miércoles, 31 de diciembre de 2014

El año que dejamos o nos deja

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
He tirado cuatro páginas de recuento de elementos negativos del año. Los sabemos todos y no es más que meterse el dedo en el ojo. Entre el vaso vacío y el vaso lleno es mejor acabar el año con el sentimiento de que vamos saliendo. En España hay quien vive la crisis y quien vive de la crisis. Eso que nos han repetido de que hay que ver las crisis como "oportunidades", algunos se lo han tomado muy en serio. Demasiado.
En el aspecto positivo del año, las señales evidentes de mejora económica. Por más que los políticos vivan de la euforia unos y del desastre los que se les oponen, las señales de recuperación económica provienen de diversos indicadores internos de reactivación y de la confianza exterior. Ni tanto ni tan poco. Si tiene dudas, consulte en los comercios. Yo lo hago habitualmente, pregunto cómo va el año y me dicen, por lo general, que ha ido mejor que el anterior. Luego que los políticos digan lo que quieran y cada uno piense como mejor le parezca, si es poco o mucho.
Eso no significa que esto sea Jauja, sino que lo peor ha pasado y que, con muchísimo sacrificio, se ha conseguido salir de un desastre cantado. No, España no es Grecia, afortunadamente, por más que hoy mismo lo diga el señor Echenique, de Podemos. Los que se empeñan en que esto sea Grecia tendrán su responsabilidad histórica cuando intenten forzar los parecidos. Los retratos de España que hacen los políticos son como lo que decía Picasso del de Gertrude Stein: "ya se irá pareciendo". A unos, sí, les va el cubismo, a otros Sorolla y otros Gutiérrez Solana. Elija el que quiera.

Lo preocupante de esta recuperación son los efectos sociales de la crisis, que es necesario comenzar a paliar para que el estado de bienestar adquiera su sentido real, por un lado. Pero, por otro, lo es no cometer los mismos errores que anteriormente se han cometido.
En España hay dos crisis, la general, la de la zona euro, y la propia, la que se deriva de nuestros propios errores y derroteros. Hay que tener mucho cuidado con cómo se crece. Lo que se ha percibido claramente es que el camino que se había emprendido es poco estable y las crisis nos dejan anémicos.
Hay dos "Españas", sí. La una es la que se eleva sobre el ladrillo y el turismo, que quiere reducir al país a ese movimiento de especialización, y una segunda España que es la que ha retrocedido, la de la industria y la ciencia. Los que dicen que el turismo y la construcción son motores, tienen razón. El problema real es adónde nos llevan. Creo que eso lo hemos visto claramente; otra cosa es que verlo sea suficiente para convencernos.
La España que aspira a estrellas Michelin funciona pero tiene grandes problemas en un país con el potencial del nuestro. Es un camino que se ha ido convirtiendo en autolimitación de lo que podemos hacer para tener un país equilibrado. El turismo modela al conjunto porque requiere escenario, es decir, transformarnos a nosotros mismos para acoger a los que llegan y condenarnos a batir nuestros propios récords de afluencia. Esta muy bien, pero tiene efectos muy nocivos para poder avanzar como país si no hay nada más detrás. Las autoridades locales y autonómicas han visto en el sector la salida rápida de los problemas a través de un turismo que corre el riesgo de saturarse.

Para que España se sitúe en el lugar que puede estar es necesario avanzar por el apoyo a la industria y las exportaciones. Son los que han ayudado a salir de la crisis sacando pecho cuando todo lo demás menguaba.
Es necesario apoyar a la industria y a la agricultura, que ha tenido también un papel importante en el sostenimiento. España necesita fortalecer la industria y eso solo se logra potenciando la innovación real a través de la investigación. Hay que ligar Investigación y Desarrollo. Tenemos buenos científicos e investigadores a los que formamos y de los que apenas se saca provecho porque no hay una industria que aprovecha la aplicación de sus resultados.
España necesita una apuesta clara por la industria y la Ciencia. Es una demanda de una generación a la que se condena a vivir del turismo y sus efectos económicos. Además del comercio es necesario aumentar la producción superando la atomización del sector productivo español, reducido al aumento del autoempleo. Esto lo advierten una y otra vez, hay que aumentar el tamaño de nuestras empresas. Nuestro laberinto legal autonómico tiene que agilizarse para poder favorecer el desarrollo industrial. Es una reclamación constante.
Uno de los mensajes más claros de esta crisis es que España necesita de esos cerebros que se nos van. Se van porque el modelo de economía del país, el camino elegido, no los necesita, pues su foco está centrado sobre el turismo y el suelo. Para ello es esencial el papel del crédito y que la banca haga examen de conciencia sobre lo que ha centrado sus beneficios y pérdidas, es decir, su papel en la crisis financiera y en la burbuja inmobiliaria.


Es de agradecer que uno de los primeros mensajes de la Corona, del rey Felipe VI, haya sido de apoyo a la industria y, por extensión, la investigación innovadora. Creo que recoge el sentir de muchos y, junto a otras señales enviadas a la sociedad, ha hecho que crezca la confianza en la institución, tal como recogen las encuestas realizadas.
Aquí lo hemos señalado en estos años una y otra vez. Hay que salir de un modelo que nos condena a la dependencia exterior constante, que nos deforma económicamente, y apostar por un modelo paralelo que vaya haciendo crecer nuestro sector industrial que es competitivo cuando se le deja serlo.


La Ciencia española funciona cuando la dejan; lo que hay que dar es la oportunidad de que el dinero que se invierte en ella sea rentable al transferirse al sector industrial. En esto las universidades y centros de investigación son esenciales. La brutal campaña desatada contra la universidad española, de origen y finalidad inciertos, cuyos ataques provienen de sus propias filas, nada bueno augura. Son muchos sus defectos, pero también las carencias a que está sometida. Lo que no tiene sentido es atacar la institución, sembrando la desconfianza social, desautorizándola como referencia. Muchos de los que afilan sus uñas en artículos contra ella son hijos privilegiados de la misma universidad que atacan, pero los psicólogos nos explican bien ese mecanismo que hace que todo lo que tengamos sea esfuerzo propio mientras lo de los demás es regalo injusto.

Si de algo adolece la universidad española es del mismo cainismo político que la ha invadido y de la que no se ha sabido defender. Donde el cáncer del sectarismo ha anidado, se ha reproducido el mismo esquema de la política, supeditando la ideología o la afinidad a la eficacia. No, la universidad no se ha librado de esto como tampoco lo han podido hacer otras instituciones, que, al menos, lo intentan.
La mejora del sistema educativo es esencial desde la guardería en adelante. No se trata de aumentar los controles, forma carcelaria de entender la formación, sino de modificar los enfoques y crear las condiciones necesarias para que la educación realmente lo sea. Pero la educación padece, como otros ámbitos, la falta de acuerdo y la necesidad de inversión para que pueda ser más eficaz. Hay batallas, como la de la Formación Profesional, que llevan años librándose sin avance alguno. Y esto sería esencial también para el desarrollo industrial del país. Pero no hay forma de avanzar porque los intereses sobre la educación son muchos. Basta con ver los modelos externos que funcionan para entender lo que no funciona aquí.
La crisis que padecemos es larga porque no habido esa capacidad de poner rumbos hacia mejores aguas. Hace falta otro tipo de liderazgo y de líderes, personas que sean capaces de tener ideas y visión de futuro, algo de lo que nuestra clase política, ligada al aquí y al ahora del cortoplacismo, no tiene. Hay demasiada demagogia encubriendo incapacidades. La renovación de la clase política solo es posible si varían su forma de enfocar su papel en el desarrollo del país, detectar las fuerzas y posibilidades reales para encaminarnos todos. Lo demás es pelea de gallos, fuegos artificiales, que nos alejan de la posibilidad de ser un país que progrese al ritmo adecuado.
Tienen más confianza en España fuera que dentro. No la tenemos no porque no queramos, sino porque el debate político es una pelea en el fango, espectáculo al que consiguen arrastrarnos.


