuman hace balance de su capacidad explicativa:

With the exception of the first interpretation, I have a persuasion of the significance of the last four interpretations which are indispensible in analysing the path of the Arab uprisings and its stumble making them incomplete for several reasons. I have pointed out some of them and I may add the weakness of the political forces, the fragility of the civil society and the absence of the culture of democracy.
In spite of all this, the parliamentary and presidential elections were on the top of the agenda of the uprisings in Tunisia and Egypt. Consequently, it brought undemocratic forces employing religion in politics and understands democracy as a one way course – and only once – in order to reach power. These forces also refuse the participation of other political forces and marginalise women and religious minorities.*

Dejar fuera la primera explicación —la conspiración universal— ya es algo. La gran mayoría la sigue sosteniendo porque es gratificante y libera de responsabilidades. Asumir por el contrario que el fracaso se debe a los propios errores y carencias, a las debilidades y vicios históricos es el camino hacia la comprensión que permita escapar de esas condiciones en algún momento.


Shuman que cree que la explicación está en combinar elementos de las cuatro restantes explicaciones. La "explicación" implica la creencia en una causa que puede ser primero "percibida" y después "entendida". Las cuestiones políticas o históricas no suelen estar sujetas a procesos de "falsación" y se aproximan más a su capacidad de convencernos, estos es, de hacernos salir de nuestras posturas previas hacia otras diferentes. No es fácil sacar a alguien de las teorías de la conspiración, por ejemplo. Si quiere creer en ellas, lo hará hasta el fin de sus días, simplemente cambiará de conspiradores según le interese.
Explicar es siempre simplificar, construir un discurso congruente, articulado en el que todo tenga explicación. Y no todo la tiene. Las diferencias entre los países señalados son grandes, aunque tengan sus similitudes y los participantes en cada proceso tuvieran el convencimiento de que estaban empeñados en un juego común, acabar con el club de los dictadores. Pero en la Historia —somos seres históricos— las explicaciones pasan a formar parte de los procesos, sean ciertas o no. Una verdad puede cambiar el mundo tanto como una mentira si es creída. Por eso es importante lo que pensemos de este proceso, porque determinará nuestra forma de percibir el futuro y, por ello, nuestra forma de actuar. Si se piensa que la democracia es incompatible con la mentalidad árabe, se actuará de forma distinta a si se piensa que luchan por la libertad contra poderosos dictadores.


No sé cuál es la proporción en la que en cada caso estos factores son responsables de la situación histórica actual. No creo que sea algo que se pueda medir con la precisión del análisis de un compuesto químico. Creo más, como he señalado, en el valor orientador de la explicación. Hay explicaciones con esperanza y otras fatalistas. La esperanza es la que puede poner en marcha la acción. El fatalismo frena a unos e impulsa a otros. La fuerza del yihadismo y la de los grupos islamistas es el convencimiento de que ellos son los que cierran la Historia.

Finally, there is a question that arises: Did the Arab uprisings or revolutions were a total failure, or it stumbled for different reasons? Thus, the indicators of the state collapse, falling of large numbers of those killed and wounded and destroying the economic pillars of three countries in addition to Iraq, then the emergence of Islamist terrorist groups and the stumble of the democratic transition in Egypt and Tunisia. All these indicators prove complete failure of those uprisings or show its stumble. Thus, it will be completed through a complicated and long historical path in which the Arabs must pay economic, human and moral cost.

La pregunta inicial de si había habido realmente "revoluciones" se ha desplazado a debatir el origen del fracaso y si este ha sido un colapso de todo el sistema o ha tenido causas parciales entremezcladas. Desde mi punto de vista, la clave está en encontrar las preguntas cuyas respuestas podamos manejar histórica y políticamente.


El artículo de Shuman debería servir de ejemplo de esa necesidad de reflexión constante que el mundo árabe necesita para poner en discurso antes que en escena las transformaciones pospuestas que acaban fallando por la falta de ese discurso precisamente. Las revoluciones anticoloniales tenían un discurso previo anticolonial. Los regímenes salidos de ellas crearon un doblepensar, en el sentido orwelliano, en donde se seguía manteniendo un discurso oficialista frente a la incapacidad general de articular un discurso social eficiente y con calado. De eso se han encargado los generadores de discurso que han acallado con la muerte y la persecución, con la intimidación a los que disentían y ofrecían un futuro diferente.
El islamismo no ha tenido reparo en acusar de blasfemos y pedir el asesinato de todos aquellos que intentaban acercarse al pueblo con idea de modernización. También los gobiernos les han perseguido.
El último párrafo del texto de Shuman es una alusión al artículo (y obra posterior) de Francis Fukuyama sobre el "fin de la Historia". Señala el autor:

This catastrophic path is similar to the situation of Europe in the nineteenth century, in the way presented by Fukuyama, where it spent several decades in order to achieve democratic transformation and the establishment of the state based on citizenship. It is a similarity, which I personally has reservations against, because history does not repeat itself. How much do we Arabs need to learn from history lessons to avoid its catastrophes and sacrifices which may sometimes seem to be meaningless!*


