miércoles, 21 de enero de 2015

La realidad invertida (pero que funciona)

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La crónica de Francisco Carrión en El Mundo sobre las últimas atrocidades del Estado Islámico nos deja aterrados por su frialdad y sinrazón:

Un hombre arrojado desde la azotea de un edificio por su presunta homosexualidad. 13 jóvenes ahorcados por ver un partido de fútbol. 16 combatientes yihadistas liquidados por huir del campo de batalla. Son los últimos crímenes perpetrados por el autodenominado Estado Islámico (IS) en la castigada Mosul, la segunda ciudad de Irak en manos de las huestes del califato desde el pasado junio.
El IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) ha divulgado parte de sus fechorías en Internet. Imágenes publicadas en el foro usado habitualmente para anunciar sus acciones muestran a dos encapuchados de la organización lanzando desde un edificio del centro de Mosul a un hombre acusado de ser homosexual ante la mirada de un nutrido público. "Los musulmanes acuden para ver la aplicación de la 'sharia' (ley islámica)", reza uno de los pies de foto.
El resto de fotogramas, de enorme crudeza, exhiben el instante en el que la víctima cae al vacío o, minutos después de su impacto, su cuerpo sobre el cemento de la plaza. En el escueto texto que acompaña a las instantáneas, se indica que el ajusticiado es "una de las personas de Lot" en referencia a los habitantes de las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra, castigados por dios por cometer actos sexuales "desviados".*


Como "estado", el Estado Islámico no es más que un estado policial. No es una utopía, es una pesadilla real, dolorosa, de la que no será fácil despertar.El Estado Islámico no un estado represor; es la represión como estado. Creo que esta idea muestra el alcance de lo que en realidad supone. No se trata de un grupo usando la violencia para conseguir el poder. Sus acciones son el "orden", son la "ley". No hay esperanza de otra cosa. No reivindican un territorio concreto, sino que aspiran a la totalidad, a llevar al mundo entero su "virtud". No somos sus enemigos; somos desobedientes globales a los que hay que corregir, si se puede, y eliminar si hay resistencia. No hay más estrategia, finalidad o alternativa. Son lo que son.
Hemos asistido a tomas violentas del poder, a revoluciones que han cometido atrocidades. Pero creo que el fenómeno del Estado Islámico es diferente a lo visto. Allí donde consiguen el control, aplican su concepto de la normalidad. Como totalitarios, su enemigo es la diversidad, lo que no está escrito, lo que no se ajusta a su interpretación del guión divino, único y sin alternativa interpretativa a la suya propia. Su visión del mundo es la anulación del movimiento que surge de las diferencias, un estado de parálisis absoluta, un grado cero de la evolución. No es que el reloj se pare, es que no harán falta relojes.

"Cómo se ha podido llegar a ese estado sin que se haya percibido el peligro que supone para todo el mundo" es la gran pregunta y me imagino que la repuesta no será sencilla sino más bien un puñado de reproches. Habrá que viajar hacia el pasado, revisando el camino recorrido para intentar comprender. Tendremos que hacer como Sammy Mountjoy, el personaje protagonista de la novela de William Golding, Caída libre (Free fall 1959), indagar en qué punto se torció nuestra vida sin que nos diéramos cuenta. Los momentos adquieren significación por sus consecuencias, ya pasados. Estamos ciegos para el presente.
Un hecho como el del Estado Islámico no se produce de la noche a la mañana. Tiene que ocurrir, como suceden las cosas en la Historia, por una acumulación de errores, malas percepciones y exceso de confianza. En momento en el que se tiene una percepción de "orden mundial", como solemos decir pomposamente; en un momento en el que más foros e instituciones internacionales, debates continuos, reuniones a todas las bandas posibles, etc., en este momento de la historia estalla una situación así. Con cientos de miles de millones invertidos en información para convencernos de que el mundo será más seguro, resulta que es más fácil pinchar el móvil de Angela Merkel o Dilma Rousseff, que el de cualquier terrorista fichado desde hace años, que va y vuelve de Siria, que pide un crédito rápido y compra armas en una tranquila ciudad europea sin demasiados problemas. Entonces se produce el rasgado de vestiduras.


