martes, 20 de mayo de 2014

Marine Le Pen, paisaje ruso con figura y música de fondo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La figura de Marine Le Pen se va dibujando cada vez con tintes más sombríos sobre un fondo seco y áspero. La fascinación de algunos franceses, como ya tuvimos ocasión de comentar, tan sonados como Depardieu —el hombre que no supo ser Obélix— o Brigitte Bardot, musa del cine intelectual y epidérmico, acogida en los pectorales de Vladimir Putin por anteponer su amor a las focas al de sus compatriotas, empieza a sonar a quintacolumnismo.
Europa empieza a tener un problema y debe identificarlo cuanto antes. Ya no se trata, como comentaba divertido un profesor entrevistado por Euronews, de que "los euroescépticos cuelguen más vídeos en la red". Me temo que a lo que estamos asistiendo es a un proceso más complejo y radical que requerirá de medidas algo más drásticas. Europa tiene siempre la miopía de no ver sus propios cánceres hasta que se encuentra en estado de metástasis.
Lo que empezó en Reino Unido con Nigel Farage señalando la admiración que siente por Putin "como patriota" continúa ahora con esa nueva X-Men disfrazada de Juana de Arco. Marine Le Pen ha apoyado directamente las políticas y acciones de Vladimir Putin en Ucrania, especialmente en Crimea. La Marine Le Pen que se enfada cuando se la considera de extrema derecha, suma ahora a su antieuropeísmo, su xenofobia y su racismo, el belicismo reivindicativo del territorio que caracteriza al fascismo puro, que es lo que está realizando Putin desde una extraña mescolanza de sentimientos nacionalistas, gestión religiosa de la "Santa Rusia" e imperialismo zarista y soviético, que son las dos formulas con la que Rusia se ha convertido en el país con mayor extensión territorial del globo y con máxima apetencia de más tierras, incluyendo Alaska, que algunos lanzados reivindican ya.

Cada vez se perfila con más nitidez la especie de pinza que Putin está creando con estos admiradores que son bien recibidos en Moscú. Históricamente, el despropósito es de un calibre colosal y solo tiene explicación si se considera que estos grupos no aspiran realmente a condicionar las acciones europeas sino a un verdadero dinamitado de todo lo construido hasta el momento en la Unión.
La proliferación de estos grupos que dicen actuar juntos pero no revueltos, tener rechazo a la Unión y actuar velando por los intereses de sus ciudadanos, empieza a ser achacable a algo más que las crisis del euro y similares. El apoyo nítido y el aplauso de la actuación rusa en Ucrania y la anexión de Crimea como una forma de restitución histórica del territorio a costa de otro estado, que es invadido y llevado al borde de la guerra civil no declarada, excede la idea del nacionalismo francés para ir más allá en sus justificaciones. ¿Por qué no defender, por ejemplo, la independencia de Ucrania frente a otro ente imperialista como es la Federación Rusa, maquinaria absorbente de los territorios que la rodean, que sufren presiones que destruyen su soberanía, como el caso de la misma Ucrania o el de Armenia? ¿Qué tiene el nacionalismo ruso que no tengan los demás?


La opción europeísta de ucrania como alternativa al imperialismo ruso y a su propio ultranacionalismo, creado como contra imagen del ruso, es lo que ha elevado la inquina de Marine Le Pen a odio enfurecido. Mientras ella hace esfuerzos para que Francia salga de Europa, Ucrania ve en Europa la superación de sus propios vicios, fomentados por la tutela rusa, que ve en la corrupción el arma adecuada para mantener debilitados a los que se puedan resistir. ¿Qué otra cosa, si no, es la historia de Yanukóvich endeudando a Ucrania con Rusia hasta límites esclavos?
Desde París, Juan Pedro Quiñonero, el corresponsal de ABC, señala algunas contradicciones en la figura de Marine Le Pen junto a su apoyo a Putin:

En una entrevista concedida a la prensa austríaca, este fin de semana, con motivo de las elecciones europeas, Marine Le Pen ha relanzado de manera llamativa su apoyo sin falla al presidente ruso, declarando: «Vladimir Putin es un patriota. Es lógico que esté muy apegado a la soberanía de su pueblo. Putin es muy consciente que defendemos valores comunes. Son los valores de la civilización europea».
En boca de la familia Le Pen, «los valores de la civilización europea» tienen una dimensión muy aleatoria. Jean-Marie Le Pen ha sido condenado jurídicamente, en varias ocasiones, por sus equívocos juegos de palabras relacionados con los hornos crematorios de los campos de concentración nazis.
En materia de «valores», Marine Le Pen, por su parte, choca de manera significativa con los católicos que orquestaron la gran campaña contra el matrimonio homosexual. A juicio de esos grupos de católicos conservadores, Marine Le Pen tiene una posición «muy equívoca» que «roza lo pagano» en materia de convicciones espirituales.
Para defender a Putin, Marine Le Pen no duda en evocar la «herencia cristiana» que, según ella, defiende Vladimir Putin, no solo en Ucrania.*


Las palabras "civilización europea" suenan a sarcasmo en boca de Marine Le Pen. Su "Europa" no es una realidad sino una construcción paralela a su nacionalismo, una proyección de su propia visión de una Francia nacionalista basada en valores meramente emocionales y atávicos. 

Francia no es nada más que un impulso aglutinador en la garganta de Marine Le Pen. Es un conjunto de símbolos ante los que reaccionar: una Juan de Arco guerrera e iluminada, una bandera ante la que envolverse, un grito desgarrado de "Viva Francia" convertido en rechazo a todo lo que para ella significa lo opuesto. Su Francia es un ente atacado, víctima de conspiraciones y engaños, de invasiones bárbaras, desarmado en sus fronteras, gobernados por autómatas burocráticos que quieren el hundimiento del país. El mundo para ella es una balanza emocional: en uno de sus platillos se encuentra la "nación", ente orgánico, sentimental, poblado de seres a los que se priva del contacto con la tierra; en el otro plato, se encuentran las "máquinas" desprovistas de alma, las instituciones deshumanizadas. Es la Europa burocrática, anónima, la Matrix servida por los agentes Smith, siniestramente iguales frente a la diferencia viva nacional. Es la Marine orgánica frente a la mecánica Europa.
Es interesante la información que Quiñonero aporta sobre la cuestión religiosa y los recelos de los conservadores católicos, tradicionalistas, frente a ese roce con lo pagano, característico de la "Nouvelle Droite", de Alain de Benoist, más ligado a los cultos paganos de la tierra, a lo dionisiaco, que a lo "católico" universal. Con dos divorcios sobre sus espaldas y una tercera pareja, no parece que sea la candidata ideal de la derecha tradicionalista católica francesa, que recela de ella y de su padre, otro practicante de la familia seriada. La misma ambigüedad del personaje de Juana de Arco, bajo cuya imagen Marine Le Pen gusta situarse, tiene muchas lecturas simbólicas y emocionales: el coraje, la batalla, la locura, la santidad, la derrota que es victoria.... El uso de este tipo de símbolos permite que cada uno establezca su vínculo en dimensiones diferentes que resultan convergentes, idóneas para aglutinar gente. Juana, guerrera.


En muchas ocasiones se han establecido comparaciones y diferencias entre las dos variantes francesas de la ultraderecha, la representada por Le Pen y la de Benoist. Lo que ambas tienen en común es su rechazo de las políticas surgidas de entidades supranacionales, como es la Unión Europea o la dependencia de Estados Unidos en la OTAN, algo que caracterizó también a la política gaullista, llevándola a mantener su independencia militar. Se entiende que desde esa perspectiva el hecho de "supeditar" el destino de Francia al liderazgo alemán (o de cualquier otra nación) le resulta intolerable y un objetivo para su ira. Sus alianzas actuales son tácticas para acabar con la Unión mediante la labor de ascenso al poder en cada uno de los países en los que se logre canalizar el odio hacia Europa. Si algo se les ha reconocido a todos estos partidos es la doble capacidad de canalizar el descontento hacia Europa como proyecto y hacia sus instituciones, responsabilizándolas de cualquier mal que se presente. Nadie se deja engañar más gustosamente que aquel al que le explican el origen de sus males. Y Marine Le Pen tiene la causa de la enfermedad muy clara: Europa. Si Europa funcionara mejor, seguiría siendo un enemigo, mayor si cabe, pues es más fácil atacar a lo que no funciona que a aquello que lo hace correctamente. Voladura u obstrucción, según interese.