La Historia da lecciones cuando se cree en la Historia y que esta avanza, principio de la tesis hegeliana de Fukuyama. La lucha en la Historia para que triunfe la forma política en la que mejor se manifieste la libertad humana es difícil de concebir si se niega la posibilidad de que esa individualidad exista como libertad. El islam político la niega y el autoritarismo militarista también, aunque de forma diferente La nueva barbarie que representa el yihadismo del Estado Islámico y su visión de que ese es el estado ideal del mundo está sacudiendo las conciencias de muchos, incluido o especialmente el mundo árabe. Las posibilidades de elección, parecen querer decir algunos, se limitan al islamismo o a una sociedad militarizada a la defensiva como dialéctica irresoluble.
En medio queda la revolución como deseo, pendiente de formular su modernidad y luchar por traerla contra los deseos retrógrados de unos y el autoritarismo pesimista de otros. Para unos no hay libertad, para otros es una ficción que se esconde tras una paz vigilada. Pero esto no es más que el resultado de la propia historia hasta el momento.
El valor de las revoluciones árabes, por encima de sus resultados, fue mostrar que había una fuerza real a los que sus propios gobernantes despreciaban. La situación hoy es compleja y confusa. Lo que no se debe hacer es responsabilizar de ello a las personas que desearon ir hacia algo mejor que lo que tenían. Cualquier interpretación es posible menos la de aquellos —que son casi todos— que las consideran responsables del estado actual, maniobra interesada de aquellos que se vieron afectados porque levantaran la mirada del suelo.


La violencia hoy no es fruto del deseo de libertad, sino de su represión. No es fruto de la incapacidad de gobernar, sino de las múltiples trabas que se pusieron en su camino allí donde tuvieron fuerza para llegar más lejos. El poder volvió donde estaba o está todavía en el aire. Pero eso no fue culpa de los que protestaron contra la opresión sino de la resistencia a abandonar el poder de los que lo habían tenido y de aquellos que cuando lo tuvieron lo utilizaron para recortar de nuevo las libertades. No hay fatalidad, solo los mismos agentes en liza. Esa tendencia se puede cambiar logrando —como buscan ya algunos— la emergencia de la sociedad civil, algo que se había impedido sistemáticamente. Desconfían de los poderes tradicionales y buscan extender nuevas razones en el campo de juego. La acción se desplaza más allá. Lo importante es lograr salir de la lucha tradicional entre dos formas de autoritarismo que se presentan como antagónicas pero que coinciden en considerar la libertad como un peligro o como un pecado. 
Los que atacan la revolución tratan de hacer olvidar qué las motivó. Pero no es fácil.



* "Why the Arab Spring revolutions stumbled" Ahram Online 30/07/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/4/135767/Opinion/Why-the-Arab-Spring-revolutions-stumbled.aspx 

jueves, 30 de julio de 2015

El ministro, la Cultura y la Universidad de Al-Azhar

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Recordamos que el ministro de Cultura egipcio empezó con mal pie. Se acercó por sorpresa a un museo de la ciudad de Alejandría y cuando una funcionaria le preguntó sobre una solicitud de mejora de su puesto que había cursado la llamó "gorda" y recomendó a sus jefes que la tuvieran bajando y subiendo escaleras. Una joya de Ministro. Lo que se dice "una persona con una sensibilidad especial", "refinada", la más adecuada para el puesto de estar al frente de la Cultura en Egipto. Ese fue su comienzo.  Es profesor de la Universidad de Al-Azhar, que no sé si es la procedencia más adecuada para la cartera de Cultura. Había sido director de las Bibliotecas egipcias hasta que los islamistas de Morsi le quitaron. El mundo de los libros se divide en quienes los escriben, los leen, los venden y los colocan. El ministro pertenece a este último ramo.
Ahora Ahram Online nos informa de la petición de su dimisión por parte de intelectuales egipcios, es decir, de los que escriben, hacen películas, pintas cuadros, montan obras de teatro, etc. Han pedido su dimisión porque él, un innovador, está despidiendo a la mitad del ministerio para colocar a sus peones desprendiéndose de los que no son de su cuerda con la excusa de la "renovación", aunque algunos apenas llevaban un año. Nos dice el periódico:

A group of intellectuals met with Egyptian Prime Minister Ibrahim Mehleb on Monday to air grievances about the minister's policy and his 'mismanagement of the cultural scene and the lack of cultural vision.'
The group included writer and scenarist Waheed Hamed, poet Sayyid Hijab, novelists Ibrahim Abdel-Meguid and Youssef El-Qaeed, artist Mohamed Abla, and director Khaled Youssef.
Writer Helmy El-Namnam, the head of the Egyptian Library and Archives, was appointed as acting head of the General Egyptian Book Organization after the minister refused to renew Megahed's tenure.
The sacking campaign that the minister has been undertaking since June reminded the intellectual society in Egypt of a similar scene when the Muslim Brotherhood-affiliated Minister of Culture, Alaa Abdel-Aziz, appointed by the ousted president Mohamed Morsi in May 2013, fired all the heads of the Ministry's sectors, including the current minister, when he was head of the Egyptian National Archives.
Abdel-Aziz fired the heads of the Book Organization, the National Archives, and the Opera House. He also pressured the Secretary General of the Supreme Council for Culture to resign, a move that elicited opposition from the intellectuals who fear that the dismissals are a move towards giving the Brotherhood the key cultural institutions. A group of intellectuals broke into the Ministry of culture and launched an open sit-in on 6 May 2013 until Morsi was ousted in 3 July of the same year.
The similarities echoed the fears of 'religionisation' of culture as El-Nabawy comes from Al-Azhar University, where he teaches history and has been cooperating very closely with the ministry of religious affairs.*


Lo contado por Al-Ahram coincide con lo que venimos señalando hace mucho tiempo, la estrategia del gobierno de dejar en manos ultraconservadoras los elementos sensibles como son la cultura, la educación, etc. Una vez más se plantea una falsa actitud salomónica en la que se sanciona por igual al islamista que al liberal o demócrata. Los intentos de "modernización" se refieren únicamente al paso del control de la religión de los islamistas al Estado, que la controlará desde las instituciones, con centro ideológico en Al-Azhar.
La expresión que se usa en el texto —'religionisation' of culture— no es baladí como tampoco lo es la comparación con lo realizado por los Hermanos Musulmanes cuando llegaron al poder y que provocó las huelgas del sector de la cultura que veían cómo se imponían sus puntos de vista desde el control de las instituciones. Todavía recordamos a los trabajadores de la Ópera de El Cairo sobre el escenario protestando con pancartas por la intervención oficial en sus programaciones.