En España se confunde a menudo la acción ciudadana con salir a la calle con una pancarta. Necesitamos más iniciativas civiles, más cultura, más foros de debate de ideas. Algunas serán buenas. La tribuna única de nuestra política y su presión mediática nos hipnotiza y seduce. La vitalidad de una sociedad se mide en creatividad, no por el volumen de sus gritos.
Creo que la española lo es y debe demostrarlo cada día antes de dejarse seducir por más cantos de sirenas. Ya no es tiempo ni de bromas ni de aventuras. Es el tiempo de aportar y de exigir, de controlar y de dejar claras nuestras aspiraciones como sociedad.
La sociedad española ha dado un ejemplo de solidaridad constante durante la crisis, algo que los políticos han sido incapaces de hacer mostrando la unidad que deberían haber establecido entre ellos como ejemplo de unir fuerzas para salir adelante. Todo lo que nos siga dividiendo como sociedad se acabará volviendo contra nosotros. Esto es claro y sencillo. Todos podemos tener ideas; lo que no podemos es estar inventado el país todos los días.
Que 2015 nos traiga, al menos, buenas ideas que nos sirvan para salir de malas situaciones. Mis deseos de un año mejor para todos, estén donde estén, piensen como piensen, quieran lo que quieran.




martes, 30 de diciembre de 2014

El falso recuerdo de Maspero o la invención de la Historia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las declaraciones realizadas por el Papa copto Tadeo II al diario español El Mundo siguen dando que hablar en Egipto. Lo comentamos el otro día aquí y ya salen las reacciones en la prensa egipcia a las declaraciones, realmente desafortunadas, de un hombre que dice no saber nada de política pero que señala que el Estado Islámico es una invención de Occidente, de algunos países europeos, para dividir Oriente Medio. No sé sí el papa Tadeo II estaba ese día especialmente relajado, pero las declaraciones han causado reacciones en la línea de las que señalamos. Tratan de evitar que los cristianos coptos sean identificados con las líneas políticas oficiales que se están trazando para el conjunto de Egipto.
La columnista Karima Kamal deja las cosas bastante claras en su artículo en Egypt Independent, con el título directo "It's time to stop".

If you were not shocked by Pope Tawadros' recent statements to the Spanish newspaper El Mundo — especially if compared to the statements of Bishop Paul — others were not only shocked, but attacked him severely. For their beloved ones died in the Maspero events.*


Lo primero que resalta tras ver las diferentes críticas que se le dirigen al mandatario copto es que se centran en el caso de Maspero, las muertes de cristianos a manos del ejército el 9 de octubre de 2011, tras la revolución del "25 de enero" y en pleno reinado del mariscal Tantawi y la SCAF, la Junta Militar, que toma el poder tras la caída de Mubarak.
Son tantas las vueltas y revueltas en Egipto, tantas veces cambian las tornas que se hace difícil mantener las iras de la culpabilidad en la misma dirección. Se sublevan contra unos a los que poco después alaban, eligiendo a otros a los que después derriban para que todo se parezca extrañamente a lo que había al principio. ¿Confuso? Pues sí. En Egipto, como en las telenovelas, no te debes perder ningún capítulo si quieres seguir enganchado a la historia.


En su momento (siempre es importante precisar esto por los cambios interpretativos), octubre de 2011, así se describía la matanza de Maspero:

Egyptians are pulling together after a bout of violence at the state television building Maspero, engineered to pit Muslim against Christian and vice versa. The clashes between protesters and the military police during a Coptic protest to demand answers over the burning of churches in Sohag and Aswan resulted in around 25 deaths and 200 injuries.
What was schemed as sectarian vandalism and a plot against the unity of Egyptians, has turned out to be a unifying force and a concrete wall to prove that what happened on the night of Black Sunday in Egypt is a Governor versus People clash rather than Christian versus Muslim one.
Despite the fact that there are people who still favor sectarianism and believe the army is sacred and can do no wrong, many netizens agreed that what had happened at Maspero was a massacre and an attack on all Egyptians.**


Esto se escribe tres días después de la matanza. No hay duda de quién es el criminal (el ejército, lo pudo ver todo el mundo), de su objetivo (sembrar el caos y en enfrentamiento sectario entre musulmanes y cristianos) y la reacción del pueblo (la unidad frente a los que les querían dividir). El Ejército, se nos dice, no es sagrado.

El problema es que ahora sí lo es. El mismo ejército que cargó contra los manifestantes coptos dejando 25 (otras fuentes posteriores suben a 28) y más de 200 heridos. La estrategia del ejército egipcio ha sido siempre la misma, la del bombero pirómano, incendio y después apago. Es la forma de llevar hasta el extremo el caos para después regresar aclamado.
Pero los coptos (la mayoría de los egipcios) no se pueden olvidar de lo que ocurrió en Maspero. Hace falta retorcer mucho los hechos (y en Egipto se retuercen muy bien) para llegar a creerse la versión que el papa copto ha transmitido a través de la entrevista con El Mundo (un auténtico éxito informativo y un detonante político). Ocurre además tras la exoneración de Hosni Mubarak, familia y sus compinches económicos corruptos (Hussein Salem). Las palabras de Tadeo II sobre la bondad del régimen de Mubarak y lo horrible ("otoño", decía) de las "mal llamada primavera" egipcia han sembrado la indignación entre los coptos, Y con razón.
El artículo de Karima Kamal es de gran claridad en la exigencia de la limitación de la iglesia copta en su afán por mantener una portavocía política de sus miembros. Esto es un efecto perverso de la política egipcia que ha causado ya bastantes problemas porque convierte —como señalamos el otro día— a los coptos en un todo susceptible de pagar en su conjunto los errores de sus dirigentes. Eso ya ocurrió con el apoyo a Mubarak y la tibieza que tuvieron sus dirigentes, frente a la participación activa de los cristianos de calle, comprometidos con la revolución junto a los demás egipcios. Señala Karima Kamal:

The position of the Church should be commensurate with the two revolutions, which ostensibly established new standards that should prevail. The most important of these standards is not to mix religion with politics.
When Bishop Paul says political parties should take the church's opinion regarding the parliamentary candidates, and when Pope Tawadros says freedom has limits and that the Internet should be controlled — not to mention his remarks about the verdict on Mubarak — it's a sign that we are moving nowhere.
We demanded several times under Mubarak that the church stop interfering in political affairs. After Mubarak left and Pope Shenouda died, we demanded that the church and the pope limit their role to preaching.
All Coptic Christians have the right to adopt a political inclination just like any other Egyptian, separate from the church and its leadership. But it seems that Bishop Paul wants the Church to maintain the role it has been playing for too long, completely oblivious of the fact that the revolution has affected the Copts along with all other Egyptians. The Copts do not need any political direction from the church, they only need spiritual guidance.
Does the intervention of church leaders mean they want to have an influence? Did Pope Tawadros not know that the church should not be involved in politics? Why did he not decline to answer the political questions of the Spanish journalist in order to spare himself controversy?
The pope cannot swim in the quicksand of today's politics. He should realize that the church has no political role anymore. The Copts paid a dear price when the church was involved in politics. It may have been the wish of the church and the regime at one point in time, but now it is time for both to stop.*


