lunes, 15 de junio de 2015

La boca del pez

Joaquín Mª Aguirre Romero (UCM)
Ya saben el refrán, por la boca muere el pez. Creo que algunos están empezando a comprender que los divertimentos de las redes sociales son peligrosos. Son ideales para estar en la oposición, pero muy incómodos cuando tienes algo que perder. En la oposición no tienes poder, pero te ríes un montón.
Los que han estado soltando gracietas e ingeniosidades durante este tiempo, corren el riego de que les saquen los colores, que les apliquen ahora el ojo por ojo los que hasta el momento estaban en la caseta de feria aguantando el pim pam pum.
Cuando aquí insistimos en la ejemplaridad del político, también lo hacemos del que tiene pretensiones de poder desde hace años y que empezó lanzando cosas, amenazando, intimidando o insultando a quien le apetecía. Ahora estas cosas hacen pasar cierta vergüenza institucional.
Algunos pueden pasar a ser los políticos más efímeros, visto y no visto, de la historia. Casi como esos goles que se marcan tras el saque de centro en apenas unos segundos. Te nombran el sábado y te piden la dimisión el domingo, que ya no se respeta.

Los excesos de estos años pasarán factura a más de uno. Saldrán los expertos explicando estas cosas, que es muy bonito hacer chistes de ceniceros y guillotinas y el público siempre tiene razón y blablabá. Pero es que cuando has gastado chistes así, corres el riesgo de convertirte en carga incómoda para tus compañeros que son un poco más serios que tú y que sabían que los problemas de la política no se solucionan con chistes de mejor o peor gusto. Pero llevamos mucho tiempo llamando política a lo que no lo es. Hacerse unas risas es otra cosa.
Queda por explicar, en cambio, lo dicho sobre Irene Villa, para lo que no hay excusas sobre medir el alcance del humor negro, como se nos dice.
Aquí no se ha cogido a simples ciudadanos que pasaban por allí, gente con ganas y espíritu limpio, como reza la publicidad. Más bien algunos se han puesto al frente de esos ciudadanos y los ciudadanos, con sus votos, y los demás con sus pactos, les han llevado hasta los asientos del poder. Ahora ya se puede. Y es ahora cuando vamos a empezar a ver cada día cosas de estas porque la oposición está con ganas allí donde lleva aguantando mucho tiempo que se le midan las palabras y se les exija la dimisión por un chiste a contrapelo del buen gusto o de lo políticamente correcto.


Estas elecciones no han terminado y se ven como una carrera en tres etapas: europeas, municipales y autonómicas y las generales que quedan por delante. Lo que los grupos, ·mareas", "movimientos", etc. y los partidos hagan tendrá efecto en noviembre. Gestos y meteduras tendrán sus consecuencias para los que están en el filo de la navaja, que son casi todos. Los terremotos y sus réplicas llevan ocurriendo tiempo y van ganando en intensidad con estructuras cada vez más débiles.
En un interesante artículo publicado por el diario El País, con el título "¿Qué le ha pasado a Izquierda Unida?", el diario ha entrevistado a todos los que se han dejado entrevistar y tienen algo que decir sobre este extraño proceso, agridulce en términos de salsa, que hace que se den por ganadores después de haber sido dado por desaparecidos en combate. Me quedo con el recuadro final con dos versiones antagónicas del futuro:

El ex coordinador Gaspar Llamazares cree que los resultados de las municipales -que IU ve halagüeños porque participó en varias de las plataformas ciudadanas triunfantes- prueban que “IU tiene suelo”. Y que "hay que ir a un proceso de suma, pero no de cualquier forma". Y el madrileño Ángel Pérez añade: “El proyecto que representa IU no es el de Podemos. Nosotros existíamos antes de la crisis y existiremos después de la crisis, nos llamemos como nos llamemos”.
Ramón Luque, secretario de Acción Electoral, sostiene, por el contrario: “IU ha cerrado el ciclo político que le dio origen. Después de noviembre se va a la fundación de una nueva fuerza política”. Con él coincide Manuel Monereo, miembro de la dirección en los tiempos de Anguita; en su opinión, “IU, en este formato actual, no tiene futuro, está agotada”. “Hay que construir algo nuevo. Podemos e IU deben fusionarse en una tercera cosa”, afirma. Y propone: “Nosotros tenemos todo lo que ellos no, y viceversa. Ellos tienen audacia, caras nuevas. Nosotros somos viejos pero tenemos organización, miles de cuadros, presencia en todo el país. Y somos especialistas en travesías del desierto”.*


Quizá también a los de Izquierda Unida les pierda la boca y estén hablando de más queriendo ganar lo que no ganaron en las urnas. Los movimientos y mareas son fruto de la sordera política de los partidos, entre ellos Izquierda Unida, al que abucheaban cuando se presentaban a hacer campaña en los desahucios, como recordarán los que quieran hacerlo. Ellos también eran la "casta", los de siempre. Y ahora quieren "caras nuevas" y prestar las oficinas.
La sustitución de partidos políticos en favor de movimientos de concentración de imprevisible futuro es un flaco servicio al panorama político y la antesala de su disolución. Hasta el momento hacer política era aprovechar los errores del contrario. Ahora será el contrario el que se aproveche de tus errores, entre ellos los de indefinición. Una cosa es acabar con el bipartidismo y otra disolver las líneas de los partidos con el mismo efecto, otro tipo de bipartidismo: el PP y los otros. Ahora el bipartidismo de facto es bueno si sirve para alcanzar el poder. ¿No es bipartidismo que votes a quien votes acaben tus votos en Podemos? Los efectos futuros los veremos, como ya se ven en Izquierda Unida, a la que le queda disolverse o morir, que es lo mismo. Los efectos en el PSOE tampoco tardarán mucho en verse. Y los del PP, que por un lado lo tiene más difícil (solo le valen mayorías absolutas), pero por otro más fácil. Cuando empiece a hacerse política práctica, comenzaremos a ver las diferencias. 
A Manuela Carmena le ha tocado la primera decisión desagradable sin haber llegado a su despacho. Independientemente de si dimiten, les cesan o se quedan donde están, sería bueno empezar a hacer política de otra manera o con otras maneras.





* "¿Qué le ha pasado a Izquierda Unida?" El País  12/06/2015 http://politica.elpais.com/politica/2015/06/12/actualidad/1434135099_152388.html


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