Llegado de Al-Azhar, la institución que le garantiza a Al-Sisi conectar con la religiosidad egipcia y no ser acusado de "faraón" —reinar sin Dios detrás—, el ministro Abdel-Wahed El-Nabawy ha ido despidiendo a los responsables de Cultura y colocando personas afines. Ante esto, los agentes de la cultura han ido a ver al primer ministro a presentarle su preocupación y solicitar el cese del ministro, cuya política han calificado como "destructiva" y a él de carecer de visión cultural ("lacks any cultural vision").
Quizá en esto último se equivocan. Por lo que se ha visto, lo que tiene El-Nabawy es una muy precisa visión de lo que debe ser la cultura. Lo que ocurre es que su visión está en las antípodas de la que ellos puedan tener.
Se muestra, una vez más, el conflicto interior egipcio, con su uso instrumental de la religión que es de lo mismo que se acusaba a los Hermanos Musulmanes. Por eso la política de ocupación de cargos para tener el control de las actividades, ayudas, planificaciones, etc. es esencial.


Una parte de la frustración democrática de la juventud se ha volcado en las iniciativas del arte, en donde tratan de volcar esa energía que la política les niega. No es que se hayan vuelto esteticistas, al contrario; lo que ocurre es que están recurriendo a una forma de arte que trate de llegar a la gente, a pie de calle, desconfiando —y hacen bien— de la palabrería oficial y de sus iniciativas.
El contraste con el ministro anterior, claramente laico en su visión de la función del arte, los nuevos cargos públicos están obsesionados con la desaparición de la vida pública de cualquier cosa que se les pueda reprochar como carente de espíritu islámico, por decirlo así. Al-Sisi parece tener una fijación con la idea absurda de que se puede cambiar la religión metiendo en la cárcel a los disidentes y catequizando a los que están fuera. Al-Azhar es el aval que sirve de respaldo a la legitimidad, basada en el cumplimiento religioso, más allá de los votos.


El diario Egyptian Streets publicó hace dos días un interesante artículo titulado "Has Al-Azhar Stifled Egypt’s Intellectual Enlightenment?"**, firmado por Amr Abyad. El texto analiza la función de la universidad islámica y su incapacidad para evolucionar como lo hicieron las occidentales, separando conocimiento científico y religión. Pero más allá de esta evidencia, Abyad analiza el papel político que Al-Azhar fue tomando precisamente desde que Anwar El-Sadat decidió usarla para mantener el poder. El giro a la derecha de Sadat se hizo precisamente con su apoyo religioso, dando entrada a los que Nasser había perseguido y encarcelado, la Hermandad Musulmana, que volvió a tener sitio y poder:

The heavy expansion of the rural middle class in the sixties, the termination of the widely popular social development programs, and then President Sadat’s empowerment of the Muslim Brotherhood and Islamization of the masses elevated the status of Al-Azhar to become the beacon of thought, and both an inspiration and a source of legitimacy for the people.
In the second half of the seventies, Sadat also came up with his revolutionary political philosophy of “listening to the village elders”— ushering the reversal of the quasi-Maoist policies of Nasser, and coming to loggerheads with the Egyptian former royal family’s fixation on emulating the west, not the sclerotic village elders.
In effect, Al-Azhar, with a seemingly moderate Islamic veneer, managed to Islamize the bulk of the middle class that should have been the enlightened locomotive of the Arab world.**


No es necesario insistir demasiado que la historia de Sadat tiene una moraleja en su propio asesinato a manos de los islamistas. Lo que algunos deberían haber aprendido de la historia, se repite como el mal que regresa una y otra vez desde el mismo error: la regresión religiosa frente a la necesaria modernización. Los poderes políticos no han buscado la transformación sino la sumisión a una autoridad que se agranda mediante diversos procedimientos, el principal de ellos el aval religioso. En la tradición, el líder es quien mejor cumple y hace cumplir, es decir, gobierna desde la perspectiva islámica. Si deja de hacerlo, por más que le voten, siempre habrá alguien que le acuse de "faraón" y llame a la insumisión o lance una fatwa pidiendo su cabeza a los buenos musulmanes. Es Al-Azhar quien da ese pedigrí. Si se ensalza su poder, se ensalzan también sus juicios sobre las personas.


Analizamos no hace mucho, las contradicciones que la prensa reflejaba en el análisis de las palabras del presidente Al-Sisi al final del Ramadán. Para Ahram Online, el presidente había acusado, responsabilizado a Al-Azhar de no modernizar el Islam. Para otros, en cambio, sus palabras habían sido que era la Universidad quien debía tener la responsabilidad de modernizar el Islam. Dos interpretaciones casi opuestas.
Por eso el artículo en Egyptian Streets de Amr Abyad tiene sentido en este contexto, tanto en las palabras del presidente en el final del ramadán como en la petición de dimisión del ministro de Cultura por parte de los intelectuales que visitaron al primer ministro. Todo refleja una crisis, podemos decir así, interna en cuanto a los resultados obtenidos y sobre todo los temores de hacia dónde se puede ir por ese camino. Esa crisis aflora y va llegando hasta los más altos niveles.
Es interesante también el análisis del papel de Al-Azhar en la era Mubarak. Escribe Abyad:

