domingo, 6 de julio de 2014

Ucrania, un paso más

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En Ucrania se van cerrando etapas camino de una estabilización que pueda ser llamada paz, aunque es probable que haya que hacer distintos enjuagues semánticos en el futuro. La maniobra de Putin para distraer la atención de la anexión de Crimea creando un foco de conflicto se ha saldado finalmente con su consideración como "traidor" a la "causa rusa", que era el fin inevitable. Sigo pensando —y creo que los hechos han ido por ese camino— que a Putin no le interesaba el conflicto, pues perdía clientela y no ganaba más que hacer a Rusia, el país más grande del mundo, unos cuantos kilómetros cuadrados más grande. En cambio, sus problemas se hacían enormes en comparación con sus logros. Las cuestiones políticas y económicas se le estaban poniendo complicadas en cuanto al aislamiento internacional y las sanciones, propias y ajenas, es decir, salidas de capitales y limitaciones en muchos sectores. Moscú empezó riéndose de las sanciones, pero cuando ha hecho números, las risas se acabaron.


La reunión hace unos días de Ucrania y Rusia con Francia y Alemania ha sido importante para ir canalizando la situación hacia una resolución que no puede ser otra que el avance de las tropas ucranianas hasta completar su territorio. Solo así puede darse paso a las medidas políticas, nacionales e internacionales. Hicimos hace mucho tiempo la pregunta de hasta qué punto Moscú controlaba a los llamados "prorrusos" y se ha visto que era la cuestión clave. Mientras los intereses de Moscú se beneficiaban, la situación permanecía abierta; pero hace tiempo que a Rusia dejó de interesarle la "cuestión ucraniana". Pero la retórica nacionalista empleada por Putin para justificar la anexión descarada de Crimea —lengua y raza— fue creída por los habitantes separatistas de la región. Milagrosamente aparecieron armados hasta las cejas y con un armamento capaz de enfrentarse a un ejército poco fiable, con el riesgo de que ocurriera como en Crimea, que se pasara al otro bando, indicador de lo trufado que Rusia lo tenía. 


La humillación de la salida de los soldados fieles a Kiev de unos cuarteles tomados por los rusos recién llegados y los que allí habitaban. La vergüenza de la deserción del almirante Berezovski, comandante en jefe de la marina de Ucrania, entregando el mando a las nuevas autoridades secesionistas, quedará como un ejemplo de maquiavelismo y de penetración de Rusia en las estructuras de sus vecinos. Rusia tiene Crimea porque hace mucho tiempo que, en la sombra, se le había entregado. Ese es el favor que Moscú le debe a los Yanukóvich y compañía.
Ahora está por ver cuál es la retórica que Putin empleará para justificar que aquellos "rusos" que alentó queden ahora en zona  ucraniana. El diario El País nos cuenta:

El jefe de la autoproclamada república popular de Donetsk, Dennís Pushilin, criticó hoy al presidente ruso, Vladímir Putin, por renunciar a intervenir con sus tropas en el sureste de Ucrania en apoyo a los separatistas y afirmó que el jefe del Kremlin les dio esperanzas y después les abandonó.
"Qué decir. Nos dieron esperanzas y luego nos abandonaron. Fueron muy bonitas las palabras de Putin sobre la defensa del pueblo ruso, de 'Novorossia' (como se denominan los separatistas), pero sólo fueron palabras", lamentó Pushilin en la red social Twitter.*


Era cuestión de tiempo y la esperanza de Putin de que fueran los demás los que resolvieran los dos problemas, el de Ucrania y el de la imagen de Rusia, por no decir la propia, no se producía. Ha costado muchas vidas entender que Putin jugaba con ellos y que no se le iba a dejar seguir con sus planes. Los paseos de las tropas por la frontera y demás golpes de efecto para la galería no podían ocultar que pasar esa frontera era demasiado arriesgado para los negocios rusos. Si Europa necesita comprar gas ruso, Rusia necesita venderlo y el acuerdo con China, quizá la mayor beneficiaria por los precios a la baja del gas ruso. El diario El Mundo contaba en su momento:

Las partes no revelaron el precio al que Rusia venderá el hidrocarburo, un tema que se había convertido en los últimos días en el principal escollo de la negociación y en un motivo de orgullo para Putin, que aseguró repetidamente a sus compatriotas que se lograría un buen acuerdo.
Los datos globales del contrato permiten deducir, sin embargo, que China pagará alrededor de 263 euros por cada 1.000 metros cúbicos, por debajo de lo que Europa abona a Moscú (unos 278 euros), pero por encima de lo que desembolsa Pekín a otros suministradores de Asia Central (en torno a los 256 euros), de acuerdo a datos de Bloomberg. Los chinos llevaban la mano ganadora en la negociación debido a las prisas rusas por alcanzar un acuerdo.**


Se trataba de hacerse una fotografía y hoy, en un mundo de mercados globales, las fotos salen caras si te están aislando internacionalmente. Putin ha compensado la pérdida de mercados, pero no por ello deja de perder. Las fotos duran lo que duran.
Pero con todo esto, en mi opinión lo decisivo en los próximos tiempos es la actitud de los llamados "prorrusos". ¿Qué queda de los "prorrusos" cuando Rusia te da la espalda? Aquí Kiev deberá hacer un ejercicio político de primer orden para que la región no se considere "invadida", sino que adquiera un protagonismo suficiente como apara acallar el sonido de la disidencia separatista más radical. Se corre el peligro que el problema se enquiste y se acabe produciendo una especie de OAS como la que se organizó en Francia tras la descolonización de Argelia. Si esto ocurre, supondrá un problema para ambos países, que se verán obligados a combatirlo.
La BBC señala:

Por lo menos 110.000 personas han abandonado Ucrania hacia Rusia, en lo que va del año, la mayoría de estos de las regiones orientales del país, señala la ONU.
Otras 54.000 han sido desplazadas internamente, añade la organización.***


Lo que ocurra con ese "ejército" creado para independizar la región es relevante. Han mostrado que no les causa problema tomar las armas, que no se pliegan a órdenes ni razones, y puede que algunos de ellos no se contenten con su destino final. Kiev debe dar una salida a los que se quedan y Moscú debe hacer lo mismo con los que se van, controlando los que queden en su territorio. De otra forma se corre el riesgo de la violencia, de una ETA, saboteando el paso del gas ruso, por ejemplo.
El que la bandera ucraniana está ya ondeando en Slaviansk es un gran paso para la pacificación del país, para que puedan comenzar a reformarlo políticamente, librándose de la corrupción que el propio presidente Poroshenko ha denunciado y que una mayoría de los ucranianos desea.


Ucrania necesitará mucho apoyo y ánimo para emprender su camino hacia el seno de Europa. Ellos lo ven como un paso decisivo hacia la democracia que quieren, tal como otros países han contemplado su adhesión. Las palabras de su presidente el otro día, durante la firma de los acuerdos con la UE, fueron emotivas: solo pedimos, dijo, que se nos diga que cuando reunamos las condiciones estaremos en Europa. Para Europa es poco, para nosotros mucho.
En estos tiempos de euroescépticos, nacionalistas y demagogos populistas, es importante recordar que Europa es un gran proyecto que muchos ven como un futuro ilusionante. Y así deberíamos verlo todos y actuar en consecuencia para su mejora. Europa no se hace sola, nada es regalado. Y Ucrania lo ha aprendido de la forma más dura.



* "Los prorrusos acusan a Putin de haberlos abandonado en la batalla de Slaviansk" El País 5/07/2014 http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/05/actualidad/1404549644_347266.html
** "China y Rusia firman un histórico acuerdo de gas natural en Shanghái" El Mundo 21/05/2014 http://www.elmundo.es/internacional/2014/05/21/537c7951ca4741314f8b4572.html
*** "¿Batalla decisiva? Kiev fuerza el retiro de rebeldes prorrusos de Sloviansk" BBC 5/07/2014 http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/07/140705_ultnot_ucrania_sloviansk_rebledes_men.shtml








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