jueves, 31 de julio de 2014

El malestar femenino en la tradición o los suicidios hispanos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
BBC Mundo nos trae hoy un reportaje sobre las tasas de suicidio de las jóvenes hispanas en los Estados Unidos, señalando que son sensiblemente superiores a las de las comunidades blanca y afronorteamericana. Nos señalan que esto ya se detectó a principios de los años 90 en otro estudio realizado. El número de jóvenes hispanas que se han planteado, intentado o llevado a cabo suicidios es mayor que el de otras comunidades, según el estudio bianual del Centro para la Prevención y el Control de las Enfermedades. En 2013 —señala el estudio— "un 26% de las jóvenes latinas de entre 13 y 17 años aseguraron haber contemplado suicidarse, frente a un 21,1% de las blancas y un 18,6% de las negras."* Las diferencias son apreciables y aumentan "si se analizan las cifras de las hispanas que intentaron quitarse la vida: un 15,6%, frente al 10,7% de las negras y el 8,7% de las blancas."*
En sus consultas con especialistas en el tema, algunas de las respuestas se centran en aspectos de índole cultural y generacional:

El profesor de la Universidad de Texas [doctor Luis Zayas, decano de la escuela de Trabajo Social] apunta que todavía siguen investigando qué factores hay detrás de este fenómeno, aunque señala que una de las causas principales serían las grandes diferencias culturales entre las jóvenes hispanas y sus padres.
"Los progenitores traen sus valores y creencias de sus países de origen y las niñas se crían en EE.UU., en una sociedad en la que la tradición no tiene tanta importancia. Así que no sólo hay la brecha generacional que suele ser habitual entre padres e hijos, sino que también hay una brecha cultural", explica Zayas.
"Así, muchas veces los padres de estas adolescentes tienen una idea preconcebida de cómo deben ser sus hijas como mujeres y cómo deben comportarse y les imponen muchas más restricciones, lo que choca con la libertad que las niñas experimentan en la escuela y se crea un conflicto".*


Aunque no se nos dan los datos del mismo problema por el lado masculino, es de suponer que si es ese el origen principal, la incidencia sería menor porque es la mujer la que tiene una sujeción mayor a la familia y, por medido de ella, a la tradición, entendida como un conjunto de normas que rigen el comportamiento.
Metemos muchas cosas dentro del término "tradición" y "tradicional". La tradición está compuesta de muchas cosas, pero ante todo supone la transmisión de normas y valores que son usados para mantener un modelo social. Ese modelo incluye, por supuesto, el establecimiento de una autoridad capaz de juzgar e imponer esas mismas normas. En las sociedades tradicionales esta forma principal que se mantiene a través de la tradición y a su vez la mantiene es la forma patriarcal, que se centra en la familia como modelo.

Ayer hablábamos de la condena de la risa femenina por parte del viceministro turco, islamista. La sociedad patriarcal no tiene fronteras y sí un modelo jerárquico universal en el que la autoridad la representa el varón, que controla el funcionamiento de la unidad familiar mediante la sujeción de los hijos y la sumisión de las mujeres, es decir, esposa e hijas. El modelo se extiende a través de formas más amplias en clanes familiares en los que uno de los varones asume el control de otras unidades de la familia. De esta forma aumentan su poder en la sociedad extendiéndose a través de los matrimonios.
El principio que rige es el de la corresponsabilidad: todos son responsables del nombre y honor de la familia; lo que uno hace afecta y mancha a todos los miembros. Los llamados "crímenes de honor" obedecen a este principio básico. Con el crimen "lavan" su honor ante la comunidad y "advierten" a la propia familia de lo que les ocurrirá a aquellas que pongan en peligro el nombre de todos.
Estados Unidos está integrado por un conjunto de comunidades con sus especificidades culturales que logran su convivencia y desarrollo con muchos condicionantes. Pero los problemas principales surgen con las generaciones que se integran y van perdiendo su "identidad" tradicional inicial. Las personas que salen de sus países pueden adaptarse a ellos o establecer una coraza, un blindaje para mantener el control de lo que en su propia cultura manejan con el respaldo social. El choque, nos dicen los especialistas, se produce cuando entran en conflicto las normas de la comunidad en que se vive con las que se mantiene el control de la propia familia.

La necesidad de integración social, de poder convivir en el espacio en el que estamos, entra en conflicto con las normas heredadas y afectan más, como es lógico, a aquellos que no las tienen adquiridas. Los normas no son obvias más que en la medida en que son costumbres, transmitidas de forma acrítica en período en el que no se puede juzgar sino que, por el contrario, se busca la aceptación social. En las personas fuera de su país, el entorno es mucho más débil ya que se limita a la familia o barrios, pero existe un mundo diferente a pocos pasos, en las escuelas o en cualquier otro lugar de convivencia.
Que sean las mujeres las que padecen más este choque nos da cuenta del rasero diferente con el que la sociedad patriarcal y machista ajusta sus normas. Basta con ver el rigor con el que se exige el cumplimiento de las normas de vestir en los países árabes y la relajación, por decirlo así, de que disfruta el varón. La tradición la afecta a ella porque toda norma ejercita el músculo del control social y familiar: es también una prueba de poder y una prueba de obediencia.
Los investigadores señalan una circunstancia de interés:

"Cuando hay una mala comunicación entre hijas y madres, la probabilidad de un intento de suicidio aumenta. Las jóvenes quieren que sus madres las entiendan. De hecho, en un estudio que realizamos en Nueva York vimos que cuando aumenta la comunicación entre madre e hija se reduce la probabilidad de un intento de suicidio en un 50%".
Zayas señala que también en este caso el problema es la brecha cultural entre madre e hija.
"Si ambas estuvieran en el país de origen, estarían en un ambiente cultural que las dos compartirían, pero en el país de acogida la comunicación se corta".*


La comunicación entre madre e hija es sumamente importante dentro de la familia y si es fluida supone un freno a los problemas que se plantea en el estudio. La lingüista Deborah Tannen dedicó uno de sus libros de pragmática al estudio de la comunicación madre hija con el título "¿Piensas salir vestida así?" (Integral 2007), traduciendo el título original inglés "Are you wearing that?". La importancia de las comunicaciones masivas y comerciales nos hace olvidar la esencial que tienen las comunicaciones interpersonales en el orden familiar y, por extensión, familiar.
Que una comunicación fluida reduzca la probabilidad del suicidio al 50% es muy significativo y muestra su importancia. La solidaridad entre ambas mujeres, madre e hija, es esencial para enfrentarse a los problemas a los que se enfrenta que son los comunes de la adolescencia pero con la gravedad de la brecha con la tradición. El hecho de que la madre y esposa dependa del orden tradicional, del que forma parte, puede suponer un freno o un apoyo a la hija en su incorporación al entorno y tiempo en el que realmente se encuentra y no en el que otros se imaginan vivir o contra que el que se enfrentan para evitar su propia disolución.

El nuevo entorno puede hacer aumentar el control de la familia sobre las mujeres, que lo acaban padeciendo doblemente y de forma traumática. Es en la adolescencia cuando precisamente se busca la apertura del mundo hasta ese momento más centrado en la familia. Sentir a la familia a tu lado puede ser importante; sentirla en contra, un suplicio.
Los expertos señalan otros factores para esas diferencias entre los suicidios de las jóvenes hispanas respecto al resto, del menor acceso a los especialistas de la salud por cuestiones económicas a cuestiones de estética, como las diferencias entre el canon de belleza de unos y otros. Puede que todo cuente en un suicidio y en la desesperación que lleva a él, pero el hecho de las diferencias de cultura quizá sea el más relevante. Lo que analizamos para mostrar los factores por separado, en la realidad está unido en las personas y sus circunstancias vitales. Las estadísticas no logran reflejar el sufrimiento o la angustia adolescente que llevan al suicidio. Hemos repasado la presa y los titulares se repiten en años anteriores casi calcados: las jóvenes hispanas son más proclives y se suicidan más que el resto. Las campañas y asociaciones que intentan frenarlo no han podido hacer demasiado hasta el momento. Intentan romper la barrera de silencio ante la que se encuentran, favorecer la expresión de los sentimientos que ellas se sienten obligadas a reprimir por la incomprensión de su entorno inmediato. Es un bloqueo que lleva al silencio.


La cultura tradicional supone un refugio para muchos, un refugio de estabilidad, orden y jerarquía, de respuestas predeterminadas. Pero para otros supone un corsé insoportable que es difícil de llevar en la sociedad en las que se encuentran, pero que puede ser todavía peor si viven en otra distinta que les reclama pero en la que no pueden desarrollarse en igualdad de condiciones porque se encuentran lastradas por la incomprensión y la intransigencia. Los hay exiliados dentro de su propia cultura, en la que tienen que convivir, aunque se sientan distantes de las tradiciones que se les aplica; son los disidentes locales. Aquí se nos habla de los desplazados con la tradición y del efecto de esa resistencia ante lo nuevo en las generaciones que viven fuera. El novelista marroquí Tahar Ben Jelloun lo mostró de forma clara en su novela "El retorno" (Alianza 2011), en la que se pueden ver bien estos dramas de la familia tradicional desplazada a entornos más abiertos y de los conflictos de autoridad que suponen para los patriarcas.
El mundo se mueve y nos movemos en el mundo. No todo se puede meter en una maleta y sacarlo al llegar. La integración siempre es una cuestión difícil por lo que tiene de choque más o menos violento, pero el sufrimiento lo padece la generación que crece en un mundo distinto del que recibe por la tradición. Y dentro de ese sufrimiento, es lo que nos dicen, las mujeres adolescentes pagan un precio mayor, rebeldía o sumisión. O muerte.


* "¿Por qué tantas jóvenes hispanas intentan suicidarse en EE.UU.?" BBC Mundo 31/07/2014 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/07/140728_eeuu_hispanas_latinas_problematica_suicidios_jg.shtml