The utterly incompetent, parochial and corrupt Mubarak lacked resolution, courage and imagination to go at Egypt’s complex problems head on. Rather, he founded his rule on a freezing-the-status-quo policy.
He peddled moderate Islamic credentials through his alliance with Al-Azhar to the middle class, whereas for Egypt’s rural millions, he was the village elder. He thus rendered legitimacy a derivative of Islam and its patron, Al-Azhar.
Al-Azhar supported the state during the jihadi insurgency in Upper Egypt in the nineties, largely due to its culture of subservience to the government.
Ironically enough, apart from the stance on the use of violence, there are no fundamental differences between Sunni Islamic schools. Accordingly a clear-cut separation between the temporal and the religious has remained an alien concept in Islamic thought. No wonder then that the more independent ones of Al-Azhar students criticized Mubarak by questioning his Islamic credentials and thereby turned to jihadist theoreticians in the eighties. They characterized Al-Azhar as hypocritical- sadly enough, they were right.**


Los treinta años de Mubarak, más los anteriores de Sadat, no tuvieron voluntad de cambio, como lo tuvo Nasser. Fueron años de pragmatismo y de aprovechar las debilidades sociales para gobernar, entendiendo bajo este concepto la ineptitud y la desidia que produjo un retroceso de Egipto en todos los órdenes, incluido el religioso, que fue comido por los islamistas, a los que siempre se pensó poder controlar, dejándoles espacios reducidos. Pero los islamistas tenían otras intenciones que resultaron más eficaces: el aumento del conservadurismo religioso y su presentación como los mejores cumplidores frente a los corruptos poderosos.
El fracaso de una modernización que no ha conseguido deshacer la relación entre los dos poderes se hace más grave y evidente con la llegada de la revolución en 2011. Cuando analiza el periodo de la Primavera Árabe, señala el autor del artículo:

As we noted earlier, the failure of modernization projects in Egypt left the millions with no alternative but Islamism, including the seemingly moderate brands. Hence, the ideological carriers of subversion are being rooted, and the mutated D.N.A of Jihad induced by the ISIS phenomenon is replicable throughout the Arab world.**

Creo que es, en efecto, esa barrera a la modernización, tanto por causas económicas como intelectuales y políticas, la que acaba produciendo el estallido islamista actual que es algo más que una cuestión de terrorismo. Es precisamente el intento de evitar el deseo de modernización que afloró durante las revoluciones. La revolución solicitada —la revolución de los "jóvenes"— se habría visto como una amenaza tanto desde el punto de vista político (frente al poder respaldado por el ejército y la clase dominante) como económico (el deseo de acabar con la corrupción de la oligarquía) y religioso (la pérdida de influencia y control sobre la sociedad). La revolución se secuestra y desarma con eficacia mientras se celebra oficialmente. Hoy han logrado convencer a muchos de que eran los islamistas los que querían la revolución. ¡Gran paradoja!
En cuanto a la salida, señala Amr Abyad:

Egypt’s economy is backwards and dominated by oligarchs— a dwindling middle class with an Islamic core and backward hinterland, a fertile ground for all sorts of Islamist thought. Rural Egypt is being swallowed by a hideous urban sprawl that is creating entities which are neither rural in the classical sense nor urban— ‘ashwa’eyyat.
This massive polarization can suddenly boil over into widespread chaos and turmoil in case of an economic failure- which is not a far-fetched scenario.
Radical socioeconomic reform is the only way out of Egypt’s current dilemma, and the tip of that iceberg would be declawing Al-Azhar.**


Y son esas "garras" las que han entrado desde Al-Azhar en el campo de la Cultura y donde se pide la dimisión del ministro. La conjunción de los poderes reales —militar, económico y religioso— es demasiado potente como para que resquebraje. Pero si lo hace por algún sitio es por la apertura del pensamiento crítico, de la renovación intelectual, sin el cual, la dependencia de los poderosos se seguirá produciendo.
La batalla por la cultura es decisiva para salir de ese callejón cerrado al que se está llevando a la sociedad egipcia al desastre en gran parte por su propio lastre antimoderno creado durante décadas de desidia y adoctrinamiento islamista en la sombra o a plena luz. Tanto el poder económico como el militar, profundamente relacionados en Egipto, pensaban poder controlar al país. El poder político que se le está dando a Al-Azhar sirve para crear el marco de fondo.

El plante de los intelectuales pidiendo la dimisión (que es poco probable que se produzca) del Ministro de Cultura es un aviso para el poder y una señal (una más) de que hay una parte de la elite egipcia que está empezando a perder la paciencia señalando que así lo único que se hace es contribuir a la propagación del islamismo, forzando la represión y entrando un ciclo de violencia.
La única forma de salir es modernizarse en las ideas y en la economía, en la judicatura, etc., en todos aquellos puestos en los que están asentadas las garrapatas del doble tradicionalismo, el elitista y el de los ignorantes, que impide el desarrollo del país y la modernización de las mentes de quienes lo habitan.
El ministro de Asuntos Exteriores acaba de declarar que no le importan las críticas que se hagan desde fuera del país. Esperemos que sí le importen las que se hacen dentro. Aunque no tengo tampoco muchas esperanzas.