Pero da igual los aspectos teórico políticos que puedan establecerse entre las dos corrientes de la ultraderecha como similitudes y diferencias, aunque el estudio podría ser revelador. Lo que está claro es que cuando Marine Le Pen dice "Europa" o "cultura europea" no es lo que ni usted ni yo estamos pensando, que sus raíces son muy otras. La admiración por el nuevo fascismo monopartido que Putin está creando en Rusia no es más que la constatación de que está tratando con un igual ideológico que tiene un enemigo común, Europa.
Cada vez se hace más evidente que la idea de una Europa fuerte (en libertades y derechos sociales, en producción e innovación), que funcione en sus diferentes niveles de integración y logre su éxito como proyecto conjunto de convivencia, tiene muchos enemigos. Y da igual que sea por motivos distintos; el objetivo es el mismo, evitar su crecimiento. Desde ahora habrá que examinar con lupa el europeísmo de los partidos políticos como un elemento prioritario, no sea que salgan amigos de Putin o de cualquier otro del mismo pelaje. Es lo que se están planteando en Polonia, por ejemplo, donde lo que ocurra con Ucrania es fundamental: ¿qué piensa hacer por Ucrania? ¿qué opina de lo que Putin está haciendo? preguntan a sus políticos para Europa.

Marine Le Pen estudio en el Liceo "Florent Schmitt", de Saint-Cloud. El Liceo no siempre se llamó así. El propio instituto nos cuenta algo de la historia de los nombres:

De 1968 à 2004, le lycée a porté le nom de Florent Schmitt (1870-1958), compositeur de musique classique ayant vécu à Saint-Cloud.
En 1995, un professeur a lu un article qui a troublé la communauté scolaire : il signalait que Florent Schmitt avait provoqué un scandale en criant « Vive Hitler ! » lors d'un récital de Kurt Weill, le 26 novembre 1933. Rappelons que l’auteur de L’Opéra de quat’sous était musicien d’avant-garde, sympathisant communiste, juif ; il s'était réfugié en France dès l’arrivée au pouvoir de Hitler.
Des recherches ont établi que cet incident n’était pas isolé.
En 1935, Florent Schmitt a fait partie du Comité France-Allemagne, qui, sous prétexte de rapprocher les deux ennemis héréditaires, avait pour but réel d'endormir la vigilance de la France face au réarmement allemand. En 1938, le compositeur célèbre l'amitié franco-allemande dans le Völkischer Beobachter, le journal du parti nazi.
Sous l'Occupation, il a participé à un voyage de propagande dans l'Allemagne hitlérienne, puis présidé la section musicale du groupe Collaboration, un mouvement dont le nom résume le programme.
Ces faits, faciles à vérifier, ont amené la communauté scolaire à vouloir débaptiser l'établissement : Florent Schmitt pouvait-il encore être présenté comme un modèle aux lycéens ? Après consultation des élèves et du personnel, le Conseil d'administration s'est prononcé, le 27 mai 1997, pour le nom d'Henri Matisse, mais la procédure, qui exige l’accord du Conseil régional d’Ile-de-France et de la municipalité de Saint-Cloud, a été longue et complexe. En mai 2002, une pétition en faveur du changement de nom a été signée par les deux tiers des élèves.**


Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine, trasladó a Saint Cloud su residencia y estableció la sede del Frente Nacional. En este contexto, el hecho de que el nombre de Florent Schmitt —el hombre que gritó "¡viva Hitler!" en 1933— se le pusiera al instituto en el significativo año de 1968 y que solo en 2004, después de la petición firmada por dos tercios de los alumnos, se le cambiara el nombre después de descubrir quién era realmente el compositor admirador de Hitler y de ansioso colaboracionista, Florence Schmitt. Aquel grito infame contra el músico Kurt Weill, el que escribiría la partitura para la Ópera de la perra gorda (o de dos peniques) de Bertolt Brecht, nos da algunas claves de porqué Le Pen padre buscó el amparo de Saint-Cloud para asentar su Frente Nacional. A todo el mundo le pueden colar el nombre de un infame, pero que se frenaran los intentos de cambiar su nombre desde que fue descubierto en 1995 dice algo de la zona y algunos de sus habitantes. La documentación del Liceo se limita a decir que en 1968 se le cambió el nombre. No explica porqué cambiaron el anterior ni de quién fue la idea. Pero parece que fue más fácil cambiarlo entonces que cuando se supo quién era el músico pro nazi. Marine nació en 1968, año en que se le cambió el nombre, y estudió allí entre 1983 y 1986, antes de llegar a la universidad a estudiar Derecho.

El diario L'Express, en sus reportajes para las presidenciales de 2012, incluyó uno sobre la casa de la familia en Saint-Cloud. El padre Jean-Marie, casado con una pin up de los sesenta, y la hija, candidata a regir Francia, bajo el mismo techo, el templo del ultranacionalismo, un "Saint-Cloud dentro de Saint-Cloud", como comenta una antigua compañera del Liceo, que descubrió en la candidata a la presidencia a compañera de clase, a una de aquellas tres niñas rubias de ojos azules del Centro:

J’ai été dans la classe de l’une d’elles, très franchement je ne me souviens plus laquelle, elles étaient toutes les trois blondes aux yeux bleus, et surtout elles s’appelaient Le Pen. Un jour je suis tombé sur une interview de Fifille dans un magazine de salle d’attente, dans lequel elle expliquait que cela n’avait pas toujours été facile d’être la fille de Le Pen, qu’au lycée notamment..., j’étais rétrospectivement ithyphallique, elle m’en voulait encore. Donc vous voyez être la fille de Le Pen ce n’était pas rose tous les jours. Et même que Papa avait du déménager dans la seule ville de France, Saint-Cloud, dans laquelle Fifilles avaient toutes les chances de ne pas trop vivre un enfer, tout ce petit monde serré dans une étroite villa de Montretout (une sorte de méta Saint-Cloud, un Saint-Cloud à l’intérieur même de Saint-Cloud, je vous jure que de tels endroits existent).***


Las Le Pen, con sus ojos azules, rubias. Un recuerdo de juventud antes de que la Historia coloque a cada uno en su sitio. Hoy el Liceo tiene dos áreas "europeas" bilingües. Se puede estudiar allí en inglés o en alemán, además del francés. Los alumnos que rechazaron estudiar en un Liceo con el nombre de un pro nazi colaboracionista han salido ganando con el cambio y podrán visitar otros países como miembros de la Unión. Si Marine, la antigua alumna, no llega al poder, claro.
El reportaje de L'Express, con motivo de las elecciones de 2012 en Francia, se titulaba con gran sencillez "Marine et Jean Marie... sous le même toit", y nos deja un curioso detalle, un apunte balzaquiano en el que —como en la Pensión Vauquer, escenario central de Goriot el padre— paredes y mobiliario son definitorios de sus habitantes, trazos sólidos de un retrato espacial de finura insuperable:

Quand Le Pen hérita de Montretout, en 1976, l'historien monarchiste Jean-François Chiappe lui lança: "Jean-Marie, tu as maintenant une maison digne de toi." Trente-cinq ans ans plus tard, la demeure semble figée dans le temps. La décoration n'a pas changé depuis des lustres. Dans le salon, des plaids recouvrent les vieux canapés et la peinture s'écaille. "Je ne sais pas si les filles pourront garder la maison, étant donné que les charges sont lourdes", s'inquiète Le Pen. En 2006, il fut tenté de la vendre. Valeur estimée à l'époque: 6,45 millions d'euros.
En attendant d'être reçus, les visiteurs peuvent apprécier, accroché au mur, le portrait du chef en tenue blanche d'officier parachutiste de la Légion étrangère. Il a été peint en 1968 par Ilya Glazounov, ancien portraitiste de Leonid Brejnev! Lors d'un voyage à Moscou, Glazounov - "un homme de droite", selon Le Pen - lui a fait visiter, sous la surveillance d'un agent des services secrets, les appartements privés du Kremlin, dont il a été le restaurateur. ****