Ayer se nos mostraban unas multitudinarias imágenes desde Chechenia, calculan que estaba allí el 60% de la población, entre 800.000 y un millón dicen las diversas fuentes, que ya es mucha población. Mostraban su rechazo a la publicación de las nuevas caricaturas de Mahoma tras el atentado. Las caricaturas son solo la punta del iceberg. Nos cuenta en El País:

Kadírov se refirió al atentado contra la revista Charlie Hebdo en París e insinuó que el acto terrorista había sido inspirado por los servicios secretos occidentales. “Tras el incidente con las caricaturas pueden estar las autoridades y los servicios secretos de los países occidentales interesados en provocar un nuevo engrosamiento de las filas del Estado Islámico con miles de jóvenes engañados de todo el mundo”, afirmó. “En lugar de condenar a los que dispararon y a los que dieron motivo para ello con sus caricaturas, las autoridades de Francia organizaron un espectáculo callejero con consignas en apoyo de la arbitrariedad que conduce al derramamiento de sangre”, afirmó Kadirov.
El líder checheno criticó a los “periodistas y políticos europeos” que con “consignas falsas sobre la libertad de palabra y la democracia han proclamado la libertad para la grosería, la incultura y la ofensa a los sentimientos religiosos de cientos de millones de fieles”. “Gracias a la firme voluntad del presidente Vladímir Putin Rusia se opone hoy a los “fenómenos negativos que se han apoderado de Europa y otras regiones del planeta”, sentenció.**


Todo esto retransmitido gracias al Kremlin. Putin no tiene bastante con Ucrania, ni con su apoyo a Siria —el núcleo del conflicto—, ni con tratar de gestionar la crisis económica en la que se encuentra, fruto de sus actos.
Las insinuaciones de los dirigentes de algunos países para reconducir las iras contra Estados Unidos y Europa, juntos o por separado, es un juego político muy peligroso y que augura futuras y prontas inestabilidades.
A estas masas, cuyo acceso a la información se les limita, se les adoctrina en la creencia de que el Estado Islámico es una maniobra de Occidente; que los atentados de Francia son fruto de los propios franceses, de la misma forma que hace correr por el mundo que no se llegó a la Luna o que no hubo atentado contra las Torres Gemelas el 11-S, que fueron los propios americanos los que se masacraron para despistar. Se puede así atacar al enemigo real y al simbólico; atacas a los yihadistas, que te pueden mover la silla del poder, y atacas simbólicamente a Occidente, al que asignas el origen del mal. Con la excusa de la guerra al terror (han aprendido de Estados Unidos) acabas, además, con la oposición interna, a la que acusas de participar en estas maniobras, de ser traidores, de ser los instigadores, vendidos a Occidente.


La realidad —terrible realidad— es ese joven arrojado desde una torre ante los ojos de los agolpados en una plaza; esos jóvenes asesinados por ver un partido de fútbol; o los ejecutados porque no hay vuelta atrás en su obedicencia macabra. El Estado Islámico o Boko Haram no son un invento de nadie, sino la triste realidad del radicalismo, de la incultura, del manejo de la religión por unos y otros, y una larga relación de errores de cálculos políticos, de amistades equivocadas, de falsas sensaciones de seguridad, de indecisiones e indeterminaciones, de análisis sobre los mapas y no sobre el terreno.
Nada es más nocivo que la pérdida de sentido de la realidad. Hoy medio mundo vive en medio de estas fantasías alentadas por el interés político, auténticas bombas de relojería. Estas fantasías conspiratorias se creen porque se quieren creer y se usan porque se obtiene rédito político.
Me sorprendo muchas veces escuchando estas teorías a personas que aparentemente me parecían sensatas, leerlas en periódicos que me parecían serios y verlas en televisiones que me parecían frívolas. Corren como la pólvora. Y acaban estallando en las propias manos.



* "El IS lanza al vacío a un homosexual y ahorca a 13 jóvenes por ver un partido de fútbol en Mosul" 18/01/2015 http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/18/54bba255268e3e8c798b456f.html?cid=MOTB23701=obinsite
** "Multitudinaria protesta en Chechenia por las viñetas de Mahoma" El País 19/01/2015 http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/19/actualidad/1421681591_015071.html






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