* "Minister of culture stirs fears of 'religionisation of culture'" Ahram Oline 29/07/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContentP/18/136376/Books/Minister-of-culture-stirs-fears-of-religionisation.aspx
** "Has Al-Azhar Stifled Egypt’s Intellectual Enlightenment?" Egyptian Streets 27/07/20125 http://egyptianstreets.com/2015/07/27/has-al-azhar-stifled-egypts-intellectual-enlightenment/





miércoles, 29 de julio de 2015

Erdogan el atacado

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Creo que todo el mundo sabía que Recep Tayyip Erdogan tenía mal perder y el que más y el que menos se esperaba alguna jugada tras su humillación electoral que él planteó al país como la posibilidad de darles el honor de pasarse la vida al frente de sus destinos. Lo malo de este tipo de personalidades es que acaban asustando a los que tienen que votar y lo que Erdogan pensaba que iba a ser su confirmación como "emperador" turco se convirtió en la pérdida de la mayoría electoral que le hubiera permitido cambiar la constitución y perpetuarse en el poder. Por contra, los resultados le fueron adversos y salió un parlamento que no puede controlar y la posibilidad de perder el gobierno si los demás partidos se aliaran contra él.
Personas como Erdogan aumentan su nivel de intransigencia en función del poder de que disponen con una agenda variable "teohegeliana" en la que la Historia está de su parte porque son elegidos de Dios. El problema del islamismo político es que la política es solo la vía para la islamización. Cuando el proceso está concluido, deja de existir la política y solo queda la religión regulando la vida de todos.
Cuando se produjo la caída de Mubarak en Egipto, los más listos decían que el modelo era Turquía, que era la cara moderna que se vendía: aspirante a entrar en la democrática Europa, miembro de la OTAN y votaciones democráticas. Como buen islamista político, Erdogan desprecia a los aliados, que no son nunca amigos, sino meras vías para conseguir lo que quiere.

Ahora, Recep Tayyip Erdogan ha reunido a la OTAN para decirle que Turquía está siendo atacada, que su seguridad e integridad están en peligro y se ha puesto a repartir bombas: una para el Estado Islámico y nueve para los kurdos, que son quienes han estado dando la cara para hacer contra el EI lo que él no quería hacer. Prefería que los límites de Turquía lindaran con el Estado Islámico antes que con un hipotético estado kurdo, que es su temor.
Pero la pérdida de las elecciones le ha debilitado. Y un Erdogan que se siente con menos poder es un peligro para Turquía y para todo el que se ponga en su camino. El resultado de las elecciones ha hecho que parte de la oposición —esa que si se alía puede desplazarle— sea kurda. Y convertir a todos los opositores en "terroristas" y "simpatizantes de terroristas" es lo que le ha permitido hacer ayer cientos de redadas deteniendo, todos juntos, a los que se le oponen y a los simpatizantes o miembros del Estado islámico que tenían hasta el momento un santuario en Turquía.
Cuando empezaron a aparecer filtraciones con escandalosas escuchas, grabaciones sobre los turbios negocios de Erdogan, su familia y su partido, él lo convirtió en una conspiración exterior llena de cómplices y desmanteló Policía y Judicatura acusándoles de estar al servicio de los intereses de los "gullenistas", miembros del grupo que le ayudó a llegar al poder pero que debieron ver pronto cómo es y lo que se podía esperar de él con el poder en la mano. Sacó de sus puestos a todos los que no eran de confianza y siguió llenando con miembros de su partido los puestos libres que es la táctica de toma del Estado desde todos sus ángulos. Turquía, que es una sociedad plural, pronto solo tiene una cara y una opinión que decide si las mujeres deben reír o no en público, qué series están bien ambientadas y un sinfín de cosas que les quitan el sueño a los islamistas.


Una vez más la astucia de los islamistas se alía con la estupidez de los que creen en ellos. Erdogan ha esperado a que la situación llegara a un punto tras las frustrantes elecciones en el que poder desprenderse de los que le han comido el terreno y para ello ha recurrido, como decíamos el otro día a convocar a la OTAN. Invocando los términos del tratado, Erdogan ha reunido a los miembros de la Alianza para decirles que se va a defender. Cede en algunos aspectos que tenía que haber hecho anteriormente para intentar frenar al Estado Islámico pero pide carta blanca para eliminar en el exterior a los kurdos bombardeándolos y haciendo redadas, cerrando medios de comunicación y solicitando la pérdida de la inmunidad parlamentaria —su verdadero objetivo— para los diputados de la oposición. De esta manera se asegura, bajo la franquicia "guerra al terror" que los Estados Unidos crearon, la desaparición de la oposición interior y la destrucción directa de los kurdos bajo las bombas. Todo ello con el beneplácito de la OTAN, en su propia versión.
En cuanto a los medios de comunicación, El CPJ (Committee to Protect Journalists), asociación internacional para la denuncia de los ataques a los periodistas, señalaba ayer en sus News Alert:

New York, July 28, 2015—Turkish authorities blocked access to at least eight news websites in Turkey on Saturday amid what the government called a counter-terrorism operation, according to news reports. The Committee to Protect Journalists calls on Turkish authorities to restore access to the websites so that Turkish citizens can access news of public interest.
The move comes amid increased violence in Turkey as the country late last week joined the fight against the militant group Islamic State in Syria and northern Iraq, although some critics say that the government is using the opportunity to fight the Kurdistan Workers’ Party (PKK) and the leftist Revolutionary People's Liberation Party-Front (DHKP-C), both of which have been classified as terrorist organizations, news reports said. The Turkish government and the PKK, which operates out of northern Iraq, have had a truce in place since 2013, the reports said.
Turkey’s telecommunications regulator, the TİB, blocked domestic access on Saturday to pro-Kurdish and leftist websites based in Turkey and northern Iraq, according to news reports. The blocked websites include Rudaw, the digital portal of the Kurdish media network; the Erbil-based news agency BasNews; the pro-Kurdish Dicle News Agency (DİHA); the Hawar News Agency (ANHA); the daily Özgür Gündem; the information portal Yüksekova Haber; the left-wing Sendika; and the Kurdish news agency RojNews, according to news reports.*


