viernes, 22 de agosto de 2014

Un león en el ascensor o mejor por la escalera

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Han causado cierto revuelo, por no decir indignación, las declaraciones del alcalde de Valladolid sobre sus temores a que por entrar en el ascensor con una mujer esta se la pueda jugar acusándolo de acoso o agresión con un simple rasgado de ropa o desorden del pelo. Nos dice el diario El País:

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva (Partido Popular), ha manifestado este jueves que en ocasiones le da “cierto reparo” meterse en un ascensor con una mujer. Preguntado en un programa local de Onda Cero por un caso de violación en la ciudad y sobre las recomendaciones del Ministerio del Interior, el regidor aseguró que “a veces el fenómeno puede ser al revés. Imagina que hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que le han intentado agredir”.
De la Riva declaró que en ningún caso justifica una agresión a una persona, pero “no se puede tener una policía en cada parque". "A las seis de la mañana una mujer joven tiene que cuidar por dónde va”, aseveró. Hace unas semanas una vallisoletana denunció una violación en la ciudad sin que se haya detenido al culpable de la agresión.*


Realmente no sé muy bien qué hemos hecho para tener gente así al frente de alcaldías, autonomías o ministerios. Aquello del "político cauto" ha debido quedar como algo de tiempos tan viejos como las ideas del señor León de la Riva. Él es muy libre de pensarlo, como un temor u obsesión más, pero es una irresponsabilidad hacerlo siendo alcalde. Los temores que pueda tener sobre cómo pueden acabar con su carrera política, se los debe guardar en los más profundo de su inconsciente, que es de donde nunca deberían haber salido.
La cautela era una de la virtudes políticas que más se valoraban, pero desde que los políticos se pasan el día haciendo bolos por los medios de comunicación para trabajarse a su electorado, no hacen más que decir tonterías, exabruptos y demás lindezas que los medios amplifican para mantener este sinfonía dodecafónica que nos tiene los oídos encogidos y la boca abierta.


¿Qué le costaba al señor León decir que se sigan las recomendaciones del Ministerio, que era sobre lo que le preguntaban? Pues nada, pero ¡es tan aburrido! Hay que dar la nota. Y el señor León la da; lanza su retrógrado rugido a los cuatro vientos no para atemorizar delincuentes ni violadores con el peso de la ley, sino para que la gente se quede en su casa, que resulta más barato.
Pero son sus temores a que alguna mujer —¿conspiración o en solitario?— le busque las vueltas en un ascensor lo que ha llamado más la atención. Me imagino que esto es algo que está en la mente de cualquier político machista, algo de lo que se le ha acusado frecuentemente. Y es que es señor León de la Riva tiene ya su historial en estas cosas. El País añade un pequeño currículum del edil en este tipo de casos:

Javier León de la Riva, de 68 años, se ha mostrado como uno de los políticos más polémicos de España. Ginecólogo de profesión, lleva en la alcaldía de Valladolid desde 1995, pero ha sido en los últimos años cuando sus jugosos comentarios le han lanzado a la palestra nacional. Sus salidas de tono le han valido el calificativo de machista, no en vano ha dirigido sus dardos dialécticos contra mujeres en más de una ocasión.
Su exabrupto más célebre fue en octubre de 2010, cuando fue preguntado por la nueva ministra de Sanidad de entonces, la socialista Leire Pajín. "Cada vez que veo esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a contar", manifestó. De la Riva se disculpó poco después y negó que fuese machista. "Los ginecólogos sabemos que el sexo fuerte es la mujer", se defendió.
La actual portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, también fue blanco de sus ácidos comentarios. Ocurrió en 2007, en plena campaña electoral de las elecciones municipales. Rodríguez competía con De la Riva por la alcaldía y el alcalde le regaló unas palabras de evidente mal gusto: "Me han acusado de todo menos de violar a la candidata, pero se comprende".*


Debo confesar que al leer que el señor León era ginecólogo de profesión, se me vino el mundo encima. Alguien con temores tan asentados sobre lo que puedan hacerle o decir las mujeres en un ascensor o a la salida del mismo, ¿cómo sigue de ginecólogo? ¿No teme una "embarazada-trampa"? Uno, en su inocencia, tiende a pensar que alguien que lleva toda su vida tratando con mujeres en unos niveles de intimidad como requiere la ginecología habría desarrollado unos sentimientos más positivos hacia el género que le da de comer. Pero vemos que no, que el señor León mantiene unas actitudes que le deben ser rentables en ambos terrenos, el profesional y el político.