Son muchos intelectuales los reclaman en el mundo islámico una separación entre religión y estado similar a la ocurrida en Occidente con el cristianismo. Ven en la absorción de lo religioso de todas las facetas de la vida pública y privada la fuente de su conflictiva situación y del atraso histórico respecto a Occidente.
No ha gustado nada las loas a Mubarak (es negar sentido a la revolución) ni el canto a una situación que para muchos es opresiva y cuyos derroteros les parecen cada día más oscuros. Pero el oficialismo es una epidemia endémica en Egipto; la racionalización para adaptarse a las situaciones lleva a extremos como que el máximo dirigente de la iglesia copta dude de la masacre de sus propios fieles.


En Mada Masr se recogieron también reacciones y testimonios ante las palabras de Tadeo II. Con el título "Coptic activists outraged by pope's remarks on Maspero massacre", se da espacio a esa manifestaciones indignadas de aquellos que se ven manipulados como coptos y ofendidos como revolucionarios:

Activist Vivian Magdy, whose fiancée was killed in the Maspero clashes, wrote an article published on the privately owned site Yanair Gate, castigating Tawadros for his statements.
“What about the blood of those who died? What about his blood [her fiancée’s] pouring from his mouth as he took his last breath in this life? The blood that I left on my hands for two days to show everyone … Was their blood sacrificed so the pope can talk about them as if they were nothing?” Magdy asked.
The harshest criticism came from Gamal Eid, the executive director of the Arab Network for Human Rights Information (ANHRI): “Dear Pope Tawadros, you have my full appreciation as a religious cleric. As for your political ideas, and your talk about Maspero martyrs, it is too bad. Shame on you!” he tweeted.
Tawadros went on to say in the El Mundo interview that he had endorsed President Abdel Fattah al-Sisi’s presidential campaign in his personal capacity as an Egyptian citizen, despite attacks against him by Coptic youth.
“Those youth lack knowledge and experience,” he claimed, adding that the church is engaged in heated dialogue with them.***


El oficialismo del Papa Tadeo II no le hace ningún bien ni a los coptos ni a la memoria de Egipto. Cuando la historia se reescribe con aviesas intenciones cada día, intentando que lo que fue deje de ser, declaraciones como las suyas son un flaco favor a la situación. No es posible decidir o pensar con claridad meridiana si se vive en esa burbuja cambiante de decoración. La indignación de aquellos que sufrieron la pérdida de familiares y amigos, de los que estuvieron allí y lo vieron con sus propios ojos es comprensible.
No es casual que se haya puesto de moda hablar en Egipto de la novela de Orwell, 1984, a raíz de la detención de un estudiante. Lo importante no es que fuera la causa real de su detención o que fuera un objeto más que llevara encima, sino el refresco de la memoria de lo que en sus páginas se describía: el monopolio de la verdad por parte del Estado.


Especialmente heridos se deben sentir los jóvenes cristianos coptos a los que su "padre" espiritual descalifica en la mejor tradición patriarcal (en el doble sentido de la palabra). Si la revolución fue la "revolución de los hijos", como la definimos en su momento, hoy se asiste a la "contrarrevolución de los padres", con el regreso de Mubarak, el gran padre y de otros padres espirituales, como el Papa Tadeo II.
Un año después de la masacre de Maspero, con el islamista Mohamed Morsi en el poder, nadie había respondido por las muertes de los coptos en Maspero. Morsi no tenía ganas de enfrentarse con el Ejército y discutir por la muerte de un puñado de cristianos coptos. Ni los jueces ni los políticos estaban dispuestos a comprometerse en la exigencia de verdad y justicia para los muertos.


Con motivo de la celebración del primer aniversario, los que mantenían el recuerdo, escribían pidiendo justicia:

@hebamorayef: No se depurarán responsabilidades por los crímenes del ejército egipcio hasta que los oficiales militares puedan ser procesados en los Juzgados Civiles #Maspero
@hebamorayef: Los abogados de los Derechos Humanos insistieron al Comité de Investigación de Morsi para que examinara la retirada del caso Maspero después que el juez rechazara la investigación completa.
@MinaNaguib90: Nunca olvidaré al bastardo que dijo que «si quisiéramos matar hubiéramos matado a 200 o 300 personas, pero el conductor del coche blindado tenía miedo». Me encantaría ver que alguien es juzgado seriamente en este país
Mientras tanto, se llevó a cabo una marcha desde Shubra a Maspero en memoria de los mártires. Ragia Omran escribe:
@rago_legal: Procesión funeraria desde Shubra a Maspero en memoria de nuestros mártires. Que el SCAF juzgue a los responsables de las muertes. Pedimos justicia****


Hoy, pasados varios aniversarios, el Papa Tadeo II ha enterrado un poco más a los que murieron en Maspero. Los ha echado a la fosa común del oficialismo que todo lo devora. Hoy, el que presumía —como se recoge en el tuit— que de haber querido habrían matado a 200 o 300 personas, puede que no se quedara con las ganas de hacerlo en las matanzas posteriores que han ensombrecido a Egipto.
Las peticiones de que el papa copto se limite a ser guía espiritual y no portavoz oficial o director político de sus feligreses llegan desde múltiples puntos, dentro y fuera de Egipto. No ha hecho un favor a nadie; quizá ni siquiera a sí mismo. Sus delirantes declaraciones sobre el Estado Islámico como un instrumento de Occidente no le van a crear mucha simpatía fuera ni en aquellos que padecen los efectos terroríficos del islamismo, incluidos los cristianos que son perseguidos y asesinados en Siria e Irak. Se ha limitado a reproducir la paranoia oficial para cerrar más Egipto al exterior. En el interior ha causado la irritación de los que están comprometidos con la justicia y el deseo de un país más justo y moderno, respetuoso de los derechos de todos.


* Karima Kamal. "It is time to stop" Egypt 29/12/2014 Independent http://www.egyptindependent.com//opinion/it-time-stop
** Nermeen Edrees "Egypt: Mourning the Heros of Maspero's Battle" Global Voices 12/10/2011 http://globalvoicesonline.org/2011/10/12/egypt-mourning-the-heros-of-masperos-battle/
*** "Coptic activists outraged by pope's remarks on Maspero massacre" Mada Masr 25/12/2014 http://www.madamasr.com/news/coptic-activists-outraged-popes-remarks-maspero-massacre
**** Amira Al Hussaini "Egipto: Recordando Maspero; esperando que se haga justicia" Global Voices 12/10/2012 http://es.globalvoicesonline.org/2012/10/11/egipto-recordando-maspero-esperando-que-se-haga-justicia/


 



lunes, 29 de diciembre de 2014

Las series sentadas o la tecnología como perversión narrativa

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Es un hecho indudable que muchos avances tecnológicos, sobre todo los referidos a las comunicaciones, tienen como objetivo que estemos el día sentados delante de la pantalla de un ordenador. Trabajamos delante de una pantalla y nos divertimos delante de una pantalla, ya sea para disfrutar de películas y videojuegos o para ver la televisión o navegar por internet. Estar sentados produce dinero. Quizá por eso nos hemos vuelto —los que lo han hecho— más viajeros y se nos urge a que cojamos maletas y maletines, mochilas y neceseres para hacer ese turismo programado que comienza con nuestros sueños ante una pantalla. Allí descubrimos un paisaje precioso, unas costumbres exóticas, y, tras adquirir los billetes por la misma pantalla, nos adentramos en la realidad, retocada para que se parezca a la de nuestras pantallas.