Es tan burda la maniobra de Erdogan, que decir que algunos analistas creen que el objetivo son los kurdos y no el Estado Islámico es un poco vergonzoso. Pero la soberbia de Erdogan da para eso y mucho más; su autoritarismo también. La jugada de citar a los miembros de la OTAN es un intento de coartada en el que el presidente turco les ha puesto, como si de un plato combinado se tratará, todo ante los ojos: si queréis que bombardee al Estado Islámico tengo que bombardear a los kurdos y eliminar a sus cómplices. Una vez más, Occidente, los países de la OTAN en este caso, quedan en manos de un chantajista.
Le queda ahora a Occidente cómo dar la cara ante los kurdos, que son los combatientes más activos contra el Estado Islámico y que han estado colaborando activamente con la coalición anti-EI. 
Lo cierto en que desde 2013, como se señala en la información anterior, había una tregua. Pero esa tregua, desde el punto de vista de Erdogan, se rompió el día en que ellos consiguieron más votos de lo que pensaban y le complicaron el poder. Ahora les bombardea para que la tregua pase a mejor vida y se saque de la vía democrática electoral a los kurdos. De esta forma evita que formen parte del Parlamento y que le obstruyan en su camino por el poder absoluto.


En su artículo titulado "Turkey before the same nightmare after 20 years", en el diario turco Hurriyet Daily News, el analista político Murat Yenkin señala que Erdogan ha abierto dos vías peligrosas, el cierre del partido kurdo HDP (Halkların Demokratik Partisi) y la pérdida de la inmunidad parlamentaria. Como señala Yenkin:
Both the MHP’s application to the Yargıtay prosecutor and Erdoğan’s endorsing of the move has clearly escalated the political tension amid the talks between the AK Parti and the social democratic Republican People’s Party (CHP) for a possible coalition government. Also, the ongoing security operations against the outlawed Kurdistan Workers’ Party (PKK) and the Islamic State of Iraq and Levant (ISIL) is another sign that the talks between Ahmet Davutoğlu’s government and the PKK with the intermediation of the HDP are put on hold.**


El objetivo es impedir la formación de una coalición que pueda desplazarle del gobierno. Si un gobernante es capaz de organizar todo esto para conseguir mantenerse en el poder, hay que mirar todo con cuidado. Creo que ya nadie debería tener dudas sobre quién es Recep Tayyip Erdogan y qué es eso del "islamismo moderado".
La referencia en el título del artículo de Murat Yenkin a la "pesadilla" y "20 años" tiene su explicación importante en uno de los párrafos:

Erdoğan’s words recalled embarrassing memories of 1994, when the immunities of four MPs from the Democracy Party (DEP), one of the predecessors of the HDP, were lifted through parliamentary vote and followed by sentencing them to ten years in jail. That move was later shown as one of the main reasons of the escalation of violence by the PKK. The armed campaign of the PKK has claimed some 40,000 lives since 1984 up until 2012, when talks started between the government and the imprisoned (in 1999) leader of the PKK, which silenced the guns. But since the June 7 elections, which provided a considerable 80-seat representation for the HDP, there is no improvement on the talks front.**


Las jugadas que dan fruto se repiten en el tiempo. El levantamiento de la inmunidad y el encarcelamiento de los parlamentarios fue, señala el articulista, una de las piezas clave que llevó a esa guerra de 40.000 muertos por el endurecimiento de las posiciones. Hoy la Historia se repite. Nada deja más mano libre y con mayor respaldo que un buen enemigo, un villano que sirva de excusa para la represión que permita eliminar disidentes.
La fuerza lograda por la oposición y la posibilidad de conseguir una coalición que le arrebate el poder se resuelve creando un nuevo conflicto con ellos que dificulte la formación de alianzas. Los elimina del parlamento, ofrece un acuerdo a los partidos nacionalistas, y bombardea a los kurdos que vuelven a ser los terroristas oficiales en Turquía. Además, Turquía dirá estar atacando bajo el manto de la OTAN, por lo que cada vez que se defiendan, dirá que es a la Alianza a quien se ataca, intentando acallar las reticencias política


Mientras tanto el Estado Islámico se ha estado beneficiando de esta situación, sabiendo que Turquía no molestaría si no era molestada o que había que molestar a Turquía solo en la medida que justifique sus represalias.
Euronews da información sobre los nuevos bombardeos y los intentos de anular los resultados de las elecciones mediante la eliminación de los diputados, a los que sin duda se meterá en la cárcel y se volverá a radicalizar todo para que Erdogan siga en el poder. Su cierre de la breve noticia no puede ser más claro:

El gobierno turco está acusado desde la semana pasada de utilizar la campaña militar con fines electorales después de que el HDP pusiera fin a la mayoría del partido gobernante en las elecciones de junio.***


La prensa turca afecta a Erdogan habla de "pleno apoyo" de la OTAN. La del resto en general habla de "vigilancia", "control", "cautela", "contención", etc- Pero eso a Erdogan le da igual. Se ha hecho la foto con todos ellos que se han reunido de urgencia para escuchar sus razones para suspender la tregua volver a situar a Turquía en la "pesadilla" de la que se hablaba en el artículo de Murat Yetkin. Este es el "islamista moderado" tan celebrado y al que algunos odian pero imitan. 
Los kurdos que están luchando contra el Estado Islámico se preguntarán porque los miembros de la coalición anti-EI les bombardean en nombre de la OTAN. Es a los Estados Unidos  y a la OTAN a quien le toca explicárselo ahora a los kurdos.