¿Quizá antes el señor León de la Riva subía por las escaleras y ahora, con la edad, le han surgido el temor a verse arrinconado por una mujer en el ascensor y posteriormente difamado? No creo, aunque no hay que descartar la hipótesis de la edad. Más bien, creo yo, ha llegado a ese momento político, tras casi veinte años de alcaldía, en el que ha entrado en un aburrimiento existencial a lo Calígula, en donde se siente hastiado emperador pucelano y ya no le importa lo que los demás digan, incluso puede que le divierta.
El Diario de León recogía en 2010 las declaraciones del alcalde ginecólogo de Valladolid ante la visita, para un concierto, de la cantante mejicana Paulina Rubio, entonces embarazada.

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva (PP), que es ginecólogo, comentó ayer, en tono irónico, que estará «en camerinos, por si pasa algo», durante la actuación de Paulina Rubio el próximo día 29 en la ciudad. La cantante mexicana, que espera el primer hijo de su matrimonio con Nicolás Colate Vallejo-Nájera, forma parte del cartel del festival Valladolid Latino, que acogerá el 29 de mayo el estadio José Zorrilla de la capital vallisoletana.
Francisco Javier León de la Riva es doctor en Obstetricia y Ginecología, ha ejercido como ginecólogo en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y como profesor en esta especialidad en la Universidad de Valladolid, antes de dedicarse en exclusiva a la política.**


¡Qué pena! Se perdió la oportunidad de la foto. No quiero ni imaginar lo que hubiera sido que en mitad del concierto Paulina Rubio se hubiera puesto de parto y alguien se acercará al micrófono preguntando si había algún doctor en el estadio. Conmueve esa sensibilidad solícita hacia las posibles parturientas famosas y tan poca sensibilidad para el resto.

Durante mucho tiempo, la película más taquillera del cine español fue No desearás al vecino del quinto, una coproducción hispano-italiana del gusto de la época estrenada en 1970. La película nos mostraba la machista España de la época en donde un inocentón ginecólogo de provincias era acompañado hasta la estación de trenes por su madre —que le decía que si tenía que ir al baño avisara al revisor y que tuviera cuidado con las mujeres en Madrid— y por su novia formal, que le dice que no se cree lo de que va a la capital a una conferencia, porque "todos los hombres sois iguales". No sé porqué la historia de este alcalde ginecólogo me ha traído a la mente la película de Ramón Fernández, con su ginecólogo enmadrado y su provincianismo machista. "¡Cuidado con las mujeres, hijo mío!"
La pregunta que queda siempre en el aire es si los políticos son síntomas sociales, si son sus palabras, con sus salidas de tono, lo que les atraen votantes. Esa era al menos su teoría, que aquel escándalo con sus palabras sobre Leire Pajín (él las reconoció como un "exceso") tendría un "efecto bumerán". Las declaraciones sobre "morritos" y lo que le sugieren las mujeres de otros partidos (no sé si hace estos comentarios también sobre las del suyo) son absolutamente impresentables. Pero no hay mayores prejuicios que los de la tierra y los de la política (y se llega al clímax si se juntan ambos).


Quienes deberían llamarle al orden y negarse a saludarle o a subir en ascensor son las mujeres de su propio partido. En las cuestiones de género no hay partido o no debería haberlo y es frecuente que las mujeres en política se solidaricen por encima de la competencia. Pero está la cosa mu' achuchá. Siempre hay elecciones próximas y se mide todo al milímetro.
El problema es que a alguien que lleva cinco legislaturas y va a por la sexta, nadie se siente tentado a pararle los pies o, al menos, a cerrarle la boca. Todo seguirá igual y los pucelanos seguirán orgullosos de su alcalde ginecólogo y de cómo planta cara a todo el mundo y dice verdades como puños. Así nos va.
En prevención, no suba en ascensor con él. Ir por la escalera es más sano.



* "León de la Riva:“A veces me da reparo entrar en un ascensor con una mujer”" El País 21/08/2014 http://politica.elpais.com/politica/2014/08/21/actualidad/1408638891_173241.html
** "León de la Riva atenderá en el parto a Paulina Rubio si fuera necesario" Diario de León 20/05/2010 http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/leon-riva-atendera-parto-paulina-rubio-fuera-necesario_528780.html








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