Todas esas tecnologías —"móviles", "portátiles", etc.— nos hacen estar sentados o, si nos movemos, llevar la oficina y el trabajo puestos, como si se tratara de un traje en la calle o de un batín en casa. Todas estas cosas afectan a nuestra forma de vida. Cambiar un canal de televisión a mano, levantarse a contestar el teléfono, etc., se han vuelto gestos de un pasado atribuible a la época de las Cruzadas, al menos. Cada vez las cosas vienen más hacia nosotros y nosotros vamos menos hacia las cosas. Nos dicen que nos hemos vuelto sedentarios y es verdad. Moverse es más una acción complementaria que la principal.
Lo que no se estudia tanto es el efecto perverso de este mundo en las llamadas películas de acción y especialmente en las series televisivas que se distinguen, por su presupuesto mayor o menor, en el grado de movilidad que tienen sus protagonistas. Muchas se ambientan ya en épocas preTIC porque permiten el desarrollo de intrigas que mantengan alguna tensión. Ahora, por ejemplo, tienen que recurrir a trucos como la rotura del teléfono móvil o la pérdida de cobertura para que el argumento mantenga alguna tensión. Cuando hoy se hacen rescates gracias a las llamadas de los móviles que permiten localizar a personas perdidas o enterradas bajo edificios, cuando disponemos de GPS para saber dónde estamos, los héroes tienen que someterse a la humillación de la descarga de sus baterías o a trepar por una ladera para encontrar cobertura.


Los teléfonos móviles son tan útiles y están tan a mano que una civilización que tiene más números que personas, según qué países, tiene que hacer esfuerzos para conseguir tramas imaginativas. Hoy sería poco natural preparar una trama como la que hizo Alfred Hitchcock en "Asesinato perfecto" (Dial M for Murder). Aunque la gente tenga todavía teléfonos fijos muchos son inalámbricos y no tenemos uno sino varios repartidos por la casa.


Todas las películas que se han basado en que a la gente le cortan el cable telefónico para aislarlos y después hacer fechorías, quedan desestimadas. El famoso y socorrido "¡Han cortado el teléfono!" era un indicador del peligro que llegaba; ahora es más probable que sea por falta de pago que por situaciones de violencia en ciernes.
Pero lo que más afecta es Internet. Eso sí que ha supuesto un duro golpe para las películas de acción y en especial para las series televisivas. El cine lo combate a fuerza de explosiones, derrapes y volcados de coches, asteroides que se acercan peligrosamente, amenazas extraterrestres, etc., busca tramas que se alejen de la facilidad tecnológica de hoy en día para muchas cosas. Pero la televisión no tiene esos presupuestos y las facilidades tecnológicas les suponen un gran ahorro de muchas cosas.

El cine oriental ha sabido, en cambio, convertir estas tecnologías en demoniacas, por lo que las ha convertido en el eje narrativo de sus relatos terroríficos. Hay películas en las que tener un móvil y atender una llamada tiene sus castigo de ultratumba; pantallas de ordenadores de las que puede salir cualquier cosa o dentro de la que pueden acabar como te descuides. Han sabido convertir el mundo cotidiano de las comunicaciones tecnológicas en un infierno del que salen todo tipo de seres espectrales y niños con cortes de pelo inquietantes y miradas aviesas. Pero eso es cosa de japoneses y coreanos. Los americanos han hecho sus remakes, pero no es lo mismo.
Hay ciertas series que resuelven gran parte de su tiempo delante del ordenador, pegados al teléfono o, una variante importante, dentro de una sala de autopsias. ¿Lleva alguien la cuenta de cuántas autopsias vemos a la semana? ¿Hay mayor negación de la movilidad que estar quince minutos por capítulo hablando delante de un muerto? Cronometren. Luego se pasan otro tanto dándose los informes y, si no hay otro remedio, salen a la calle, que apenas vemos. Se han construido, además, unos laboratorios casi circulares por cuyos pasillos se dedican a dar vueltas sin cesar comunicándose las novedades de lo que han encontrado en el hígado, el ADN o debajo de las uñas. Ahora no es que los muertos hablen, como en las películas de ultratumba, sino que son parlanchines incontenibles de los que los protagonistas llegan a ser meros portavoces.


Sé que Henry James decía que la acción se encontraba en el interior de las mentes, que era algo interno, pero era porque le interesaba un cierto tipo de novela que requería de esos movimientos mentales que salen a la luz gracias a las conversaciones. Aún así, sus protagonistas al menos viajan de Europa a América y de América a Europa, según toque.
Pero me refiero a algunas series que tienen ya en su reparto un papel fijo, el "informático", los expertos en acceder a todo lo que se les pida (la mayor parte de las veces de forma ilegal). Basta con decirles con energía "X, localízame lo que se sabe de Z" o "¡intervén sus llamadas telefónicas!" o "¡dame el estado de sus cuentas bancarias!" o "¡Búscame los parientes hasta tres generaciones!", etc. Pasamos otro tiempo esperando a que otras máquinas nos den sus resultados. Esto ocurre con los bancos de datos de ADN o de huellas dactilares. La tensión llega muchas veces por lo que tarda en salir de la maquinita el dato necesario para resolver el caso.


Entre forenses e informáticos se nos ha ralentizado la acción de las películas de acción. En algunas series de televisión llega a ser exasperante, ya que una vez que has descubierto este sencillo truco narrativo, una vez que has llegado a desautomatizarlo, se te vuelve obsesivo y no puedes dejar de notarlo. 
En ocasiones, un largo texto explicativo se fragmenta entre los diversos suministradores de datos, que van y vienen trayendo los papeles que han salido de sus impresoras o, si la serie es muy moderna, con sus tablets en las que leen para que parezca más natural. "¡Hemos encontrado que el sospechoso X fue a l guardería con el sospechoso Z!", se cuentan. Todo está ahí, en la red. Una vez que se lo han contado todo, lo analizan y se congratulan de lo listos que son y deciden ir a por el sospechoso. Eso en el mejor de los casos, porque es bastante habitual que manden a algún acólito a por él o ella y nos los encontremos ya en el tercer lugar favorito de las series tras las alas de autopsias y los ordenadores: las salas de interrogatorio.