miércoles, 30 de julio de 2014

Mira cómo me río

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Me entero por el diario egipcio Ahram Online de una noticia de la agencia AFP que recoge las palabras condenatorias de un miembro del gobierno turco, del partido de Recep Tayyip Erdogan, dando "consejos" a las mujeres sobre cómo reírse, en el caso de que deban hacerlo, que es otra cuestión. La noticia la recogen también los medios ingleses desde la misma fuente. Lo interesante es dónde se incluyen estas cosas, pues son el indicador de hasta qué punto se han entendido. Por ejemplo, en la publicación española "Te interesa" se ha encuadrado en algo llamado "Increíble" y se limitan a poner una foto y el titular "El viceprimer ministro turco Bulent Arinc desata la polémica al aconsejar a las mujeres no reír muy fuerte"* sin texto alguno. En realidad —paradojas del periodismo espectáculo— es más bien un pie de foto estridente que un titular. Como la foto solo muestra a dos señoras —presuntamente turcas— riéndose, podemos imaginarnos sin problemas que se pueden estar riendo del mismo Bulent Arinc diciendo que no se reían o incluso —puestos a imaginar— del mismísimo Erdogan en un mitin. En realidad, si nos fijamos un poco, nos damos cuenta, sí, de que la señora de la derecha, la que da palmas, es la mismísima esposa de Erdogan, que no podrá reprimirse en esos momentos de euforia electoral. La foto, aunque no lo explican, tiene un sentido irónico; pero si no lo sabes se pierde la gracia y luna posibilidad de reírte. Me parece estupendo que la señora de Erdogan se ría, sanísimo, porque no tengo intención de decirle cómo ni de qué debe reírse. Mientras haya risa, hay esperanza.


Sin embargo, frente a nuestro anecdótico e irónico "¡increíble!", en Egipto se lo han tomado en serio porque saben de lo que hablan los islamistas, cuál es su discurso y hasta dónde hay que tomarlos a broma. Las carcajadas más sanas se las he escuchado a egipcios y, especialmente, a egipcias y en un país no pueden proliferar tanto los chistes sin que la gente se ría. Lo malo es que el islamismo le quita a uno las ganas de reír porque está afectado de una "seriedad" ridícula y perversa. Ridícula por cómo la practican, luciendo una seriedad ampulosa y trascendente; perversa porque, aquejados de la perfección, condenan las risas imperfectas de los demás.
Muchas veces cuando se escuchan estas cosas, siempre salen algunos listillos diciendo cosas como que en la Edad Media ocurrían cosas así. Nadie dice que los islamistas sean originales, ¡Dios nos libre!, incluso ellos se sentirían incómodos u ofendidos por esa calificación. Es precisamente su carácter retrógrado, incapaz de salir de su "edad de oro" imaginaria, lo que los convierte en "medievales". Lo nuevo es sospechoso porque no estaba dicho. Y lo importante, ya lo está.

Pero lo malo de los islamistas —en Turquía o cualquier otro sitio— que es lo que se suele entender menos, es que no llevan a la sociedad para adelante, sino hacia ese punto moral en el que estancó su pensamiento, hacia ese punto de perfección sin dejar que el mundo cambie. Occidente no suele entender demasiado bien lo de los islamista "moderados" y piensan que son moderados en su "islamismo", tremendo error porque el islamismo no concibe una sociedad en la que nadie tenga autonomía o capacidad para decidir por sí mismo, sino una sociedad —un mundo si les dejan— en el que todos cumplan sus reglas, un mundo perfecto si se siguen. Ellos son los guardianes de las reglas.
Y en ese mundo añejo, las mujeres se encuentran siempre bajo sospecha. En el mundo medieval, bastante "serio" según muchas versiones, la risa tenía un efecto perturbador. Recordarán la escena de la película "El nombre de la rosa" en la que un monje sube asustado a una banqueta por la presencia de un ratón y las risas que desata entre sus compañeros de la biblioteca. Son interrumpidos por el serio monje ciego que les reprende y discute sobre la risa con el "detective" franciscano, encarnado por Sean Connery: "La risa es un viento diabólico que deforma los rasgos de la cara y hacen que los hombres se vean como monos", le dice. A lo que el franciscano, acusado se ver con buenos ojos la risa, le contesta: "Los monos no ríen. La risa es propia del hombre". La respuesta, de la que duda el franciscano, es que "Cristo nunca rió". La expresión "risa diabólica" es frecuente y ha recogido en el lenguaje esa tradición de vincular la risa con el mal. Ni el monje serio de la obra de Eco ni sucesor islamista turco saben nada de las endorfinas ni demás descubrimientos infernales. La risa es sospechosa y la de la mujer especialmente condenable.


La cuestión es que mientras que una gran parte del mundo considera que la risa es sana e incluso se ha inventado algo llamado "risoterapia", conscientes de los benéficos efectos de la risa, a los islamistas les molesta no solo la risa, sino especialmente la de las mujeres, un síntoma según ellos del declinar de la civilización, es decir, de lo suyo.
El diario Ahram Online nos lo contaba así:

One of the most senior members of Turkish Prime Minister Recep Tayyip Erdogan's government sparked an outcry on Tuesday after declaring that women should not laugh loudly in public.
Deputy Prime Minister Bulent Arinc, one of the co-founders of the ruling Islamic-rooted Justice and Development Party (AKP), made the comment while lamenting the moral decline of modern society.
"A man should be moral but women should be moral as well, they should know what is decent and what is not decent," Arinc said in a speech Monday in the western Bursa region for the Bayram holiday that marks the end of Ramadan, the holy month of fasting for Muslims.
"She should not laugh loudly in front of all the world and should preserve her decency at all times," he added.**


Por supuesto, quien decide qué o quién es moral es Bulent Arinc o gente como él, los únicos poseedores de la capacidad para hacerlo por su profunda moralidad, algo que no les impide la corrupción de los escándalos financieros, inmobiliarios, etc., destapados en la Turquía de Erdogan en los últimos meses para gran escándalo de muchos. No de sus beatos seguidores, claro, que convencidos de que sus líderes van camino de la santidad los ven incapaces de tener debilidades de este tipo.