* "Turkish authorities block access to news websites" Committee To Protect Journalist 28/07/2015 https://cpj.org/2015/07/turkish-authorities-block-access-to-news-websites.php
** "Turkey before the same nightmare after 20 years"
Hurriyet Daily News 29/07/2015 http://www.hurriyetdailynews.com/turkey-before-the-same-nightmare-after-20-years.aspx
*** "Turquía ataca de nuevo posiciones del PKK tras reconocer la “imposibilidad” de la paz" Euronews 29/07/2015 http://es.euronews.com/2015/07/29/turquia-ataca-de-nuevo-posiciones-del-pkk-tras-reconocer-la-imposibilidad-de-la/

martes, 28 de julio de 2015

La jueza y la mujer misteriosa de Kabul

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los pasos que dan las mujeres en Afganistán tras la salida de los talibanes son grandes logros en una sociedad en la que muchos están esperando a que se marchen las tropas norteamericanas para volver a imponer a sangre y fuego sus retrógradas normas. Tras el linchamiento en Kabul de la joven Farkhunda a manos de una multitud alentada por un vendedor de reliquias ante la puerta de una mezquita y el escándalo de la posterior rebaja de las condenas de los implicados, la justicia afgana da muestras del temido retroceso, si es que alguna vez abandonaron su tradicionalismo patriarcal, nos llega un nuevo caso.
El presidente de Afganistán, nos cuenta The Washington Post, está triste. Su propuesta de juez para la Corte Suprema no ha logrado el respaldo suficiente en el parlamento. Se perdió la ocasión de hacer historia, nos dice el periódico desde los titulares. La propuesta del presidente Ashraf Ghani era una mujer, la jueza Anisa Rasooli, jurista acreditada y presidenta de la Afgan Women Judges Association (AWJA). Pero en el parlamento no contó con los votos suficientes y de una forma más penosa y extraña: muchas parlamentarias no acudieron a la votación, que de otra forma se hubiera ganado:

Activists here and abroad were ecstatic. A woman on the bench of the country’s highest court could be an antidote to a growing concern: the erosion of gains in women’s rights as the Western military and aid footprint shrinks.
But then Afghanistan’s conservative establishment asserted itself. Influential Islamic clerics, as well as some male lawmakers, declared that a woman was not fit to try serious criminal cases. Their protests illustrated a continuing struggle pitting age-old traditions and customs against efforts to shape Afghanistan into a modern society.
Still, there were 69 female members in the Afghan parliament, which had to ratify Rasooli’s appointment, providing good odds for her to make history. But when the body met to vote this month, 23 female lawmakers were absent. Of 184 lawmakers present, 88 voted for her in the secret ballot — nine too few.
“If the women were there, and if they had voted for me, I would have won,” said Rasooli, who is 47 and unmarried.*


El periódico recoge cómo las legisladoras fueron presionadas por sus colegas varones para que se opusieran o se abstuvieran porque "they argued it was against Islamic law"*. Parece que en lo referido a las mujeres no es suficiente la mayoría y que la presencia de una mujer en la Corte Suprema tenía demasiados prejuicios en contra como para salir adelante. Sí, se perdió la ocasión de hacer historia.
La misma justicia que acabó atenuando el castigo del monstruoso asesinato de la joven afgana no parece dispuesta a que haya una mujer entre los que tienen la máxima responsabilidad entre los jueces. Anisa Rasooli, parecen querer decir, ya ha llegado hasta donde podía llegar. No puede haber una mujer en la Corte Suprema porque la última instancia debe ser puramente masculina. El mero hecho de tener que discutir con una mujer sus decisiones les resulta repugnante, una ofensa.
The Washington Post recoge los argumentos generales esgrimidos por los opositores:

“There are various reasons why a woman can’t be a judge from Sharia point of view,” said Sayed Mohammad Musa Jinab, a lawmaker from Badghis province who was absent for the vote. “The main one is that by nature a woman has a tender heart, and a woman judge would use leniency while giving a ruling over a punishment that deserves severe punishment.”
Qazi Nazir Ahmad Hanafi, a lawmaker from Herat who voted against Rasooli’s nomination, agreed. Female judges, he said, “can’t stand supporting executions, chopping of hands and legs, as stipulated in the constitution for crimes.”*


Se comprende a través de estas dos declaraciones de los parlamentarios la profundidad del prejuicio contra las mujeres. La mujer es de corazón débil y no puede aplicar la Sharia con la rotundidad necesaria; su corazón la traiciona y si está en un puesto como al que aspiraba traiciona a toda la sociedad. La mujer, en suma, está incapacitada para soportar la sublime responsabilidad de la Justicia islámica, pues no hay otra. El segundo argumento es complementario del primero: si fuera capaz de sentenciar a los más duros castigos, no podría soportar su visión.
Esto lo dicen después de que la muchedumbre masculina ejerciera la justicia popular de linchar, quemar y descuartizar a la mujer que osó recriminar al farsante que vendía reliquias a la puerta de la mezquita y al que le bastó invocar la "justicia" sumarísima contra aquella a la que acusó de profanar el Corán. A ninguno de los asesinos le tembló, en efecto, la mano para golpear o prender fuego o sostener el móvil para perpetuar la hazaña. Sí, la mujer está mejor en su papel de víctima de la justicia reservada a los hombres, parece que se ajusta más a la realidad afgana del momento.