De nuevo más aislamiento, más sillas y mesas. Hay actores que ganan peso en el trabajo. Se convierte en un alarde interpretativo levantarse de golpe y lanzar una silla para intimidar al interrogado. Entran y salen interrogadores, abogados y todo el que tenga justificación para estar allí. Se les interroga de dos en dos, en salas paralelas; más sillas, más mesas. Nos muestran a los personajes sentados y a los miran tras el espejo y especulan sobre lo que acaban de escuchar.
Los guionistas trabajan armonizando todo esto, que supone unos grandes ahorros en producción frente a las series de "exteriores" (también las hay baratas), con movilidad, que se vea la luz del sol o la de las farolas si es necesario. Ahorran en varios capítulos de interiores para luego poderse permitir el derroche de salir a interrogar de puerta en puerta, de encontrar cadáveres en los parques o campos. Pero esto solo se lo pueden permitir las series de más éxito y más ingresos. A las de tipo medio se les permite algún ligero paseo por la ciudad llevando un café en la mano o parar a comprar un "hot dog" o arrinconar a un sospechoso en una acera, frente a su casa. Pero sin excesos, que luego los de producción se quejan.


Hay series en las que esto se llega a hacer insufrible. Han llegado a ser lo que Gila decía en una de sus celebradas intervenciones, la "radio en colores": conversaciones interminables, llegadas de datos y más datos (del censo, de la seguridad social, del FBI, de tráfico...). Se va de sala en sala: de las autopsias a los ordenadores, de los ordenadores a los interrogatorios y vuelta a empezar. Se ha trasladado lo que eran aquellas comedias (y son) en las que los personajes entran y salen de una habitación y hablan y hablan, a las series llamadas de acción, en las que va quedando poca.


Hay grandes series y los guionistas saben camuflar muy bien las costuras de los guiones para evitar que se noten demasiado las limitaciones. Pero en otras, los zurcidos cantan estrepitosamente. Es el ingenio y el saber narrativo el que permite superar limitaciones de espacio y presupuesto. Una buena realización puede hacernos olvidar que estamos dando vueltas por el mismo sitio desde hace diez minutos. Pero no siempre es así.
La serie "Sexo en Nueva York" destacaba porque se pasaban la mitad del día en la calle y la otra mitad en la cama o hablando de ella. Así es posible que se montaran tours turísticos por la ciudad recorriendo los lugares de la serie, sus bares, clubes, restaurantes y tiendas, para satisfacción de sus fans. Hoy las series sentadas nos enseñarían salas de autopsias, de ordenadores y de interrogatorios, y poco más. Los fans no tendrían mucho que ver.




domingo, 28 de diciembre de 2014

El arte de discrepar y los pecados capitales

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La edición digital de El País recoge una interesante entrevista de Amelia Castilla con Paul Preston, el historiador británico, publicada en el Semanal. Creo que, con buen criterio esta vez, se ha elegido un titular con sentido sobre los españoles antes que uno meramente llamativo: "En España se ve al que discrepa como a un enemigo". Cuando le preguntan a Paul Preston si estaría dispuesto a hacer un retrato genérico de los españoles:

Muchos editores me han pedido que escriba un libro sobre los españoles y los siete pecados capitales, pero soy incapaz, quizá por falta de talento o imaginación, lo digo en serio. Encuentro las mismas cosas buenas y malas en los británicos que en los españoles, con diferencias periféricas como los gustos de comer y beber, pero en el fondo lo que realmente cuenta, como el coraje y la lealtad, hay más o menos el mismo abanico.*


Hace referencia Preston a aquella moda sacada por Fernando Díaz-Plaja de ir contando uno a uno los pecados capitales de este país y de algún otro —de USA y posteriormente de Uruguay, en donde falleció en 2012—. La obra fue un tremendo éxito allá por 1966, cuando se publicó, y los españoles devoraban el análisis de sus pecados con virtuosa sorpresa. Cuenta Díaz-Plaja en la presentación de su obra:

La impresionante personalidad española —de la cual se comentan aquí apenas unos matices— asombra a los visitantes y a los pocos españoles que han meditado sobre ello. En todos causa impacto. Durante mis viajes he oído muchos juicios sobre nuestro país y yo justificaba, interiormente, tanto el agrio como el entusiasta. Lo que no podía aceptar era el comentario indiferente. «Odio lo español», «Adoro lo español», son frases contradictorias, pero ambas tienen motivos de ser. El oír: «España no está mal», me desconcertaba porque España es como un licor fuerte que puede deleitar o repugnar, pero jamás beberse con la indiferencia con que se trasiega un vaso de agua.
Hace muchos años, en 1951, y estando de paso en Londres, charlé con un antiguo conocido, F. J. Mayans, que estaba entonces al frente de la Delegación de Turismo Española en Inglaterra. «¿Por qué no presentáis el viaje a España como algo único? —le pregunté—. ¿Por qué entre los carteles que aconsejan ir a Francia la Bella, a Italia la Artista, no colocáis unos que digan: Sí, pero España ¡es diferente!?»
Años después me ha alegrado ver el lema, reducido de palabras, pero con idéntica intención, en todas partes. Sigue siendo cierto. La progresiva unificación del mundo, desde la comida al espectáculo, desde el traje a la moral, no ha podido destruir el baluarte de una España distinta.**


El propio Díaz-Plaja advierte a continuación del cuidado que hay que tener con el adjetivo "diferente", no vayamos a pensar que significa "mejor". Por eso, nos decía entonces, era mejor enumerar los pecados antes que las virtudes.
La idea de Preston, en cambio, es que salvo ciertas diferencias lógicas, como las de la comida (cualquier británico nota las diferencias con la comida cuando sale al extranjero), no existen grandes divergencias que justifiquen el "diferente" y que, si se mira con atención y sentido común, se ven menores. De hecho, unas cuantas respuestas en la entrevista se dedican a señalar que la excepción no es tal y que estas cosas pasan en otros lugares.
Viniendo de alguien que ha dedicado su vida a conocer nuestra historia, no está mal intentar reducir las diferencias respecto a ese ombliguísmo que nos caracteriza en muchos aspectos.
Sí señala Preston dos diferencias. La primera se refiere al gasto: no sé explica cómo en España mucha gente podía tener el coche que tenía y una segunda residencia:

¿Qué opina de cómo hemos ido cambiando? Conocí España en los sesenta, iba en tren a Málaga y el viaje duraba 14 horas. Ahora, por la vejez y la salud, no voy con mucha frecuencia, pero antes iba cada semana o dos veces al mes. Cuando empezó el gran boom hubo algo que me chocó; debió de ser a mediados de los noventa cuando reparé en la cantidad de coches nuevos, gente que en Inglaterra no tendría coche nuevo porque no tenemos esa obsesión por lo nuevo; su equivalente del mismo nivel en Inglaterra no tendría un BMW de estreno ni una casa en la playa. Ahora que se ha colapsado todo, la gente tiene sensación de vivir en la miseria, pero a mí me extrañó mucho la diferencia entre la España que conocí en los sesenta y esa España del último Mercedes y la segunda residencia. Muchos españoles me preguntan si tengo una casa en España y cuando les contesto que no, se sorprenden. Soy profesor de Universidad y aquí no se paga mucho a los profesores, no puedo permitirme ese lujo, en serio. Además, no sé si me gustaría.*


Tiene razón Preston, pero da igual, porque no se lo reconocerá casi nadie. Solo las cifras del endeudamiento, público y privado, le darán la razón en esto, pero son solo detalles. Ya se sabe que para la gente austera y protestante del norte, los del sur somos manirrotos y despilfarradores, parásitos de sus dineros ganados de sol a sol, mientras que nosotros el sol lo aprovechamos para dormir la siesta y atraer turistas. Puede que esta larga crisis en la que tanto se ha sufrido para pagar las deudas contraídas nos enseñe que no hay que hacer tanto caso a los que te ofrecen préstamos generosos.
Mucho más interesante, en cambio, es la respuesta que da cuando se le pregunta sobre si hemos aprendido algo de la Historia, al menos de la que los historiadores nos escriben.