Pero la cuestión de la risa, en este caso, resalta la misoginia radical que practica. A los velos físicos que convierten a la mujer que no se tapa en la medida que ellos proponen en una impúdica, se añaden estos velos morales del silencio. Hay un vínculo profundo entre silenciar la risa femenina y ocultar a la mujer misma. El silencio la hace pasar desapercibida y por tanto en una necesidad de discreción. Si el hombre tiene una risa estridente es una cuestión simple de mala educación, pero si es la mujer la que ríe en público, que otros la miren se consideran una cuestión de moralidad y decencia, capaz de acabar con la sociedad, tal como anticipa Bulent Arinc. El doble rasero es evidente y como pensaría un islamista, así debe ser. La mujer está bajo sospecha porque de ella llegará la perdición, el desastre. Por eso se trata de evitar desde todos los ángulos su manifestación: vestido, mutilación genital o risa. Todo es lo mismo, formas de hacer cumplir la decencia que el hombre espera en cumplimiento de un orden perfecto con el hombre santo como centro y las pecadoras controladas.
En el periódico turco Hurriyet Daily News se recoge otra parte de su declaración que confirma este vínculo y su trasfondo:

“[The woman] will know what is haram and not haram. She will not laugh in public. She will not be inviting in her attitudes and will protect her chasteness,” Arınç said July 28.***


El mismo diario nos cuenta que miles de mujeres turcas han decidido colgar sus fotos a carcajada limpia en las redes sociales. No se escuchan, pero nos hacemos una idea. La gente no está y porque le digan cómo tiene que reírse ni cómo afectará eso a su castidad o a la civilización. Sin embargo, para un islamista es el mundo el que está equivocado y debe ser rectificado, con sutileza como los moderados o a golpe de machete como los de Boko Haram considerando que las mujeres (y los hombres) deben dejar de estudiar cualquier cosa que no sean los textos religiosos adecuados. Lo demás sobra, incluido reírse.
Las manifestaciones del viceprimer ministro de Erdogan no son anecdóticas ni deben ser tomadas a broma. Son la consecuencia de su manera retrógrada y controladora de pensar. La sociedad de los islamistas es una sociedad represora porque no imaginan una en la que nadie tenga derechos individuales sino que todos están sujetos al control de la comunidad, que se debe regir por los postulados coránicos estrictos. No hay otra vara de medir.


Los islamistas no llegan al poder y ya está. Llegan al poder y lo utilizan para inmediatamente actuar sobre el control de las costumbres, que les preocupan más que las leyes. Saben que la costumbre es la forma primaria de la ley y que son los tribunales tradicionales mucho más efectivos que los legales. Nadie es mejor guardián de la ortodoxia que la familia, especialmente en el control de las mujeres. Por eso donde llegan baja inmediatamente la edad de celebración de los matrimonios, porque se trata de evitar que la mujer pueda llegar a tener autonomía y así son acordados por personas sin capacidad de decisión. Fue lo que hicieron sin pudor en Egipto cuando llegaron al poder y así acabaron.
La mentalidad retrógrada del dirigente turco, que debía encontrarse eufórico con el final del Ramadán, quedó en evidencia en sus análisis de la decadencia moral de la sociedad. Ahram Online nos da más información sobre su discurso:

Arinc went on to denounce a moral degradation that left society awash with drugs and prostitution, and lashed out at popular Turkish soap operas for encouraging lax lifestyles, in comments quoted throughout the Turkish media and online.
He denounced the excessive use of cars, saying that if even the "river Nile was filled with petrol", there wouldn't be enough to go around.
Arinc also slammed the excessive use of mobile phones in Turkish society, with women "spending hours on the phone to swap recipes".
Imitating a Turkish woman on her mobile, he said, "'Is there nothing else going on? What happened to Ayse's daughter? When's the wedding?'"
"People should say these things face to face," he added.**


Llegamos a la conclusión de que el señor Arinc sería feliz con su tienda y su camello en mitad del desierto dando las gracias por las elevadas temperaturas, ya que está mal desear sombra cuando te han dado el sol. Coches, teléfonos, etc. son inventos diabólicos, que nos llevan a todos a la destrucción, ya sea por accidentes y polución o por las facturas del móvil. Como efecto secundario del Ramadán, no podía faltar la condena de las telenovelas, un clásico de la condena.
No hemos tenido ocasión de ver directamente el sketch de imitación que el señor Arinc hace de "mujer turca con teléfono", pero seguro que es muy gracioso. A ver si nos lo pasan. Y procuren reírse bajito.