Señalo del "momento" porque no siempre ha sido así. De hecho, la sociedad afgana tenía unos elementos de modernidad de la que carecían muchas otras sociedades musulmanas. Cómo se puedo retroceder a niveles tan increíbles en los derechos de las mujeres es una pregunta histórica que es necesario hacerse en estos momentos en los que el Estado Islámico trata de hacer lo mismo en los territorios que conquista. Allí no hay más legalidad que la que surge de sus perversas interpretaciones. Ayer, el diario El Mundo nos traía la noticia de la orden del Estado Islámico de practicar obligatoriamente la mutilación genital a todas las mujeres en los territorios que controlen.

El Estado Islámico ha ordenado que todas las niñas y mujeres entre 11 y 46 años de Mosul, la segunda ciudad de Irak, sean sometidas a la mutilación genital femenina, una práctica atroz poco común en el país árabe, ha denunciado este jueves la ONU.
En la fetua (edicto islámico), el líder del Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) y autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi exige que se lleve a cabo la ablación para "alejar a las mujeres del libertinaje y la inmoralidad". El Fondo de Población de la ONU calcula que la medida podría afectar a unas 4 millones de mujeres y menores de edad.
"Es algo muy nuevo en Irak, especialmente en este área y es motivo de gran preocupación", ha alertado Jacqueline Badcock, coordinadora humanitaria de la ONU en Irak por videoconferencia desde Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán. "No es la voluntad del pueblo iraquí ni de las mujeres iraquíes en estas zonas vulnerables controladas por los terroristas", ha recalcado.**


La imposición de esta aberración a las mujeres más allá de los territorios —Sudán y Egipto— en los que son desgraciadamente habituales es una muestra más de que el Estado Islámico es algo más que un movimiento terrorista. Da igual que esté demostrado que una práctica precoránica. Si no se ha conseguido erradicar de Egipto, con las leyes en contra desde 2008, ¿cómo se va a convencer a estos monstruos ideologizados con todo el poder sangriento en las manos?
De nuevo es la mujer el centro de los ataques. Si los parlamentarios afganos consideraban que una mujer no debía formar parte de la Corte Suprema porque sería incapaz de aplicar la dureza de la Sharia y contemplar impasible los castigos, si decían que la mujer tenía el "corazón blando", ahora es también el corazón el que se trata de controlar. Mediante la ablación se trata de reducir su sexualidad para "alejar a las mujeres del libertinaje y la inmoralidad".


En diciembre, la redes sociales de Afganistán convirtieron en virales las fotos de una misteriosa mujer recorriendo las calles de Kabul con las piernas desnudas, sin cubrir con pantalón bajo el vestido***. Las explicaciones que se dieron entonces consideraban que era una prostituta o una loca, no había más opción para que una mujer realizara tal desafío. No se supo más de aquella mujer misteriosa que había recorrido las calles tal como lo hacía su abuela en los años 60. En Afganistán nos recordaban entonces, las mujeres habían tenido derecho a voto en la década de los 20, antes que en Reino Unido. Hoy, locas o prostitutas si desafían con sus atrevimientos. Farkhunda era una blasfema; la juez Rasooli, incapaz de aplicar la leyes humanas o divinas.


Los prejuicios se van acumulando en la negatividad de la mujer, que impide la justicia y pervierte el orden social y familiar con sus apetitos y volubilidad. La negativa del parlamento afgano a aprobar la propuesta presidencial para tener una mujer en la Corte Suprema es una muy mala noticia porque revela claramente que esos prejuicios están en el seno mismo de los que tienen que aprobar las leyes y designar a los que les aplicarán. Ese poder es masculino. Y no quiere dejar de serlo.
El gobierno afgano tiene cuatro ministras, varias gobernadoras y muchas mujeres en altos cargos y el presidente ha anunciado que hará nombramientos de embajadoras que representen al país fuera de sus fronteras. Pero no ha conseguido doblegar el poder de los Ulemas: 

“Hemos hecho llegar nuestra postura al presidente en una carta (…) en la que le pedimos que revoque su decisión, ya que nunca ha habido una mujer jueza en la historia del islam”, sentenció hoy a Efe un portavoz del Consejo de Ulemas, Ataulá Ludin.****


Lo que no ha sido, no será. Es la ley del precedente, básico en los planteamientos expuestos. Y nunca lo ha sido porque la mujer no debe estar ahí. La Ley es demasiado importante para dejarla en sus manos. Si Dios no lo hizo, ¿por qué lo van a hacer los hombres en su ignorancia?
Finalmente consiguieron su propósito y lo que hubiera podido ser un gran salto en la Historia y un ejemplo para muchos otros lugares, se ha quedado en un noble intento que ha servido para mostrar el techo de cristal: la ley. Por el momento.

* "Poised to make history, a judge in Afghanistan hits a familiar wall" The Washington Post 27/07/2015 https://www.washingtonpost.com/world/asia_pacific/an-afghan-judge-was-nominated-to-the-supreme-court-trouble-is-shes-a-woman/2015/07/27/bbb80a82-2ef3-11e5-818f-a242f28e7022_story.html?hpid=z5
** "El Estado Islámico ordena la ablación de todas las mujeres y niñas en el norte de Irak" El Mundo 24/07/2015 http://www.elmundo.es/internacional/2014/07/24/53d0fc2ae2704eb3108b457e.html

*** "Photos of woman walking with bare legs in Kabul goes viral" Khaama Press 5/12/2014 http://www.khaama.com/photos-of-woman-walking-with-bare-legs-in-kabul-goes-viral-8826
**** "Nominada una mujer para formar parte por primera vez de Corte Suprema afgana" Radio América 15/06/2015 http://radioamericahn.net/2015/06/15/nominada-una-mujer-para-formar-parte-por-primera-vez-de-corte-suprema-afgana/