Con todo lo que nos ha pasado y seguimos sin entender que el discrepante tiene algo que decir. En España hay una tendencia a ver al que discrepa como enemigo y no tanto como persona con quien hay que debatir. Me considero socialista de izquierdas, pero cuando escribo soy historiador. Cuando investigué para escribir El holocausto español denunciaba las atrocidades de los dos bandos, pero a veces noto en la historiografía cómo las tendencias de un lado o de otro descartan el trabajo de un historiador, tildándolo de izquierdas por muy buena que sea su investigación o viceversa. Lo percibo incluso con amigos de la profesión; si digo algo bueno de fulanito, enseguida me sueltan: “Ese es un fascista”.*


Si todos los mandamientos se podían resumir en uno, como nos enseñaban, todos los pecados de los que dio cuenta Díaz-Plaja se podrían resumir en este. Se puede compartir la gula con otros, incluso la lujuria en grupo puede tener sus alicientes, pero el señalado por Preston en un mal del que difícilmente nos libramos y que nos afecta casi en todo. Ese negar el pan y la sal, que señala el dicho, es uno de nuestros mayores defectos que ahora, en democracia, resulta injustificable. Es una mentalidad intransigente más propia de dictaduras e integrismos que de países que buscan la convivencia.
Lo hemos escrito muchas veces y no dejaremos de hacerlo. El sectarismo que preside nuestra política no es del siglo XXI por más que los líderes vayan a estilistas imaginativos, diseñadores creativos y maestros de dicción con experiencia probada. Por más que se quiten o pongan las corbatas, vayan de pana o franela, lo que debe caracterizar a nuestros líderes es la voluntad de agrupar voluntades frente a proyectos que sean capaces de romper barreras y no de elevarlas permanentemente.


Pero en España la política lleva esos derroteros desde hace mucho tiempo. Le doy la razón a Preston en que esto no es solo español, pero sí que hemos dado el ejemplo negativo de navegar una importantísima crisis separados, discrepando y enfrentados. Ni las dificultades nos han unidos, sino que han sido aprovechadas por unos y otros para lanzar sus dardos y recogerlos en el futuro. No, no ha sido un buen ejemplo.

El ejemplo dado en Alemania, donde es el electorado el que manda, de la formación de una "gran coalición", el que ha dado Gran Bretaña frente al separatismo escocés, o el que en ocasiones ha dado Francia para evitar la llegada de la extrema derecha al poder, brilla por su ausencia aquí. Aquí, ahora que se habla de la posibilidad de una "gran coalición" para garantizar estabilidad frente a propuestas "imaginativas" o "rupturistas", los líderes se dedican a desmentir cualquier posibilidad. Y al que la menciona, le crucifican, siguiendo la idea de Preston. ¿Por qué tanta insistencia en negar lo que es solo una posibilidad que la democracia permite y las circunstancias pueden exigir? El que no se haya dado nunca, ¿significa que nunca se dará? ¿No han compartido anteriormente en los gobiernos autonómicos responsabilidades partidos que hoy no se hablan? ¿No condena esto siempre a una radicalización de las posturas y consecuentemente a una radicalización de los electorados, a los que hay azuzar para que se mantengan enfrentados? La política de la división divide. Es sencillo. Y eso hace perder energía, recursos y tranquilidad a todos.
Cuando la política de los partidos, de cualquiera, se basa en decir que cuando lleguen al poder desharán lo hecho por los otros, la política queda reducida a la espera de turno en la cola de la carnicería, y la realidad a tela de Penélope. Son esos acuerdos sobre lo importante —la educación, la sanidad, la justicia... — que nunca llegan y que se les reclama, los que hacen avanzar un país. Pero es difícil abandonar los hábitos que les han llevado a donde están. Por selección política natural, los resultados son los que tenemos a la vista: una clase política más dada a discutir, negar y amenazar que a debatir, acordar y avanzar. En algún momento deberían darse cuenta por el bien de todos.


Nos falta, sí, el arte de discrepar sin estigmatizar a los demás. Sin él, lo que reina es la demagogia y se desliza uno hacia una política de botellón, carente de finura y eficacia, simple socialización bárbara, del conmigo o contra mí. No se escucha porque, aunque en el fuero interno supiésemos que el otro tiene razón, no debe nadie vernos en la debilidad de darle la razón, pecado imperdonable, merecedor de la expulsión no del paraíso, sino del infierno mismo.
Cada vez que aparece algún "líder" intento mantener la esperanza en que aporte algo al diálogo de sordos, a la sinfonía cacofónica de nuestra política. Pero desespero pronto: es otro más formado en la escuela del grito y el exabrupto, de la descalificación y la sonrisita condescendiente, otro que busca votos con un hacha.

* "Paul Preston: “En España se ve al que discrepa como a un enemigo”" El País Semanal 28/12/2014 http://elpais.com/elpais/2014/12/26/eps/1419623183_843259.html

** Fernando Díaz-Plaja. El español y los siete pecados capitales. Círculo de Lectores, Barcelona 1968.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Una época de paz y amor o el sueño del Papa Tadeo II

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras conocíamos ayer que Egipto prohíbe oficialmente la película de Ridley Scott "Exodus: dioses y reyes", nos quedamos asombrados por la declaraciones del máximo dirigente de la iglesia copta, el papa Tadeo II, en entrevista publicada por el diario El Mundo y que ha tenido repercusiones internacionales. No podía ser de otra forma atendiendo simplemente al titular: «'El IS es una maquinación de Occidente para trocear Oriente Próximo'»*. Si se sobrevive al titular y se tiene el valor de adentrarse en la entrevista, no apta para cardiacos, se lleva uno descomunales sorpresas. O quizá no tantas si se tiene en cuenta el delirio constante que se percibe en el ámbito egipcio.
En la entrevista de Francisco Carrión, Tadeo II, que afortunadamente no es "infalible" se hace escaparate de las versiones oficiales con las que se racionaliza lo que ocurre en Egipto. La primera andanada es contra la revolución del 25 de enero. Desde una perspectiva político-poética, a Tadeo II le parece mal que se le llame "primavera".

P - Por sus palabras se deduce que no es muy partidario de las revueltas que estallaron en 2011 a lo largo y ancho del mundo árabe...
Es que aquello, en ningún caso, fue una primavera. La primavera es una estación hermosa, con flores, verdor y sonido de pájaros. Un tiempo de paz y amor. Lo que hemos visto durante estos últimos cuatro años no es la primavera sino el otoño.*


El sentido estacional de las personas no debe ser cuestionado. Se puede ser un poco baudeleriano, un poco aquejado de Spleen otoñal, pero esa imagen de primavera Disney queda también bastante alejada de lo actual. El problema reside ahí. A Tadeo II no le parecía mal lo de Mubarak porque le servía de protección frente a los islamistas, algo comprensible desde la elección del mal menor. También tiene su lógica que le sentara fatal la llegada de Morsi y los Hermanos al poder, como históricamente se puede comprobar por los ataques a las iglesias cristianas. Lo que no tiene lógica ninguna es que pueda llamar "un tiempo de paz y amor" a lo que Egipto vive en estos momentos.