* "El viceprimer ministro turco Bulent Arinc desata la polémica al aconsejar a las mujeres no reír muy fuerte" Te interesa  http://www.teinteresa.es/increible/viceprimer-Bulent-Arinc-polemica-aconsejar_1_1183691719.html#WaQ1ipohyFLHdJ1y
** "Don't laugh loudly, Turkish deputy PM tells women" Ahram Online 29/07/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/107337/World/Region/Dont-laugh-loudly,-Turkish-deputy-PM-tells-women.aspx
*** "PHOTOS: Turkish women in laughing protest in spite of deputy PM" Hurriyet Daily News http://www.hurriyetdailynews.com/photos-turkish-women-in-laughing-protest-in-spite-of-deputy-pm.aspx?PageID=238&NID=69763&NewsCatID=339






martes, 29 de julio de 2014

Caras en el Empire

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Leí ayer con interés esa novela picaresca del emprendimiento a la española que tiene por nombre "Facephi", una empresa que tiene como objeto de ilusión y venta un programa de reconocimiento facial.
A la cuestión de Gowex (Go West, young man!) se suma ahora otro posible culebrón del quiero y no puedo empresarial de FacePhi, otra empresa del sector. Y es una pena porque ¡con la falta que nos hace un buen software de reconocimiento de caras! ¡Lo bien que nos vendría! Desde que la cara dejó de ser el espejo del alma y empezó a ser el espejo social, es decir, de lo que le gusta a los demás, ya no puede uno fiarse de las apariencias porque están hechas precisamente para que nos fiemos. La naturaleza hizo nuestro cerebro para detectar rostros y la cultura se dedica a fabricar ilusiones que lo engañen. Ahora es la contabilidad el espejo del alma, pero es un rostro oculto, de difícil acceso, encerrado en el harén del defraudador, estafador celoso.
El caso de FacePhi lo destapó El País señalando las increíbles contradicciones —llamada "sombras" en el "milagro" de la empresa en un reportaje del día 26*— en que incurrían. La modalidad de esta "milagro" consistía en el estiramiento del deseo hasta presentarlo como realidad. Mato un simple conejo en el campo y regreso como "gran cazador blanco de elefantes", por decirlo así. 


En un sistema capitalista en el que, como nos decían el otro día en otro titular de El País, todo se basa en la confianza, el timo es un resultado natural. Todo se publicita como fármacos milagrosos, como productos galácticos, cuernos de unicornio recién cortados. Es la forma de recaudar apoyos y confianzas, de atrapar incautos financiadores ante los que se exhibe un rosario de logros más allá de los mares, donde sea. Algunas empresas y pseudo empresas, saben que todo empieza en el logo, en los colores, en las fotos y en la página web. Si hay algo detrás es solo cuestión de detalle o de tiempo. Ya llegará, ¡no seas impaciente! Si antes se decía que "dinero llama a dinero" ahora son el colorín y la labia los que priman y hacen furor. ¡Pon en marcha tu dinero!, les dicen, y despliegan ante los incautos folletos y tabletas, les ponen un pin y les regalan un llavero. Son las nuevas ganzúas del alma y del bolsillo.


En el otro caso, el destapado por Gotham Research, la señora de Jenaro García, el señor de Gowex, dice que ella no sabía nada de lo que firmaba y que le transmitió su ignorancia en forma de instrucción a su asistenta para que firmara dentro de esa forma de nueva solidaridad interclases que hace que compartas con el servicio doméstico lo que no tienes o no existe. La señora de Jenaro García dice que no sabía nada de negocios, sí. ¡Lástima de MBA en el que se conocieron, donde surgió el flechazo emprendedor! ¡Qué pena de dinero tirado! ¡Sí, qué pena! También Gowex, como FacePhi, vendía humo, un humo de labia y colorines.


El drama de FacePhi es casi filosófico: no puede demostrar las cosas que ha contado a los demás, ladrillos vaporosos sobre los que ha construido su imperio de la confianza. Ante esas "sombras" del "milagro", por usar los términos de El País, la caída se produce:

Facephi, la empresa alicantina especializada en software de reconocimiento facial, se desplomó un 9,39% en la sesión de este lunes, y acumula ya una caída del 40,6% desde que marcara máximos el 4 de julio pasado. La cotización cerró la sesión en 1,93 euros por título, aunque la caída pudo ser mayor porque se pusieron encima de la mesa más de 200.000 órdenes de venta aunque solo se cruzaron 7.100 por un importe de 14.000 euros. La firma cotiza en la modalidad de fixing con dos cambios al día, a las a 12 y a las 16 horas. que tiene limitados el descenso máximo al 10%.
Esta caída se produce tras la información publicada por EL PAÍS, en la que ponía de relieve varias contradicciones en el negocio de la compañía. Entre ellas, varios contratos como el de la empresa de seguridad del Empire State Building de Nueva York, que publicitó como suyos pero que no ha podido demostrar. Tampoco llegaron a término las negociaciones con bancos y cajas para instalar el sistema de reconocimiento en los cajeros automáticos.**


Podían haber elegido otro edificio para colocar el software, pero, ya puestos, ¿por qué no? ¿Quién no conoce el Empire Estate Building? ¿Por qué conformarse con menos? Cuando se le fuerza a probar lo del Empire State, estás son las respuestas:

Sostiene que sí puso un sistema en el Empire State. Primero responde que fue en la entrada y luego matiza: “Se puso un piloto en un control de acceso interno del Empire State. Solicitado por ellos”. No recuerda la empresa con la que colaboró ni tiene una foto del aparato, pero se ofrece a mandar los correos que prueban el trabajo. Días después rectifica por correo electrónico: “El correo del Empire es de hace más de cuatro años, de la otra compañía y no lo encuentro”.*


Cuando le preguntan, el responsable de FacePhi, Salvador Martí, responde con frases como "no me expresé bien", "no es exactamente así", etc., lo que nos lleva a cuestiones de filosofía del lenguaje. En un mundo mediático, las palabras y las imágenes lo son todo hasta que se invoca la realidad. En su reportaje del 26, El País recogía estas cuestiones de precisión:

Martí responde que sí tienen sistemas de reconocimiento facial: “Hay cajeros automáticos dando dinero en Perú. Está anunciado en prensa por ellos. En la oficina de Interbank”. Una portavoz de Interbank corrige: “Hubo coordinaciones con la empresa para estos cajeros, pero finalmente no se llegó a ejecutar”.*


Es una pena que todo lo que dices que existe no exista, pero los cajeros peruanos tienen o no tienen el software de tu empresa. Y en este caso, algo tendrán que decir sobre sus propios cajeros. No hay que vender la piel del oso antes de cazarlo, nos dice el refranero. Y esta empresa parece que tenía el salón de casa lleno de cabezas de fieros osos sin cazar, osos a cuenta. De nuevo se utilizan las fórmulas de "estar en tratos", "conversaciones avanzadas", "prácticamente cerrado" y un sin fin de grados intermedios entre lo que es y lo que no es. Al final, todas esas cosas se van acumulando y la esperanza de que algunas se cumplan se desvanece. El efecto dominó que esperaban —que firmando un contrato los demás llegarían fácilmente y en cadena— se convierte en un dominó inverso en el que se desmorona todo.

FacePhi es una empresa que se compró a sí misma —a la fracasada empresa F7, ellos mismos, que eran los que habían desarrollado el software— el producto, un producto que había fracasado o no había conseguido sus objetivos. El año pasado facturó poco más de 8.000 euros y esta salía a bolsa y se capitalizaba por millones. La teoría de que con logo nuevo, con nuevo nombre o caras nuevas, todo cambia y ya está hecho todo, está generando demasiadas expectativas. El software desarrollado podía identificar los rostros de los demás, pero los demás no debían identificar el suyo bajo la capa de colorines y labia nueva. Dicen que ese software impedía los fraudes en cajeros o colarse donde no se debe. 
Queda demostrado que si todos —que son muchos— los que tenían que verificar la realidad de FacePhi, sus ocho mil euros de ingresos el año pasado, no lo hacen, el periodismo de investigación tiene su sentido. Alguien tendrá que decirlo más allá de los folletos y titulares regionales complacientes, del autobombo y de la euforia que crea confianza.
Tras la mesa de Salvador Martí, en su despacho de la empresa, un mapa del mundo, en negro, queda a sus espaldas bajo el rótulo de FacePhi, más allá de la biometría. Un mundo de sombras y ensombrecido, oscuro, por conquistar. Una vez más: Go west, young man, And grow up with the country! En un chiste del Chicago Tribune, de los años 20, la madre advierte al despedir al joven emprendedor viajero: ""... And don't go near Hollywood!". Sabio consejo.




* "Sombras en el milagro de Salvador" El País 26/07/2014 http://economia.elpais.com/economia/2014/07/26/actualidad/1406400706_674020.html 
** "Facephi se hunde en el MAB y acumula una caída del 40% desde máximos" El País 29/07/2014 http://economia.elpais.com/economia/2014/07/28/actualidad/1406568373_207705.html





lunes, 28 de julio de 2014

La explicación o primer ministro, medallista, Nobel

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay noticias que atraen noticias como un efecto gravitacional. Quizá sea mejor decir que hay noticias que atraen explicaciones. Cuando ocurre algún acontecimiento imprevisto, se suelen desencadenar las sartas de explicaciones que la rodean como satélites. La economía, los conflictos, los descubrimientos científicos, etc., necesitan muchas veces de explicaciones con las que el lector pueda prolongar su curiosidad por algo que ha sucedido y se le ha mostrado. Son las noticias sin noticia, pura explicación que, por definición, no es lo que ocurre sino un discurso que lo desarrolla desde las teorías (porqué), la historia (cuándo) o las estadísticas y las probabilidades (con qué frecuencia). Cuando ciertos acontecimientos ocurren, se movilizan los expertos para explicarnos por qué ocurrió (desde la física, la meteorología, etc.), cuándo ocurrió anteriormente y la frecuencia y probabilidades de que vuelva a ocurrir. Combinadas o por separado, acompañan a los acontecimientos.
Los desgraciados accidentes y derribo de aviones de estos días, por ejemplo, hacen extenderse el interés por las probabilidades de que ocurran. No se trata solo de investigar las causas del accidente o derribo (o desaparición), sino de conocer las probabilidades de que algo así ocurra, una tontería porque ya ha ocurrido. ¿Es raro o no?, se pregunta a los expertos.
En la BBC, por ejemplo, hacen la siguiente reflexión al respecto siguiendo a los estudiosos de las probabilidades de que las cosas ocurran:

Barnett señala que durante abril, mayo y junio de este año no hubo ninguno. "Es difícil pensar que la destreza que hizo posible ese récord maravilloso por alguna razón desapareció en julio".
El académico calcula que en los países desarrollados la posibilidad de morir en un accidente aéreo es alrededor de una en 25 millones por vuelo. "Un niño en un aeropuerto británico tiene más probabilidad de llegar a ser primer ministro, ganar una medalla de oro olímpica o recibir el premio Nobel de física que de morirse en el avión en el que se va a montar".
Hasta en los países menos desarrollados, la probabilidad de morir en un vuelo es alrededor de una en 750.000.*


Dudo que este tipo de cálculos tengan el efecto tranquilizador que pretenden tener. Y puede resultar una terrible ironía para las familias de las víctimas. Pero alguno debe tener —supongo— por la insistencia con que se repiten.