Hay una Historia grande y una historia pequeña, de detalles, más allá de los discursos, más acá de las coincidencias; una historia que te lleva del Liceo donde el infame grita "¡Viva Hitler!" al músico judío que huye del exterminio, al retrato del "jefe", vestido de oficial paracaidista, combatiente en Indochina y Argelia; el hombre que dijo al mundo en 1955 "La France est gouvernée par des pédérastes comme Sartre, Camus, Mauriac…"***** —Jean Marie, créeme, no le llegas a la suela de los zapatos a ninguno—. 


Un retrato de 1968 —¡de nuevo este año, una anomalía de estudiantes desenfrenados, lanzando adoquines y pidiendo lo imposible, pederastas todos probablemente, como lo son los disidentes rusos actuales!—. Un glorioso retrato pintado por el retratista del líder despótico de la Rusia soviética de entonces, por un artista ruso, por "un hombre de derechas". ¡Buen ojo en la elección! ¡Qué retrato del héroe galo, con su uniforme de combatiente, salido de la misma mano que retrató a los dictadores!


¡Y qué felicidad habrá tenido Marine ahora visitando Moscú oficialmente este abril! ¡Qué placer condenar a la Unión Europea por sus críticas a Putin desde el corazón de la Santa Rusia, la gran defensora de la "cultura europea"!

¡Quién sabe!, quizá Marine llegue a tener en casa un retrato pintado por el retratista oficial de Vladimir Putin, tal como su padre consiguió que el de Brézniev se lo hiciera a él. Lo preocupante de todo esto es cómo se van sumando siniestros personajes a esta obra que acaba siendo coral y con un protagonista ya en el poder: Vladimir Putin. Todos sus admiradores, franceses, ingleses, alemanes o lo que toque tienen un camino que pasa por las urnas. Y a esos los alza al poder la dejadez, el aburrimiento, la falta de honestidad y la mediocridad. No tienen  que hacer nada, solo gritar que aman lo que es de todos y que desprecian y boicotean lo que entre todos deberíamos hacer funcionar.
"Madame Le Pen n’est pas patriote, elle est nationaliste"******, le ha dicho anoche mismo el socialista Jean-Christophe Cambadélis en el debate de Europe1. Importante matiz, gran verdad.
Esta larga historia solo tiene una moraleja posible: vota por Europa, por una o por otra, pero vota a quien tenga un claro compromiso con ella, porque va a hacer falta. Muchos desastres no llegan de puntillas, sino con estruendo ante la indiferencia de los que después levantarán muros para sus lamentos.



* "Marine Le Pen se convierte en la mejor defensa de Putin en Europa" ABC 19/05/2014 http://www.abc.es/internacional/20140519/abci-marine-entrevista-putin-201405182056.html
** Liceo Alexandre Dumas http://www.lyc-dumas-st-cloud.ac-versailles.fr/nom.html
*** Blog "Le bloc-notes du désordre" 6/01/2011 http://www.desordre.net/blog/?debut=2011-01-02
**** "Marine et Jean-Marie....sous le même toit" L'Express http://www.lexpress.fr/actualite/politique/marine-et-jean-marie-sous-le-meme-toit_1046795.html#RSJLE4UtLxBor1iX.99
***** LeJDDD Europe1 13/01/2011 http://www.lejdd.fr/Politique/Images/Jean-Marie-Le-Pen-une-carriere-en-marge

****** "Cambadélis : "Le Pen n’est pas patriote, elle est nationaliste" Europe1 19/05/2014 http://www.europe1.fr/Politique/Cambadelis-Le-Pen-n-est-pas-patriote-elle-est-nationaliste-2126001/









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