Si hubo un momento de "paz y amor" —¡qué lástima que no lo recuerde!— fue precisamente cuando los cristianos coptos —desoyendo a sus tibios líderes— y los musulmanes que quería un cambio real y más libertades y convivencia, se juntaron en las plazas, hermanados, con cánticos conjuntos y velando unos el sueño de los otros, en acción de hermanamiento. En aquel momento se llamaron unos a otros "egipcios" reivindicando su unidad frente a los intentos constantes de enfrentarlos.


Cuando el faraón Morsi llegó de visita a Europa, se le recordó que debía proteger a las minorías religiosas. Se pensaba, evidentemente, en la población copta. Fue Angela Merkel la que se lo tuvo que decir con contundencia: no haga una constitución sectaria, proteja a las minorías y respete los derechos de las mujeres. Con la misma soberbia actual, el electo presidente Morsi dijo que Occidente se metiera en sus asuntos, que eran cosas de los egipcios. Pero las "cosas de los egipcios" nunca son realmente "suyas"; siempre son maquinaciones de los demás. Morsi no llegó al poder porque le votaran, no. Llegó fruto de una conspiración internacional. La revolución del 25 de enero, la que desplazó unos metros a Mubarak, también fue una conspiración internacional. Los muertos fueron obra de los Hermanos Musulmanes mientras el Ejército y la Policía besaban a los manifestantes. Todos aquellos que se manifestaron eran agentes extranjeros intentando molestar a ese patriarca dulce y amoroso que era Hosni Mubarak. Porque faltó el padre, los hijos —¡ay, los hijos!— perdieron el rumbo hasta que fue posible recuperar el orden y la cordura con la llegada de otro padre, esposo, amante de las masas, el deseado. Por fin llegó "un tiempo de paz y amor".


Lo anterior es opinable. Puede Su Santidad, opinar sobre las estaciones del año como quiera y elegir las condiciones climáticas más acordes para con sus estados de ánimo y físico. Pero las declaraciones sobre el Estado Islámico son una grandísima irresponsabilidad, un perfecto reflejo de la deriva delirante:

P - Durante 2014 el autodenominado Estado Islámico, que ha declarado un califato en amplias zonas de Siria e Irak, ha obligado a cientos de miles de cristianos a abandonar sus hogares... ¿Quién se esconde detrás de los yihadistas?
No soy un hombre de política pero creo que algunos países occidentales están intentado ejecutar un plan urdido para trocear Oriente Próximo en naciones más pequeñas y débiles con el objetivo último de proteger a Israel.
P - ¿Considera entonces a Occidente culpable del nacimiento y desarrollo del IS?
Sí. En Irak o Libia se está aplicando la misma estrategia que ya hemos observado en Sudán. Grupos violentos como el IS son una maquinación de Occidente. [¿Con la financiación de países de la zona como Arabia Saudí?] Quizás pero no lo sé a ciencia cierta.*


Es una verdadera pena que Tadeo II no sea un hombre de política, porque se le da muy bien. Para "no saber a ciencia cierta" posee muchos conocimientos. Cuando se escuchan estas cosas y viendo el sufrimiento que se está creando por parte del Estado Islámico, se produce cierta indignación ante las palabras irresponsables del que dice no saber "a ciencia cierta". Uno ya no se extraña nada de lo que escucha desde Egipto. dado la burbuja en la que viven constantemente y el clima de unanimidad necesario para sostenerla. Para que una burbuja aislante se mantenga es necesario el refuerzo constante para evitar que la realidad o, al menos, la duda entre por alguna grieta. El incidente con la novela 1984, con el estudiante detenido, es una anécdota, pero tiene mucho de simbólico, de ahí su éxito.

En Muftha se titulaba así un artículo hace unos días: "Egyptian Media Paints Rosy Picture of UNHRC Review of Egypt’s Human Rights Record". Se refiere especialmente a las 300 recomendaciones hechas sobre los derechos humanos a Egipto y de las que tendrá que dar cuenta pronto. El control casi absoluto sobre los medios de comunicación a fuerza de expulsar las voces críticas y potenciar espectáculos tan vergonzosos como el de la retransmisión de la "redada homosexual" en unos baños de El Cairo (por cierto, a su responsable la presentadora Mona Iraqi, la han despedido de la empresa suiza para la que también trabajaba por el escándalo de su falta de ética) para mostrar la eficacia del Estado erradicando los foco del mal, ha hecho que la realidad sea irreconocible pero sí digerible por el país. Han tenido más condena los autores del video llamado de la "boda gay" que el dictador corrupto de 30 años contra el que se sublevaron. ¡Una época de paz y amor!
En Muftha se analizan las reacciones ante los varapalos internacionales dados a Egipto en todos los órdenes y cómo los medios han desarrollado una retórica nacionalista y defensiva para justificar las constantes violaciones de los derechos humanos y el control absoluto del Estado:

What makes this rhetoric important is its implications in an international context. It is, in fact, neither new nor unique to Egypt. In her television program Hona Al Asema, Lamees Al Hadeedy drew parallels between Egypt today and the United States following the 9/11 attacks, when the Patriot Act was passed to give the government exceptional powers.
Couching Egypt’s human rights performance in terms of national security creates a dramatic “with us or against us” dynamic. In an interview with TV personality Ibrahim Issa, Mervat al-Talawi, head of Egypt’s National Council for Women and member of the Egyptian delegation to the UNHRC, described the 125 member countries who participated in the review as belonging to one of three blocks: “supportive,” “biased,” or “hostile.” In the same interview, she called human rights a “weapon” that countries use to “attack” others they dislike.
Many articles drew a line between countries who “recognize,” “appreciate,” and “understand” the security and stability challenges Egypt faces and those who did not. One columnist for Al Shorouk, generally perceived as more progressive than other mainstream media outlets, characterized the UNHRC review as a “battle to determine the powers that stand with Egypt and those that stand against her on the foreign policy stage.” An opinion piece published by Al Ahram entitled “Human Rights…the Muslim Brotherhood’s Last Card” took it one step further and accused the MB and their “Turkish and Qatari followers” of using the UNHRC review to launch a desperate war against Egypt.
What emerged from this commentary was a dossier of international friends and foes. The United States, most European countries, Tunisia, and Turkey were at the top of the black list. Criticism from the United States and Europe was attributed to Western meddling, while those from Tunisia and Turkey were often portrayed as part of a global Islamist plot to undermine Egypt.**


Es difícil encontrar una maniobra de aislamiento de tal calibre, de distorsión de la realidad tan increíble como la que Egipto vive. No hace mucho recogimos aquí la petición oficial insólita de disculpas de Al Ahram a The New York Times (otra bestia negra difamadora) por haber manipulado la información de su corresponsal haciendo ver que el mundo entero estaba seducido por el presidente Al-Sisi.
Es un estado hipnótico de fascinación en el que se rebozan constantemente bombardeando a la población. Las cosas de Tadeo II no son más que un ejemplo notable  y penoso de lo mismo que una mayoría de la población recibe y percibe. Están firmemente convencidos de que son los demás los causantes de sus males, conspiraciones constantes con no se sabe muy bien qué fin, aunque el objetivo final lo tienen claro: evitar que Egipto reine en el mundo. Hasta de eso se les ha convencido. El foco de la culpabilidad se va desplazando de unos a otros según esa "lista negra" de la que hablan acertadamente en Muftha.