Los desastres solitarios tienen su narración, pero cuando se encadenan las desgracias, como acaba de ocurrir, los expertos son reclamados para darnos sus datos. Acosados por los periodistas, deben realizar apresurados cálculos con los que tranquilizar a la gente o simplemente satisfacer su curiosidad. Quizá ambas cosas.
La idea de que puedo ser ministro, medallista olímpico o Nobel de Física antes que morir en un avión, le sirve a la gente para hacer sus extraños cálculos mentales, como "no me interesa la política", "no me gusta el deporte" o "las ciencias se me dieron siempre fatal", argumentos todos ellos que nos permiten distanciarnos aumentando la distancia. Sin embargo, es  más fácil identificarse con las víctimas de un vuelo que con los reciben un premio en Estocolmo. No me veo recibiendo el Nobel, pero sí tomando un avión.
Todo el mundo sabe las probabilidades de que te toque el gordo de la Lotería y sin embargo juega. El factor "deseo" hace que se desestimen cuando se compra un billete. En ese momento de la compra, todo el mundo se siente ministro, medallista y Nobel, es decir, ganador. Sin embargo, cuando no se trata de "deseo" sino de "miedo", la evaluación mental es muy otra: nos vemos en la peor situación y es entonces cuando recurrimos a las probabilidades y estadísticas. O cuando otros recurren a ellas para intentar tranquilizarnos.

En el caso de la compañía Malaysia Airlines, no sirven de mucho las estadísticas. El miedo la está llevando a la bancarrota y, según nos cuenta la BBC en otro de sus artículos, pierde 1'7 millones de dólares al día. Ha pasado a ser una compañía que tiene sus propias estadísticas negativas. Ya no valen las del conjunto, la de ministros, medallistas y sabios.
El diario El País también se siente en la obligación de incluir alguna referencia explicativa a la cuestión de los aviones. En la sección "Los porqués del tiempo" se nos habla de las turbulencias de los aviones:

Las causas son muchas pero, básicamente, están producidas por diferentes situaciones meteorológicas. Por ejemplo, cuando el sol calienta la superficie terrestre provoca que el aire que está en contacto con ella ascienda, apareciendo corrientes convectivas que pueden afectar al aparato. Son las llamadas turbulencias térmicas y los cúmulos delatan estas corrientes ascendentes y descendentes que hay entre ellos. También el viento puede encontrarse en su trayectoria con obstáculos que hacen que desvíe su trayectoria o se ondule como una ola (montañas, edificios, irregularidades del terreno, etcétera.). Pero seguramente, la principal amenaza para un plácido vuelo son las tormentas, ya que pueden desviar un avión de su trayectoria. Aún así, no tengan miedo. Los aviones comerciales están construidos con materiales que les permiten soportar en más de un 150% la turbulencia más severa a la que la naturaleza los pueda someter.**

Aquí la estrategia de explicación es otra, pero concluye con una variante tranquilizadora: "no tengan miedo". Desconozco si este texto estaba escrito antes de la serie de tragedias aéreas que se han producido en tan solo ocho días, supongo que no, pero el efecto tranquilizador quizá llega un poco tarde y será difícil convencer al que no está convencido. Las pérdidas de las compañías aéreas —hemos hablado de Malaysia Airlines, pero las demás se habrán resentido en diversas medida— son grandes cuando se producen estos acontecimientos de gran impacto mediático y social, más si se trata de  época de viajes vacacionales.
En este contexto de explicaciones, la BBC no deja un titular para la historia, aunque no sé muy bien de qué: "Científicos tildan de "enorme golpe de mala suerte" la extinción de los dinosaurios". Como es breve, podemos recogerla en su totalidad:

Una eminencia internacional en el estudio de los dinosaurios dice que los gigantes prehistóricos podían haber seguido vivos sobre la faz de la Tierra si el gran asteroide que los eliminó hubiera golpeado el planeta algunos millones de años antes o después.
El investigador Steve Brusatte es el autor principal de un nuevo estudio que sostiene que el asteroide golpeó la Tierra en un momento en que las subidas del nivel del mar y el aumento en la actividad de los volcanes hicieron que muchas especies fueran más susceptibles a la extinción.
Brusatte calificó lo sucedido como un extraordinario golpe de mala suerte para los dinosaurios.
Si las cosas no hubieran sucedido así, los mamíferos no habrían podido llenar el vacío ecológico y los seres humanos no existirían.***


¡Vaya! ¡Qué mala suerte para los dinosaurios y qué precisión la del meteorito! Unos millones de años antes o unos después y el mundo no hubiera sido el mismo. En realidad no se explica nada recurriendo a la mala suerte o a la buena. El meteorito cayó. Las desgracias suelen ocurrir en el peor momento para quien la sufre y las explicaciones y las estadísticas o probabilidades no solucionan mucho pero nos dan la apariencia de que controlamos el mundo. Quizá haya que hablar de mala suerte solo cuando hayan transcurrido unos cuantos millones de años desde las desgracias. Cuando pedimos certeza, la Ciencia nos da probabilidades. ¡Tanto para esto!
Me imagino que si los dinosaurios hubieran llegado a tener prensa, alguien les habría tranquilizado sobre las probabilidades de caída de un meteorito y les habrían dicho algo parecido a lo del primer ministro, el medallista y el Nobel.



* "¿Es raro que haya accidentes aéreos tan seguidos?" BBC 27/07/2014 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/07/140725_accidentes_seguidos_de_avion_raro_dv.shtml
** "Las turbulencias en los aviones" El País 26/07/2014 http://elpais.com/elpais/2014/07/26/actualidad/1406398875_043431.htmlhttp://elpais.com/elpais/2014/07/26/actualidad/1406398875_043431.html 
*** "Científicos tildan de "enorme golpe de mala suerte" la extinción de los dinosaurios" BBC 28/07/2014 http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/07/140727_ultnot_dinosaurios_podian_haber_sobrevivido_bd.shtml






domingo, 27 de julio de 2014

La pelota y las olas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En esta tranquila mañana de domingo, mientras disfruto del bien merecido descanso de los albañiles que trabajan en el piso de abajo el resto de la semana, una inquietante pregunta me hace salir del silencio desde las páginas de El País: "¿Por qué las olas no traen la pelota de playa hasta la orilla?". La pregunta me llega desde el blog que el Catedrático de Física Aplicada, Antonio Ruiz de Elvira, tiene en el diario. El blog se llama "El porqué de las cosas" y tiene una frecuencia semanal. Esta vez, le toca a las olas.
Leo en el blog:
Si tiramos una pelota a unos 50 metros mar adentro en un día con olas en una zona alejada de las rompientes de la orilla, veremos a la pelota bajar y subir, subir y bajar, pero, salvo si la empuja el viento, las olas no la traen a la orilla. Vemos que las olas se acercan, pero, si nos fijamos bien, veremos que lo que sube y baja es el agua que está a cada distancia de la costa, pero que el agua lejana no llega a la arena para darse la vuelta y alejarse después.*


No tengo ni mar ni pelota a mano para realizar el experimento, pero tiro de memoria e imaginación y, en efecto, la pelota se queda allí para mi desesperación. Ni se mueve. Si hay suerte, el viento, que no las olas la acercaran desde esos 50 metros a los que se me pidió lanzarla.
Se nos pide también que cojamos una cuerda y la hagamos serpentear para comprender que la onda, como las olas al agua, no hacen desplazarse la cuerda, sino sencillamente hacerla subir y bajar, que donde había una cresta hay ahora un valle y donde había un valle ahora hay una cresta. Lo compruebo mediante otro sencillo y entretenido experimento mental y veo que también se cumple. Todo parece que se mueve, pero no es más que ilusión. Aunque la pelota sube y baja, no se acerca porque el agua que tiene debajo es siempre la misma. Ilusión.


Nos dicen como explicación del fenómeno:

Las olas no se forman porque el viento las ''empuje''. Cuando el viento sopla sobre una superficie lisa de agua solo se forman ondulaciones capilares. La formación de las olas es a través de la presión mediante un mecanismo de ''el rico se hace más rico y el pobre, cada vez más pobre'', mediante fenómenos no lineales de amplificación.*

Cuando paso a leer otros artículos del periódico, la explicación de esa pelota que sube y baja pero que apenas se acerca hasta nosotros, de esos "fenómenos no lineales de amplificación", ha hecho mella en mí. Y todo pasa a parecerme mares embravecidos o en calma, picados y de fondo, turbulentos y cristalinos, profundos y medio charcas, todos presididos por una pelota playera azul que sube y baja, pero que no acaba de llegar.
Ya solo veo esa pelota descarada que juega con mis sentimientos y percepción.


La ilusión de que algo avanza rápidamente no es más que eso, ilusión. Donde antes había broncas y frustración —un deprimente valle—, siguen las mismas broncas, pero ahora eufóricas porque se encuentran en una cresta, de subidón; pero la pelota sigue prácticamente igual. Los empresarios dicen que están en una cresta, pero que la pelota no se moverá hasta 2015, que ya son muchas horas de playa esperando y tenemos las espaldas como un cangrejo. Nos dicen que los fraudes en telefonía son abundantes porque la Administración tarda un año en cancelar los números engañosos. Están también en titulares las pelotas de la corrupción, la ucraniana, la iraquí la catalana, etc., subiendo y bajando, con mares revueltos en distintos grados, pero con oleajes monótonos que inducen al sesteo. A veces la pelota tarda tanto en llegar que se da por perdida y nos olvidamos de ella. Pero está allí, pendiente de un golpe de viento o de un alma generosa que nos la traiga.


Creo que de la única noticia que se puede decir positivamente que la pelota se ha movido en el agua es la de la conquista del campeonato europeo de waterpolo por el equipo femenino español. Y es que está claro: o vas tú a por la pelota o se queda allí, a cincuenta metros, subiendo y bajando, esperando a que algún viento caprichoso de la Historia te la vaya acercando hasta la orilla.
Los científicos han conseguido sacarle partido a estas subidas y bajadas de las olas aprovechando esa energía que se produce en el movimiento vertical. Menos mal.



* "¿Por qué las olas no traen la pelota de playa hasta la orilla?" El País Blog "El porqué de las cosas" 27/07/2014 http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elporquedelascosas/2014/07/27/por-que-las-olas-no-traen-la-pelota-de.html