Nadie está a salvo de esa lista, ni lo de dentro ni los de fuera. Lo más lamentable que he podido ver estos días es la noticia  sobre el cambio de trabajo de Wael Ghoneim. Para los que no lo recuerden, Ghoneim fue una de las figuras clave en la revolución del 25 de enero, lo que al papa Tadeo II le parece que se llama mal como "primavera". Ejecutivo de Google en Egipto, fue el creador de la página "Todos somos Khaled Said", en nombre del joven bloguero torturado y asesinado por la humanitaria Policía egipcia y arrojado su cadáver a la calle. Wael Ghoneim fue detenido y estuvo 11 días desaparecido. Las imágenes de su llegada a la Plaza de Tahrir son parte de la historia, tal como lo fueron sus lágrimas incontrolables ante la televisión cuando le iban leyendo los nombres de los jóvenes muertos en esos días. Es una lástima que Tadeo II no se acuerde de esto.
Ahram Online daba noticia de que Wael Ghoneim dejaba su trabajo en Google Venture para nuevas aventuras. El final de la breve nota me produjo profunda tristeza: «Once lauded as a hero, Ghoneim, like many other youth activists, has since fallen foul of pro-government media and has been portrayed as a traitor serving foreign agendas.»***


Difícilmente se puede resumir en dos líneas, con tanta precisión y naturalidad causal, el cambio egipcio. De "héroe" a "traidor". Con la misma concisión, Egipto va deshaciéndose de lo mejor que tiene, aquella juventud que hizo lo que sus padres no tuvieron el valor de hacer, reclamar justicia, pan y libertad. Lo hicieron con la esperanza de que esa "primavera" que reclamaban llegaría para quedarse, pero fue efímera, sí. La retórica que sostiene que todo esto es parte de una hoja de ruta que les lleva a la libertad y la grandeza no es más que una engañifa para recuperar el control que estuvieron a punto de perder. No es posible progresar así. Solo se conseguirá, como están consiguiendo, que los que tengan algo que decir se callen y que los que puedan aportar algo se vayan.
Primero fueron los esbirros de Mubarak los que boicoteaban la revolución; después fueron los Hermanos Musulmanes los que mataban a los revolucionarios; después han sido agentes extranjeros los que hicieron la revolución para molestar al venerable anciano que les había servido fielmente durante treinta años con la ley de excepción en la mano. Ahora, el único cambio es que allí donde Mubarak dejaba un poco de cancha a los islamistas para aparentar cierta democracia y mantener inquieto a Estados Unidos por Israel, el régimen actual, después de verse desbordado en las urnas, ha decidido exterminarlos y encarnar ellos la ortodoxia islámica controlando desde Al-Azhar la doctrina de las mezquitas. La historia de Tadeo II no es más que la confirmación de esa absorción del estado de todos los ámbitos religiosos.


Egypt Independent recogía un artículo publicado por la Carnegie Foundation en el que se recomendaba al papa Tadeo II que no se dedicara, por el bien de los coptos, a mantener una postura política unificada y oficialista:

[...] the Carnegie Endowment for International Peace has advised against emboldening this image, warning the church that “engagement in deals with the state or political parties” could have “drastic consequences because it makes the Church a part of the political regime”.
In an article published on 18 December, Georges Fahmy, a fellow researcher at Carnegie said this position “leads to a situation in which Church decisions can put the lives and property of any individual Copt at risk, even if he or she did not actually participate in making a political choice.”
According to Fahmy, Copts should be free to adopt varied political positions and form groups and movements accordingly.
“Rather than trying to unify Egypt’s Christians under its leadership, the Church should withdraw from the political sphere and allow Copts to defend their interests themselves by joining political parties and movements.”
Fahmy’s article came days before Pope Tawadros II, head of the Coptic Orthodox Church, said in an interview with Spanish El Mundo published on Tuesday, that he supports the release of former president Mubarak from prison.****


¡Otra conspiracion! Me temo que lo que le reclaman a Tadeo II sea lo contrario del camino que ha elegido para la comunidad: liderazgo y control unificados, oficialismo. Con eso dará armas a los que ven en los coptos el peligro, convirtiéndolos en objetivo de los islamistas, que saben que siempre tiene buena aceptación acusar a los cristianos de intentar "recuperar" Egipto mediante conspiraciones. Eso les repetía no hace muchos días el imam de una mezquita en Cremona, Italia, a sus feligreses. Así explicaba que estuvieran en contra de los anticonceptivos: tienen que tener muchos hijos porque quieren echar a los musulmanes. Y visten de negro constante, porque están de duelo por la pérdida de Egipto. Cada uno tiene la teoría conspiratoria que más le satisface, la que mejor le viene a sus fines de manipulación.


No sabemos cuánto durará la fantasía, probablemente mucho. Será necesario mantener esta alucinación con una mezcla de miedo y grandilocuencia, de paranoia conspirativa y cosmética para que no se vean las grietas del sistema, su aislamiento internacional. Solo Putin, ese gran amigo liberal, les tiende la mano para que le compren trigo y armas. La promesa de millones de turistas rusos disfrutando del espectáculo de "paz y amor" es muy poderosa y, ¿por qué no? creíble.
Censurar "Exodus: dioses y reyes" por falta de rigor histórico —dicen que las aguas no se separan, que es inexacto lo del terremoto; que los actores no son egipcios, que no fueron los judíos los que construyeron las pirámides...— es una de esas bromas que el sentido del humor egipcio nos deja de vez en cuando. ¡Qué pena! ¡Y qué pena porque Tadeo II, papa de la comunidad copta, crea que los que persiguen, matan a los cristianos seamos nosotros, los "occidentales", "algunos países europeos", camuflados de integristas islámicos! ¡Esa sí es una buena película!


Afortunadamente sigue habiendo egipcios a los que no les importa (o sí, pero lo llevan con dignidad), que los llamen traidores y vendidos, que siguen pensando que Mubarak no era un buen padre, que Morsi fue un gobernante sectario y que lo que tienen ahora es un régimen que reúne los vicios y virtudes de ambos. Afortunadamente quedan periodistas que son capaces de decir lo que piensan de lo que tienen delante con riesgos laborales y personales. Que duren.
Poco a poco Egipto se va perdiendo dentro de su propia película.



* 'El IS es una maquinación de Occidente para trocear Oriente Próximo'El Mundo 22/12/2014 http://www.elmundo.es/internacional/2014/12/22/5496c75b268e3e395f8b457a.html?a=5b63ee7ee66f433728f8230661071506&t=1419236664
** "Egyptian Media Paints Rosy Picture of UNHRC Review of Egypt’s Human Rights Record" Muftha 19/12/2014 http://muftah.org/egyptian-media-paints-rosy-picture-unhrc-review-egypts-human-rights-record/#.VJ6E0l4DQ
*** "Egypt's Wael Ghoneim quits Google to found start-up" Ahram Online 24/12/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/118721/Egypt/Politics-/Egypts-Wael-Ghoneim-quits-Google-to-found-startup.aspx

**** "US-based think tank urges Coptic church to curb political involvement" Egypt Independent 24/12/2014 http://www.egyptindependent.com//news/us-based-think-tank-urges-coptic-church-curb-political-involvement